24/10/04

URUGUAY DEBE MIRAR HACIA EL FUTURO, HACIA EL CRECIMIENTO.


El Presidente Batlle sostuvo que la sociedad uruguaya en los últimos 50 años la única cosa que ha hecho es mirar para atrás, sin darse cuenta que el pasado había desaparecido, y que el mundo estaba en otro tiempo, en otra cosa.

ENTREVISTA EXCLUSIVA AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, JORGE BATLLE, REALIZADA POR JUAN CARLOS LÓPEZ PARA "AMERICANDO", CANAL 12. 24/10/2004

LÓPEZ: No es lo mismo, estar a la intemperie que estar desguarecido; no es lo mismo.

PRESIDENTE BATLLE: No es lo mismo, nunca fue. Pero a veces es bueno estar a la intemperie.

LÓPEZ: ¿Si?

PRESIDENTE BATLLE: Y sí, porque cuando unos está siempre bien guarecido, bien guarecido, uno en cierta medida cree que hay algo que a uno lo protege y que uno tiene que hacer poco por las cosas, ¿no es verdad? Le pasa a las personas, le pasa a los pueblos, le pasa a las organizaciones. Entonces, cuando uno ha creído que por estar en un país, vivir en una sociedad, tiene todo resuelto y no tiene que poner nada de sí, y espera que en la época de España se decía que "el rey te dé un beneficio"; o que después "el señor Presidente te dé un beneficio", o que finalmente "el Estado te dé un beneficio", entonces la gente se achancha un poco, ¿vio?

LÓPEZ: Sí.

PRESIDENTE BATLLE: Y eso a las sociedades le hace un daño enorme, sobre todo en un mundo donde no hay más fronteras y donde todo es competencia. Estos bichos que están acá tienen que competir con los bichos de todo el mundo, que llegan a los mejores mercados. Y, por tanto, tengo que tener la puerta abierta para entrar al mercado, tengo que ofrecer una mercadería de calidad, para competir con la otra. Tiene que tener, además, un precio que le permita ganar y, finalmente, tengo que tener una capacidad de mostrar, distribuir, tener continuidad, tener cantidad y calidad, para poder estar en el mercado. Y eso requiere esfuerzo, requiere conocimiento, requiere perseverancia, requiere tropezar y caer, y levantarse y seguir.

LÓPEZ: Despeinarse.

PRESIDENTE BATLLE: Y sí; bueno, no es un problema para mí, tengo tan poco pelo que eso de peinarme y despeinarme, por ahora, de vez en cuando es meramente una ilusión. Pero, ¿por casa cómo andamos?

LÓPEZ: Y andamos bien; a mí me encanta el viento.

PRESIDENTE BATLLE: No, digo en cuanto a despeinarse.

LÓPEZ: Por eso, pero como me despeino, me dicen Lopecito estás despeinado; entonces tengo.

PRESIDENTE BATLLE: Claro, sí.

LÓPEZ: Claro. Porque si no te dicen pelado. Y aparte de la intemperie y el pelerío, seguramente que por momentos yo voy a estar tuteándolo al Presidente de la República, y por momentos no. Yo le dije hace un ratito, que uno siente como comunicador estar frente al Presidente de la República y por lo menos dentro de lo que a mí me enseñaron, ciertas costumbres y cuestiones, está lo del no tuteo, y si caigo en el tuteo a veces es por un problema de afecto, de cariño y de cercanía, nada más que eso.

PRESIDENTE BATLLE: Yo pienso que todos nos pasa lo mismo. Yo también soy del tiempo del jopo, que es el que no tengo, y por lo tanto yo tenía amigos jóvenes que se trataban de usted entre ellos, entre los hermanos y con el padre. Y a todos nos parecía muy natural. El tratar de usted en mi generación era una cosa absolutamente normal, a muy poca gente uno tutea, y yo inclusive hoy mismo a los muchachos jóvenes que participan en nuestras cosas, tanto en la administración como en las actividades políticas, es muy difícil, no los tuteo, los trato de usted. Me resulta más cómodo, más natural. Pero también comprendo que cuando llego a algún lugar, a comprar algo en una tienda, o a cualquier lugar, las personas jóvenes a uno lo tutean como una cosa absolutamente natural. Al principio, alguien puede sentirse como que le ha chocado eso, pero ya hoy no es así. Ahora, la diferencia consiste simplemente que, en mi caso, yo soy yo y no soy yo. Soy yo, porque además siempre he sido igual, pero no soy yo porque soy el Presidente, y entonces no es el caso de la persona, es el caso de la institución.

La institución requiere por ella misma ser preservada, tratada de una determinada forma por todo el mundo. Aquel que en alguna manera, en alguna oportunidad, ha agredido de palabra no es al ser humano Jorge Batlle, sino es a la institución, que es una institución que todos tenemos que cuidar porque representa una estructura democrática, que es la que todos tenemos que preservar porque es la que nos beneficia a todo, nos salva a todos de las confrontaciones tan tremendas que se ven en otros lugares. El principio de respeto, es un principio que nos asegura paz, y no hay nada que sea mejor que la paz; no hay nada, absolutamente nada.

LÓPEZ: Octubre es un mes de elecciones, es un mes de cumpleaños, ¿los tres hermanos son de octubre?

PRESIDENTE BATLLE: Sí, somos de octubre.

LÓPEZ: ¿Los tres?

PRESIDENTE BATLLE: Los tres, sí.

LÓPEZ: Luis...

PRESIDENTE BATLLE: Sí, Luis es el del medio. La primera es mi hermana, que es del 14, después mi hermano, y después yo.

LÓPEZ: "Pona" le dicen.

PRESIDENTE BATLLE: Sí.

LÓPEZ: "Pona",¿de donde vendrá? Porque es Matilde.

PRESIDENTE BATLLE: Eso es un apócope de cómo le decían a mi madre antes, cuando era jovencita .

LÓPEZ: Ah, ¿sí?

PRESIDENTE BATLLE: Sí. Y eso entonces quedó por "Pona". Pero, digamos, no tiene nada que ver con el nombre, se llama Matilde igual que mi madre, igual que mi sobrina. Así que vamos teniendo una Matilde por generación.

LÓPEZ: Yo tenía cuatro, cinco, seis años, y Luis Batlle -su padre- andaba medio monte, su madre también...

PRESIDENTE BATLLE: Bueno, más o menos como nos tocó hacer en aquella época a muchos.

LÓPEZ: Bueno, pero no a todos.

PRESIDENTE BATLLE: Y, sí; bueno, pero son las cosas de la vida.

LÓPEZ: ¿Hay como un determinismo? Porque pasan 70 años, más o menos, usted que andaba en los brazos, de la mano de Matilde y de su padre...

PRESIDENTE BATLLE: Yo no anduve a monte, yo anduve en Río Grande do Sur.

