17/12/04
BATLLE EXHORTÓ A FORZAR ÁREAS ECONÓMICAS
El Presidente Batlle, en su última participación en
una Cumbre del MERCOSUR, exhortó a armar una sociedad abierta y romper los
cerramientos de las grandes áreas políticas-comerciales, que nos han
impedido crecer legítimamente como podemos hacerlo. El Presidente de la
República, hablando ante sus pares del bloque regional y Estados asociados,
agregó que "cuando se rompan esos obstáculos vamos a tener los
recursos necesarios para que nuestra gente, sin ninguna duda, alcance en
libertad los niveles de vida que tiene derecho todo ciudadano al nacer a
recibir a lo largo de su vida".
PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, JORGE BATLLE,
EN LA CUMBRE DE JEFES DE ESTADOS MIEMBROS DEL MERCOSUR Y ESTADOS ASOCIADOS
REALIZADA EN OURO PRETO, BRASIL
17/12/2004
PRESIDENTE BATLLE: Señores Presidentes y ex Presidentes,
señores Representantes de los Organismos que siempre nos acompañan en
nuestro trabajo, señor Gobernador de este poderoso Estado, e
históricamente de los más importantes en todo el orden de cosas de la vida
de la República Federativa de Brasil, de Minas Gerais.
Quisiera, en primer lugar, hacerles llegar a todos el
saludo del Presidente del Uruguay, el doctor Tabaré Vázquez, que invitado
a participar en la reunión de hoy, hizo que estuviera aquí presente,
representándole el próximo Vicepresidente de la República Oriental del
Uruguay, el señor Senador Rodolfo Nin Novoa, que esta aquí sentado a mi
lado, como expresión una vez más de lo que ha sido la tradición política
del Uruguay, de en forma armónica, luego de haber tenido un acto
eleccionario muy pacífico, puro, como siempre, abierto a todas las
opiniones, el gobierno saliente y el gobierno entrante trabajan en común a
los efectos de que la línea que el Uruguay ha mantenido en lo interno de su
vida política, económica e institucional, y en la colaboración que le
viene desde los fondos de la historia en la integración de organizaciones
como esta que hoy integramos y que hoy aquí, en Ouro Preto, estamos
celebrando los diez años de la anterior reunión de Ouro Preto, digamos el
reinicio con fuerza de un proceso que nos va a llevar con el tiempo a una
integración que nosotros, por lo menos, aspiramos a que se extienda desde
Alaska hasta Ushuaia.
Así lo dijimos en la oportunidad de nuestro discurso el
primero de marzo del 2000, cuando llegamos a la Presidencia de la República
en el Parlamento del Uruguay y hoy al despedirnos lo queremos reiterar:
somos partidarios de una sociedad abierta, en un mundo de creciente
integración, y por ello nos parece muy correcta la idea de ir consolidando
paso a paso nuestras estructuras internas, nuestras organizaciones
institucionales, nuestros sistemas judiciales, nuestros sistemas políticos
y, fundamentalmente, nuestros sistemas económicos.
El Presidente Lula dijo anoche, en un hermoso discurso,
de que el MERCOSUR era un destino, y yo comparto su punto de vista porque la
historia es hija de la geografía. La geografía es la madre de la historia,
por ende, y es lógico que esta integración que la tuvimos siempre, que la
tuvimos en la época de la colonia entre nosotros por más que habían
aduanas secas entre nosotros; que la tuvimos en los tiempos revolucionarios,
en donde era asombrosa la capacidad de comunicación, en aquellos tiempos en
relación a los escasos medios de comunicación posible era mayor la
comunicación que había entre nuestros hacedores de la Independencia que la
que hemos tenido nosotros hoy.
A propósito de Bolívar, alcanza con pensar cómo hacía
Bolívar para escribirse con Santander, de una punta a la otra del
Continente, con la asiduidad, con la intensidad, con la que se comunicaban
noticias y resolvían los asuntos políticos que comprendían no solamente a
la vida de sus áreas particulares de origen, sino a la de todo el
Continente. Entre Dorrego y el Deán Funes tenían más relación con
Bolívar, que muchas veces la relación que en mucho tiempo hemos tenido
nosotros con los Presidentes de las naciones de este continente.
