16/04/04

175º ANIVERSARIO DEL BATALLÓN FLORIDA

El Presidente Jorge Batlle participó de la ceremonia con motivo del 175° aniversario del Batallón "Florida" de Infantería N° 1, junto al Comandante en Jefe del Ejército y altas autoridades civiles y militares.

 

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, JORGE BATLLE, DURANTE LA CEREMONIA CON MOTIVO DEL 175° ANIVERSARIO DEL BATALLÓN FLORIDA DE INFANTERÍA N°1
16/04/2004

PRESIDENTE BATLLE: Es para mí un gusto, acompañado del señor Ministro de Defensa, estar aquí en esta oportunidad en que se celebra un aniversario más del glorioso Batallón Florida, que cumple nada ni nada menos hoy que un año más de su muy larga e importante existencia, como integrante central del Cuerpo de Infantería de las fuerzas de la Nación.

A lo largo de muchos años anduve siempre atrás de las cosas de la historia del país y de la región, puesto que no se puede conocer la historia de nuestro país, como la historia de ningún país, si no se conoce la historia de la región y del mundo en el momento en que ella se desarrolla. Y he ido tratando de recoger testimonios de esa historia patria llena de acontecimientos relevantes, que han contribuido a formar no solamente los distintos hitos de la misma, sino que fundamentalmente han contribuido a formar el carácter de nuestra Nación y particularmente el carácter de nuestras Fuerzas Armadas.

Un día, por accidente, en uno de esos lugares donde se rematan cosas viejas, me encontré con la primera parte del Reglamento de Infantería, de don León de Palleja, editado en 1867 en Montevideo, en la Imprenta del El Pueblo, en la calle de Zavala número 152. Un hermoso texto, muy bien editado, con hermosos grabados y diagramas, que corresponden a las distintas actividades, actitudes, movimientos y despliegues de las unidades de Infantería, así como de los Oficiales, Clases y Soldados que integran las unidades de Infantería.

Cuál no sería mi sorpresa cuando, al abrir la primera página, me encontré con que había ex libris; y con las dificultades propias del andar del tiempo, vi que decía Capitán del Batallón, Manuel Magariños. Luego, en la primera página, reitera: "pertenece a don Manuel A. Magariños, Capitán del Batallón". No sé si él sería Capitán del Batallón Florida, lo dejo al señor Comandante con esa tarea, para él o para el Coronel Corrales, que sabe tanto o más que ninguno de todas estas buenas cosas de la historia del Uruguay.

Pero luego, en otra oportunidad hace ya bastante tiempo, me encontré con la posibilidad de llegar hacerme propietario de este texto que, aunque borroso por el tiempo, se puede leer con claridad dirigido al señor General don César Díaz, y firmado por León de Palleja en Montevideo, octubre 30 de 1852.

En su momento este texto se lo hice llegar al señor Oficial Pagola, para que lo publicara en la revista del arma de Infantería, donde apareció en su versión fallió- gráfica, que voy a permitirme -con su permiso señor Comandante- leer. Trascripción fallió-gráfica: "Señor General Don César Díaz; Mi querido General: En contestación a su muy favorecida fecha de hoy; vea vuestra señoría que solamente el respeto que su persona nos inspira a hecho que guardáramos silencio al llegar a nuestra noticia lo que el General Márquez había atrevido hacer estampar en el Jornal do Comércio respecto a la toma de Monte Caseros".

"El refutar esta impostura tan solemne e injusta, toca solamente a vuestra señoría a quien cupo la gloria de mandarnos en tan memorable jornada, y ninguna prueba mayor podría darnos del aprecio que tienen sus antiguos soldados, que presentándolos a la faz del mundo cual ellos son, y como lo ha presenciado el grande ejército aliado".

"A este favor le viviré eternamente agradecido por mi parte, lo mismo que todos mis oficiales y tropas".

"Declaro, en unión de los oficiales del Batallón Voltigeros, que mandaba en la batalla de Monte Caseros, que habiendo hecho alto la división oriental como a 300 varas de la casa fortificada de Caseros, recibí orden del Señor General de mi división don César Díaz de atacar un batallón que se hallaba desplegado en batalla sobre la plazoleta de la derecha de dicha casa; y penetrar después la casa misma, cuya orden di cumplimiento, cargando con mi batallón en columna cubriendo los flancos de esas dos compañías de servidores del Batallón Resistencia y Guardia Oriental".

