Nuevas nominaciones a colonias
Instituto de Colonización rindió
homenaje a personalidades de la historia reciente
El Presidente de la República, José
Mujica, recibió la resolución que da el nombre de
"Reglamento de Tierras de 1815" a una colonia en Florida en
homenaje al ideario artiguista. Agradeció la labor que
realiza el INC y sostuvo que éste deberá renovar sus
cometidos y avanzar hacia la disminución de la pobreza y
repoblar la campaña. "Para trabajar en la tierra no es
cuestión de tener tierra, hay que ser de la tierra",
enfatizó.
El Instituto Nacional de Colonización
entregó las nominaciones de varias colonias de distintos
departamentos del interior en homenaje a personalidades de
nuestra historia reciente entre las que se encuentran Líber
Seregni, Raúl Sendic, Juan Pablo Terra y Julia Arévalo de
Roche. Además, se rindió homenaje al ideario artiguista
denominando a una nueva colonia como "Reglamento de Tierras
de 1815", cuya resolución fue entregada al Presidente de la
República, José Mujica.
El Presidente Mujica agradeció la labor
de quienes lograron reunir fondos para comprar tierras y
distribuirlas. "Lo que no se hizo en un tiempo no
necesariamente es lo que hay que hacer un siglo después",
dijo en referencia a que el Instituto de Colonización debe
modernizarse para avanzar junto a las necesidades de la
sociedad, en especial la que crece en el campo y que por
motivos económicos debe emigrar a las ciudades.
Recordó que la Ley de Colonización no
era una ley de tierras, sino un proyecto de país que por la
falta de medios económicos y voluntad política no pudo
concretarse a su tiempo. Agregó que a pesar de lo poco que
se pudo lograr durante 40 años, el territorio de las
colonias era mucho más productivo que su entorno, pero que
las formas de producir cambiaron y se modernizaron. Por
ello, el INC también deberá renovarse en el campo de sus
cometidos e ideas. Se debe dar una batalla para sostener lo
que queda, por darle escala a los pequeños ganaderos, a los
"sin tierra" y a los pequeños tamberos para que puedan
resistir dignamente.
Asimismo, sostuvo que se deberá
reorganizar el riego a gran escala, llegando a todos los
rincones del país. Una nueva época requiere de nuevos
cometidos y no se puede hacer con el reparto de tierra una
fábrica de pobres, por el contrario, se debe ayudar a que
los pobres del campo que tienen raíces no tengan que irse,
subrayó.
En ese marco, indicó que existen dos
misiones por cumplir: el derecho a salir de la pobreza y
cumplir la "gigantesca función social" de tener hijos que
serán los futuros pobladores del campo uruguayo. Resaltó
que éstos serán los hijos de los pobres rurales, siempre y
cuando no tengan que salir del campo e instalarse en las
ciudades y tengan coraje de tener hijos. Agregó que se
trata, entonces, de un problema económico y al mismo tiempo
social, para un país que es y seguirá siendo
agro-exportador.
El Presidente de la República expresó
que tener hijos y tener familia "es un deber cuasi
nacional, para cuidar la reposición de la mano de obra del
Uruguay del futuro, porque para trabajar en la tierra no es
cuestión de tener tierra, hay que ser de la tierra". En
este marco, el INC jugará un nuevo rol y deberá
comprometerse a entregar 200.000 hectáreas durante el
período, que serán prioritarios para campos de recría,
grupos de ganaderos pequeños y ayudar a disminuir la
pobreza en la campaña.
Las colonias renombradas en este
homenaje fueron: Líber Seregni (Salto), Raúl Sendic
(Artigas), Juan Pablo Terra (Artigas), Julia Arévalo de
Roche (Salto); Reglamento de Tierras de 1815 (Florida).
Palabras del Presidente de la República,
José Mujica, en la sede del Instituto Nacional de
Colonización, con motivo de la nominación de cinco colonias
a lo largo del interior del país, el 23 de marzo de 2010.
PRESIDENTE MUJICA: Perdónenme,
estaba escuchando y tengo que agradecerle a ésta dirección
del Instituto de Colonización que agarró entre sus manos
-hace unos años- esta reliquia, este pedazo olvidado de la
historia nacional. De la historia no cumplida, de la
historia de las frustraciones. Agradecerle a Agazzi, a
Berterreche, a todos los que hicieron todo lo posible por
juntar vintenes en un país que hacía muchísimas décadas que
no se compraba un metro de tierra.