Pero, por cierto, la globalización, la comunicación nos
va ayudando a integrarnos, y por lo tanto es lógico y es natural que
hagamos un esfuerzo serio, un esfuerzo responsable, no para crear
instituciones nuevas todos los días, sino un esfuerzo responsable para ir
-a través de las instituciones viejas y de las nuevas- armonizando tareas
para ir haciendo que estas instituciones funcionen plenamente y respondan
adecuadamente a las exigencias, necesidades y derechos de nuestros pueblos.
El señor Presidente Lula ha sido muy generoso en cuanto
ha dicho que yo prácticamente soy miembro de todos los países del
MERSCOSUR. Es cierto, mi familia tiene origen paraguayo, origen boliviano,
origen argentino, algún origen uruguayo que otro, y los peores años de mi
vida los pasé en el Brasil, en donde pude trabajar cuando mis derechos
estuvieron suspendidos, y entonces yo soy gaúcho, un buen gaúcho. Crea,
señor Presidente, un buen gaúcho. Y, por tanto, entonces para mí siento
que esa es una verdad, yo le quiero decir una cosa, señor Presidente.
¿Usted sabe una cosa? Es como aquel cuento, me pesa la sangre catalana. La
sangre catalana es una sangre pragmática, y la sangre pragmática me dice
que sin comercio abierto y libre, sin una sociedad abierta, nuestras
naciones no crecen.
Yo escuché al señor Presidente Lula decir con orgullo,
y lo felicito, y anoche tuve la oportunidad de saludarlo al Ministro
Palucci, felicitarlo, de que Brasil está a punto ya para llegar a una
exportación de cien mil millones de dólares. La Argentina este año
también exhibe otro tanto.
El Uruguay está llegando a un record de exportaciones,
de tres mil millones de dólares, nunca lo habíamos visto.
Ahora, eso sí, señor Presidente, ninguno de nuestros
países crece para adentro, crecemos para adentro después de crecer para
afuera.
Por tanto, es imprescindible que nuestros países
forcemos las integraciones globales que tenemos que forzar. Las forcemos.
Y le voy a dar un hecho práctico, señor Presidente. El
Uruguay no tiene gas, el Uruguay no tiene petróleo, por ahora, capaz que
algún día lo tengamos. Algunos de nosotros creemos que le podemos cambiar
al Presidente Chávez petróleo por leche, no es una cosa que los favorezca
pero en términos de solidaridad capaz que lo podemos hacer. Pero lo cierto
es que, la verdad, señor Presidente, es que el Uruguay se tiene a sí mismo
nada más, porque no tenemos una masa de granos que nos permita estar
presente en el mundo. La única gran cosa que tenemos es un poco de carne y
antes de llegar yo al gobierno, señor Presidente, el Uruguay vendía en el
MERCOSUR el 55% de lo que producía y hoy el 25.
Y el Uruguay ha crecido por el NAFTA y por China. Y esa
es una realidad que un país pequeño como el Uruguay la tiene que poner
arriba de la mesa. Es lo mismo que le pasa al Paraguay. Y esa es una
realidad que tenemos que reconocer en los países pequeños, tanto como en
los países grandes, porque todos vivimos de lo que exportamos.
El mercado interno crece porque creció el mercado
externo y no al revés, y eso es fundamental para nuestros países. Y por
eso es que nosotros hemos estado siempre sosteniendo los acuerdos posibles
con la Unión Europea, con el ALCA. En su momento en Asunción -hace ya
algún tiempo- sostuvimos la posibilidad del acuerdo del 4+1, insistimos en
eso y seguimos creyendo en eso porque creemos que en esos lugares nuestros
países tienen capacidades competitivas no sólo en el área de las commodities
-y de las commodities con valor agregado- sino que inclusive el
Brasil ha demostrado capacidad industrial que le permite competir con
éxito, en calidad y en precio, con los productos industriales más
importantes que producía antes la industria pesada del mundo.
Y eso entonces me parece a mí que tiene que ser el Norte
de nuestra orientación colectiva. Nuestra orientación colectiva debe ser
armar una sociedad abierta, para romper los cerramientos que las grandes
áreas políticas-comerciales, que nos han impedido crecer legítimamente
como podemos hacerlo. Porque cuando se rompan esos obstáculos vamos a tener
los recursos necesarios para que nuestra gente, sin ninguna duda, alcance en
libertad los niveles de vida que tiene derecho todo ciudadano al nacer a
recibir a lo largo de su vida.
