01/05/04

CRECIMIENTO, CON SERIEDAD, ESTABILIDAD Y LIBERTAD.

"Creo que el mensaje más importante que se le puede dar a un país, un 1º de Mayo, es un mensaje de seriedad, de estabilidad, de libertad, y de decir que estamos creciendo, estamos en la buena senda, estamos en el buen camino y que hemos recuperado todo lo que hemos perdido y estamos creciendo por encima de eso", dijo el Presidente de la República, Jorge Batlle, al referirse al Día de los Trabajadores.

DECLARACIONES A LA PRENSA DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, JORGE BATLLE, EN LA RESIDENCIA DE SUÁREZ, AL REGRESO DEL VIAJE A SUDÁFRICA Y A LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO. 01/05/2004

PRESIDENTE BATLLE: Bueno, estimados amigos, muy buenos días. De regreso de nuestro viaje a Sudáfrica y a la República Democrática del Congo.

En primer lugar, ya todos ustedes conocen por la información recibida lo que ha sido la celebración en Sudáfrica, una celebración en la que participó todo el pueblo en una expresión enorme de regocijo. Nos tocó por fortuna estar sentado junto al señor Mandela y al señor de Klerk en el acto de toma del mando, de jura ante el juez como se estila en esos países, del señor presidente Mbeki; en una celebración que se hizo al aire libre, con una participación multitudinaria, celebración que continuó todo el día y que se extendió hasta la noche; con la participación de artistas sudafricanos y seguramente de otros lugares del África, con la presencia de todos los mandatarios del Continente africano y algunos delegados de distintos países; de América del Sur estábamos como presidentes, el presidente de Chile y quien habla.

Todo se celebró bajo -digamos- la definición de diez años de libertad. Lo que uno observa allí es que ha sido una transición hacia la libertad -destruido que fue el apartheid- realmente formidable. Realmente en tiempos del apartheid, Sudáfrica estaba totalmente aislada del mundo y, por tanto, la transformación presidida por ese gran hombre, gran hombre para la historia de la humanidad de todos los tiempos, Nelson Mandela, fue una -digamos- un acto que se celebró con dulzura y con paz. Lo que el señor Mandela trasmite desde su ser, desde su persona, es dulzura y paz. Estuvo 27 años preso, podía haber generado seguramente un vasto incendio en todo el Continente, sin embargo, generó un enorme sentimiento de entendimiento y de paz.

Y eso lo permitió entonces a un país con un enorme potencial, con una enorme base industrial y tecnológica, un desarrollo y una expansión realmente formidable, donde Sudáfrica se transforma, por ende, en un país abierto al mundo, en un país enormemente capaz de producir cuanta cosa uno puede imaginar y también un centro de crecimiento y desarrollo de todo lo que es el África, desde sus fronteras hacia el resto de los países con los que limita y hacia al norte, particularmente hacia el centro del África, o sea, a la antigua organización llamada Zaire y hoy llamada República Democrática del Congo.

El día de nuestra llegada, nuestro embajador -que ha estado ya cuatro veces recorriendo el Congo- el embajador Moreno nos había preparado una entrevista con el vicepresidente dado que el presidente estaba con todas las ocupaciones previas a la investidura; conversamos largamente con el vicepresidente, a propósito de precisamente de la cosa política del continente y de la situación de la República Democrática del Congo, dado que ustedes saben que allí existe no solamente un proceso de paz, sino que es el más grande proceso de paz que jamás haya manejado Naciones Unidas, por la naturaleza del país donde este se desarrolla, por su importancia, por su magnitud, por su dimensión, por sus condiciones tan particulares como ya lo vamos a ver. Y el Uruguay tiene allí la posición más importante de todos aquellos que participan, puesto que sobre 10 mil hombres de las distintas fuerzas, tanto fuerzas navales, aéreas, militares y policiales, solamente el Uruguay tiene 2000. O sea, que es el grupo mayoritario de todo el esfuerzo de paz de la República Democrática del Congo, que es el asunto central que hoy maneja políticamente el Continente africano, el Congreso Africano, y que maneja fundamentalmente por su influencia política lógica y natural el Presidente Mbeki y su país, Sudáfrica.

Luego de participar, por tanto, de estos actos nos trasladamos acompañados del embajador Swing, que es un embajador, un antiguo embajador americano en el África, que ha sido seleccionado por Naciones Unidas por sus capacidades; es uno de esos individuos que tiene esa capacidad de hablar, además del francés y el inglés y alemán, los idiomas locales, el zwagilli y todos los dialectos que andan por ahí, nos fuimos hasta Sudáfrica; de Sudáfrica, de Johannesburgo, a la República Democrática del Congo.

