05/10/04
CULTURA ES TOLERANCIA, RESPETO Y LIBERTAD
El nuevo Ministro de Educación, José Amorín Batlle, sostuvo que la
tradición cultural del país es un bien que debe fortalecerse, porque hace
a la tolerancia, al respeto y a la libertad.
PALABRAS DEL SECRETARIO DE LA PRESIDENCIA, RAÚL LAGO, EN
LA ASUNCIÓN DE JOSÉ AMORÍN BATLLE, COMO MINISTRO DE EDUCACIÓN Y CULTURA
05/10/2004
SECRETARIO
LAGO: Señor Ministro de Educación y Cultura saliente como reza el cartel
delante de esa mesa, doctor Leonardo Guzmán, señor Ministro de Educación
y Cultura entrante, doctor José Amorín Batlle, señor Subsecretario doctor
Berbejillo, señores Ministros, escribano Guillermo Stirling, profesor
Tabaré Viera, Ministros, diputados, senadores, señoras, señores.
Siempre insistimos que éste es un acto sencillo, como
corresponde a un país que siente profundamente la austeridad republicana. Y
yo quiero recordar que hace dos años, en esta misma casa y en este mismo
lugar, nos tocaba también a nosotros -en nombre del Presidente de la
República- imponer en el cargo de Ministro de Educación y Cultura, al
doctor Leonardo Guzmán.
Yo digo que son bien diferentes las situaciones: hace dos
años estábamos sumidos en buena medida en la incertidumbre; no sabíamos
bien cuál podría ser el resultado de las acciones de gobierno que se
llevaban adelante, porque además, en buena medida, habíamos quedado éste
gobierno y éste partido -digámoslo claramente- solos en la acción a
llevar adelante. En definitiva, además, en una situación bastante
comprometida desde el punto de vista económico-financiero.
Hoy la situación es distinta, no solo porque tuvimos
acá la oportunidad de ver y conocer algo del Ministerio de Educación y
Cultura, como es la Orquesta Juvenil de este Ministerio que nos llenó con
un viento fresco -diría yo- toda esta sala, sino porque la situación
también que vivía el país es distinta de la que nos tocaba vivir en
aquella oportunidad.
Hoy el país crece, hoy hay crecimiento no solo en lo que
tiene que ver con los números macroeconómicos, sino que se siente que el
país tiene un derrotero claro para seguir adelante.
Pero, me gustaría marcar que importa reconocer cuando
las personas asumen responsabilidades en los momentos de dificultad.
A veces hay circunstancias en que, bueno, es
relativamente positivo, para alguien que asume este tipo de responsabilidad
de la conducción política en un Ministerio, en aquellos momentos era
realmente muy difícil y por eso nosotros queremos marcar esa situación en
reconocimiento expreso al doctor Leonardo Guzmán.
Pero, además, decir que ha sido realmente un privilegio
trabajar con el doctor Guzmán, haber tenido la oportunidad en –bueno, por
qué no- en soñar en muchas cosas en más de una oportunidad.
Por cierto, la acción de un Ministerio, que realmente
infunde ideas cuando realmente se quieren hacer muchas cosas, a veces se
tropieza con enormes dificultades. No quiero hacer imputaciones, pero todos
sabemos lo que es manejarse dentro de los carriles que fija la burocracia,
las dificultades para remover obstáculos, las dificultades para concretar
esos sueños que muchas veces se quieren plasmar en realidad.
Insisto, a lo largo de estos dos años, en los acuerdos
conjuntamente con el Presidente de la República, en las innumerables
conversaciones telefónicas en donde pequeñas cosas se transformaban en
grandes dificultades, ha sido realmente en lo personal -y lo quiero dejar
sentado- un privilegio haber trabajado con el doctor Guzmán.
