Presidente José Mujica
"El sujeto del cambio sos vos, pueblo querido"
El Presidente de la República expresó
que la realización del encuentro en Plaza Independencia
tuvo el objetivo de agradecer el calor del pueblo uruguayo.
Manifestó que para seguir adelante se necesita audacia del
Estado y capacidad de los trabajadores para asociarse en
emprendimientos productivos. Integración, economía,
disminuir la pobreza, llevar más conocimiento al interior
del país, serán temas a seguir, dijo el Presidente de todos
los uruguayos.
El Presidente de la República, José Mujica,
nombró las nuevas autoridades y dejó instalado el Gabinete
Ministerial.
En la instancia se designaron también al
Secretario y Prosecretario de la Presidencia de la
República, a los Ministros de Estado; y al Director de la
Oficina y Planeamiento (OPP). Seguidamente se efectuó la
ceremonia de Tributo de Honores Militares al nuevo
Mandatario.
El Presidente Mujica, pronunció un discurso
dirigido a los amigos de América Latina, a todos los
invitados, así como al pueblo uruguayo, "con el cual están
todos los compromisos".
El Presidente anotó que es bueno en la vida
recordar "que nadie es más que nadie y saber que gobernar
es construir equipos". Enfatizó que al acto invitó a un
viejo amigo del departamento de Artigas, “Pinduca”, que a
lo largo de más de 40 años ha sido militante, y a través de
él recordó que "no por estar arriba tu corazón y tu
compromiso dejan de estar abajo", según dijo.
Mujica afirmó que sabe que tiene que pelear
por la integración del país, "por todos y con todos". De
esta forma, aseguró su concepción de que este es un
Gobierno de equipo que no delega responsabilidades.
Expresó que la transmisión del mando, si
bien algo inusitada -a la intemperie y frente a la estatua
de José Artigas-, se optó por realizarla en ese lugar,
porque el Prócer simboliza unidad nacional y la concepción
latinoamericana.
Aseguró que el nuevo Gobierno está
comprometido por un país con una mejor sociedad, pero no
hay progreso que no sea lento y producto de un trabajo
disciplinado.
Un Gobierno son cinco años y es objetivo
tratar de dejar legados que puedan ser continuados. Dijo
que para ello, se necesita la colaboración de todos los
sectores de la sociedad, con empresarios que inviertan, en
una economía con iniciativas.
Manfiestó que es necesario ayudar a la
clase media a realizar emprendimientos productivos
autogestionados, como forma de demostrar que "los
trabajadores son capaces de mandarse a si mismos".
Señaló que "somos un pueblo hijo de
aluvión, donde no existe la discriminación de raza o de
género", afirmó que somos tremendamente republicanos y
somáticamente igualitarios.
El Presidente pronunció un no rotundo al
odio, al escepticismo, a la bronca, al no se puede y a la
crítica sin fundamento. No obstante, convocó a cambiar la
realidad, señalando que "nada cambia, sino cambiás vos, el
sujeto del cambio sos vos, pueblo querido". Asimismo,
subrayó que "derrotados, son los que dejan de luchar".
Fuera de protocolo, Mujica convocó al
Vicepresidente de la República, Danilo Astori, agradeció la
visita de las autoridades del exterior que acompañaron en
esta ceremonia, y saludó a las autoridades nacionales, ex
presidentes, diplomáticos, compañeros de trabajo en el
Gobierno saliente y entrante.
Asimismo, extendió un profundo
agradecimiento a los uruguayos que hicieron posible un
segundo gobierno del Frente Amplio. Aseveró que será un
Gobierno que abrirá sus puertas a todos los partidos
políticos, para definir temas fundamentales para la
sociedad y el país, en las que se espera una participación
de todos los partidos para convertirlas en temas de Estado.
Del mismo modo, sostuvo que es difícil
describir en palabras la emoción vivida en esta jornada, la
cual describió como “gloriosa” donde surgió a la luz el
sentimiento de fervor y alegría por parte de la gente.
Dijo que ello implica una responsabilidad
para el Gobierno y el compromiso de llevar adelante
aquellas transformaciones que permitan al Uruguay ser un
país desarrollado con justicia social.
Finalmente, expresó su gratitud al
Presidente José Mujica por haberle permitido dirigirse a la
gente en esta jornada, fuera del protocolo, y parafraseando
a Tabaré Vázquez en ocasión de asumir la Presidencia en
2005, dijo “no nos dejen solos, estén con nosotros,
trabajando con nosotros”.