Llegamos, como primera pierna del camino, a la antigua ciudad de Elizabethville que hoy se llama Lubumbashi, en donde nos recibieron las autoridades locales; muy próxima a la frontera sur del Congo, en donde ya hay observadores militares uruguayos, ahí está el Teniente Coronel Bouyancur, en donde es la antigua provincia de Katanga, la zona mineral más rica, con una ciudad de más de un millón de habitantes. Las estimaciones de habitantes son esos, son estimaciones, ¿no es verdad? Y ahí hicimos, volvimos a tomar combustible, estuvimos con las autoridades, nos recibieron; la banda de música militar había aprendido de oído a tocar el Himno del Uruguay, ustedes lo habrán visto en algunas imágenes que se mandaron desde allá por un sistema que ha desarrollado nuestra gente de SEPREDI. Estuvimos con todas las autoridades locales, con la autoridad política de Naciones Unidas que es una señora colombiana, que nos informó de las cosas que allí ocurren. Ahí hay problemas, problemas fundamentalmente con un sector rebelde llamado Mai Mai, en fin, que está todavía sin haberse incorporado a los procesos de paz.

Luego volvimos a volar hasta Kisangani, Kisangani está sobre el río Congo, junto a los rápidos; la base militar uruguaya está frente al río Congo, desde ella se ve el río Congo que es un formidable río, es del tamaño del Paraná, ¿no?; es un río enorme, inmenso, capaz de generar una corriente eléctrica -si se hacen las inversiones correspondientes- que pueda dar electricidad a buena parte de toda el África. Una ciudad de -según se estima- de más de tres millones de habitantes, donde hay un aeropuerto bastante importante que le permite a los aviones de Naciones Unidas llegar con aprovisionamientos, porque no hay carreteras, por tanto todo es por aire.

Imagínense ustedes, el costo y las dificultades que generan un país que tiene dos millones, doscientos mil kilómetros cuadrados. En donde la capital está en esta punta y los acontecimientos difíciles ocurren en el otro extremo del país, en el Este, en la frontera con Ruanda, con Burundi y con Uganda; porque es toda la zona, la zona más difícil, la zona más riesgosa, la zona conflictuada, en función de que toda esa zona de las provincias de Ituri y Kibu norte y Kibu sur y Katanga, que corren a lo largo de esa frontera son las provincias en donde tradicionalmente se han desarrollado las explotaciones de minerales, en donde los minerales, la pregunta no es que cuáles son los minerales que hay, sino cuál son los que no hay, porque hay los minerales conocidos y los no conocidos, entre otros algunos que son esenciales para determinados tipo de instrumentos vinculados a las tecnología de puntas, y que han generando allí una serie de problemas políticos, militares, de sectores que aun no han querido, o han sido estimulados, a no entrar en un proceso de paz, que generan enfrentamientos tribales, enfrentamientos muy fuertes. Y en donde el Uruguay ha tenido una actividad tremendamente elogiada por todos y cada uno de aquellos que nos han informado, tanto de las autoridades locales como de las autoridades de Naciones Unidas, como de las autoridades de África del Sur.

Luego de estar en Kisangani, y de participar de un acto muy emotivo con la presencia de las tropas uruguayas, no de todas porque ustedes se podrán imaginar que estamos desplegados en distintas zonas; ahí hay mil quinientos efectivos del Ejército, en la base había más o menos cuatrocientos, o algo parecido, en donde tuvimos oportunidad al cumplir con lo que se había dispuesto, la condecoración del Pabellón del Ejército, del batallón correspondiente, y también la condecoración del Pabellón de las Fuerza Naval, que había tenido -como ustedes saben- también en el río Congo una intervención muy importante a favor de ayudar al salvataje de personas que tenían, corrían peligro de vida. Y de estar todo el día con ellos, y de participar de ellos, fuimos hasta Kinshasa, adonde llegamos después de varias horas de vuelo, porque es muy larga la distancia al aeropuerto de Kinshasa; atravesamos por la noche la ciudad, y nos encontramos por la noche con el Presidente Kabila, con quien conversamos y luego cenamos.