"El batallón enemigo fue roto y bayoneteado contra la línea de carretas que cerraba la derecha de la línea de batalla enemiga, acometiendo inmediatamente después la casa fortificada por el costado derecho, y por el que miran los Santos Lugares. Mis gastadores y carabineros echaron abajo, a hachazos y culatazos, las puertas y ventanas bajo un fuego vivo a quemarropa; y penetré seguido de todo mi batallón adentro de la casa donde se trabó un combate cruel. Diez minutos después, la posición era nuestra y la guarnición de ella muerta o prisionera".

"Cuando acababa de tomar posesión de las azoteas, y estando reunidos los prisioneros para salvarlos del furor del soldado, sentí en el último patio un tiroteo vivo, y habiendo acudido a dicho pasaje, vi que era ocasionado por tiradores alemanes, en la mayor parte, de un batallón de cazadores brasileros, que anunciaba su llegada a la altura de Casero, fusilando desde las ventanas unos oficiales y tropas prisioneros; entre ellos un doctor Cuenca, que yo había reunido en el último patio, para saltar las azoteas donde la resistencia fue más obstinada y vigorosa".

"Indignado de este proceder, avisé al señor General Díaz, quien me mandó dejar una compañía guardando la casa y los prisioneros, y para que recogiese los heridos de mi Cuerpo, entre ellos el Capitán Montero, que estaban diseminados en derredor y adentro de la casa, y marchara con el batallón a reunirse a la división que se ponía de nuevo en marcha en pos del enemigo".

El Capitán de la Compañía de Volteadores, don Macedonio Farías, quedó con la de su mando guardando a Casero, y custodiando el Hospital de Sangre de la División Oriental que iba a formarse allí. A las doce de la noche, dicho Capitán regresó a los Santos Lugares a incorporarse al batallón, conduciendo en carruajes los heridos de la división y de los prisioneros".

"Declaro, asimismo, que al atacar la División Oriental la casa fortificada de Casero, todavía estaba la división brasilera en línea a pie firme, y solo vi un batallón de cazadores salir a cubrir el flanco izquierdo de dicha división en el claro que acababa de dejar el movimiento atrevido de la División Oriental al envolver el costado derecho, llave de la posición de la línea enemiga".

"Este batallón de cazadores es el mismo que vi después desde las azoteas de Casero tomar el Palomar, rotonda independiente de Casero, y como a una cuadra de distancia del edificio, y de donde vinieron algunos soldados a tirar por las ventanas a los prisioneros".

"Al dejar la casa a cargo del Capitán Farías vi los batallones brasileros que llegaban recién a la altura de Casero, donde hicieron alto mientras la División Oriental y dos batallones correntinos corríamos a flanquear y envolver los restos de la infantería enemiga, que se salvaba del campo de batalla en dirección a los Santos Lugares".

"Permítame, señor General, ser intérprete de la consideración y el respeto de mis Oficiales para con vuestra señoría, y particularmente reciba la de éste su más atento servidor". Firmado: León de Palleja, el Capitán de la Primera Compañía José Avella; el Capitán de la Compañía de Carabineros, Capitán Arragoitía; el Capitán de la Tercera Compañía, Jacinto Batirraga; el Capitán de la Segunda Compañía, que fue muerto al tomar Monte Casero y por tanto no figura en esta nómina, como es lógico; el Capitán de la Compañía de Voltigeros, Macedonio Farías; el Capitán de la Cuarta Compañía, Adolfo Arragoitía; el Teniente Primero Manuel García; el Capitán Agregado a la Plana Mayor, Celestino Llamas; el Ayudante Mayor Primero, Manuel Ayala; el Teniente Primero, Federico Varas; el Teniente Primero, Subteniente, Benjamín Calvete; el Ayudante Mayor Segundo, Julio de la Palau; el Subteniente, Faustino Veromide; el Teniente Primero, Maximiliano Ramos; el teniente Primero, Juan Ayala; el Subteniente, Domingo Acosta; el Teniente Primero, Benito Ababé; el Teniente Segundo, Urbano Ferreira; el Subteniente, Benigno Clavijo; el Subteniente, Juan Peitri; el Subteniente, Agustín Martínez; el Subteniente, Otero García; y el Subteniente, Pablo Chacón".

