24/03/04

La OMS ha declarado que la tuberculosis constituya una emergencia mundial pues está fuera de control en muchas partes del mundo. Se registran 8 millones de casos nuevos cada año y mueren por esta causa 1,8 millones de personas.

En nuestro país se inició un descenso marcado de la incidencia a partir de 1980. Hasta fines de los 80 se alcanzó un promedio de 7% de descenso por año. Sin embargo en la década de los 90 se observó una disminución de la velocidad de descenso y últimamente se comprueba un estancamiento en la incidencia.

En cierta medida, nuestro país no escapa al resurgimiento de la enfermedad que se ha verificado en todo el mundo, incluso en los países más desarrollados. De todas formas, el repunte de la enfermedad en Uruguay, aún no se ha manifestado. En el año 2003 se registraron 652 casos de los cuales 382 fueron bacilíferos.

La estrategia denominada DOTS (sigla inglesa que significa tratamiento de corta duración observado directamente) se ha aplicado en nuestro país desde hace más de 20 años. Ello significa un gran esfuerzo organizativo y económico para lograr el cumplimiento total del tratamiento antituberculoso. Con ello se logra la curación del paciente y cortar las transmisión de la enfermedad.

No obstante, actualmente enfrentamos a algunos desafíos que debemos superar a la brevedad. La creencia errónea de que la enfermedad ha sido erradicada del país, ha generado en la población e incluso en los profesionales de la salud, una sensación de seguridad que hace desestimar el diagnóstico de la tuberculosis ante síntomas característicos de la enfermedad como son la tos y expectoración prolongada a los cuales se les atribuye otras causas.

Esto da lugar a consultas y diagnósticos tardíos, lo cual prolonga el período durante el cual el enfermo disemina la infección entre quienes los rodean.