LÓPEZ: No, pero anduvo por todos lados.

PRESIDENTE BATLLE: Sí, bueno.

LÓPEZ: El otro día estaba, ¿en dónde? En Young.

PRESIDENTE BATLLE: Sí.

LÓPEZ: En un almacén de ramos generales, ¿no es?

PRESIDENTE BATLLE: Sí, sí.

LÓPEZ: Y alguien me dijo: mirá, ahí también.

PRESIDENTE BATLLE: Sí, cuando chico vivíamos ahí en Young, vivimos un año en la casa de unas personas que no conocíamos. Cuando caímos allí nos recibieron con mucha simpatía, con mucho agrado, pero no los habíamos visto a ellos nunca en la vida ni ellos a nosotros. Nos dieron asilo, digamos, en un almacén de ramos generales en Young, con amigos que han seguido siendo amigos, por cierto, hasta el día de hoy sus descendientes, todos ellos de toda la vida. Y, sí, fueron épocas en que anduvimos a salto de mata, un poco en Buenos Aires; otro poco en Brasil, otro poco en otros lugares; y tocó, y chau.

LÓPEZ: Sí, pero pasan 70 años, que es lo que yo le quería decir. Hay una cosa ahí, no sé, no sé; para mí, que soy creyente, no sé. Usted llega a la Presidencia de la República en una situación muy especial, trayendo un lastre muy cercano y empieza a hablar del "estado del alma". Yo no me olvidé, digo, pero ahora ya no se habla más de eso.

PRESIDENTE BATLLE: Lo que pasó con respecto a eso, es que yo creo que eso se resolvió. Porque, eso fue un asunto de consideración diaria en la vida del Uruguay. Los protagonistas de esa situación, los familiares, con justa razón ponían eso en la consideración de todos los ciudadanos, todos los días. Y yo creo que eso se resolvió, y se resolvió por la Comisión para la Paz.

La única cosa que yo hice fue viabilizar, viabilizar algo digamos, ¿no? Yo instrumenté una Comisión para la Paz, constituida por gente superior, que trabajó con reserva, con silencio; que concluyó una tarea que creo que está ya para votarse en la Cámara estos días; y que concluyó una tarea mucho más allá que lo que la ley dice: concluyó una tarea que tiene que ver con el estado del alma, porque durante los años en que esa Comisión trabajó en silencio, en un país en que nadie guarda la reserva de nada, la Comisión trabajó en silencio y con absoluta reserva. Con un contacto muy estrecho con todas las partes intervinientes, con los familiares, con mucha otra gente. Abrió un canal de respuestas y que iban directamente al estado del alma de la gente, y yo creo que eso fue lo que el país precisaba, ¿no? Y eso yo no lo hice, lo hicieron ellos. O sea, creo sí que va a quedar como una de las cosas más importantes de este período de Gobierno, porque son las cosas que tiene que ver con la esencia de los seres humanos. Pero lo hicieron ellos. Yo, simplemente, fui el que tuvo la oportunidad del destino de plantear eso, ponerlo en funcionamiento, y todos los que intervinieron fueron los autores de ese cambio que significa, sin ninguna duda, un gran avance para la paz.

LÓPEZ: Se nos está volando el pelerío a la intemperie y con el Presidente de la República. Estaba mirando las vacas recién pasar. ¿Por qué quisimos hacerlo acá? Porque es un poco el santo y seña de Americando de tantos años, andando al país, al país todo. Mucha gente me dijo: "me parece que a Batlle lo prepararon para ser Presidente; estuvieron toda la vida preparándolo para ser Presidente".

PRESIDENTE BATLLE: No, no, eso es macana; yo me interesé por la política desde chico. Fenómeno. Podía haber sido, podía no haber sido; al fin y al acabo, yo tengo el record en perder elecciones.

LÓPEZ: ¿Si?

PRESIDENTE BATLLE: No hay nadie que haya perdido tantas elecciones como yo, ¿no es verdad? Lo que sucede es que las cosas cuadraron, las cosas se dieron, se dieron y se ha concluido el período. Pero se dieron por distintas circunstancias. Es muy interesante la vida del Uruguay de estos últimos 50, 60 años, es muy interesante. Muy interesante, porque el Uruguay se resistió mucho, la sociedad uruguaya se ha resistido mucho a modificarse a sí misma en cuanto a la idea que ella tiene de sí misma y de cómo ella tiene que hacer para crecer. O sea, la sociedad uruguaya en los últimos 50 años la única cosa que ha hecho es mirar para atrás. Unos más y otros menos, pero la inmensa mayoría de nosotros siempre creímos que el pasado era mejor y que había que volver al pasado y no nos dimos cuenta que el pasado había desaparecido debajo de nuestros pies; que el mundo no estaba más en el pasado, que el mundo estaba en otro tiempo, en otra cosa. Y si no, fíjese en algo bastante simple: cuando uno pregunta así, al barrer, al barrer, a cualquier persona de cualquier condición social, de cualquier partido político y demás, uno dice "y cuál es el país que anda mejor en América del Sur"; y todo el mundo contesta Chile. Pero nadie quiere hacer lo que Chile hizo; o sea, para que Chile todo el mundo diga que anda mejor es porque hizo determinadas cosas. Ahora, cuando usted le dice a la gente vamos a hacer lo que hizo Chile, en materia económica estoy hablando; ah, todo el mundo dice que no, pero les gusta estar como está Chile. Ahora, pero sin hacer lo que Chile hizo nadie puede estar. Es como si me dijeran "a mí me gusta que estas vacas engorden, que estos novillos engorden"; pero si los pongo en la carretera, en lugar de ponerlos arriba de una pastura buena, no van a engordar. Bueno, con la economía pasa lo mismo y con los países pasa lo mismo.

El Uruguay se resistió a admitir que aquel mundo plácido, tranquilo, ordenado, en donde todo estaba resuelto, desde el nacimiento hasta el fin de los días, había desaparecido en el universo no solamente en el Uruguay, y por eso estamos pagando un poco las penas ¿no es verdad? Y lo más gracioso de todo esto es que la mayoría de los uruguayos, no la mayoría absoluta pero una mayoría muy importante, sigue mirando para atrás; se sigue creyendo en aquel tiempo que pasó, y se van a llevar una sorpresa enorme porque ese tiempo que pasó, pasó y no vuelve más. Es otro el tiempo del mundo y es otra la forma de hacer cosas para poder mejorar la calidad de vida de cada uno de los uruguayos.

LÓPEZ: Y usted es otro Batlle.

PRESIDENTE BATLLE: Bueno, yo soy un ciudadano, me llamo Batlle...

LÓPEZ: Digo, porque otros Batlle en la historia tenían una concepción de repente no la que usted tiene hoy por hoy.

