Una de las cosas necesarias e
impostergables es "un esfuerzo en la integración energética del
sistema mercosuriano de generación de energía; si hoy tuviéramos una
plena generación energética no tendríamos la naturaleza de la crisis que
estamos teniendo", dijo el Presidente Batlle, en la apertura del
Congreso "Políticas para promover la Convergencia Estructural en el
MERCOSUR".
PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, JORGE BATLLE,
EN EL EDIFICIO DEL MERCOSUR
26/03/2004
PRESIDENTE BATLLE: Hemos hecho mucha cosa y como todos
los esfuerzos de esta naturaleza, son enormes las cosas que tenemos que
hacer. Habíamos hablado con el secretario, en su momento, de repasar todo
cuanto habíamos aprobado, para ver qué es lo que nos faltaba hacer en los
distintos Parlamentos que integran el MERCOSUR. En aquel momento la
Argentina había sido el país que tenía una proporción mayor de temas
aprobados, por sus disposiciones constitucionales; y los demás, -en algunos
casos todos- teníamos tareas a cumplir que aún no habíamos cumplido.
Se advierte claramente, no solamente a través de este
tema, sino en otras cosas centrales, que muchas veces hay áreas
prioritarias que podrían ayudar muchísimo a resolver problemas de
integración, y también a resolver problemas de crecimiento en los
distintos países. Y circunstancias excepcionales, motivadas por hechos de
la naturaleza, por hechos sociales, o políticos, nos muestran la necesidad
de apuntar a esos temas como uno de los temas principales a tratar
precisamente por el COREPER, y fundamentalmente por su presidente, el
Presidente Duhalde, que lo tenemos aquí en una tarea que me parece que es
una tarea central para el MERCOSUR. Los presidentes todos tenemos nuestros
problemas y los problemas de los presidentes no cesan, como ustedes todos
saben, son 24 horas por 24; mientras que el Presidente Duhalde tiene la
posibilidad de representarnos a todos, vernos a todos, viajar por la región
para poder encarar con más practicidad y con más velocidad los planteos
comunes.
Una de las cosas que hoy se ven como necesaria, y como
impostergable, es un esfuerzo -que no costaría mucho dinero- en la
integración energética de todo el sector, de todo el sector, y
fundamentalmente del sistema mercosuriano de generación de energía. Si hoy
tuviéramos una plena generación energética no tendríamos la naturaleza
de las crisis que estamos teniendo. Hoy por hoy, por ejemplo cuando hay
-como hay ahora -un poco de seca en el Uruguay, el Uruguay tiene solamente
-en términos de nuestros hermanos brasileros- una sola bacía; y la bacía
del Río Negro y la bacía del Uruguay es más o menos muy parecida, por
tanto, cuando hay seca nos paraliza todo el sistema de generación
hidroeléctrico que abastece el 70% de la energía eléctrica del Uruguay.
Mientras que no es el caso de Brasil, por su dimensión tiene distintas y
muy importantes bacías y, por tanto, la generación hidráulica en Brasil
alcanza el 95% de todo su consumo, y la falta de conexión determina que los
problemas de la Argentina hoy, que se van a solucionar seguramente en forma
muy rápida con una mejor inversión, no se pueden atender porque no hay una
interconexión que nos permita jugar con los excedentes y manejar los picos
y resolver los problemas. Y hacemos de esta manera que, para encarar
soluciones, tengamos que apelar a restricciones, a modificaciones de
abastecimiento de gas por abastecimiento de full oil, o lo que es peor de
gas oil, haciendo que las tarifas eléctricas se multipliquen por tres, se
multipliquen por cuatro; afecten el trabajo, afecten la industria, afecten
los consumos hogareños, y todo cuanto es central al desarrollo de estos
países.
Por tanto, es una de las tareas que le hemos confiado al
señor Presidente Duhalde, desde el COREPER, es precisamente esa. Desde su
conocimiento de los problemas de los países, por haber nacido y vivido
alrededor de ellos desde su posición que todos los reconocemos como un
hombre conocedor de esas cosas, desde su capacidad de poder golpear todas
las puertas y saber que todas se le van a abrir; es un instrumento
particularmente útil para en los momentos de crisis darnos cuenta de lo que
podemos y debemos hacer para resolverlas para siempre. Y diría que la base
de toda acción es esa, la base de la acción del COREPER está referida
precisamente a eso.