A la mañana siguiente, volvimos a tener una entrevista con el gabinete del Presidente Kabila, un hombre joven, hijo del que fue el antiguo Presidente que fuera asesinado no hace mucho; y que él es el fruto de un acuerdo que todavía no está completado ni conformado en forma definitiva, llamado acuerdo de Lusaka, que es el nombre de una ciudad, que ha sido fundamentalmente instrumentado con la presencia política de Sudáfrica y las Naciones Unidas.

Luego de la conversación con el Presidente Kabila, que fue una conversación a mi juicio importante, y la firma de un documento final, nos trasladamos al Cuartel General de Naciones Unidas, en donde el señor Embajador Swing nos hizo una exposición, también que trajimos, que podía ser interesante que ustedes la vieran, en cuanto a la realidad. Se supone que en las últimas guerras han muerto tres millones y medio de personas; se supone, pueden ser muchas más; se supone que hay un porcentaje altísimo de gente enferma de SIDA, se supone que puede ser el cuarenta, que puede ser el cincuenta o puede ser más; se supone que puede haber cincuenta millones de habitantes, pueden ser más. Cuando uno pregunta cuántos habitantes tiene la ciudad, dicen: bueno, entre seis millones y ocho millones, o nueve millones. O sea, la cosa es así, es un país enormemente grande, enormemente rico de todo, de energía, de agua, de petróleo, de pescado, de minerales; una tierra imponente, unos árboles de cuarenta metros, maíz todo el año si se plantara, ganado que puede engordarse por todo el año, con una población enormemente, trágicamente, pobre, pobre. Les puedo asegurar que cuando uno llega a su país a uno le dan ganas de bajar la escalera y hacer como el Papa, besar la tierra; enormemente pobre. Les puedo asegurar que hay que, hay que hacerse de un esfuerzo emocional muy grande, para ver un país en donde yo soy eterno en ese país; no creo que el promedio de vida pase los 38 años.

O sea, que ahí está todo por hacer, han tenido guerras intestinas permanentes, una inestabilidad política en toda el área muy grande, muy grande, que continúa. Nosotros planteamos la necesidad de utilizar las distintas fuerzas, inclusive la nuestra, para empezar a hacer cosas. Se pueden hacer una enorme cantidad de cosas. Nuestra gente está en condiciones de hacer una enorme cantidad de cosas. Se preparan unas elecciones. ¿Ustedes se imaginan lo que es una elección en un país de ese tamaño, sin comunicaciones, donde pueden haber supuestamente 30 millones de votantes? Dónde no hay cédula de identidad, menos credencial, se podrán imaginar ¿no es verdad? El único medio de comunicación es una organización de comunicación por radio que tiene Naciones Unidas, donde todo lo hace Naciones Unidas con una inversión anual, pero no sé, pero de cientos de millones de dólares. O sea, me parece que esto merece que todos aquellos países que estamos trabajando en apoyo de un proyecto de paz, el Embajador Swing hizo una afirmación que uno no la tenía ni siquiera en cuenta, diciendo que el Uruguay el año que viene celebraba 70 años de haber participado en misiones de paz, puesto que la primera había sido en 1935, después de la paz de la guerra entre el Chaco entre Bolivia y Paraguay. Bueno, el Uruguay, que ha participado de tantas y tan importantes misiones de paz, y que ésta es la más importante de todas, es evidente que todos los que están allí sienten que esto no puede terminar únicamente en una participación militar para alcanzar la paz, para reincorporar a la gente a su vida normal, para sacar a unos y que vuelvan a sus países y hacer una Constitución que se redacta, y hacer una elección, que es muy difícil de hacer, si al otro día no ha pasado nada. Por lo tanto, es un proceso de paz que supone un esfuerzo desde ya enderezado, bueno a resolver las cosas de manera que el pueblo sienta de que la presencia del mundo a través de Naciones Unidas es una presencia positiva y que se vive entonces a partir de ello mejor que antes. Un ejemplo, nosotros tenemos allí seis unidades de agua potable, en donde en las distintas ubicaciones donde están suministran agua potable que mejora la salud de todos los que están en las proximidades del centro abastecido por el agua potable de las UPAs. Parece que Naciones Unidas va a comprar seis más para otros lugares. Bueno, hay una enorme cantidad de cosas, de chicas a mayores que se pueden hacer y que podemos utilizar nuestras propias fuerzas, porque nuestra gente está capacitada para hacer todo eso. Y además, ahora sí yo debo hablar con un orgullo enorme de lo que es la actividad y la presencia de las Fuerzas Armadas del Uruguay, tanto del Ejército como de la Marina, como de la Aviación en sus respectivas cosas, controlando la Marina la navegación por el Congo, controlando la Fuerza Aérea algunos aeropuertos, y el Ejército, que ha tenido la carga mayor por la importancia de su participación y de su número y porque ha tenido que asumir responsabilidades que me las agradeció personalmente el Presidente Mbeki. Porque cuando esa noche regresamos a Johannesburgo para tomar por la mañana siguiente el avión, nos llegó una comunicación del Presidente Mbeki que nos quería ver. Por tanto, concurrimos a las ocho de la mañana del día de ayer a la casa presidencial, y el Presidente Mbeki la primera cosa que hizo fue agradecerle al Uruguay que hayamos tomado la decisión el 18 de abril, cuando él me llamó por teléfono en nombre de su país y del Congreso africano, de estar presentes en Bunia, donde estamos recién siendo relevados ahora y donde hemos estado un año. En la zona más difícil en la Provincia de Ituri, el Uruguay estuvo con su gente un año, enfrentando las situaciones más difíciles y más riesgosas. O sea, debo decir que no hay persona, inclusive el general sueco que maneja la cosa allí, no hay persona que no reconozca lo que ha sido la eficacia, la profesionalidad, el respeto, el respeto por la vida humana y el respeto por los seres humanos que ha caracterizado la acción de las Fuerzas Armadas del Uruguay.