Muchas cosas de esas conversaciones podía relatarles hoy
yo aquí. Pero lo que quiero traer, simplemente, dos pequeñas cosas que
recuerdo, y vuelvo a repetir, a insistir, entre las muchas que podría
recordar: cuando el doctor Guzmán asumió aquí el Ministerio y hablaba en
referencia a las conocidas expresiones del señor Churchill, en 1940, en el
Reino Unido de Gran Bretaña, y hablaba de lo que había expresado; pero
había algo que quedaba un poco diluido o que la gente no recordaba y que
era esfuerzo, ¡y vaya si se hicieron esfuerzos, para canalizar una obra
concreta en este Ministerio! En ese aspecto no tengo dudas que puede
reconocerse claramente.
Pero había otra cosa más, aquello que Ministro viene de
Minister, del latín servidor, y el doctor Guzmán decía "yo quiero
ser eso, servidor para los que están y para los que vendrán". Y yo le
digo: que puede terminar su función tranquilo, porque ha sido en el sentido
republicano del término, un servidor para los que están y para los que
vendrán.
Asume hoy el doctor Amorín, yo diría hombre del cerno
de la Lista 15, y lo digo con particular orgullo. Que tiene ya a pesar
-bueno- de su juventud, una larga trayectoria parlamentaria. En donde ha
sabido mantener ese equilibrio tan necesario para poder consensuar, para
poder llevar adelante muchas disposiciones, leyes, o relaciones
interparlamentarias tan necesarias para la vida política, porque
esencialmente participa de ese concepto de tolerancia que es lo que anhelan,
sin lugar a dudas, todos los uruguayos.
Por cierto, me comprende la generalidad de la Ley, hace
muchos años que caminamos juntos con el doctor Amorín en las
responsabilidades políticas; y no tengo dudas, no tengo dudas, de que sus
esfuerzos van a ser particularmente exitosos.
Y esto me lleva como de la mano a insistir en algún otro
aspecto. Hay gente que piensa, que cuando se acercan los actos electorales,
cuando se acerca en definitiva también la finalización de un período de
gobierno, todo tiene que quedar congelado y nada se puede hacer, hay que
esperar para lo que pase dentro de cuatro, cinco meses, o un mes, o quince
días. Y yo digo que las acciones de gobierno muchas veces no pueden esperar
ni 24 horas.
Por consiguiente, el doctor Amorín asume hoy la
responsabilidad del Ministerio de Educación y Cultura, para hacer cosas
como las que viene haciendo, sin importarle cuándo termina su período
éste gobierno bajo la conducción del Presidente Batlle.
En definitiva, quiero destacar una vez más la
importancia de las cosas que vienen y que tendrán que venir, aunque por muy
breve que pueda ser el tiempo en que las responsabilidades deben ser
ejercidas.
Y quiero, entonces, decir también que no tengo dudas
-por mi conocimiento previo y constante del doctor Amorín- que también él
participará de ese concepto de minister, de servidor en el sentido
republicano, para los que están y para los que vendrán. Muchas gracias.
PALABRAS DEL MINISTRO SALIENTE DE EDUCACIÓN Y CULTURA,
LEONARDO GUZMÁN
MINISTRO
SALIENTE GUZMÁN: Señor Secretario de la Presidencia, doctor Raúl Lago,
señor Ministro de Educación y Cultura, doctor José Amorín Batlle, señor
Subsecretario, señores Legisladores, Ministro y ciudadano con
responsabilidades, escribano Stirling, amigos todos.
Para nosotros ha sido una experiencia absolutamente
única asumir en circunstancias difíciles un Ministerio con competencias
desproporcionadas. Terminarlo en orden y en paz, no cuando algunos
livianamente dijeron "que se vaya, o que se vayan los dos", sino
cuando nosotros en conciencia creímos que debíamos hacerlo, porque
teníamos la misión cumplida, es un motivo para dar gracias. Para dar las
gracias a Dios, para dar las gracias a la vida y para dar gracias, en primer
lugar, a ese eminente ciudadano a quien todos respetamos de joven, porque
llegaba con la carga de un apellido, Batlle, y a quien todos hemos de
respetar para siempre, porque de esa crisis -que bien apretó en sus
palabras el doctor Lago- ha sacado un país en paz y en libertad, donde la
única interrogante que tenemos no es qué están diciendo las encuestas,
sino qué nos manda la conciencia frente a la verdad de que tenemos un país
en paz y en libertad, con pobreza, con dificultades, pero un país que
cumple el viejo ideal español: "sobre mi hambre mando yo", que
sintetizó Unamuno. Y un país cuya soberanía volverá a quedar intacta,
custodiada en las urnas, por un Presidente que no ha clausurado un diario,
no ha cerrado una radio y no ha tenido un sólo preso sindical y que sabe
escuchar razones en una forma que verdaderamente alecciona, no solo sobre su
manera de trabajar, sino sobre una vieja escuela, que nos viene sintetizada
en aquella obra clásica que un día habrá que reanalizarse que se llamó
"Batlle y el Batllismo", donde se nos decía -por José Batlle y
Ordóñez- "Batlle razona, razona siempre".
