15/07/04
ASUMIÓ NUEVO MINISTRO DE TRANSPORTE Y OBRAS PÚBLICAS
Con la presencia del Secretario de la Presidencia,
Raúl Lago, asumió hoy Gabriel Gurméndez como Ministro de Transporte y
Obras Públicas, tras la renuncia de Lucio Cáceres.
PALABRAS DEL SECRETARIO DE LA PRESIDENCIA, RAÚL LAGO, AL
IMPONER EN EL CARGO DE MINISTRO DE TRANSPORTE Y OBRAS PÚBLICAS, AL ING.
GABRIEL GURMÉNDEZ, EN LA SEDE DE DICHA CARTERA
15/07/2004
SECRETARIO
LAGO: Señor Representante Nacional, Ing. Lucio Cáceres, señor Ministro de
Transporte y Obra Públicas, Ing. Gabriel Gurméndez, señores Ministros,
Secretarios, señoras y señores.
La verdad que la Institución ministerial es de esas
Instituciones que está sometida normalmente a los cambios, por múltiples
razones, pero en una organización constitucional como la nuestra siempre
los Ministros son el que relaciona al Poder Legislativo y al Poder
Ejecutivo, y por eso muchas veces la presencia de los Ministros no suele ser
muy dilatada en el tiempo. No es el caso que nos toca asistir hoy, porque el
Ing. Lucio Cáceres ha estado en esta casa casi diez años.
Yo diría casi una vida, porque hay momentos en la vida
de los hombres -en el sentido genérico del término- que es el momento del
desarrollo, del esfuerzo, de la consagración de lo que se pretende; son
esos años en donde se consolida la personalidad, y donde hay realmente
oportunidad de hacer cosas. Y, bueno, hay opciones que se toman en la vida;
a veces la docencia, la empresa pública, la empresa privada. Este es el
caso de alguien que eligió el servicio público y creo que eso vale la pena
destacar, durante, sí casi diez años al servicio, al servicio público. Yo
digo, cuántas cosas entre estas paredes de decisiones difíciles, de
momentos, bueno, de satisfacción pero momentos amargos también, habrán
transcurrido por esta casa durante el periodo que el Ministro fue el Ing.
Cáceres.
Yo digo que como en todas las cosas hay periodos de
bonanza y periodos de sacrificio, pero en un Ministerio como este como en
toda la actividad pública hay que estar también haciendo opciones y todos
sabemos que cuando optamos por un lado, bueno, en alguna manera optamos por
el bien general o por beneficiar a determinados sectores y siempre hay
alguien que no se siente comprendido por las decisiones que se adoptan y eso
es en los periodos normales, pero, ¡vaya, vaya si le ha tocado al Ing.
Cáceres administrar o tomar opciones en las más difícil de las
situaciones! En administrar escasez, que eso es realmente una de las mayores
dificultades con las que se puede encontrar un gobernante.
Pero en definitiva, ahí es donde surge yo diría los
mejores momentos, porque dentro de la dificultad aparece la imaginación
para solucionar problemas que no se pueden solucionar por la vía simple y
clara de los recursos y ese ha sido el ejemplo de lo que ha transcurrido en
esta casa durante estos largos años, sobre todo en los momentos de
dificultades en materia de recursos.
Yo creo que, más allá de todos los actos, los hechos
concretos, yo pienso que cuando se termina una gestión -lo digo siempre- se
traza raya y se hace balance y siempre vamos a encontrar algo que, bueno,
que nos quedó en el debe y que hubiéramos querido hacer. No tengo dudas
sobre todo conociendo a Cáceres como profesor, como integrante del sector
de ingenieros de carreteras; en fin, todo eso lo ha llevado siempre a
imaginar cosas y a tratar de llevar adelante, pero creo que lo importante es
que hoy puede irse de esta casa, hacia el Poder Legislativo, a seguir
ayudando a este gobierno, a seguir participando de las decisiones y de los
momentos difíciles también, pero puede irse, puede irse, por sobre todas
las cosas con la satisfacción de haber cumplido, con honradez, con
eficacia, esta acción a lo largo de diez años. La satisfacción, Ingeniero
Cáceres, del deber cumplido.