Yo creo que todos los uruguayos tenemos que estar muy orgullosos de lo que se está haciendo en el Congo, como antes seguramente no fue diferente a ello lo que se hizo en Angola, lo que se hizo en Mozambique, lo que se hizo en Camboya.

Esta, por otra parte, es la primera vez, que un Presidente de la República de un país con una Misión de Paz, acompañado de los tres Comandantes en Jefe, llega al país, visita no solamente a los representantes de su país en el lugar donde actúan, sino al Presidente del país, al gobierno del país, a las autoridades de Naciones Unidas y luego, invitado por el Presidente de Sudáfrica, tiene una conversación que yo creo, que alienta a pensar que se van a poder hacer cosas entre nosotros, en beneficio de la estabilidad de ese enorme Continente.

Si ustedes piensan que el Congo, puesto arriba del mapa de Europa, tapa toda Europa hasta Ucrania, se podrán imaginar lo que es el resto.

Y si ustedes piensan que cada persona del sexo femenino, tiene un promedio de siete niños.

Y si ustedes piensan que la edad de vida promedio en ese es de 30 y pico de años, y que los que no se mueren de paludismo se mueren de SIDA, y que los que no se mueren de SIDA se mueren de paludismo, en un país riquísimo, en donde todo hay que hacer, parecería que en le siglo XXI, con la enorme disponibilidad financiera que hay en el mundo, esto no puede ser.

Yo creo que el Uruguay, hace bien en estar presente, hace bien en comprometerse, hace bien en seguir, está capacitado, tenemos una cantidad de cosas que podemos hacer muy bien, que nuestras Fuerzas Armadas pueden hacer muy bien. Tenemos en ellas buenos médicos, veterinarios, dentistas, tenemos sociólogos, tenemos gente en el Uruguay que puede acompañar esa tarea y que puede ayudar muy mucho a que desaparezca, no esa pobreza, esa situación casi trágica de una sociedad de 50 o 60 millones de habitantes.

Bueno, pienso que en algún momento, el Gobierno, va a ver si, he hablado con el Vicepresidente de esto, va a ver si sortea entre ustedes, alguno para que vaya.

O sea, hay que vacunarse de la fiebre amarilla, tomar Lareán dos semanas antes de irse, una pastilla por semana y tomarlas cuatro semanas después de volver. Ponerse off y los mosquitos embroman, de mañana temprano y de noche, al oscurecer. Andan como bobos ahí, pero boom, lo pican a uno.

O sea, vamos a buscar a alguno de ustedes que quiera ir, vamos a hablar con las Fuerzas para que vayan y para que estén y miren y vean y sientan, cómo el Uruguay puede ser un país que ayuda a otro país.

Yo creo que en este mundo, hay que cumplir con esas obligaciones de vida. Bueno, muchísimas gracias, muchísimas gracias y les debo decir que estoy, este, cada día más orgulloso de este país y de su gente. Muchas gracias.

Si quieren hacer alguna pregunta sobre esta cosa, a la orden.

PERIODISTA: Presidente. La posibilidad, con todo lo que hay que hacer en el Congo. Por lo que fue su visita a Sudáfrica, con la fuerte presencia, por ejemplo con productos uruguayos...