PRESIDENTE BATLLE: Nada que ver; ah, nada que ver, pero nada que ver. Yo no tengo nada que ver con mi padre, mi padre era de un tiempo completamente distinto. Mi padre era del tiempo Keynesiano, mi padre era un ejemplar que representaba muy claramente todo lo que el mundo vivió después de la Primera Guerra Mundial.

LÓPEZ: Sí.

PRESIDENTE BATLLE: Hasta la Segunda Guerra Mundial; ese fue el tiempo de mi padre. Y él era contemporáneo de su tiempo, hizo las cosas que su tiempo le demandaba. Pero los que siguen pensando hoy como se pensaba hace 50 años, están totalmente fuera de contexto, ese no es el mundo.

LÓPEZ: Está bien, me queda claro lo que usted piensa por lo menos.

PRESIDENTE BATLLE: Eso no es el mundo.

LÒPEZ : Uno estará de acuerdo o no. Le da y le da al termo y al tapón...

PRESIDENTE BATLLE: No, no; lo que pasa que este aparato es un aparato que no es mío. Me lo dio Pedro y yo no lo conozco este aparato, y tengo miedo de quemarme.

LÒPEZ: ¿A ver?

PRESIDENTE BATLLE: Y eso es una mala cosa, y además no puedo cebar como corresponde junto a la bombilla, no ve que es una porquería este termo. Yo tenía un termo mucho mejor.

LÓPEZ: ¿Quiere que le diga una anécdota de nuestro Ruben Lena, de Treinta y Tres? Vio que antes....

PRESIDENTE BATLLE: Sí; acá le di con la tecla.

LÓPEZ: Le dio.

PRESIDENTE BATLLE: Este está bueno.

LÓPEZ: Muchas gracias. Se acuerda que antes el mate, el termo tenía un...

PRESIDENTE BATLLE: El piripicho que sube y baja; ese es buenaso...

LÓPEZ: Dicen que esos eran -decía Lena- esos eran termos; éstas son termas. Y no hay manera.

PRESIDENTE BATLLE: No, no, ahora le di con la tecla. Yo soy antiguo hasta para los termos. Yo tengo uno que sube y baja y, entonces, no me quemo más, sino acá me quemé todo hace muchos años y estoy como quemado con leche: veo la vaca y lloro.

LÓPEZ: Presidente, como parte última de este bloque, usted habló recién de tiempos, de su padre, en fin; ¿terminó un tiempo de una ética política, de un lenguaje político, de una forma de actuar los políticos en la cosa pública, de enfrentarse...?

PRESIDENTE BATLLE: Mire, yo le voy a decir una cosa, yo creo que eso es un corsi y un ricorsi porque si usted mira para atrás y mira y lee los diarios hace 60 años, 70 años o 100 años, ¡Dios mío, las cosas que se decían! Además, era mucho peor porque después que se decían dos tres cosas, agarraban el sable y se sableaban; o sea, que no era gratis. Pero se decían cosas mucho más duras que ahora, pero muchísimo más duras. Además había otro léxico, un léxico mucho más agraviante en lo personal, mucho más incisivo, con una ironía mucho más fina. Hoy hay otra cosa, hoy hay otra cosa. Hoy hay otra cosa en cuanto a que yo creo que hoy participa un actor que antes no participaba. Antes participaban las partes directamente involucradas en el tema, ¿no es verdad? Políticos, por lo general políticos; no participaban ni empresarios ni dirigentes sindicales. Hoy participan los políticos y los medios. Y los medios son actores nuevos en la tragedia o en la comedia, o en el drama, en lo que sea; son actores nuevos, ¿no? Y en esa cosa que son actores nuevos los medios tienen, por naturaleza humana, la tentación de ser actores, no de ser informantes, sino de ser actores. Entonces, la cosa ha cambiado, pero se va a ir ordenando, se va a ir ordenando con el tiempo. Está cambiando todo, está cambiando. Pero pensemos lo siguiente, pensemos en la cultura: ha salido un libro ahí en los Estados Unidos, de un señor Huntington, muy famoso a propósito de la teoría de la identidad. Todos vamos cambiando de identidad y todos queremos mantener nuestra identidad. Por ejemplo, un país con una fuerte inmigración hispana notoriamente va cambiando de identidad como es el caso de vastas zonas de los Estados Unidos. Pero, por encima y por detrás y por debajo de todo eso, hay algo muy nuevo que es la globalización cultural; o sea, los chicos, los hijos nuestros -los hijos míos no que ya son viejos- mis nietos ya chatean con uno en el Asia, ¿no? Y con ese que chatean en el Asia no lo verán quizás nunca, pero se confiesan sus cosas, tienen una conversación diaria, se hacen amigos. Lo conocen más a ese, al que no lo verán nunca, que al pariente que vive en Tacuarembó, o al vecino del piso de abajo en la casa de apartamentos. Y eso va generando una cultura nueva, va generando una manera de pensar, una manera de ser, que circula y corre en un nivel distinto a la identidad cultural de cada uno en cada país y en cada tiempo. Y eso va armando algo nuevo en el mundo, que nos va a sorprender dentro de 25 o 30 años a todos, generando una cultura mucho más global, mucho más planetaria. Y encima de eso, con los medios de comunicación y con la capacidad de la gente de ir de lado a otro.

Por ejemplo, aquí se habla mucho de que la gente se va del Uruguay y no se habla nada de los que vienen todas las semanas. Si uno le pregunta al Ministerio del Interior, o al Ministro del Interior, cuántas son las radicaciones semanales que da, le va a decir: bueno, más o menos en un eje de 50; de gente que viene, gente que viene de América, gente que viene de Brasil, que viene de la Argentina, que viene de Europa, y que se instala y que vive. Pero siempre fue así, siempre.

Si usted revisa, por ejemplo, el patrimonio de los hacendados en 1893 en los departamentos de Cerro Largo y de Rivera...

LÓPEZ: Paysandú.

PRESIDENTE BATLLE: No, no; Cerro Largo y Rivera, póngale, usted se va a encontrar con que había una mayoría de hacendados uruguayos, más o menos en el orden de 1500, y habían 900 que eran brasileros, y había ciento y pico que eran españoles, y ciento y pico que eran italianos. Y usted los encontraba de todos los orígenes, de todas las razas. Y, bueno, esa misma gente usted la mira hoy y son todos uruguayos. O sea, el mundo tiene una permanente migración de un lugar para otro, que hoy está mucho más fuertemente presente en la vida de los seres humanos por los medios de comunicación. Pero, además, está mucho más presente por la computadora.

