13/10/04   
    
    
    13/10/04 – SE CONFIRMA DECRETO N° 154/02 DE
    30/04/2002, POR EL CUAL SE PROHIBIÓ LA FABRICACIÓN, LA INTRODUCCIÓN AL
    TERRITORIO NACIONAL BAJO CUALQUIER FORMA Y LA COMERCIALIZACIÓN DE PRODUCTOS
    QUE CONTENGAN AMIANTO O ASBESTO.
    
    VISTO: el recurso de revocación interpuesto por las
    empresas CUANOL LTDA., y SINREL S.A. contra el Decreto N° 154/02 de 30 de
    abril de 2002;
     RESULTANDO: que por el mismo se prohibió la
    fabricación, la introducción al territorio nacional bajo cualquier forma y
    la comercialización de productos que contengan amianto o asbesto
    comprendidos en la partida 6811 y en el ítem 6812. 50.00.00 de la NCM;
    
    CONSIDERANDO: I) que a diferencia de lo que sostiene
    SINREL S.A., el estudio conjunto realizado por la Organización
    Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS)
    en 1998, afirma exactamente lo contrario respecto al crisotilo, sin soslayar
    que tanto la República Argentina (Resolución N° 833/2001, publicada en el
    Diario Oficial 2001/07/31) como la República de Chile (Decreto N° 656,
    publicado en las págs. 3 y 4 del Diario Oficial de ese país N° 36.861 de
    13 de enero de 2001), adoptaron similares medidas;
    
    II) que respecto a la alegada inconstitucionalidad
    del Decreto N° 154/002, debe señalarse primeramente que por disposición
    del artículo 10 del Convenio Internacional del Trabajo (CIT) N° 162, la
    legislación nacional debe prohibir total o parcialmente la utilización del
    asbesto o de cierto tipo de asbesto o de ciertos productos que contengan
    asbesto en determinados procesos de trabajo; 
    III) asimismo, que los convenios internacionales
    de trabajo son tratados-leyes de carácter multilateral ya que de los mismos
    emanan normas jurídicas de carácter general, indefinidamente aplicables en
    todos los estados que adhieran a los mismos y porque pueden ser ratificados
    por todos los estados miembros de la OIT;
    
    IV) que el Dr. Américo Plá Rodríguez (Cf.
    "Los Convenios Internacionales del Trabajo", Fac. de Derecho,
    1965, Parte Segunda, Caps. IV y V) sostiene que de acuerdo a la
    Constitución, la ratificación de un CIT es un acto complejo que requiere
    iniciativa privativa del Poder Ejecutivo y luego aprobación del Poder
    Legislativo mediante ley (Constitución de la República artículos 85 y
    168), aunque no debe soslayarse que la Constitución de la OIT dispone
    (artículo 19, párrafo 5; literal b) que cada Estado debe "someter el
    convenio a la autoridad o autoridades a quienes competa el asunto al efecto
    que le den forma de ley o adopten otras medidas", y recuerda que
    "...la doctrina sostiene que los Tratados suscritos por nuestro Estado
    se aplican directamente por nuestros jueces, siempre que sean...
    suficientemente detallados en su formulación como para poder ser aplicados
    por los jueces" ( op. cit. ), criterio que es el sustentado por la
    Jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia en sentencia N° 25 de 20 de
    junio de 1990;
    
    V) que por ello se concluye que un convenio
    internacional de trabajo, en tanto tratado ley multilateral, de acuerdo a la
    Constitución de la OIT y la Constitución de la República, son ratificadas
    por una ley y sus disposiciones se aplicarán directamente en la medida que
    sean auto ejecutivas; en caso contrario, las disposiciones del convenio
    podrán hacerse aplicables mediante decreto del Poder Ejecutivo, por lo que,
    en otras palabras, un convenio internacional del trabajo, luego de
    ratificado mediante una ley se incorpora a nuestro derecho interno con rango
    de ley; las disposiciones auto ejecutivas que contenga se aplican
    directamente por los jueces, las otras podrán ser reglamentadas por decreto
    sin necesidad de nueva ley;
    