Palabras del Presidente de la
República, y del Vicepresidente de la República, Danilo
Astori, en el acto de la Plaza Independencia ante el
Monumento al Prócer de la Patria, Gral. José Gervasio
Artigas
PRESIDENTE MUJICA: Amigos, amigos de
América Latina y amigos que han venido del mundo: señores
Mandatarios, Cuerpo Diplomático, quienes representan
distintos países y naciones; aquellos que representan a las
organizaciones sociales del Uruguay y alguna de los
queridos países vecinos, a quienes representan, comunidades
religiosas; a todos aquellos que en el Uruguay ejercen
alguna autoridad o alguna responsabilidad política; y al
final, sin parafernalia, ¡a ti querido pueblo con el cual
están todos los compromisos!
Es bueno, es bueno en la vida recordar
que nadie es más que nadie y saber que gobernar es
construir equipos, por eso le quiero pedir a mi compañero
de fórmula que entregue un saludo, que les entregue un
abrazo.
Pero antes de eso, queridos compañeros,
antes de eso yo invité a un amigo que está acá, es un viejo
“peludo” de Artigas criado en la frontera, huérfano de gurí;
que tiene cuarenta y pico de años de militancia, que cada
vez que voy Artigas paro en su rancho, de los
imprescindibles de abajo, de los que nunca piden un puesto
un cargo, un acomodo, un laburo; de los que a lo largo de
más de cuarenta años siempre militan y es a través de él
que quiero recordar que no por estar arriba tu corazón y tu
compromiso deja de estar abajo.
Y sé que tengo que pelear hoy por la
integración de este país, por todos y con todos. Y eso va
ser el tono de lo que intentaremos decir si nos sale y sino
vaya nuestro corazón.
Pero ahora escuchen a Danilo. Porque, ¿sabés
una cosa pueblo? Cuando uno tiene 74 años es bueno tener la
caja de repuesto aceitada y pronta. Por esa razón este es
un gobierno de equipo que no delega responsabilidad, pero
que sabe que tiene que desconfiar de la biología a parte de
desconfiar de las limitaciones que puede tener la soledad
en nuestra cabeza. Con ustedes, Danilo.
VICEPRESIDENTE ASTORI: ¡Queridos amigos,
salud! Mi agradecimiento a todos los visitantes del
exterior, a los que comparten nuestro camino en América
Latina, los que han venido de más lejos; mi saludo a todas
las Autoridades Nacionales, a los ex Presidentes de la
República que nos acompañan aquí; autoridades militares,
mandatarios, diplomáticos; compañeros de trabajo en el
Gobierno, compañeros que están
terminando su trabajo, compañeros que están iniciando su
trabajo; y como señaló Pepe, pueblo uruguayo de todo
corazón una vez más ¡muchas gracias! ¡Muchas gracias por lo
que han hecho, permitiendo que el Uruguay tenga un segundo
gobierno de izquierda, un segundo gobierno del Frente
Amplio!
Que por supuesto abre
sus puertas a todos los partidos políticos del Uruguay para
trabajar juntos por un país mejor, definiendo cuestiones
fundamentales en las que podemos acordar y convertirlas en
cuestiones de Estado. Estamos convencidos de que eso es
posible.
Es muy difícil
describir en palabras la emoción que hemos sentido en esta
jornada gloriosa.
Es muy difícil
describir en palabras los sentimientos de fervor, de
alegría, de entusiasmo patriótico que hemos visto en tanta
gente a lo largo de estas horas. ¡Qué responsabilidad
queridos compatriotas! Eso es lo que sentimos ahora:
responsabilidad y compromiso de llevar adelante aquellas
transformaciones que sigan haciendo del Uruguay un país
desarrollado con justicia, con justicia social.
¡Queridos amigos, un
abrazo muy grande para todos! Y a Pepe en particular mi
gratitud por haberme permitido dirigirme a ustedes en esta
jornada tan importante para mí. Así que, ¡un abrazo muy
grande para todos y a trabajar juntos!
Como dijo Tabaré,
como dijo Tabaré el 1º de marzo de 2005 y decimos con Pepe
hoy: ¡no nos dejen solos, no nos dejen solos! ¡Estén con
nosotros, trabajando con nosotros! ¡Gracias pueblo
uruguayo, muchas gracias!
PRESIDENTE MUJICA:
Amigos, ¿por qué esta Transmisión de Mando un poco
inusitada en la plaza pública y acá no sólo a la
intemperie, sino ante la estatua de Artigas? Quienes
organizaban esto tres por dos me atormentaban: “¿Y si
llueve?” “Y si llueve nos mojamos todos”, les decía yo. Y
mirá qué incrédulo. ¡Qué sé yo! No se puede vivir
temblándole a todo. ¡Mala suerte si llueve! ¡Tuvimos
suerte! ¿Por qué? ¿Qué simboliza este monumento? Este
monumento simboliza para los uruguayos dos cosas: Unidad
Nacional y Concepción latinoamericana. ¡Unidad, abrazo de
los pueblos de América Latina!