Me toca, en representación del señor Presidente de la
República, imponer en el cargo al ingeniero Gabriel Gurméndez. En los
últimos tiempos, yo diría que generalmente, se habla de los recambios
generacionales, de la necesidad de abrir las puertas a las nuevas
generaciones para que ocupen posiciones y puedan desarrollar -yo diría- lo
que siente gente que viene detrás una de otra generación.
Hoy, bueno, como en muchos otros casos, yo si mirara
aquí a la gente que está acá, puedo asegurar de que en este periodo de
gobierno vaya si ha habido recambios generaciones, vaya si ha llegado gente
nueva a posiciones políticas de importancia, de responsabilidad; pero el
Ministerio de Obras Públicas es una gran responsabilidad.
Y en este caso, no sólo es el recambio de una nueva
generación de alguien que llega digamos naturalmente como llegan los
jóvenes, con ese viento fresco, llega también alguien con consabida
experiencia en la actividad privada y en la actividad pública. Porque,
Gabriel, el Ingeniero Gurméndez, ha estado ya hace algunos años atrás en
la administración de empresas públicas, y ha estado ahora también en
empresas públicas, y hace pocos días, hace pocos días con alguien que me
siento al costado, y que el Presidente me ha dicho tengo que separarlos,
porque estamos como en los bancos de la escuela, porque hablan mucho entre
ellos y me distraen en el momento de los acuerdos, me decía hay personas
que habría que clonar y una de las que habría que clonar sería al
ingeniero Gabriel Gurméndez.
Y no quiero extenderme más, porque la misión era
imponer en el cargo pero imponerlo con la seguridad de que este rumbo, de
que este rumbo que le dio con esta impronta que se le dio al Ministerio de
Transporte y Obras Públicas, desde hace casi diez años con el ingeniero
Cáceres se va a mantener, va a seguir por ese camino y va a tener por sí
-aún en los meses difíciles que quedan de esta gestión gubernamental- sin
lugar a duda, como ha sido las otras actividades de su vida, un gran éxito.
Suerte, ingeniero.
PALABRAS DEL SALIENTE MINISTRO DE TRANSPORTE Y OBRAS
PÚBLICAS, LUCIO CÁCERES
CACERES:
Señor Secretario de la Presidencia, señor Ministro de Transporte y Obras
Públicas, señores Ministros, Director de la Oficina de Planeamiento y
Presupuesto, señores Senadores, señores Legisladores, señores Directores
del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, funcionarios, amigos,
empresas:
En primer lugar, en primer lugar mis palabras son de
agradecimiento; agradecimiento por esta oportunidad que el Poder Ejecutivo
me dio de desempeñarme en el periodo anterior y en este segundo periodo al
frente de esta Cartera, para hacer lo que uno entiende que hay que hacer,
con todo lo que eso significa de cuota de responsabilidad, de cumplimiento
del deber, de que cuando se aceptan estas circunstancias los cargos, las
circunstancias, uno sabe que no siempre lo acompañan, como en el día que
nos casamos, en lo favorable y en lo adverso, en salud y en enfermedad, uno
nunca sabe cuál es la circunstancia que le va a tocar. Pero cuando asume
estas responsabilidades sabe que en todas ellas tiene que cumplir con lo que
es el deber.
Eso es lo que todos ustedes me han ayudado a lo largo de
estos años a realizar, a cumplir con el deber, todos. En primer lugar,
desde el propio Poder Ejecutivo, desde la Presidencia de la República,
desde los colegas que están aquí sentados y con los cuales hemos
compartido tantos temas; desde los legisladores, que siempre nos apoyaron y
que con los que tuvimos algunas diferencias siempre tuvimos una buena
relación de respeto. Con los directores nacionales de las distintas
direcciones de este Ministerio, con todos los funcionarios, todos, los 4.700
que hoy están en distintos lugares del territorio nacional y que todos los
días desde su aporte, desde su trabajo, desde su oficina, desde su moto
niveladora, hacen algo por este país.
A todos los empresarios, a los empresarios de la
construcción y a los empresarios del transporte. A todos los que todos los
días recorren varias vueltas al mundo en sus ómnibus, en sus camiones y
que hacen posible la vida y la movilización dentro de esta sociedad.