Yo ayer estuve en Rivera y en Artigas; estaban los chiquititos en Rivera sentados en la Internet, mete y ponga, mete y ponga, mete y ponga, naturalmente. Esos chicos, dentro de 10 años, saben mucho más del mundo y sienten mucho más el mundo que al propio pago vecino. Se está haciendo una cultura nueva en el universo, se está haciendo una cultura planetaria; se está haciendo una cultura planetaria con la misma intensidad como existe un flujo financiero planetario y mundial. Como todas las cosas hoy ocurren al mismo tiempo, en todos los lugares del mundo. Lo que esto ocurre acá se transmite en tiempo real al resto del planeta. No en el caso suyo y mío, porque a mí no me van a llevar el apunte; a usted sí, pero a mí no. Pero cualquier cosa que merezca la atención está en el mundo el mismo día. Cualquier cosa que pase en cualquier lugar que tenga un efecto económico significativo; bueno, se rompió un caño de petróleo en el Irak, subió dos dólares el petróleo, punto.

Quiere decir que el mundo es completamente distinto y, por tanto, si un país se niega a reconocer esa realidad y a meterse en ese mundo, nadie espera por el país, nadie espera y el país queda como marginado, como excluido.

LÓPEZ: Y el mundo sigue.

PRESIDENTE BATLLE: Y, entonces, ¿sabe qué hace la gente más capaz? Se va. Pero no de acá, se va de Europa también, para los Estados Unidos; o se van del Japón. Usted revisa la inmensa mayoría de los que están trabajando en el software en los Estados Unidos y son asiáticos. O sea, siempre ocurrió eso y hoy ocurre con mucho más fuerza. Entonces, para usted retener a la gente, usted tiene que abrir el país. Lo peor que le puede pasar a una nación hoy es cerrarse, si se cierra se asfixia. Pero tome el mate, que quiero tomar uno.

LÓPEZ: Es bravo usted con la síntesis, ahora que aprendió con la traba...

PRESIDENTE BATLLE: Ahora que aprendí, sí, aprendí y voy a cebar como corresponde contra la bombilla.

LÓPEZ: Para los que recién van llegando, estamos charlando con el Presidente de la República, doctor Jorge Batlle, en un ámbito absolutamente natural que es el ámbito donde normalmente se ha desarrollado nuestra vida como comunicadores. Decíamos hoy de que los pocos pelos que tenemos se vuelan y eso es interesante, importante.

PRESIDENTE BATLLE: Las pocas chapas que quedan.

LÓPEZ: Las pocas chapas que quedan. Ahora, en el bloque anterior, está bien lo de la computadora, el software, yo lo entiendo. Además, usted lo relaciona con lo de la globalización, me parece bárbaro.

PRESIDENTE BATLLE: No, no, está bien lo de la globalización, porque la computadora es el instrumento.

LÓPEZ: El otro día usted le avisó a la gente, lo habrá avisado Martín Aguirrezabala, el Ministro del ramo...

PRESIDENTE BATLLE: Sí.

LÓPEZ: Que creo que los medios en tal caso le dimos bastante poca bolilla, como a esos temas normalmente le damos poca bolilla: entramos a Estados Unidos con la carne natural; primer país del mundo que entra a Estados Unidos con carne natural. Pero, para eso...

PRESIDENTE BATLLE: Sí, sí; son dieciocho estados americanos y el Uruguay.

LÓPEZ: Para eso no hace falta, digo, es importante lo del software, lo de la computadora, pero necesitamos pasturas naturales, necesitamos manejar muy bien los campos, además.

Usted no hace mucho -yo me acuerdo perfectamente, creo que fue antes de asumir-había hecho un viaje y vino con la idea de los caballos, me acuerdo. Alguien me dijo: mirá, Batlle se encalacró con los caballos; no con los caballos que le gustan, los caballos de carrera, los caballos deportivos. No sé, en un país del Norte de Europa creo que era.

Entonces, yo digo, hace poco me decían en el stud Don Julio, creo que fue, les voló el pelerío a los precios; estuve en Gavroche no hace mucho y me dijo Espert: en dos años más vamos a tener precios internacionales.

El otro día vinieron árabes, estuvieron comprando caballos y no de los mejores; 15, 20, 25 mil dólares, para correr enduro a Europa y a Emiratos Árabes.

Digo, esas cosa nos tienen que ocupar y preocupar.

PRESIDENTE BATLLE: Mire, si usted piensa, digamos, fundamentalmente cómo podemos hacer para que el país rápidamente mejore, ¿no es verdad?

LÓPEZ: Es difícil, ¿no? Rápidamente.

PRESIDENTE BATLLE: No, no; ¿cómo podemos hacer para que el país rápidamente mejore, rápidamente? Y, entonces, esa mejoría alcance con un mejor ingreso a la gente que está más embromada. La gente que está más embromada, ¿dónde está? Y, en la ciudades. Tanto en Montevideo, como en la ciudades del interior, desprovistas algunas de ellas -póngale Mercedes, póngale Melo- desprovistas algunas de ellas de un sustento propio, más allá de lo que está produciendo el medio agropecuario. Por supuesto, hay mil personas trabajando en el Frigorífico San Jacinto, ¿no? Hay quinientas trabajando en La Caballada, que se acaba de abrir.

LÓPEZ: Setecientos en el Tacuarembó.

PRESIDENTE BATLLE: Y en el PUL es otro tanto. Quiere decir que eso hace que esas ciudades tengan un formidable pulmón que oxigena la vida de la sociedad. Pero no alcanza.

LÓPEZ: No.

PRESIDENTE BATLLE: No alcanza. Entonces, ¿cómo hace para poder decir "bueno vamos a conseguir que los uruguayos de las condiciones más débiles, desde el punto de vista económico, puedan mejorar"? ¿Por dónde empieza? Porque usted no tiene dinero para hacer todo al mismo tiempo, usted va eligiendo las cosas y tiene que pegar el empujón en aquel lugar en donde usted siente que el empujón va a ser más efectivo; fenómeno.

¿Cuáles son las tres cosas que en el Uruguay pueden rendir mucho más muy rápidamente, para generar más trabajo, para generar más ingresos, para duplicar los ingresos, y para hacer que -al duplicar los ingresos si la pascualina en vez de tener este tamaño, tiene este tamaño- los gobiernos repartan con equidad y con justicia ese mayor pedazo disponible para cada uno? Es la producción primaria y su valor agregado. Es el servicio, el servicio general desde el servicio portuario al servicio de transferencias, no financieras, sino de otro tipo de servicios, y el turismo que es la gran industria sin chimeneas de este país, turismo de todo el año.

Bueno, en esas tres cosas hay que poner todo el énfasis. Si usted pone en esas tres cosas todo el énfasis, usted puede duplicar lo que el Uruguay vende en menos de 10 años, que para un país es poquísimo y para un ser humano también, ya hoy no es mucho, lo puede hacer.