Este es el sentido y
el símbolo que se haga en una plaza pública para que la
gente lo vea, es aburrido como toda cosa protocolar. Ahora
estamos santificados. Está la firma del señor escribano,
hemos procedido en regla.
No dirán que no soy
una criatura domesticada. Pero amigos, estas formalidades
que dan garantías podrán ser aburridas pero son una
necesidad institucional que hay que defenderla, ¡y ay de
nosotros cuando no las tenemos y cuando las hemos perdido!
Solo le damos valor
cuando nos damos cuenta el papel de representación que le
cumplen para con una Nación.
¿Y cuál es el sentido
entonces de este encuentro? Agradecerle el calor al pueblo
uruguayo en primer término, ese calor que vimos en las
calles y esa alegría.
Sabemos que hoy casi
tocamos el cielo con la mano y mañana empezarán los días
cansinos del trabajo, inevitablemente el camino del
Purgatorio. Pero compañeros, compatriotas, estamos
comprometidos con un país que vaya a más.
Pertenecemos a una
generación de la cual quedan algunas reliquias de los que
quisimos tocar el cielo con la mano, desesperados de amor
por las tragedias de nuestro pueblo soñamos con construir
como pudiéramos sociedades mejores. Duro aprendizaje de la
larga acumulación que significa poder progresar, porque no
hay progreso que no sea acumulativo, que no sea lento y que
no sea hijo del trabajo disciplinado de los hombres y de
las sociedades.
Hoy nos damos cuenta,
queridos compatriotas, que no podremos jamás abdicar de
soñar que algún día podrá haber arriba del planeta
sociedades donde lo mío y lo tuyo no nos separen, con menos
egoísmo y más solidaridad.
Pero sabemos, sabemos
que no es poca cosa tener libertad, disentir, respetarnos,
multiplicar conocimiento y conciencia y ensayar todos los
caminos y fórmulas posible que sirvan para enriquecer la
sociedad y para enriquecernos nosotros mismos como seres
humanos.
Soy de los que
piensan que algún día la Humanidad construirá esas
sociedades, pero mucho antes tendrá que haber multiplicado
mucha riqueza, mucho conocimiento y mucha cultura porque es
inútil querer igualar de arriba hacia abajo: la gente clama
por lo inverso.
Todas estas cosas son
opinables, pero un gobierno son cinco años. Tenemos que
cumplir nuestros pequeños escaloncitos, subirlos y tratar
de dejar algo que van a continuar otros.
La historia ni
empieza ni termina con nosotros, solamente que seamos unos
bichos terriblemente vanidosos.
Entonces, necesitamos
en primer término la colaboración de todos los sectores, de
todos los sectores que componen nuestra sociedad: ricos,
pobres y los del medio.
Necesitamos gente que
invierta y le tenemos que dar garantías porque va a
invertir si tiene seguridad y tranquilidad, y si esa gente
no invierte no le damos respuesta a aquellos por los cuales
solidariamente más estamos preocupados, por el afán de
repartir mucho y aceleradamente terminamos repartiendo
menos.
Tiene que andar la
economía en primer término, pero tienen que andar todas las
iniciativas posibles, la de los empresarios nacionales.
Me decía una señora
hoy, queremos ayudar a las empresas pequeñas, al Uruguay
entero, esta es una empresa pequeña. Sí, es posible, pero
necesitamos todas las iniciativas, la audacia de un Estado
que tenga capacidad de asociarse, de fundar cosas, más que
nada por darle garantía a la gente, a una clase media
ahorrista que no llega a la estatura de empresario, pero es
lo que tenemos. Ayudarla a fundar cosas, que corran las
cooperativas, que se atrevan y aquéllos más corajudos, de
mi palo, que no se preocupen por levantar muchos letreros
con reivindicaciones, eso que lo hagan, pero que afronten
el coraje de juntarse y fundar empresas autogestionadas
para demostrarse asimismo que los trabajadores son capaces
de mandarse a si mismos.
Y todo ese mundo
conviviendo y multiplicando la riqueza. Porque si no
multiplicamos riqueza todo lo demás es bla, bla, bla. ¿Por
qué? Porque nuestra época tiene una cultura y nuestra
cultura está significando que la gente demanda cuestiones
materiales y las demandas sociales son prácticamente
infinitas. Si cometemos el error de fracasar, talando las
iniciativas económicas o frenándolas, no hacemos otra cosa
que multiplicar el costo de las penurias que tenemos por
delante.