A los directores de las empresas vinculadas al
Ministerio, la Administración Nacional de Puertos, PLUNA, AFE; todos ellos
seguramente también protagonistas de toda esta gestión.
A mi familia, a mi familia que ha estado por un lado
disfrutando de mis goces y sufriendo también de mis padecimientos.
El ingeniero Gurméndez, que con vocación, con
decisión, con solidaridad, ha aceptado esta tarea que seguramente le va a
dar muchas satisfacciones, también dolores de cabeza; como todo en la vida,
siempre hay algún peaje y no me cuenten a mi de eso.
Pero han sido nueve años y cuatro meses intensos, de
tiempos más fáciles y de tiempos más difíciles.
De los tiempos fáciles, como siempre, uno guarda gratos
recuerdos, pero a veces más impronta dejan los tiempos difíciles, porque
son los que a uno lo templan, los que a uno lo obligan a tener que sacar
recursos de donde en tiempos fáciles tal vez no los imaginaba.
Y en ese camino, con ese compañero que hace tantos años
compartimos esta casa y labores políticas, que es el doctor Atchugarry que
anda por allí, seguramente en estos años fueron años muy fermentales de
al mal tiempo buena cara, poner todo lo posible para poder sobreponernos a
las circunstancias.
Y así creo que lo fuimos haciendo, lo fuimos haciendo
siempre con esfuerzo y dedicación constante. Tengan la seguridad que no
había posibilidad de poner ni más esfuerzo ni más dedicación.
Siempre estos momentos son momentos de balance, yo no voy
a hacer un balance de diez años, sí voy a hacer algunas menciones de
algunos pantallazos que el país ha vivido, porque a veces parecería como
que las circunstancias resultan que hacen deslucir los méritos.
Yo creo que hemos vivido en estos tiempos, los desafíos
de tener una red de carreteras que realmente nos distingue en toda esta
región. Cruzar al Brasil o cruzar a la Argentina y comparar es mérito
suficiente para no tener que hablar de lo que es la Dirección de Vialidad y
quien han estado a cargo de ella como diferencia frente a lo que son los
demás países que han vivido las mismas vicisitudes que ha vivido nuestro
país.
Haber logrado en estos años transformar la actividad
portuaria. Un puerto que era buen inspirador de Torres García y sus colores
grises, y que se ha transformado en un inspirador de movimiento, de
crecimiento, de dinámica, de 250 millones de dólares de exportaciones en
servicios que todos los años van creciendo y que en el medio de la crisis
más terrible el drama del Puerto fue que creció un 5%.
Haber podido ser protagonistas de haber iniciado un
proceso intenso de administración de los recursos hídricos en el país,
desde los acuíferos, del Acuífero Guaraní, hasta los acuíferos de
superficie de las cuencas, de las cuencas compartidas con otros países.
El desarrollo de la infraestructura edilicia en tantas
obras, que eran tres por día y siguen siendo hoy tres por día, y tal vez
esto erramos en poder no comunicarlo, no sabemos cómo comunicarlo: tres
obras todos los días que a lo largo de nueve años y cuatro meses se han
venido realizando con regularidad, y del cual el último episodio es este en
donde 500 escuelas hoy pueden ser atendidas en todo el país, y que vaya si
será importante estarse acordando de lo que es la obra edilicia, en algo
que es una tarea esencial del Estado como es la Educación Pública.
Ahí nos diferencia lo que hemos hecho estos años de
otras experiencias que ha habido en la vuelta.
¿Quién iba a decir que contenedores iban a terminar
apoyando a la Enseñanza Pública? Pero ese es el sentido que tenemos que
pensar en esta sociedad en donde los procesos de cambio vayan a fomentar por
un lado el desarrollo de los individuos y de las empresas, y por el otro
lado reforcemos lo que es el corazón duro de los Estados, el que siempre
sigue teniendo que estar, el que es necesario, que está para cumplir con
esos preceptos de igualdad que están en nuestra Constitución.