Mire, vamos a hacer esta nota y cuando usted me dijo de esta nota, yo dije, ¡pero qué macana! Lopecito va a hacer esa nota allá, en Cuchilla de Rocha, porque yo tengo este pedazo de campo que recién lo estoy empezando a acomodar, tengo que terminar la casita allí, y tengo este pedazo que recién saqué una viña vieja y tengo que arreglar mucho la pradera; pero si nos vamos 15 kilómetros de acá, por la Ruta 6 para afuera -y lo voy a llevar, ¿eh?- entonces usted va a ver lo que se puede hacer en campos horrorosamente tratados, con unas cavas imponentes, usted va a ver lo que se puede hacer tener una alfalfa hoy de este tamaño.

LÓPEZ: ¿Feed lot?

PRESIDENTE BATLLE: No, ni feed lot, ni siquiera feed lot. No. Encerradas, 350 reses encerradas 35 minutos en una hectárea y media, usted se queda serio así, cierra los ojos, escucha y ve chiqui, chiqui, chiqui; y parece que fueran las termitas y no, son las vacas comiendo.

O sea, eso se puede hacer. Se puede duplicar lo que el país produce, se puede duplicar. ¿Por qué? Porque, gracias a Dios, tenemos mercado.

Porque en este país todo lo que se produce está muy por encima de lo que tres millones cuatrocientos mil uruguayos pueden consumir.

Entonces, si usted produce y usted no entra al mercado de primer nivel, entonces, es lo mismo que la nada.

Por eso le digo: el Uruguay tiene un mercado de primer nivel para la producción primaria, la puede aumentar y duplicar. Tiene un mercado de primer nivel para los servicios, notoriamente. Tiene un mercado de primer nivel para el turismo. Anoche estuvimos con los finlandeses. Bueno, tome mate, tome mate.

LÓPEZ: ¿Cómo está eso de los finlandeses?

PRESIDENTE BATLLE: Anoche estuvimos con todos los finlandeses en Suárez.

LÓPEZ: ¿Eso está arreglado del todo ya?

PRESIDENTE BATLLE: Está arreglado; con los finlandeses en casa.

LÓPEZ: Porque por allá, por Rocha, también se habla.

PRESIDENTE BATLLE: No, los finlandeses no tienen nada que ver con Rocha.

LÓPEZ: Ya sé que no tienen nada que ver, pero se habla.

PRESIDENTE BATLLE: ¿De qué hablan? Hablarán de los vikingos.

LÓPEZ: De que vienen los noruegos.

PRESIDENTE BATLLE: De los vikingos.

LÓPEZ: No sé.

PRESIDENTE BATLLE: Estos son finlandeses.

LÓPEZ: Son finlandeses. Hay gente que se opone también.

PRESIDENTE BATLLE: ¿A quién?

LÓPEZ: A los finlandeses.

PRESIDENTE BATLLE: Ah, sí, siempre hay gente que se opone a que se haga algo. Eso es tradicional en todos los países. No crea que es solamente en el Uruguay, siempre hay alguno.

LÓPEZ: Pero hablan de la polución.

PRESIDENTE BATLLE: Ah, por supuesto, hablan de la polución. Lo que quisieran es que todo el mundo trabajara pero que no hubiera empresas. No sé cómo se hace eso. El día que alguien descubra cómo todo el mundo puede trabajar y ganar un buen salario, pero que no haya empresas. O sea, en las Minas de San Gregorio todo el mundo trabaja, se quejan de la polución, está la cosa bien administrada y cada uno tiene un sueldo no menor a 15 mil pesos cada uno. Entonces, ¿cómo se hace para poder tener un buen sueldo, pero que no haya una industria? Eso no lo conozco cómo se hace.

LÓPEZ: ¿Y qué pasó con los finlandeses?

PRESIDENTE BATLLE: Los finlandeses vienen al Uruguay y están ya en los últimos tramos de los acuerdos administrativos, que creo que entre hoy y mañana estaba resuelto para armar su fábrica. ¿Por qué los individuos vinieron acá? Porque el país es competitivo en sus productos naturales. O sea, la podían haber hecho la fábrica en cualquier lugar del mundo, ¿no es verdad?

LÓPEZ: Sí.

PRESIDENTE BATLLE: Pero, ¿por qué la hicieron acá?

LÓPEZ: No sé si en cualquier lugar del mundo.

PRESIDENTE BATLLE: Bueno, pero en cualquier lugar de mundo...

LÓPEZ: Depende de las condiciones.

PRESIDENTE BATLLE: Y, bueno, ¿pero cuántos países son los que pueden tener condiciones para plantar árboles? No sé, habrá siete, ocho, diez, quince, veinte. Pero eligieron acá.

LÓPEZ: Si.

PRESIDENTE BATLLE: ¿Y por qué eligieron acá?. Eligieron acá porque las condiciones son mejores, porque el país es un país tranquilo, porque el país es un país confiable, porque están bien ubicados geográficamente. Porque de acá pueden mandar el producto al lugar del mundo que les interese, porque, sin ninguna duda, el país tiene condiciones competitivas excepcionalmente buenas en todo lo que son los productos primarios, a los que se la agrega valor como a la carne, como a la leche, como a cualquier otra actividad que se transforma en una actividad industrial.

Entonces, ahí está la cosa para decir este año, fenómeno, exportamos el récord, tres mil millones de dólares. Bueno, ¿en cuántos años tenemos para exportar seis mil? Oiga, Lopecito, Durazno tiene un millón de hectáreas.

LÓPEZ: Sí.

PRESIDENTE BATLLE: Es el departamento que más porcentaje de campo mejorado tiene. En el último examen, no hablo de la lechería, hablo de lo pecuario, tenía el 14 por ciento de la superficie mejorada. La gente no lo podía hacer, no era que no supiera o que no quisiera, no lo podía hacer y ahora lo está haciendo.

Entonces nosotros podemos duplicar eso, pero lo podemos duplicar. En vez de vender 700 millones de dólares de carne y cuero, podemos vender el doble. Y eso el país lo sabe hacer, lo puede hacer, hay mercado. Y eso lo va a hacer, y lo va a hacer porque están dadas las condiciones ahora.

LÓPEZ: Usted, yo le pido el mayor poder de síntesis, perdone, ¿eh? Pero, bueno, le quiero preguntar otras cosas.

PRESIDENTE BATLLE: Ah, pregunte lo que quiera; lo que pasa es que yo soy un maniático, obsesivo, obsesivo con el crecimiento.

LÓPEZ: ¿Prestador de libros?

PRESIDENTE BATLLE: jAh, eso sí! Ahora los regalo.

LÓPEZ: ¿Devolvedor de libros?

PRESIDENTE BA TLLE: Sí, también, pero ahora los regalo los libros. Mire, regalé, le estoy regalando al liceo del Sauce.