Y eso de empujar la razón, hasta las zonas todavía no
recorridas y todavía no fijadas por la costumbre, eso es el acuerdo siempre
sorprendente con que ese hombre, de quien declaro bajo palabra de honor, con
total humildad republicana, jamás escuché una sugerencia desviada,
torcida, oblicua, que busque por izquierda lo que no puede conseguir por
derecha.
Todo lo cual, hace que le diga no sólo gracias por el
honor de haber sido en su momento designado, sino gracias por la oportunidad
de reencontrar una tradición que integra el patrimonio ya no de un partido,
sino de un modo de razonar y de sentir que se debe adoptar las decisiones en
un país, justificándolas siempre.
Gracias, ni que hablar, a cada una de las personas que
hicieron esfuerzos y hasta sacrificios, del trabajo y del afecto, empezando
por mi gente, empezando por mi señora, siguiendo por mis hijos; sabiendo
que no han pasado momentos cómodos ni momentos fáciles, porque el camino
de cumplir el deber no es fácil ni es cómodo, y cuando se está hablando
frente a una ciudadanía al mismo tiempo abigarrada, pero formada por gente
de diversas tradiciones, se siente obligada la confidencia en el sentido ya
no en que empezó a hacerse acá en nuestros primeros cabildos, el primero
en 1730, aquí a cuatro cuadras, en Piedras y Misiones, y el segundo, bueno,
el clásico Cabildo, el edificio que nos acompaña hasta ahora y en el cual
se cumplió nada menos que el Cabildo del 21 de setiembre de 1808, preludio
de la Revolución no sólo oriental, sino americana. Bueno, en ese plano
personal talla la confidencia.
Nunca he sentido que el Ministerio haya sido una fuente
de poder, nunca he sentido que el Ministerio haya conferido poder. Sí, he
sentido que el Ministerio imponía deberes; más, la práctica ha mostrado
que cuánto más claro se tiene ese sentimiento del deber, aunque a veces no
sea tan claro el camino para cumplir el deber, porque a veces hay que
repartir lo que no hay, o a veces hay que compartir dificultades que hacen
temer la injusticia para un lado o para el otro, pero cuánto más claro se
tenga el sentimiento del deber, más claro se tiene que se está sujeto al
deber y no se está disfrutando en modo alguno la sensualidad del poder.
Quienes acompañaron en el cumplimiento del deber, a
todos a quienes acompañaron, les agradezco profundamente. Desde gente a la
cual no vi nunca, pero que estaba haciendo su vista fiscal, haciendo sus
cosas, llegando en hora, jamás dando trabajo, hasta gente que tuve el
placer de acompañar, como es el caso de la señora presidente de Primaria,
Teresita González, como es el caso de Carbonell, como es el caso de Fanny
Arón, que cada uno de ellos –los dos primeros en Primaria y Secundaria, y
la última en la Universidad del Trabajo- cada uno de ellos lo que hizo fue
sembrar, salvando destinos.
Y hay que saber cosas que no se saben. El Ministerio no
sólo tiene de vez en cuando alguna situación conflictiva, o de vez en
cuando algún sumario resonante. El Ministerio hace más cosas que las que
uno puede imaginarse. Y sintiendo que es un deber republicano rendir cuentas
de lo esencial que se ha estado haciendo, bueno, sin pretender agotar la
lista, señalemos que para nosotros fue una alegría continuar la tarea que
inició Mercader, en materia de ciencia y tecnología. Allí se puso el
acento a veces sacrificando algunos aspectos económicos, que hizo no sólo
en DINACYT , CONICYT y TLT, sino también en el Clemente Estable, donde se
cumplen investigaciones que es una alegría poder compartir.