Las ideas tienen historia y lo que no se
hizo en un tiempo no necesariamente es lo que hay que hacer
un siglo después. Esta casa amarilla, enmohecida,
implantada en la Ciudad Vieja, refleja un pedazo de las
frustraciones de nuestra historia nacional. Es el país de
Maracaná, el que se quedó sumido en la nostalgia y en el
recuerdo. Y en este caso, no pudo cumplir los deberes
esenciales de su época. Y de haber funcionado la Ley de
Colonización -que no era una Ley de Tierra- era un proyecto
de país, que por falta de medios económicos, de voluntad
política no se pudo concretar a su tiempo.
A pesar de lo poco que se pudo hacer
durante 40 años, el territorio de las colonias cubierto por
gente que hizo sacrificios inenarrables, de todas maneras
era mucho más productivo que su entorno. Pero los años y el
tiempo no pasan en vano. Hoy no andamos en Ford A, ni
siquiera en Ford 8. Las formas de producir han cambiado
abruptamente, violentamente.
Alguna vez fui gurí, conocí las
trilladoras estáticas de mi abuelo, donde trabajaban más de
cien personas para abastecer una máquina. Hoy hay
trilladoras, en este país que en un día hacen más de cien
hectáreas apenas con dos o tres personas. Esos cambios
tecnológicos que están allí vienen a demostrar nuevas
formas de trabajar y de producir.
Están ahí, por eso creo que este
Instituto necesitar remozar incluso en el campo de sus
cometidos y sus ideas. Hoy hay que dar una batalla
formidable por sostener lo que queda, por darle escala a
los pequeños ganaderos, a los sin tierra para que puedan
resistir dignamente.
Y hay que darle escala para ayudar a los
pequeños tamberos viendo ese logro maravilloso de la
historia económica contemporánea: los campos de recría. Y
tendrá que jugar, este instituto, para poder organizar el
riego en gran escala, en esas esquinas del mapa donde
potencialmente están gritando "acá hay que juntar agua".
Nuevos cometidos porque hay una nueva
época. Y no podemos hacer con el reparto de tierra una
fábrica de pobres. Por el contrario, tenemos que ayudar a
que los pobres del campo que tienen raíces, no tengan que
disparar. Es otra historia.
Pero hay dos tareas, esta gente tiene
dos misiones. El derecho a salir de la pobreza, pero
cumplir la gigantesca función social de tener hijos.
¿Cuales van a ser los pobladores del campo uruguayo en el
futuro?, y tiene una única respuesta: los hijos de los
pobres rurales, siempre y cuando no tengan que disparar.
Los que tengan coraje de tener hijos. Por lo tanto, este es
un problema económico, pero es un problema social, para un
país que es agro-exportador y lo seguirá siendo, por muchas
décadas.
Que los señores fuertes de la tierra en
el Uruguay entiendan que, aunque los pobres puedan vivir
con más dignidad, tener hijos y tener familia es un deber
cuasi nacional de cuidar la reposición de la mano de obra
del Uruguay del futuro. Porque para trabajar en la tierra
no es cuestión de tener tierra, hay que ser de la tierra. Y
eso es una psicología, ni mejor ni peor, que se gana
fundamentalmente en los años fundamentales de la niñez.
Por eso pienso que tendrá un nuevo papel
el Instituto Nacional de Colonización. Haremos todo lo
posible por no olvidarlo y que tendrá que comprometerse.
Hemos tenido campaña electoral y hemos dicho con claridad:
200 mil hectáreas como propuesta de colonización en estos
años. Y sabemos que juntar la plata para esos recursos es
prácticamente imposible si no mejoramos la "sesera".
Pero, vaya una noticia. Quieren hacer un
puerto de aguas profundas en este país y precisan los
arenales de algún pedazo de costa que vale mucho. Por esos
lados está el camino, transformar cosas que tienen inmenso
valor, pero no tienen valor agropecuario. Como se hizo con
un remate, hace poco tiempo, en tierra buena y útil, para
apuntalar las políticas de colonización. Por ese camino
vamos a seguir. Gracias y gracias. |