Hemos logrado, participando en el Aeropuerto, transformar
algo que hace 20 años recuerdo en las clases de facultad, ya hablábamos de
estas transformaciones que hoy se están haciendo realidad.
Hemos logrado transformar el Uruguay en un centro de
distribución y de logística para toda esta región. Y no es poca cosa, no
es poca cosa que el 10% de las exportaciones del país sean en servicios
vinculados al comercio.
Un capítulo a parte querría para el transporte, para el
transporte de carga, un transporte con el cual empezamos peleándonos en
conflictos gremiales en algo que no entendíamos bien por qué nos
peleábamos y en realidad lo que nos estaba sucediendo era que la
informalidad había ganado el territorio, y el transporte se había vuelto
informal. Y creo que esto que en el transporte pudimos reflexionar y poner a
trabajar, a cambiar un signo, seguramente lo vive el país en múltiples
órdenes, y ese es un gran desafío, y aquí lo empezamos a hacer; y
empezamos a tener un sistema de transporte que se convenció -como se tiene
que convencer la sociedad- de que ser formal es además de un buen negocio,
es la única forma de que convivamos todos y que el país pueda seguir para
adelante. Recorrimos ese camino.
Al transporte de pasajeros, peleando en su
sustentabilidad permanente cuando sus servicios son tan vitales para el
movimiento de la sociedad, cuando a su vez sus clientes tienen dificultades
en sus ingresos y por lo tanto el transporte es un elemento muy inelástico
de su demanda; pero haber podido seguir en ese camino reduciendo impuestos,
haciendo que el combustible haya tenido una transformación sustancial en su
estructura tributaria, y esto vale para la carga y vale para los pasajeros,
y en definitiva vale para los usuarios y vale para los que transportan. Y
ese es otro... un poste kilométrico importante que hemos hecho a lo largo
de estos años.
En el desarrollo tecnológico, que es otro de los
desafíos del país y que parecería que a veces se dice: ciencia
tecnología no es una prioridad, vaya si lo será, y allí tenemos por poner
solamente un ejemplo en la Dirección de Topografía un sistema de
información geográfico pionero en el mundo que hace que el Uruguay hoy sea
presidente de una de esas comisiones que en el mundo entero se ocupan de
esta materia, trayendo lo que es la tecnología de punta, metiéndonos en el
mundo del mañana. Creo que ese es también otro de los temas que ha estado
en todas las Direcciones, simplemente la ejemplifico con este caso.
La transformación ferroviaria, tal vez la más
importante de los últimos 50 años, que empezamos haciéndola en un modelo
que no sabíamos si iba a prosperar y en el ínterin en que estábamos
reformando ese modelo resulta que es el que la Unión Europea termina
adoptando. Tan equivocados no debíamos estar.
Por lo tanto, todo este breve racconto es de las cosas
que en cooperación todos los que estamos aquí hemos llevado adelante, y
que en la misma cooperación estoy seguro que llevará adelante el ingeniero
Gurméndez como Ministro de esta Cartera.
Lo conozco al ingeniero Gurméndez desde hace muchos
años. Siempre lo he visto en su actitud y en su decisión como un hombre
removedor y un hombre que seguramente le va a traer al Ministerio de Obras
Públicas nuevas ideas, nuevo empuje, ganas, de eso tengo la total certeza.
Va a contar además siempre con quien quiere esta casa
mucho porque es un poco la casa nuestra.
Deseo para el ingeniero Gurméndez y su gestión frente a
este Ministerio, que sean tanto los éxitos como los que ha tenido en todos
los lugares en donde lo hemos visto desempeñarse, y que lo inspire el mismo
sentido de servicio que quiero particularmente destacar; porque parece a
veces que en la vida política ya no hay, ya no da más criollos el tiempo,
ya no hay gente que está dispuesta a resignar la comodidad de su vida
personal para dedicarse a la causa pública.
El ingeniero Gurméndez estaba muy cómodo en Punta del
Este, siendo Gerente de un Aeropuerto, teniendo a su familia viviendo al
lado, pudiendo compartir un trabajo cómodo, porque ya había pasado la
etapa del estrés de las realizaciones para estar en la etapa del gozo de
los frutos de esas obras; había trasplantado a su familia, y el llamado de
la función pública y su vocación política lo hicieron dejar esas naves
para venirse a ANTEL como presidente, por haber demostrado la buena voluntad
de estar en cuanto lugar se le ha precisado, y hoy aquí para ser el nuevo
Ministro de Transporte y Obras Públicas; porque sigue dando criollos el
tiempo, yo les pido un aplauso por Gabriel Gurméndez.