Con ese equipo, y con nuestra base tradicional en la
materia, tuvimos el honor de suscribir un convenio con Francia para que se
instale en el Uruguay el Instituto Pasteur; no ha venir a contarnos lo que
investigó allá, sino para venir a investigar acá, con nuestra gente, con
su experiencia, creando soluciones para nuestra región, para servir desde
el Uruguay a la cultura científica de toda el área. Y ojalá, como alguna
vez hemos soñado con el estimado amigo Servián, ojalá hasta creando una
visión de la ciencia que no nos haga repetir los paradigmas de la
epistemología del Hemisferio Norte.
Hicimos muchas otras cosas. Elaboramos el proyecto de
indemnización para familiares de desaparecidos y familiares de policías,
militares y civiles muertos como consecuencia de la lucha armada generada
con el movimiento contra la democracia, iniciado en 1964. Subrayo en gruesos
caracteres: movimiento contra la democracia iniciado en 1964, porque andan
por allí versiones según las cuales todo habría sido al revés y la
guerrilla se habría hecho para combatir a una dictadura y eso
históricamente no es así y lo vamos a enfrentar en todas las tribunas.
En este periodo logramos una colaboración pacifica entre
la Universidad de la República y las universidades privadas; lo hicimos,
negándonos todo lo cortésmente que pudimos a la exacerbación mediática
del conflicto, porque vivíamos con las declaraciones de los unos contra las
declaraciones de los otros. Primero hicimos un periodo de paz, luego un
periodo de diálogo directo, y finalmente tenemos hoy una colaboración tan
perfecta que la Universidad de la República ha podido firmar con el Estado
el sostén de que la facultad de Ciencias al proyecto de Instituto Pasteur y
al mismo tiempo las universidades privadas van entrando en todo un sistema
de acreditaciones, cuyas complicaciones vienen resolviendo la calidad de los
interlocutores, con lo que han vencido el miedo de convivir. Pero acá en el
Uruguay no tenemos derecho a tener miedo en el convivir, porque somos solos
tres millones y medio de habitantes, nuestro vecino más pequeño tiene
cuarenta millones de habitantes y el otro tiene doscientos millones de
habitantes. Aquí cada persona tiene que ser el interlocutor natural de todo
un sistema en el cual el abrazo dialogante pase por encima del miedo, o de
la amenaza.
Mantuvimos un contacto permanente con la gente que tiene
convicciones diversas. En los planos más altos, en los cuales suele
desatenderse la información diaria, batallamos para que la laicidad del
Estado no se convirtiera, mejor dicho no siguiera siendo el pretexto para
indiferencia entre los valores morales espirituales, metafísicos y
religiosos, encarnados por las grandes corrientes y encarnados en una
religiosidad latente, que ya ese hombre sin filiación especifica que fue
Carlos Vaz Ferreira, nos enseñó a valorar en nuestro país.
Llegamos el ministerio a trabajar en la Cárcel de
Mujeres y empezamos por plantearle la inquietud al escribano Stirling, la
recibió con benevolencia, la apoyó y hoy tengo la satisfacción de contar
que en Cárcel de Mujeres las más difíciles han entrado a buscar una nueva
filosofía de vida, no solo en clases regulares sino también con la
colaboración de una sociedad, la Sociedad de Logoterapia, que sigue
orientaciones sicológicos - filosóficas del profesor Víctor Franki que,
murió su familia en un campo de concentración, y siendo siquiatra,
neurólogo y luego doctor en filosofía, dijo a pesar de todo, sí a la
vida. Y con esas ideas se logró en Cárcel de Mujeres con tal resultado que
cuando fuimos a la Colonia Berro, encontramos cosas que no queríamos que se
repitieran, ofrecimos los servicios ya experientes de nuestro Ministerio y,
en la tarde de ayer y en la mañana de hoy, las profesoras que van a la
Colonia Berro me dijeron: no quiero dejar de ir a la Colonia Berro, porque
le hemos cambiado la cara y el porvenir a los muchachos que ya nos están
esperando como interlocutores.