Y el tema hoy de la energía es un tema central, no
solamente para la Argentina sino también para el Uruguay; lo fue para el
Brasil, lo es para Bolivia como generadora de energía, que la quiere
vender, tenemos que salir a buscarle soluciones a Bolivia para ayudarle a
resolver ese problema, lo es para todos nosotros hoy y en el futuro. Estamos
creciendo en el Uruguay a un siete por ciento, la demanda, la Argentina lo
mismo y estamos todos corriendo de atrás una realidad que con una
interconexión adecuada la podríamos resolver sin ningún problema, porque
la energía instalada da para lo que estamos necesitando. Además hay cada
día más descubrimientos, la yacida tan importante de gas que se acaba de
descubrir en Brasil, abre la tranquilidad de saber que ese país en poco
tiempo no va a necesitar importar, va a poder vivir de sus recursos, y esto
va a progresar en América. Y si integramos la energía todos vamos a crecer
muchísimo y vamos a poder superar asimetrías que no tienen por qué
existir permanente, en forma permanente.
Los países chicos, por ser chicos, no somos más
débiles. Al contrario, muchas veces pueden ser hasta más fuertes, o más
equilibrados y pueden no necesitar tener diferencias especiales hasta tanto
ellos -como ha ocurrido en Europa, con Portugal y con Irlanda y con Grecia-
se pongan a la par de los demás, para ceder esos beneficios en favor de
otros nuevos que ingresan a la Comunidad Económica Europea.
Señor Presidente, ya podemos empezar a trabajar un poco
después de estas pequeñas palabras que tengo el gusto de pronunciar aquí,
al lado suyo, cuando estamos poniendo en marcha algo que creo que va hacer
muy útil para nuestro MERCOSUR y para nuestros países. Muchas gracias.
PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, JORGE BATLLE,
EN EL EDIFICIO DEL MERCOSUR
26/03/2004
PRESIDENTE BATLLE: Al Uruguay no hay nada que le sirva
más que una Argentina próspera y rica, porque estamos ligados a ella desde
siempre, históricamente, políticamente, socialmente, familiarmente,
económicamente.
Al Uruguay no hay nada que le sirva más que un Paraguay
próspero, que crezca, que pueda superar las limitaciones territoriales.
Eso quiere decir que partimos de la base que el MERCOSUR
es una sociedad de iguales, desde donde desde la buena fe todos estamos
procurando hacer lo mejor, para todos mejorar.
Ahora, el MERCOSUR no es una sociedad, a mi juicio, para
crecer comercialmente por desviación de comercio a cambio de la rebaja de
los aranceles dentro del MERCOSUR. Eso no fue el objetivo del MERCOSUR,
porque eso tiene una limitación clarísima.
En el año 2002, antes del boom de la soja, las
exportaciones argentinas eran del orden de los 25 bi y la del Brasil de los
60 bi, y la del Uruguay de dos; no recuerdo la de Paraguay. Es evidente que
Brasil precisa 140, la Argentina 50 y nosotros el doble; y es evidente que
eso no se va a lograr entre nosotros, jamás. Por lo menos en los tiempos en
que mis expectativas de vida, que son mayores que las que ustedes se
imaginan por un problema genético, lo vamos a poder ver. Por tanto, lo
tenemos que hacer hacia afuera, si no lo hacemos hacia afuera, hacia adentro
eso es imposible.
Para hacerlo hacia fuera, yo diría que podría yo decir
-como ya me estoy por ir del gobierno puedo decir alguna barbaridad más-;
para hacerlo hacia afuera podríamos hacer entre todos lo que Chile hizo
para sí, porque si a Chile le funciona no veo por qué no nos van a
funcionar a nosotros si lo hacemos entre todos.
Pero las asimetrías que señalaba el amigo García
Peluffo, cuya capacidad intelectual tanto respeto y admiro, eso del tamaño
no me gusta; no veo cómo vamos a jibarizar al Brasil. El Brasil tendrá
siempre el mismo tamaño. Por tanto, si el tamaño genera las dificultades,
no nos podíamos haber acordado jamás un acuerdo con Brasil, y si el
tamaño va a generar dificultades para siempre, con diferencias en lo que
vamos a actuar unos frente a otros, entonces el MERCOSUR habría nacido
invalidado por las diferencias de tamaño.