BATLLE: Mire, yo diría, que ahí, no es una cuestión de ir a comprar ni ir a vender. Yo diría que ahí es una cuestión de ir a ayudar a hacer un país.

Y de ayudar a enseñarlos a ellos mismos a utilizar los recursos que tienen mejor y a producir lo que puede producir.

Son, escúcheme, son 50 o 60 millones. Vamos por partes, usted no encuentra un perro.

¿Usted vio esas cucarachitas que se llaman catervillas, pinchaditos como si fueran en un escarbadientes, salteaditos? Es, pura proteína.

Almuerce todos los días eso. Entonces va a estar comiendo lo que alguna gente come en el Congo.

Ir a vender ¿qué? Nada. No tiene sentido. Hay que ir a ayudar. Porque es la mejor manera de ayudarse a sí mismo. Si el mundo anda mejor, usted también va a andar mejor. Si el mundo anda peor, usted también va a andar peor.

Adelante.

PERIODISTA: Señor Presidente, hoy es 1° de Mayo ¿el Gobierno tiene algún mensaje para los trabajadores?

PRESIDENTE BATLLE: Mire, yo creo que el mensaje que nosotros tenemos que darle a los trabajadores en el Uruguay. En primer lugar, es que este es un país que vive en paz, que vive en paz y que vive en libertad, que vive en paz y que vive en libertad en un momento en donde el país está –digamos- recibiendo los beneficios de su propia conducta. Yo creo que los trabajadores han sido en la crisis que el Uruguay tuvo a partir de diciembre, a partir de abril del 2001 cuando vino la aftosa y de diciembre del 2001 cuando se produjeron en la Argentina los hechos financieros que tanto daño nos hicieron a partir de enero del 2001, los trabajadores han sido los que más han sufrido. Sufrieron desocupación, altísima, como nunca había tenido el Uruguay memoria. Sufrieron baja del salario, pérdida de salario, pérdida del poder adquisitivo, sufrieron frustración y cuando hablo de trabajadores no solamente hablo de aquellos que están viviendo de un salario vinculados a una actividad industrial o comercial. Hablo del pequeño comerciante, hablo del pequeño industrial, hablo pequeño productor agropecuario, del granjero, que tenia enorme dificultades, bueno, hicieron una gran cosa por el país, mantuvieron serenidad y cordura en medio de un profundo traspié que el país dio.

El gobierno y quien habla personalmente, siente que si no hubiera sido Presidente de un país con un pueblo tan, tan sabio, tan sensato, hubiera sido muy difícil sobrellevar la crisis, hoy por hoy estamos mucho mejor. Hoy por hoy el país ha crecido enormemente, se ve en los beneficios, los primeros que los reciben son los trabajadores, porque ha bajado el desempleo y porque además de haber bajado el desempleo, hay una realidad en muchas áreas industriales y comerciales y de servicios que lleva el país a crecer como lo han dicho otros mejor informados y más conocedores que yo del tema económico, el doble de lo que crecen los restantes países de América, y ¿eso a quien beneficia? Y beneficia fundamentalmente a la gente que el único capital que tiene es su capacidad de trabajar. Y Creo que es el mensaje más importante que se le pude dar a un país, un 1º de Mayo. Es un mensaje de seriedad, de estabilidad, de libertad y de decir, estamos creciendo, estamos en la buena senda, estamos en el buen camino, hemos recuperado lo que hemos perdido, estamos creciendo por encima de eso, hay una enorme inversión, vamos en la buena línea, el país esta en condiciones de seguir creciendo y eso es lo que aleja todos los días, no otra cosa que el mal vivido en el pasado. Pero hay una cosa que nunca tenemos que olvidar, nadie tiene el porvenir asegurado, ni países ni personas, eso depende de todos nosotros y de todos los días, y creo que también es un mensaje, no hay que mirar tanto al otro como uno se tiene que mirar así mismo, y desde allí, como nos dijo Artigas, "el país se va a encontrar así mismo en condiciones de mejorar todos los días". Es un día hermoso, espero que la fiesta del 1º de Mayo, sea una fiesta de alegría, y en donde en vez de seguir mirando el pasado se mire el porvenir. El pasado tiene cosas malas y tiene muchísimas cosas, muy, muy buenas y cuando uno mira el mundo tiene muchísimas cosas más buenas que las cosas malas que hemos vivido. Pero lo importante hoy es aprovechando este hermoso día, mirar el porvenir. Muchas gracias.