Pusimos al Ministerio de Educación y Cultura a trabajar
activamente en la lucha contra los accidentes de tránsito, reglamentamos
los derechos de la propiedad intelectual, reglamentamos los contratos
caché, que son una verdadera rémola del Ministerio, y batallamos para el
reconocimiento de los derechos de los contratados y de los becarios
permanentes. Si eso no ha sido posible por la circunstancias de penurias
financieras que ha vivido el país, no por ello dejan de quedar sentados los
principios jurídicos y, en definitiva, aunque no parezca lo jurídico
termina organizando la sociedad más que el hecho bruto económico.
Con la Comisión Directiva del SODRE reorganizamos la
gerencia, movilizamos la construcción del Estudio Auditorio paralizada por
años, nos quedó pendiente colocar a CX 6 para que lleve la música al
mundo con sensibilidad uruguaya, colocarla en Internet, pero ya los
trámites están avanzados y estoy seguro que el doctor Amorín Batlle
habrá de lograr completarlos.
Reubicamos al Museo de Historia Natural en la antigua
Cárcel de Miguelete, los trabajos se están ya iniciando a partir de que
hemos podido empezar las entregas de fondos con esa alta finalidad, para que
no siguieran en caja como lo están desde hace años, para que no sigan más
tiempo en cajas como están desde hace años los materiales de uno de los
Museos de Historia Natural más importantes de Sudamérica.
Digitalizamos la Biblioteca Nacional, tarea que se está
prácticamente completando; profundizamos la modernización del Registro de
Estado Civil y por primera vez en la historia empezamos, se empezó a abrir
oficinas autónomas del Registro de Estado Civil en los departamentos del
interior, de manera que los jueces no tengan la sobrecarga de llevar el
Registro Civil, de manera que el Registro Civil responda verdaderamente a su
jerarquía natural.
Propusimos y obtuvimos la aprobación de una ley que
suprimía la absurda condena preceptiva en cosas y costos, a quiénes se
interponían recursos de casación civil.
Viabilizamos y reorganizamos el Centro de Diseño
Industrial, impulsamos el CECAP donde se salvan cientos y cientos de niños
marginales adolescentes que adquieren oficios y con los cuáles hicimos lo
que no había, una cantina, que da un excelente servicio en el primer piso
del Ministerio, a un precio especialmente económico y donde se entrenan los
alumnos del propio CECAP en cocina y en servicios; todos van saliendo de
allí a buenos empleos, a buenos lugares de trabajo, porque el empleo no se
crea declamando y porque la miseria no se combate explotándola, sino que se
hace eso por el único camino que hemos sabido recorrer en estos países en
los que todos, en una o dos generaciones hicimos la revolución social de
quedar situados en un buen plano, para ganarnos la vida.
El único camino es el de la educación y es el que
estamos y vamos a continuar sembrando en el CECAP, ya estemos o no estemos
en una función formal, porque en eso nos va nuestro compromiso.
Derogamos algunas normas ilegales que estaban vigentes en
el Ministerio Público; establecimos una política de puertas abiertas para
prestar las instalaciones del Ministerio a toda suerte de inquietudes,
porque la cultura no es lo que se hace oficialmente en el Estado, la cultura
es lo que canta un muchacho como Alexis, que lo vi hace un rato -se ríe,
¿dónde, arriba de un ómnibus?- donde registra sus versos, donde genera
algo y ese algo tiene que tener su lugar. Lo creativo es la cultura no lo
burocrático, una muy buena razón para darse cuenta de que estar en la
burocracia es en realidad poder empezar a ocuparse un poco más de la
cultura.