Pero al mismo tiempo
saber que nuestras sociedades son de dos velocidades, que
hay un mundo que cuando económicamente progresamos recoge
los frutos de ese progreso, pero hay otro mundo que por
marginación o atraso cultural comienza a quedar al costado
del camino. Y tenemos posibilidades, queridos compatriotas,
el Uruguay es una aldea grande dotada de recursos naturales
al punto que uno tendría que decir que esto es un pan
dulce. La Naturaleza nos dio demasiado y nos dio cosas que
son permanentes.
Podemos y debemos
seguir construyendo una tierra acogedora que abra los
brazos para todas las soledades de América Latina. Somos un
pueblo hijo de aluvión. Acá están todos los credos, todas
las culturas, acá no existe la discriminación, ni hacia los
negros, ni hacia los pobres, ni hay discriminación sexual
por las opciones que se tomen. Tal vez si un defecto
tenemos es tremendamente republicano y casi somáticamente
igualitario.
Por eso, compañeros,
nada más importante que la integración, nada más importante
que el funcionamiento político, nada más importante que
cuidar la economía, pero nada más importante, que nos
tenemos que recordar a los que quedaron al costado del
camino. No sólo por solidaridad, sino por conveniencia
nacional. Este país en el contexto de América Latina tiene
la historia de ser el país más igualitario. Debe continuar
y acentuar esa tendencia igualitaria llevándole oportunidad
a aquellos que el mercado tiende a segregar
contemporáneamente.
El gran compromiso
del Gobierno que nace hoy, no es tocar el cielo con la
mano, ni repartir lo que no tiene, seria imposible. Su
compromiso se puede cuantificar y medir con pocas palabras:
barrer la indigencia y disminuir la pobreza en un cincuenta
por ciento como propuesta elemental y masificar el
conocimiento y la cultura, muy particularmente llevando el
conocimiento al interior lejano, olvidado y segregado. La
forma que lo hagamos es negociable, no es negociable el
rumbo. Y si por ello, nos toca pasar horas amargas, las
pasaremos. Estamos convencidos que la mayor herencia que le
podemos dejar a las generaciones que vengan es que sean
sencillamente más capaces que nosotros; más formados que
nosotros.
Nadie nos va a
regalar prosperidad. Entonces, compatriotas del pueblo que
andan por ahí, nuestro grito es latinoamericano, hermano de
nuestros hermanos. Los dolores de nuestros hermanos son
nuestros, allí esta nuevamente Chile roto, con una especie
de azote de la naturaleza que nos llama, y nos dice
cuidado.
Y ayer fue Haití,
mañana no sabemos que nos depara el cambio climático. Por
ello, por encima de las diferencias de clase, de religión,
de costumbre, unidos compatriotas, unidos para ser
solidarios con nuestros compatriotas.
Finalmente, queridos,
va a continuar esta transmisión, después hay una fiesta.
Las gargantas de la cultura uruguaya van a regalar unos
cantos a la gente, y lo van a hacer solidariamente, también
en la forma de integrar. Porque como puede haber algo
importante sin canciones. Mañana tendremos, o pasado,
alguna lágrima, y después tendremos algún contratiempo.
Pero hoy, comprometámonos, escuchemos la cultura de nuestro
canto. Acompañémoslo, y sobretodo, no al odio, no a la
bronca, no al escepticismo, no al no se puede, no a ese
crónico criticismo que agarramos el huevo y le damos vuelta
y vuelta y le encontramos el pelo.
Por encima de todas
las cosas, a comprometernos con la realidad. Y permítanme,
“nada cambia, sino cambiás vos”. El sujeto del cambio sos
vos pueblo querido, contigo cambiamos o contigo sucumbimos.
Y estamos como abrazados. Si pudiera hacer lo de Fausto, y
hacerle un negocio a las fuerzas del más allá, y decirles,
se acabó mi existencia, pero estos años sirven para colmar
siquiera en parte la alegría de ese pueblo que esta en la
calle, lo haría.
Pero no hay milagro,
eso es pura poesía, y fantasía, tu progreso sale del
trabajo, del compromiso, de la ciencia, de la seriedad, del
levantarse todos los días y volver a empezar, y sentir una
derrota. Y, finalmente, tengo el derecho para gritar que en
este mundo derrotados son sólo aquellos que dejan de
luchar.
¡Viva la Patria!
¡Viva el Uruguay! ¡Viva América Latina! |