LÓPEZ: ¿Sí? ¿Suyos?

PRESIDENTE BATLLE: Sí, de los míos, sí.

LÓPEZ: De su biblioteca, o de su padre, no sé de quién.

PRESIDENTE BATLLE: De los míos, sí, de los que he juntado en la vida. Porque ahora me mudo a un apartamento que alquilamos con Mercedes, adonde puedo llevar algunos libros pero no puedo llevar los que tengo. Y, por tanto, los estoy empezando a regalar. No voy a volver a leer los mimos libros de filosofía ni la misma literatura. Le regalé a una pequeña biblioteca que hay ahí, en la Cañada, en el Monzón, en Trinidad. Le regalé otros acá al liceo de Sauce. Toda la parte militar, ya que tenía una buena biblioteca militar, se la regalé al IMES, al Instituto Militar de Estudios Superiores. Estoy haciendo otro gran lote de libros para seguirle trayendo libros a la biblioteca acá del liceo de Sauce. Le di a mi hermana, a mi hermana no, a mi hija mejor dicho una cantidad de libros de Psicología que le interesaban.

LÓPEZ: Me dijeron que es muy buena profesora de inglés su hija.

PRESIDENTE BATLLE: Yo qué sé; no sé.

LÓPEZ: Excelente, me dijeron.

PRESIDENTE BATLLE: Dicen que sí.

LÓPEZ: ¿Usted cómo anda con el idioma?

PRESIDENTE BATLLE: Yo bien.

LÓPEZ: Con el inglés, le digo.

PRESIDENTE BATLLE: Hmm. Bien.

LÓPEZ: Bien. ¿Playa o monte?

PRESIDENTE BATLLE: No, no, el campo.

LÓPEZ: Siempre.

PRESIDENTE BATLLE: Sí, sí, el campo, yo soy del campo.

LÓPEZ: ¿Posesivo de los amigos?

PRESIDENTE BATLLE: Yo creo que soy normal, ¿no? A los amigos uno...

LÓPEZ: ¿Los llama todo el día?

PRESIDENTE BATLLE: jAh, sí, eso sí! Ah, estamos todo el día.

LÓPEZ: ¿Estamos, o tienen que estar?

PRESIDENTE BATLLE: Sí, no, estamos todos, estamos todos en la vuelta. Nos juntamos una vez por mes a comer ñoquis un lote de amigos viejo, que decimos nada más que pavadas. ¡Y qué es lo lindo! Saber que hay un 29, y que nos juntamos y que ese día nos embromamos los unos a los otros. Hay uno que es de Peñarol, enfermo, pobre...

LÓPEZ: No es enfermo, si es de Peñarol no es enfermo.

PRESIDENTE BATLLE: Y hay otro que es de Nacional, que es un tipo fenómeno. Y, entonces, bueno, comemos ñoquis.

LÓPEZ: Hablando de Peñarol y de Nacional, ¿nunca se le ocurrió...

PRESIDENTE BATLLE: ¿Ser de Wanderers? No, nunca.

LÓPEZ: No, ser de Wanderers, no. Una más antes del último corte. A usted que le gusta la prospectiva, ir para adelante, mirar para adelante, ver.

PRESIDENTE BATLLE: Y soy joven.

LÓPEZ: Claro.

PRESIDENTE BATLLE: Tengo apenas 76.

LÓPEZ: El espíritu joven. Se habla en el mundo, ese que usted visita con bastante frecuencia, yo lo veo que anda por ahí, viene Bush y Lula y al otro; y habla con uno y con otro, y lo veo también siempre en una posición muy como de centro, yo no sé si les hace bromas o qué, o qué cosas les dicen.

PRESIDENTE BATLLE: No, no.

LÓPEZ: Lo veo, pero, ¿sigue el tema de las izquierdas y las derechas en el mundo?

PRESIDENTE BATLLE: No, no; no existe más eso.

LÓPEZ: Es lo que yo digo, porque a mí parece que no existen, y estamos acá discutiendo eso en Uruguay.

PRESIDENTE BATLLE: No, no; eso no existe más. Es como dijo Felipe González acá, cuando vino, ¿se acuerda? Allá, en la Asamblea.

LÓPEZ: Sí, me acuerdo perfecto.

PRESIDENTE BATLLE: La inflación no es de izquierda ni de derecha, es mala. O sea, que no, ya no hay más eso, no hay más. Inclusive los partidos han perdido mucho perfil, hay diferencias mínimas entre unos y otros, ¿no es verdad? Imagínese, hasta hace poco tiempo Aznar era de la derecha extrema, según decían, y tenía que estar permanentemente peleando con la ETA, ¿no? Antes de eso le habían hecho no sé qué lío al pobre Felipe González, un gran tipo, porque también había tenido que enfrentar a la ETA, y ésta semana el gobierno socialista una de las cosas más importantes que ha podido decir es que ha hecho un gran avance para controlar, debilitar y disminuir las acciones de la ETA, con su tarea conjunta con los franceses. Quiere decir que los problemas son comunes, de todos, ¿no es verdad? El crecimiento económico va por aquí y va por allá. Pero, volviendo a Chile. Mírelo a Aylwin, mírelo a Frei, mírelo a Lagos, y vea usted que es una sola línea, ¿no? Una sola línea, y el que se aparta de esa línea se cae al pozo.

LÓPEZ: Voy a dejar para el último momento agradecerle al Presidente de la República que haya compartido este rato. Después, voy a contar una de Teresa de Calcuta. Este rato aquí, en el medio del campo, en éste ámbito donde queríamos charlar, en este mes donde los uruguayos definen una nueva elección y ahora, o no ya en octubre, un nuevo Presidente que asumirá en marzo. No lo quiero comprometer con eso de habrá o no ya en octubre, o en noviembre. Bueno, si no es en octubre va a ser en noviembre.

PRESIDENTE BATLLE: Es lógico, por supuesto.

LÓPEZ: Ahora, yo veo los números, hablo con mucha gente en todos lados y, en general, yo creo que nadie puede discutir que los números dan; los grandes números, los números de la economía, los números de algunos sectores del agro no de todos.

PRESIDENTE BATLLE: Bueno, me diría cuál no.

LÓPEZ: La granja viene más relegada.

PRESIDENTE BATLLE: La granja le acabamos de hacer un fondo imponente, ¿no?

LÓPEZ: Sí, lo sé; bueno, ahora.

PRESIDENTE BATLLE: ¿Sabe lo qué está relegada en la granja? Lo verde. Porque usted saca un kilo de morrón y lo vende a tres pesos. Y por eso lo que sucede acá, sucede en todo Canelones. El "gordo", ahí, tiene 14 bichos en un apartado que hizo con alambre eléctrico.

LÓPEZ: Sí, lo vi.