    VI) que respecto al argumento de que el artículo 10
    del CIT N° 162 se refiere a la "legislación nacional", debe
    tenerse presente que el convenio utiliza la expresión legislación en
    sentido amplio, esto es como sinónimo de ordenamiento jurídico;
    
    VII) que con relación a los agravios expresados por
    CUANOL LTDA. y sin perjuicio de lo expuesto previamente, se entiende que no
    existe contradicción entre lo señalado por el Considerando I del Decreto
    No 154/002 y lo afirmado en la publicación de la OMS que cita ya que el
    primero afirma que el riesgo por el asbesto es independiente de la dosis de
    exposición y la segunda que la exposición al asbesto no es dependiente de
    la dosis;
    
    VIII) en cuanto a que el CIT N° 162 recomienda la
    prohibición de la cricidolita pero no establece limitaciones para el uso
    del asbesto crisotilo, también una lectura serena del artículo 10 del
    mencionado convenio permite rechazar la afirmación de la recurrente, en
    tanto la norma dispone la prohibición total o parcial de la utilización
    del asbesto o de ciertos tipos de asbesto o de ciertos productos que
    contengan asbesto en determinados procesos de trabajo;
    
    IX) que es inexacto que no se contara con
    información científica de indiscutible aceptación internacional, por lo
    que no existe desviación de poder;
    
    X) que la problemática del amianto es un tema de
    salud ocupacional como de higiene del medio ambiente y protección a los
    consumidores como lo señalan los decretos franceses Nros. 2001-840 de 13 de
    setiembre de 2001 y 96-1133 de 24 de diciembre de 1996, y la prohibición
    del amianto contenida en el Código del Trabajo y en el Código de Consumo,
    sin perjuicio del informe conjunto de la O.M.S. y la Organización Mundial
    de Comercio (OMC) 2002 en tanto expresa que "...el órgano de
    Apelación... llego a la conclusión de que la prohibición de las
    importaciones de amianto era una medida necesaria para proteger la salud
    humana";
    
    XI) que si bien se alude a la certificación ISO como
    garantía de seguridad laboral, la misma no se acredita, ni se explica cual
    es la relación entre esa eventual certificación y la inexistencia de
    riesgo por la utilización de asbesto o amianto;
    
    XII) que en lo relativo a que la Ley N° 17.283 de 28
    de noviembre de 2000, que declara la protección del medio ambiente contra
    sustancias tóxicas o peligrosas, no tiene relación con el asbesto ya que
    la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos no lo tiene calificado
    como residuo peligroso, es un argumento que carece de solidez jurídica ya
    que el referido organismo no tiene competencia internacional y ha quedado
    demostrado que el gobierno francés, la OMS y la OMC utilizan criterios
    diferentes, así como el gobierno belga, donde el Decreto Real de 4 de mayo
    de 1999 se refiere a las condiciones que deben cumplir las empresas de
    demolición para el retiro de los materiales con asbesto;
    
    XIII) que tampoco es correcto que el decreto
    recurrido genere un monopolio de hecho, contrario a lo establecido en la ley
    N° 17.243 de 29 de junio de 2000, como lo demuestra que el artículo 8° de
    aquél concediera el plazo de un año para dejar de fabricar los productos
    incluidos en la prohibición, por lo que cualquier empresa que pudiera ser
    "afectada" por las disposiciones del mismo disponía de plazo
    suficiente para adecuar sus procedimientos productivos a la utilización de
    materias primas no peligrosas para la salud y el medio ambiente; 
    ATENTO: a lo expuesto;
    
    EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
    RESUELVE:
    1°.- Confírmase el Decreto N° 154/02 de 30 de
    abril de 2002, por el cual se prohibió la fabricación, la introducción al
    territorio nacional bajo cualquier forma y la comercialización de productos
    que contengan amianto o asbesto comprendidos en la partida 6811 y en el
    ítem 6812.50.00.00 de la NCM.
    
    2°.- Notifíquese, comuníquese, etc.