Señor Presidente Lula, señores Presidentes: el Uruguay
simplemente lo que hace con esto es cumplir un destino histórico. Así lo
dicen las normas, las Instrucciones, mejor dicho, que nos dio nuestro Jefe
don José Artigas en 1813, en donde entre otras cosas dice que los puertos
del Uruguay tienen que estar abiertos a todas las naciones de aquel tiempo,
del continente de aquel tiempo, que era el MERCOSUR de hoy el continente de
aquel tiempo.
Lo dice la Constitución del Uruguay en artículos muy
claros y muy precisos, redactados por mí, señor Presidente, que incorpore
yo a la Constitución del Uruguay en la reforma constitucional de 1964.
Nosotros creemos en el destino común, sin exclusiones.
Lo vemos así claramente desde Alaska hasta Ushuaia.
Creemos que todos juntos eso lo podemos y lo debemos
hacer. Y consideramos además que hay algunas otras cosas que sería muy
importante poder llevar adelante.
Permítame, señor Presidente, para terminar que recuerde
nuestras conversaciones de Brasilia en el año 2000, cuando, en oportunidad
de la celebración del quinto centenario del descubrimiento del Brasil,
nosotros propusimos dos cosas.
Una que tuvo andamiento, que fue el IRSA, que para mí es
central y está en la base de muchas otras cosas que van a funcionar a
partir del entendimiento que tenemos que hacer en los campos de la energía
y de la comunicación; y otra son los acuerdos científicos.
Es absolutamente imposible que nuestros países puedan
competir si no tienen un desarrollo científico del nivel internacional que
hoy el mundo demanda para crecer.
En muchas áreas de nuestra vida, nuestros países están
a la cabeza del desarrollo científico. Si usted junta el conjunto de
conocimientos que tiene la Argentina en materia agrícola, el conjunto de
conocimientos que tiene el Brasil en materia agrícola; sin ninguna duda,
siendo Brasil y Argentina los dos más grandes productores agrícolas del
mundo en desarrollo, y por ende los dos más grandes proveedores de
alimentos sanos para el mundo, yo creo que si nosotros juntáramos el
conocimiento argentino y el conocimiento brasilero en el área científica
de la producción primaria, podríamos hacer algo al nivel más importante
del mundo y todos los demás podríamos acompañar esa tarea. Recuerda
usted, señor Presidente, que en la reunión de Río, del Grupo de Río, se
habló de la negociación de deuda por inversión y que nosotros anunciamos
en aquel momento, en aquella oportunidad, que estamos dando un paso en ese
sentido.
Entre aquella fecha y hoy, señor Presidente, en el
paraninfo de la Facultad de Ciencia del Uruguay, con la presencia del
Inspector General de la Hacienda de Francia, y Secretario del Club de
París, y del Director General del Instituto Pasteur, la Universidad de la
República del Uruguay y el gobierno del Uruguay celebraron un acuerdo por
el que el Uruguay, que después de la Guerra del ’14 le había condonado a
Francia la deuda que Francia tenía con el Uruguay, que en tiempo
desestacionalizado sería hoy equivalentes a 300 millones de dólares, el
Uruguay estaba en condiciones -al pagar los intereses de la deuda que tiene
con Francia- recibir parte de ello como inversión y consagrar y así se
hizo y se puso la piedra fundamental la construcción del Instituto Pasteur
en el Uruguay para toda la región.
Yo creo que eso es fundamental para el desarrollo de
nuestros países. Sin conocimiento en este mundo global y abierto, por más
que hagamos instituciones y que tengan ellas la belleza de la virtud
republicana, señor Presidente; parlamentos, tribunales, estatutos,
sociedades, sin el conocimiento hoy no jugamos en la Liga premier, y creo
que estos países -cada uno en su rubro- están en condiciones de hacerlo,
señor Presidente, con éxito.
Finalmente, y a título absolutamente particular, debo
decirles que he tenido el placer estos cinco años de trabajar con ustedes,
todos, en las distintas reuniones. He tenido el placer de concordar y el
placer de discrepar, porque creo que eso es el fruto del sistema
democrático del cual somos hijos todos y además es que el disenso, cuando
es un disenso racional, es un disenso que genera construcción, genera
crecimiento, genera progreso.
Estoy seguro que vamos a llegar a buen término y estoy
seguro, señor Presidente, que dada mi juventud lo voy a ver, así que
algún día tendré la oportunidad de venirlos a saludar para felicitarlos
por las muchas cosas que van a poder hacer. Muchas gracias.