PRESIDENTE BATLLE: ¿Por qué? Porque es evidente que en todos lados lo verde no tiene mercado, porque se produce mucho más y somos la misma cantidad. O sea, que acá se produce mejor lo que se exporta: la cebolla, ya hay contratos a la gente, están contratando la cebolla para cuando la cosechen.

LÓPEZ: Vi ahí, una cebolla, ¿es suya?

PRESIDENTE BATLLE: No, esa cebolla no es mía, es del "gordo".

LÓPEZ: Bien. Y esos números dan, supongamos; yo creo que dan...

PRESIDENTE BATLLE: Dan, sí; son buenos.

LÓPEZ: ¿Y por qué hay una diferencia tan abismal y tan opuesta en lo que tiene que ver con la sensación que la gente tiene? Según lo dicen las encuestas.

PRESIDENTE BATLLE: Mire, en primer lugar, quiero creer que lo que pasa es que, fundamentalmente, la gente cuando elige, elige el gobierno que viene; no elige el gobierno que está. A mí la única cosa que me pueden elegir es para Senador, ¿no es verdad?

Pero no me pueden elegir para Presidente. O sea, la gente elige el gobierno que viene. Y, bueno, posiblemente se ha dado una polarización mayor entre el Frente y el Partido

Nacional y eso ha conducido a que alguna gente, inclusive, piense que todo se resuelve en octubre, ¿no? Cuando hay, en el texto constitucional, hay dos vueltas. En la primera, se eligen senadores y diputados, y se dice cuál de los Presidente pasa para la segunda ¿no? Y pienso que eso ha hecho, fundamentalmente, que esa polarización beneficie a esas dos colectividades políticas. Y está bien. Y entre que la gente sufrió mucho durante los dos años, ¿y a quién le va a echar la culpa la gente? Así que la gente le iba a echar la culpa de que se había quedado sin trabajo, porque había cerrado el frigorífico, a los que no habían controlado en la Argentina la aftosa? No. La echa al gobierno la culpa.

¿Y cuando se funde el Banco de Galicia y se revienta el Banco Comercial, por las patrañas de los dueños, a quién le echa la culpa la gente? Y la gente le echa la culpa al gobernante. Pero, es lo natural. Es decir, ¿qué va a hacer la gente? Y, bueno, después la gente ve que la cosa empieza a mejorar, pero que a él todavía tanto, tanto, no le ha llegado. Porque es evidente que tanto a todo el mundo del sector urbano no le ha llegado, porque la cosa empieza por el campo.

LÓPEZ: Sí.

PRESIDENTE BATLLE: Pero si usted va por ejemplo a un departamento como Maldonado, yo creo que en la historia de los últimos treinta años no hay un movimiento como hay hoy en Maldonado: de construcción, de contratación de alquileres, de todo, ¡es infernal! Bueno, eso le hace bien al país y si le hace bien al país -dígame- es lo que importa, ¿no?

LÓPEZ: Sí.

PRESIDENTE BATLLE: Y está.

LÓPEZ: Déjeme decirle esto: así que si el próximo gobierno -según lo que usted me dice- va piloteando más o menos como va ahora, ¿correcto?

PRESIDENTE BATLLE: Va de rienda envuelta.

LÓPEZ: Que no toque lo que no tiene que tocar.

PRESIDENTE BATLLE: Ah, va de rienda envuelta.

LÓPEZ: Que toque poco.

PRESIDENTE BATLLE: Que toque poco. Que no se enloquezca con el gasto.

LÓPEZ: Y usted dice que, ¿en cuánto? En un año y más.

PRESIDENTE BATLLE: Pero escúcheme una cosa, estimado amigo. Supóngase que este año -no, supóngase no- éste año 2004 creció el 11 %, el año que viene puede perfectamente crecer el 7%, y supóngase que usted acumula cinco años cinco, seis y siete; cinco, seis y siete, y lo va acumulando en el año anterior, entonces, cinco por siete da treinta y cinco.

LÓPEZ: Da.

PRESIDENTE BATLLE: Quiere decir que el país va a crecer un treinta y cinco por ciento, que es más porque es acumulado, el cinco sobre el siete y el cinco sobre el cinco y sobre el siete; así que en cinco años este país crece el treinta y cinco por ciento más. ¡Pero es fantástico! No hay ninguna razón para que la gente no sienta que ese treinta y cinco por ciento va recaer sobre cada uno de ellos, directamente. Porque lo primero que hicimos el año pasado fue volver del fondo del pozo hasta el nivel cero.

LÓPEZ: Sí.

PRESIDENTE BATLLE: Este año crecimos el 11 %, más siete el año que viene, más cinco todos los años, entonces en cinco años tienen el veinticinco o treinta por ciento de crecimiento del Producto. Y con un veinticinco o treinta por ciento de crecimiento del Producto, continuado, el país da un salto adelante imponente.

LÓPEZ: ¿Se acuerda cuándo le colocaron la banda?

PRESIDENTE BATLLE: Sí.

LÓPEZ: Hace cinco años. ¿Se acuerda bien?

PRESIDENTE BATLLE: Me acuerdo, sí. Me acuerdo, más o menos, me acuerdo.

LÓPEZ: Venía en una caja de madera la banda.

PRESIDENTE BATLLE: Sí, sí, venía sí; venía en una caja de madera.

LÓPEZ: ¿Sabe dónde la hicieron?

PRESIDENTE BATLLE: Si la hicieron... ¿A la caja de madera?

LÓPEZ: La caja de madera.

PRESIDENTE BATLLE: Creo que la hicieron en la calle, en los Hermanos Salesianos. LÓPEZ: Exactamente.

PRESIDENTE BATLLE: Y la banda la hicieron las Hermanas Alemanas.

LÓPEZ: Sí.

PRESIDENTE BATLLE: ¿Y usted sabe lo que me hicieron las Hermanas Alemanas? LÓPEZ: No. Yo lo de los Talleres de Don Bosco porque me lo dijo el Cura.

PRESIDENTE BATLLE: Sí, sí, claro. Pero lo de las Hermanas Alemanas fue fantástico, una cosa sensacional. Siempre se lleva a las Hermanas Alemanas que hagan el bordado, ¿no? Entonces, las fui a ver y dije yo; ¿cómo lo quiere? Muy sencillo, le digo, sencillo; eso sí, el caballo por favor corriendo. Y entonces, se morían de risa. Bueno, al tiempo me llamaron y me dijeron: "está pronta; véngala a buscar". Voy, y arriba de la mesa había una cosa ahí tapada con papel, larga, era la banda. Abro, ¡ma, qué la banda! Era una banda que me habían hecho con un escudo, un caballo de carrera con jockey, con los colores de mi chaquetilla. Entonces, les digo, ¿pero cómo? ¡Y si primero quería esto usted! Bueno, mire, yo creo que si me presentó con esto no me dejan jurar. Entonces, me puse la banda, me saqué una fotografía con ellas y después pasamos al otro cuarto y tenían la banda que usé en aquel momento. Pero, ¿sabe lo qué es bueno? Mire, lo que es bueno, yo se lo dije a Zedillo un día que estábamos allá en Panamá y Zedillo se tuvo que despedir de todos nosotros porque se iba, y yo le dije: lo felicito, porque quiere decir que su país, como en todos los países nuestros, salvo alguno, los Presidentes cumplen el periodo y se van; y nadie duda que se van. Hay otros que se quedan cuarenta años y siguen de rienda envuelta, también. No, y nosotros nos vamos, ¿ vio?