Nosotros, además, establecimos una política de
inmueble, el Ministerio viene ahorrando en alquileres; la Dirección de
Justicia, la Dirección de Arte Lírico, la Guardería, hemos podido
concretarlas en condiciones mínimas económicas que los anteriores y está
listo para firmarse el convenio con la DGI, por el cual vamos a tener local
para las fiscalías sin necesidad de estar gastando alrededor de diez o doce
mil dólares mensuales de alquileres, que volcamos al servicio.
Así sucesivamente podríamos seguir. Le dimos albergue
al Centro de Fotógrafos, Asociación de Fotógrafos que guarda la memoria
colectiva, le dimos espacio para que haga su obra maravillosa y a sociedades
les dimos la capacidad de diálogo a gente que a veces no tenía mucho
dónde ir y a gente que se pregunta si lo que hace vale o no.
Lo que más hicimos fue atenernos al sentimiento de que
la ley no se cumple solo formalmente, sino que la ley tiene imperativos
materiales y que el proyecto de vivir bajo una Constitución, es el proyecto
de obedecer esos imperativos y esos valores.
En algún momento asumimos incomodidades, no lo hicimos
por el gusto de diferenciarnos, ni por la vanidad de querer llevar algún
cetro; lo hicimos porque era nuestro deber y el sentimiento del deber
purificado de intereses al estilo de lo que siempre representó el
sentimiento republicano en el Uruguay, es un sentimiento suficientemente
interactivo, como para que valgan la pena las fatigas vividas.
En definitiva, nos queda no el sentimiento de haber
cumplido lo que habríamos querido -nos vamos con muchas cosas por hacer-
pero nos queda una profunda alegría: la de haber podido servir en tiempos
de dificultad.
Alegría coronada por el hecho de que, cuando éramos
niños, ya nos decía mucho el apellido Batlle y ahora nos ha tocado servir
a un Presidente Batlle, y que nos ha coronado la gestión entregándole la
función, el honor si es que lo es y la carga que tanto lo es, al doctor
José Amorín Batlle, a quien el apellido le es mucho más una
responsabilidad que una fuente de sensualidades. Y porque es así, porque lo
conozco ya en dos; en rigor, en tres generaciones puesto que es nieto de
Duncan Batlle Berres, a quien yo veía sentado en el Senado, cuando iba
allá a escuchar los debates, y no sólo en Senado sino en la vieja Radio
Ariel también, bueno, el poder tener la alegría de servir de puente para
esta función en la que se pone en valor de nuevo lo esencial, lo que
siempre han ido buscando los servidores públicos de la democracia, en la
línea de los Batlle, a nosotros nos colma más que de orgullo, de
serenidad.
Por lo cual, con toda humildad, le auguro lo mejor a
éste nuevo Ministro de Educación y Cultura. Le auguro que pueda realizar
muchas cosas. Le pido, sí, que ya que viene del mundo del Parlamento y
allí tiene bien asentado su prestigio, pueda sacar adelante un proyecto que
demoramos en remitir por las múltiples cargas que teníamos y en el cual
tenemos una gran fe: el proyecto por el cual se vuelve al régimen en el que
el Juez que dicta el procesamiento no es el mismo Juez que dicta la
sentencia, de tal manera que haya para todos los ciudadanos una doble
revisión.
Este proyecto nosotros lo elaboramos de tal forma que no
le infligiera un costo a un erario que no está en situación de sufragarlo.
En la medida en que fuera posible sacar adelante ese proyecto, habrá una
alegría no para nosotros exclusivamente, sino para la gente que sufre en
torno a procesos penales, donde las sentencias demoran años y años,
atiborrando nuestras cárceles y generando con ello lo que siempre hemos
sentido que termina siendo escuela del delito.