Aunque me imagino lo que está pensando el amigo, que el
tamaño genera la diferencia; no es por el tamaño, sino por lo que ellos
generan. Y yo digo que el tamaño no genera la diferencia, lo que genera la
diferencia son las diferentes políticas macroeconómicas; porque, entonces,
los aranceles desaparecen con las políticas diferentes macroeconómicas. Lo
que genera las diferencias son los beneficios fiscales de los sistema
federales, y los que generan las diferencias son las disposiciones, como la
disposición 32.
Vamos al grano. El Uruguay dependía el 52% de sus
exportaciones del MERCOSUR; hoy el 24, y no es por la soja porque el Uruguay
no es un país agrícola. Lo que quiere decir que si todos queremos crecer
para el mundo, tenemos que tener una política interna macroeconómica,
arancelaria, y de beneficios internos dados por países federales, y de
apertura al comercio internacional, que nos permita eliminar las asimetrías
que se generan cuando eso no se dan. Porque si el Uruguay devalúa, a la
Argentina y al Brasil no les pasa nada. Pero cuando la Argentina y el Brasil
devalúan, nosotros no solamente temblamos, sino que estamos en condiciones
difíciles de sobrevivir. Y cuando tenemos que competir con estados enormes,
más grandes que nuestro Estado, que tienen beneficios especiales que no
podemos aplicar en nuestro departamento, porque somos un país unitario, no
podemos competir. Y cuando al mismo tiempo no podemos negociar,
individualmente, porque dependemos de una negociación colectiva en donde es
lógico y natural que tengamos antes que nada que respetar y atender las
necesidades de los países más grandes, tampoco podemos competir. Entonces
allí es donde se generan las asimetrías.
Un país chico, sin esos problemas, no tiene problemas de
tamaño; puede crecer desde sus propias calidades y cualidades.
Pero un país chico, o un país grande, con esos
problemas tiene tantas asimetrías que se les hace muy difícil progresar o
prosperar, salvo cuando existen circunstancias como las que en cierto
momento uno vive al amparo de algunas condiciones propias y exógenas que
vienen a beneficiar el desarrollo económico.
Yo sé que todo esto es enormemente difícil. Yo sé que
hacer lo que Chile hizo de bajar los aranceles es tan difícil, tan
difícil, que eso le ha impedido a Chile ser miembro pleno del MERCOSUR y le
impedirá siempre; porque Chile, no está en condiciones de subir los
aranceles y aparentemente el MERCOSUR no está en condiciones de bajarlos,
si no negocia primero. No sé que es primero, si el huevo o la gallina.
Yo comprendo la situación de Brasil, comprendo la
situación de la Argentina. La única cosa que digo es que la situación del
Uruguay y del Paraguay sufre muy mucho por esas circunstancias.
Y yo creo que eso lo tenemos que poner arriba de la mesa
y analizarlo, porque todos queremos que todos andemos mejor.
El Uruguay no puede pretender que Brasil y que Argentina
actúen internacionalmente con los mismos parámetros que actúa el Uruguay.
Es absolutamente lógico, es natural; lo tenemos que reconocer, lo tenemos
que instrumentar. Y eso también sirve en términos recíprocos.
Para el Uruguay no hay cosa mejor que el Brasil y la
Argentina prosperen. Y estoy absolutamente seguro que para el Brasil y la
Argentina no hay cosa mejor que el Paraguay y el Uruguay también prosperen.
Y yo no creo que eso se arregle con fondos, ni creo que se arregle con
préstamos, ni creo que se arregle con nada de eso; yo creo que se arregla
con acceso a los mercados y se arregla con eliminación de obstáculos, que
no son tantos de la falta de institucionalidad real del MERCOSUR, sino que
provienen precisamente de que cuando negociamos todo en Ouro Preto, la parte
macroeconómica no lo hicimos. Entonces, fíjese el problema que tiene
Europa con Maastricht después de 50 años. Y fíjese el problema que
tenemos nosotros, los países menores, cuando los países mayores tienen sus
necesidades monetarias que generan cambios muy fuertes, para poder superar
esas circunstancias.
O sea, que lo más importante, Presidente Duhalde, es que
usted ha puesto la cosa arriba de la mesa. Y lo más importante es que hemos
llegado todos a un grado de cultura política, cultura económica, cultura
social, que nos permite a todos decir lo que sentimos, sin confrontaciones.
Estas cosas no deben, ni deben generar confrontaciones entre los países,
deben generar el reconocimiento de las dificultades, para que los talentos
que ustedes manejan y poseen instrumenten las cosas para superarlas y para
que todos podamos crecer en armonía, con felicidad, y con paz. Muchas
gracias.