Y, sí, Mercedes y yo ya tenemos media mudanza hecha. Mercedes hoy fue al apartamento a seguir llevando las cosas, tenemos ya media mudanza hecha y nos vamos a vivir de nuevo una vida para poder tener más tiempo para poder ver a los nietos. Si los nietos, hay uno que cumple años mañana, ¿vio?

LÓPEZ: Sí.

PRESIDENTE BATLLE: Y yo sé que mañana no lo voy a poder ver. A ellos, no sé, hace como veinte días que no los veo. Porque en este laburo, en este laburo...

LÓPEZ: Pero está mal, perdón.

PRESIDENTE BATLLE: No, no, está mal, está...

LÓPEZ: Está mal.

PRESIDENTE BATLLE: Y, bueno, embrómese, trabaje de otra cosa. En este laburo se trabaja veinticuatro horas por veinticuatro. Acá hay que laburar siempre. Pero siempre hay que estar arriba de la cosa, siempre. Acá no hay un horario, el horario es el día y la noche; es siempre, es permanente. Yo en los cinco años, el día y la noche, todo el día, con lo grande, con lo chico, con lo mediano. Siempre, siempre.

LÓPEZ: Hace cinco años yo me puse medio nervioso, porque dijeron que andaba medio jorobado.

PRESIDENTE BATLLE: ¿De qué?

LÓPEZ: De salud; ahora, ¡para los 76, lo veo bárbaro!

PRESIDENTE BATLLE: No, nunca estuve jorobado de salud. Nunca estuve jorobado de salud. Yo por suerte tengo -parecería- la genética de mi vieja, ¿no? De mi madre.

LÓPEZ: ¿Era fuerte, no?

PRESIDENTE BATLLE: Los Tálice todos son eternos, ¿vio? O sea, que es una mala noticia para el público. Imagínese, supóngase: ¡No, no, 20 años más de este tipo no, por favor!

LÓPEZ: Por favor, ni en el Sauce.

PRESIDENTE BATLLE: No, ni en el Sauce, no. ¡Dios me libre!

LÓPEZ: ¿Se le ocurrió pensar en algún momento o pensó -yo sé que no- pero cuando coloque la banda al próximo Presidente, qué le va a decir?

PRESIDENTE BATLLE: Mire, sí, le voy a decir que le deseo lo mejor al Uruguay en él. Es eso lo que le voy a decir. Que fue la misma frase con la cual le terminé una larguísima carta que en su momento, siendo nada más que un ciudadano, le escribí al Presidente Gestido. Le deseo lo mejor al Uruguay en él. ¿Qué es lo que más queremos todos? ¡Qué al país le vaya bien! Si a él le va mal, al país le va mal, ¿no es verdad?

Y, entonces, es eso y no otra cosa. Y no hay que tener miedo a las alternancias ni a las cosas, no hay que tener miedo. Hay que sentir que los países como éste, que son países fantásticos y formidables, tienen larga vida y buena vida por delante.

LÓPEZ: Gracias, por este rato, por haberse despeinado, y compartido un ratito, un rato. Yo le dije que le iba a contar una de Teresa de Calcuta.

PRESIDENTE BATLLE: Sí.

LÓPEZ: Una inglesa un día la entró a seguir, porque a la inglesa le pagaban para hacer un libro, y dijo: "Madre, mire, perdóneme pero yo tengo que andar con usted". Y le dijo Teresa, que era chiquitita pero tenía un genio bárbaro: "No, no, mija no, ya tengo el cielo ganado, ya con lo que he atendido a la prensa, ya tengo el cielo ganado". "Pero, mire, Madre, lo que pasa que voy a hacer un libro, es mi profesión, es buen dinero; apóyeme, ayúdeme". Bueno, y así la siguió no sé cuántos meses por el mundo. Y un día, ya en la noche, la Madre había atendido a un mundo de gente, de todo tipo y color, cuatro o cinco minutos a cada uno porque no tenía más tiempo, y cuando sale ella le dice, esta escritora inglesa: "Madre, le tengo que preguntar, ¿qué es lo que pasa con usted en esos cinco minutos? Porque yo veo como que entran con una cara y salen con otra ". "No, no tengo ni idea; lo que me parece que esos cinco minutos que yo estoy con alguien, para mi son muy importantes, y espero que para el que esté conmigo también; y, entonces, como yo no sé si van a haber otros cinco minutos así, me tengo que dar entera y tengo que recibirlo entero al otro también ". Bueno, por éste rato, muchas gracias.

PRESIDENTE BATLLE: ¿Sabe una cosa? Yo le voy a decir una cosa con respecto a lo que usted me acaba de decir. Yo creo que es cierto lo que usted dice, pero para hacer lo que la Madre Teresa de Calcuta se ve que hacía, de darse por entera y recibir al otro entero adentro de ella, tiene que ser una persona absolutamente excepcional, eh. Porque la carga que se recibe de cada uno de los que le viene a plantear las cosas, si uno la asume por completo y no tiene su compartimiento estanco para defenderse, produce efectos somáticos imponentes. O sea, se tiene que ser un ser excepcional. Yo le miraba las manos siempre a la Madre Teresa de Calcuta; tenía unas manos, tan chiquitita, tan endeble, pero tenía unas manos y una fortaleza, y una fuerza, trasmitía una fuerza, infernal. O sea, que ella era una de esas personas excepcionales, que las hay, las hay. Por eso, hay palabras llamadas hombres, otras llamadas héroes, otras llamadas mártires, otras llamadas santos, porque son distintas categorías de seres humanos. Por cierto que hay algunos que son más excepcionales que otros, y la Madre Teresa de Calcuta era una persona absolutamente fuera de serie, absolutamente fuera de serie. Más que por lo que hacía, quizás, por lo que trasmitía. Por eso que usted relata, ¿no? Y ella estaba por encima de todo y muy lejos de todos nosotros; nosotros somos así, chiquititos así. La única cosa que hay que hacer es ver si uno trabaja y trabaja, porque acumulando trabajo, al final, alguna cosa se puede hacer.