Dejamos ese pedido como una concatenación más de las
muchas que nos unen. Al final de cuentas, esto de que cuando uno habla ahora
le recuerden desde qué conceptos partió hace dos años, podría halagarle
a uno la vanidad. Pero no es así. Me da una alegría mucho más profunda
que la personal, doctor Lago. Cuando usted vuelve a los conceptos desde los
cuales uno quiso vivir, le recuerda a uno la bella época en la cual en el
Uruguay todos sentíamos que vivíamos desde conceptos claros y era una
práctica la definición de Ortega y Gasset, que establece que cultura son
las ideas a partir de las cuales se vive. Yo brindo, no por lo personal,
efímero y transitorio, sino por la certidumbre de que un día volveremos a
tener un país en el cual cada persona vivirá desde ideas claras,
cultivadas, a través de una educación cada vez más adelantada, en vez de
tener la amenaza de se explote por vía mediática la masificación penosa
en que se ha hecho caer a buena parte de la ciudadanía, a fuerza de
repetirle que ella no es autora de su destino, sino que es nada más que el
producto de una tracción que se ha dado en llamar sociedad.
Porque ese día va a venir, brindo, con la certidumbre
que me da esto de que haya vigías capaces de recordar dos años después,
desde qué ideas intentó uno andar a tientas en un Ministerio difícil.
Muchas gracias.
PALABRAS DEL NUEVO MINISTRO DE EDUCACIÓN Y CULTURA,
JOSÉ AMORÍN BATLLE
MINISTRO
AMORIN: Señor Secretario de la Presidencia, doctor Raúl Lago, señor
Ministro saliente de Educación y Cultura, doctor Leonardo Guzmán,
escribano Guillermo Stirling, profesor Tabaré Viera, señores Ministros,
señores Subsecretarios, compañeros legisladores, señoras y señores.
Es como decía el Ministro Guzmán, un enorme honor y
también una gran responsabilidad asumir el cargo de Ministro de Educación
y Cultura. Lo hago con total convicción, en el sentido de que voy a seguir
haciendo lo que estuve haciendo en estos últimos cuatro y años y medio,
trabajando para el país, trabajando para el gobierno, sólo que desde un
ángulo diferente.
Me toca suceder al doctor Guzmán, un hombre de
extraordinarias condiciones personales, intelectuales y morales, y le voy a
decir, le voy a noticiar desde ya que va a ser seguramente una asesor de
enorme valía que seguiremos conversando, y seguiremos conversando con él
permanentemente, porque ni el Ministerio, ni el país, pueden prescindir de
una persona de sus condiciones.
Quiero hacer algunas reflexiones desde el Parlamento, las
mismas que podría hacer cualquiera de mis compañeros parlamentarios que
aquí se encuentran. Hemos vivido, como todos ustedes lo saben, momentos de
enorme dificultad. El año 2002 fue inolvidable para todos nosotros, para
ustedes y para nosotros en el Parlamento. Y tengo la certeza que por la
firmeza, la convicción, el trabajo en conjunto y el total convencimiento
del rumbo que teníamos, tuvimos que tomar medidas difíciles, cuyos
resultados se están viendo ya el día de hoy.
Esta actitud, en el año 2002, del gobierno,
legisladores, y me animo decir también que del pueblo uruguayo todo, es lo
que nos permite hoy crecer como nunca creció el país: estamos creciendo
este año al 11% del Producto Bruto Interno. Esto es lo que nos permite hoy,
casi dos años después del peor momento de desocupación en el país, estar
creciendo en puestos de trabajo y tener hoy cifras considerablemente menores
a las que teníamos hace dos años.
Esto es lo que nos permite hoy tener un nuevo record de
exportaciones en el año 2004, porque el país se ha diversificado y en
lugar de exportar casi totalmente a la región y depender de las
inestabilidades de la misma, el país ha golpeado las puertas del mundo
entero y hoy exporta por cuartas partes -en formas casi iguales- a
Norteamérica, a la Unión Europea, al resto del mundo y al MERCOSUR. Estos
son mercados que de cualquier manera hay que mantener, porque esto es, mis
amigos, lo que le da trabajo a los uruguayos.
Tenemos una inflación controlada y tenemos todos los
sectores productivos creciendo, absolutamente todos; quizás, por haber
tomado medidas en aquellos momentos en que rebajamos los impuestos a
distintos sectores.
Hoy tenemos el agro, como motor fundamental de la
industria, creciendo en forma extraordinaria. Tenemos a la industria
creciendo, sin duda, y abriendo fábricas, abriendo distintos tipos de
industria permanentemente, y tenemos al turismo como nunca lo habíamos
visto.