PALABRAS DEL MINISTRO DE TRANSPORTE Y OBRAS PÚBLICAS,
GABRIEL GURMÉNDEZ
MINISTRO
GURMÉNDEZ: Señor Secretario de la Presidencia, señor Ministro de siempre,
señoras y señores, van a tener la suerte de que sea breve, porque Lucio me
ha dejado con bastante emoción.
Pero realmente asumir hoy esta tarea mayúscula, por
donde pasa el movimiento todo casi del país, y abrumado por los nombres que
han ocupado esta casa, es una tarea que se hace pesada.
Lucio que es el predecesor, es indudablemente uno de los
grande hombres de Estado que este país ha tenido, no en vano es un gran
pintor y tiene esa visión global de las cosas, no es un gerente excelente
para hacer las obras y construirlas, definirlas, dimensionarlas y
ejecutarlas, pero sino que es el hombre que es capaz de mirar el país desde
arriba con esa visión que tienen los artistas, imaginar un escenario
futuro, llevar adelante y ejecutar, y así nos ha dejado un país mejor, un
país como él lo dijo con mejores puertos, con mejores aeropuertos, con
mejores rutas, con Ingenieros mejor calificados, con concesiones,
resistiendo con su tenacidad y a lo largo del tiempo que ha tenido la suerte
de llevar adelante este Ministerio los proyectos que el país necesitaba. Y
va a ser difícil estar detrás de él, va a ser muy difícil estar detrás
de él. Él que pudo haberse ido también, porque es indudable que los
segundos tiempos fue de indudable dificultades, y ahí estuvo capeando
también el temporal y aguantando los momentos difíciles, y nadie le
hubiera reprochado después de la brillante primera gestión que había
hecho, que fuera a realizar otro tipo de actividades al servicio público.
Así que va a ser difícil venir detrás de Lucio con
todas sus virtudes y detrás de todos los gigantes que han estado en esta
casa, porque los nombres de Pintos Risso, de Soudriers, de Martín
Etchegoyen, de Jorge Sanguinetti, que tanto hizo también desde esta Cartera
por el país y Alejandro Atchugarry, esa especie de Abraham Lincoln moderno
que tenemos la suerte de tener en el Uruguay, con todas sus virtudes y de
que tantas esclavitudes nos ha liberado.
Realmente estar a la altura de quienes han estado en esta
casa es algo que a uno le inspira un cierto frío por la espina dorsal.
Por suerte, me siento bien acompañado y bien flanqueado,
porque basta mirar aquí entre los que están y sentirse, para empezar por
la letra A, el amigo Alfie, o que no digo Aguirrezabala y para seguir con la
letra B, con el señor Bordaberry o por la C, con "Neco" Costa, o
para sentir a José Agustín Aguerre que no está con nosotros, pero que va
a seguir estando, y a tantos hombres jóvenes que creo que sintieron y
sienten esta misma vocación de estar, que nos acompañan con Amorín, con
Barrera y la lista es larga pero termina en Z.
Realmente uno se siente flanqueado, se siente flanqueado
con el apoyo de gente que cuando en los momentos difíciles estaban allí
tuvieron la conducta debida y no la conducta indebida. Así que las nuevas
tareas en el Gabinete estoy seguro se van a hacer más livianas sintiendo el
apoyo de todos ellos. De Ramela desde afuera, de los legisladores que nos
acompañarán como Amorín y Barrera.
Así que asumimos esta función en un momento donde
afortunadamente hay cosas que se han dejado atrás, que podemos eliminar del
diccionario habitual la palabrita esa que empieza con C de la que por suerte
ya nos vamos olvidando.
Y la gente que está haciendo las cosas importantes en
este país, que son los que están acá, nos van a apoyar, ojalá sigan
estando, haciendo cosas importantes por el país y de lo que no hay ninguna
duda es que van a seguir estando por mucho tiempo haciendo cosas importantes
por el país.