Desde entonces, cuando tuve la felicidad y la oportunidad de adquirir este documento, así como este texto, pensé que el destino lógico y natural de él era que estuviera en posesión de quien fue su Jefe y, por tanto, de su Batallón, Don León de Palleja; que murió en la Guerra del Paraguay, autor de este texto, Oficial español que se incorporó y sirvió en el Ejército Oriental, y que muestra con este texto, de este libro, y con esta carta, su capacidad militar, su dignidad profesional y una vez más cómo las fuerzas que representan al Ejército de la Nación en cada oportunidad en que han tenido que actuar lo han hecho con dignidad, con coraje cumpliendo con su deber.

Hoy, como lo dijo el señor Comandante Pereira, esta Fuerza y otras, están llevando adelante otras tareas; tareas que son aquellas a las cuales vamos a visitar dentro de pocos días, en compañía del señor Comandante, el señor Tte. Gral. Pomoli, y los demás señores Comandantes en Jefe de las demás Armas en el Congo, en donde el Uruguay tiene allí una representación que es la mayor de todas las distintas representaciones militares que procuran ayudar a la paz en esa nación tan importante del África Central, en donde se desarrolla el esfuerzo mayor de Naciones Unidas en procura de hallar la paz.

Esta noble tarea que desempeña el Ejército del Uruguay, que lo ha hecho en el Asia y en el África en varios lugares y que lo continúa haciendo, y desde siempre en el Sinaí; es quizá una de las razones más importantes que justifican con creces y con largueza los esfuerzos que el Estado debe hacer para tener siempre a las Fuerzas Armadas del país al servicio de lo que son soy hoy las tareas propias de un mundo globalizado.

En un mundo globalizado las Naciones Unidas conforman las Fuerzas de Paz, y cuando recientemente las Naciones Unidas le dijeron al MERCOSUR, que podía ser que el MERCOSUR se encargara como tal, como organización regional, de las tareas de similar naturaleza en Haití, el Uruguay contestó que el MERCOSUR como organización regional no estaba en condiciones jurídicas habilitado para tales funciones, pero que el Uruguay estaba como Estado sí dispuesto a colaborar no solamente para el orden necesario que allí se pudiera establecer, sino fundamentalmente para colaborar como lo hacen las Fuerzas Armadas del país en las múltiples actividades de apoyo a la reinstitucionalización y reordenamiento de sociedades que no precisan únicamente de Fuerzas Armadas para hacer la paz, sino que precisan y fundamentalmente de Fuerzas Armadas y fuerzas civiles para colaborar con las naciones que, habiendo sufrido tanto desorden interno y tantas guerras civiles, hoy carecen de las infraestructuras necesarias para ordenar el desarrollo de la sociedad de cada una de ellas, y para consolidar los planos institucionales y legales sin los cuales las naciones no pueden sobrevivir.

Esta es una nueva y gran función del Ejército Nacional. Y cuando partamos el próximo domingo, para visitar a las tropas uruguayas que estuvieron en los lugares mas difíciles, y cuando estemos el día 27 celebrando seguramente con la mayor parte de los presidentes de las naciones africanas la celebración de la reelección del señor Presidente de Sudáfrica, al tiempo que la celebración de la finalización del apartheid, podremos decirles a todos ellos que cuando el Congreso de África, presidido por el presidente de Sudáfrica, llamó al Presidente del Uruguay para pedirle que las tropas del Uruguay se hicieran cargo del lugar más difícil, en Bunia, frente al Lago Alberto, frente a Burundi y Ruanda; y cuando las tropas del Uruguay estuvieron solas, enfrentando las circunstancias más difíciles, la razón de nuestra presencia allí es porque queremos decirles a unos y a otros, a los que están hoy sirviendo al país y al mundo, así como a los presidentes del África, que el Uruguay ha sabido responder con su mejor gente a las necesidades que esos países tienen de restablecer la paz, y desde ella la democracia.

Por tanto, señores Oficiales, Clases y Soldados del Batallón Florida, dejo en manos de vuestro Comandante, el Comandante Pereira, estos documentos, este texto que ustedes conocen pero que es bueno volver a tenerlo acá con ustedes, y esta carta, que sin ninguna duda es la prueba más fehaciente del valor, el coraje y la capacidad de cumplir, aún en las circunstancias más difíciles, con las obligaciones que la Patria le pide a sus hijos, por parte del Batallón Florida.