27/05/04
CENA DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, JORGE BATLLE, CON EMPRESARIOS
MEXICANOS EN GUADALAJARA
27/05/2004
PRESIDENTE BATLLE: En primer lugar, quiero agradecerles
por esta estupenda recepción, en nombre mío y en nombre de todos quienes
me acompañan; no solamente por esta recepción, sino por este lugar. Hace
un momento, cuando veníamos en el auto y mirábamos las luces en el cerro,
pensé que desde aquí, la vista debía ser sumamente agradable, preciosa, y
como la que estamos viendo, pero no imaginé que venía para acá. Así que,
en realidad, ha sido más que una doble sorpresa. Sorpresa de una recepción
tan linda, y la sorpresa de poder contemplar esta enorme ciudad que es dos
veces todo el Uruguay.
Nosotros, como les decimos a los brasileños cuando vamos
a Brasil, todos los uruguayos cabemos en un hotel importante de Brasil.
Somos 3.400.000, nos conocemos todos, y somos un país muy pequeño. Hoy
hemos concluido un acuerdo con México muy importante, que ha sido fruto de
un esfuerzo que los uruguayos y los mexicanos hemos hecho en común, y que
nos va a abrir el camino a muchos emprendimientos también en común.
Nosotros en el Uruguay siempre fuimos un país que vivió
de la vaca y del puerto, somos hijos del ganado vacuno y del puerto, y como
la historia es simplemente hija de la geografía, nuestra grafía es eso:
nosotros somos los que tenemos la puerta y la llave de la puerta del Río de
la Plata y, además, tenemos una gran pradera que nos significó hace ya 200
años, tener muchos millones y millones de vacunos, y fue por tanto un sitio
muy codiciado, porque tanto España como Portugal querían ese control,
porque por ahí se entraba por los grandes ríos hasta el corazón de
América. Después fueron Brasil y Argentina, y después vino la Reina
Victoria, que pudo más que ninguno, la pax britannica.
A mí el señor Schulz, cuando era Canciller de los
Estados Unidos, un día me preguntó cómo era que había sido que había
surgido el Uruguay. Y yo le dije: "mire, fue una partida de
bridge". ¿Cómo? Sí, fue una partida de bridge: este-oeste jugaban
los íntimos enemigos, Brasil y Argentina, nosotros jugábamos con la Reina
Victoria y por eso pudimos terminar siendo independientes; y así nacimos, y
así crecimos.
Crecimos en un mundo abierto, absolutamente abierto.
Imagínense ustedes que en aquel pequeño país en mil ochocientos sesenta y
pico comenzaron los ingleses a construir ferrocarriles y en aquel pequeño
país los ingleses construyeron 3.000 kilómetros de ferrocarril, que hoy
para construirlo tendríamos que hacer una inversión que no estaríamos en
condiciones de hacerla; o sea, se armó hacia Europa aquel país. Y después
de la Segunda Guerra Mundial, cuando el señor De Gaulle y el señor
Adenauer hicieron su acuerdo y echaron a Inglaterra de Europa, América del
Sur -por lo menos los países templados- nos quedamos aislados del mundo.
Nosotros vivíamos con la cultura europea, con el
comercio europeo, con el pensamiento europeo, con la moda europea, con las
costumbres y los hábitos de Europa; y cuando se cortó todo eso,
fundamentalmente a partir del año cincuenta y pico, aquellos países
sufrieron enormemente y sufrieron sin solución de continuidad.
Fuimos devorando toda la riqueza que habíamos acumulando
a raíz de la guerra, habíamos alcanzado un nivel de riqueza superior a
nuestros méritos y a lo que habíamos hecho para obtenerlo; y, entonces,
cuando suceden estas cosas pasa como en las familias, uno se empieza a
pelear entre sí, ¿no es verdad? Buscando el culpable. En vez de buscar la
salida, buscamos el culpable. Nos llenamos de inflación, fuimos perdiendo
buena parte de nuestros objetivos, hasta que creímos encontrar una salida
en el MERCOSUR. Y al principio fue una cosa que pareció que podía haber
sido una gran solución, pero era difícil para nosotros, porque ustedes se
podrán imaginar que nosotros producimos lo mismo que la Argentina y lo
mismo que en Brasil, con una diferencia: que ellos producen, la Argentina 10
veces más que nosotros, imagínense que Brasil tiene 150.000.000 de cabezas
de ganado, y nosotros 12, y la Argentina 50, así que todo lo que sale de
allí, si lo cambiamos entre nosotros, no adelantamos.
Por tanto, la solución del Uruguay era, precisamente,
abrirse al mundo. Buscar acuerdos con el mundo. Hasta hace pocos años,
hasta que yo llegué al gobierno, el porcentaje de lo que el Uruguay vendía
al MERCOSUR era, prácticamente, el 53% de lo que exportaba al mundo. O sea,
de todo lo que exportábamos el 53% iba para Brasil o para la Argentina. Hoy
apenas es el 23%. Hoy el socio más importante del Uruguay, desde el punto
de vista comercial, es igual que el de ustedes: es Estados Unidos. Hoy
Estados Unidos nos compra más que Brasil y Alemania nos compra más que la
Argentina. Y dentro de poco México va a ser, sin ninguna duda, un socio
más importante que la Argentina y un socio más importante que Alemania.
Porque podemos hacer cosas muy interesantes para ambos, para el Uruguay
mucho más que para México, por la dimensión de nuestro mercado, pero sin
ninguna duda podemos buscar de hacer cosas en común que van a ser
importantes para ambos países, y fundamentalmente para las regiones más
pujantes y más industriales de México, en donde Jalisco se destaca y
Guadalajara se destaca.
Así que esa es la breve historia. Nacimos por esas
circunstancias, porque estábamos bien ubicados; crecimos al amparo de un
mundo que estaba abierto, nos detuvimos porque el mundo cerró sus puertas.
Todavía estamos discutiendo con la Comunidad Europea el acceso de las
cuotas de carne.
Ahí me preguntaba una señorita de la agencia EFE, esta
tarde, qué expectativas teníamos de las conversaciones con Europa, y es
claro -imagínense- yo empecé a conversar con Europa sobre este tema en
1963, han pasado 40 años y estoy en el mismo lugar, yo tengo la expectativa
de que mis nietos puedan, realmente, alcanzar un acuerdo importante. Pero
cuando uno piensa que el Uruguay exporta con una cuota de los cortes
especiales de carne, que para nosotros es el rubro número uno de todas
nuestras exportaciones, arriba de 700 millones de dólares, que para
nosotros es muchísimo, nuestra cuota son 8.600 toneladas; pesan 4 novillos.
No sirve para nada. Lo que significa que hay que ir a otro lugar en el mundo
a trabajar.
Nosotros hemos ido a Irán, nos va muy bien, nos va muy
bien en China, nos va muy bien en la India, y nos va a ir estupendamente
bien, sin ninguna duda, en México y particularmente aquí, en Jalisco, con
la ayuda de todos ustedes. Así que estamos muy contentos de haber podido
llegar, de estar con ustedes esta noche, y esperamos volver muchas veces.
Muchas gracias.