Así que, me alegro de tener la fortaleza de poder
integrarme a ese grupo y sentir que ese peso se me va alivianar con el apoyo
de todos los demás.
No se pueden decir muchas cosas cuando uno asume,
simplemente decir lo que somos.
Creo que el Uruguay nos conoce a nosotros como la
identidad, como grupo, como lo que pensamos, como lo que sentimos.
No venimos a prometer más nada de lo que siempre hemos
prometido: manejarnos con profesionalismo, con austeridad, manejar la cosa
pública como si fuera nuestra, abrir espacios de libertad, manejarnos con
prudencia, con equipo, en la misma dirección en que hemos estado siempre.
Nada más que eso.
A nosotros la gente nos conoce, nosotros no tenemos que
salir a definir lo que somos, no tenemos que hacer periplos y a explicar
cuando decimos que vamos a dar certezas para la inversión, lo que vamos a
hacer.
Nosotros no tenemos que hacer malabarismos intelectuales
o jurídicos para explicar que los referéndum o las leyes que proponemos en
realidad no tienen el efecto que pensábamos que iban a tener para adelante;
nosotros tampoco tenemos las obligaciones de tener que ir a rendir cuentas a
ningún lado porque desde aquí todo el mundo sabe exactamente lo que
decimos, y tenemos claridad y no vamos a tener que hacer aclaraciones de un
día para otro de lo que pensamos.
Nos conocemos, nos conocen, nos conoce el país, y lo
único que proponemos y que prometemos es seguir trabajando en la misma
dirección y en la misma senda y con la misma tranquilidad y con la misma
sensación cualquiera sea lo que todos los demás piensen en el sentimiento
de que estamos cumpliendo con el deber.
El momento duro, el momento donde teníamos que apretar
los dientes, sentirnos fuertes, bajar la cabeza y arremeter ya se ha pasado.
Esa letra C, esa palabra de la letra C se ha ido y estamos con la otra letra
C, la otra palabra, la del crecimiento, la de la confianza, la de la
proyección, la de la esperanza, la de que estamos seguros que si seguimos
en este rumbo que creo que a la luz está no hay rumbo alternativo, porque
nadie parece hoy proponer otra cosa de lo que siempre nosotros hemos
propuesto y hemos dicho, en esa senda es en la que vamos a seguir.
Yo quisiera -ya que Lucio lo trajo- decirles que a mi no
me gustaría que me clonaran, porque estoy en contra de esas cosas, lo dijo
Raúl; pero francamente las palabras de Lucio me emocionaron mucho, y están
mis hijos y la verdad que me alegro que lo haya dicho, porque seguramente
habrán comprendido un poco mejor las razones de mi ausencia y las razones
de mi opción.
Raúl, me gustaría que le trasmitas al señor Presidente
de la República el agradecimiento especial, la distinción de la
renovación insistente de su confianza, que lo único que hace en mi
francamente es excitar mi celo para dar más, para motivarme más, para
trabajar más, con lealtad por el país, y ayudarlo en esta última etapa
desde aquí con la contribución que podamos dar en estos meses para
entregar como sabemos que lo estamos haciendo, porque ya hoy es casi una
realidad, un país mejor, un país mejor al que teníamos, un país con más
empleo, porque ya hoy tenemos más empleo del que en algún momento cuando
esto empezó había, un país que canaliza inversiones, que no se miden en
millones, sino que se miden en billones, un país donde ahora nadie, nadie
duda de que ha reestructurado y ha resuelto los problemas financieros para
el porvenir, para que cualquiera sea el que venga tenga la tranquilidad de
poder desempeñarse con un país estable y confiable, un país que tiene
mejores infraestructuras, un país que ha desregulado mercado, que ha roto
monopolios, que ha construido nuevas tecnologías y nuevas formas en todos
los ámbitos, y especialmente desde las telecomunicaciones, un país que ha
abierto espacios de libertad, un país que tiene un gobierno transparente,
estable y confiable; en definitiva una Nación que tiene hoy esperanza y
porvenir. Muchas gracias.