Tenemos inversiones en el país, en un país que se ha
hecho serio, que se ha hecho creíble en el mundo, como tampoco las
habíamos tenido nunca.
Tenemos, en definitiva, un rumbo claro para seguir.
Tenemos, gracias a la actitud que tuvieron algunos uruguayos en el año
2002, una actitud que fuera tan criticada y que hoy se empieza a reconocer
por todos, inclusive por quienes la criticaron, tenemos un futuro al que
podemos mirar con optimismo.
Quiero hacer dos referencias muy puntuales de algunas
cosas que se hicieron en el área de la educación.
Mientras tuvimos que recortar gastos, y todos de alguna
manera lo han sentido en todas las áreas, la inversión en educación
creció. Y quiero también resaltar algo de lo que nos dijo el Ministro
Guzmán: la radicación del Instituto Pasteur en Uruguay, para trabajar con
asesoramiento de técnicos extranjeros, pero básicamente con técnicos
uruguayos que van a hacer un aporte fundamental para el desarrollo
científico en el Uruguay.
Como ustedes saben, yo dejo en el día de hoy la
Presidencia de la Cámara, en ella he actuado de la misma manera que en la
distintas áreas que me ha tocado actuar y de la misma forma en que pienso
trabajar en este Ministerio.
Hemos buscado la transparencia y la austeridad, para ello
con la colaboración de mis compañeros legisladores, hemos aprobado
proyectos de ley que refieren a las licencias de los legisladores buscando
la austeridad y hemos trabajado por la transparencia en el sentido de dar a
conocer a toda la población, la actitud, las presencias y las votaciones de
los señores legisladores.
Hemos dejado encaminado, y hemos conversado con el
diputado Álvaro Alonso que va a hacerse cargo de la Presidencia de la
Cámara, para que culmine un trabajo de votación electrónica, para que
toda la sociedad sepa claramente qué votan sus representantes, para que la
sociedad pueda saber de la coherencia de los mismos, para que la sociedad
pueda saber cuándo están y cuándo no están.
Creo que con eso lo que nosotros hacemos es un servicio a
la democracia, es un servicio al prestigio del Parlamento que para nosotros
es la esencia de la democracia.
Quiero hacer un par de referencias a la cultura, que es
-desde mi punto de vista- aquellos elementos esenciales que recibimos de
nuestros mayores, aquellos elementos esenciales que vamos forjando nosotros
y que proyectamos hacia el futuro.
Y quiero decir, que este país, con gran esfuerzo, tiene
una formidable cultura de tolerancia, de respeto y de libertad. La
tolerancia, el respeto y la libertad, se ganan y se manejan todos los días.
Por supuesto que la tolerancia y el respeto refieren a la actitud y a la
actividad del otro, es muy fácil respetar y tolerar a los que piensan como
nosotros; pero el mérito es tolerar, respetar y dar libertad a los que
piensan distinto a nosotros y a los que nos critican.
Estos son temas culturales que ha costado mucho tiempo
ganarlos, y está en la responsabilidad nuestra mantenerlos con firmeza.
Y yo quiero decir que tengo el orgullo, y he tenido el
orgullo, de integrar un gobierno que -criticado con dureza, muchas veces con
mentira- ha tolerado y ha mantenido la libertad para que todos los uruguayos
puedan decir lo que quieran.
Quiero
decir que desde este Ministerio, desde donde nos toque estar en los
próximos años, vamos a seguir poniendo nuestro granito de arena para que
estos temas culturales se mantengan en Uruguay y para que los podamos
transmitir a nuestros hijos y a nuestros nietos.
Finalmente, quiero decir que actuaremos en este
Ministerio con absoluto respeto de la legalidad, haciendo lo que la
Constitución y las Leyes nos permitan hacer, esto lo haremos en el trabajo
interno del Ministerio y con todas las áreas que con él tengan alguna
dependencia.
Actuaremos con transparencia y cristalinidad en beneficio
de la democracia y siguiendo el ejemplo que ha dado este gobierno en los
últimos cinco años. Muchas gracias.