El
yacimiento en estudio se encuentra en la localidad de
Valentines, en el límite de los departamentos Treinta y
Tres, Florida y Durazno. Rossi recordó que en esa zona se
realizaron varias iniciativas locales para determinar la
presencia de hierro y que, si bien no prosperaron,
sirvieron de antecedente para el proyecto de esta empresa
anglo-suiza de capitales hindúes.
Asimismo, el
clima de inversiones que tiene el Uruguay, su seguridad y
estabilidad política fueron factores que la empresa tuvo en
cuenta para desarrollar este proyecto. El mismo se
caracteriza por tener un plan de negocios claro que se
llevará adelante en un plazo determinado, una vez que
culmine la etapa de estudio previo que determine la
existencia de los volúmenes de metal necesarios para hacer
rentable la actividad.
Rossi afirmó
que el país tiene los recursos mineros, pero su
movilización deberá estar a cargo de la empresa, ya que es
ésta la que tiene el know how, el mercado y el capital
necesario para poner en funcionamiento esos recursos. Esa
es la clave para el posible desarrollo del sector minero
nacional, que puede empezar a desarrollarse en virtud que
existe una propuesta de políticas de Estado en términos de
cambio de la matriz energética y que seguramente
incorporará a la mesa de discusión la explotación de
recursos que en algún momento se estudiaron. “En cualquier
caso, lo esencial es que la financiación, la toma de
decisiones y el desarrollo del proyecto dependerán de la
inversión externa, puesto que el país no tiene capacidad
para movilizar recursos detrás de este tipo de proyectos”,
dijo.
Rossi
reconoció que el sector minero uruguayo no se destacaba y
tampoco se potenciaba desde el Estado, si bien la
iniciativa de desarrollar la minería por metálicos no es
nueva en Uruguay, ya que en la década del 50 UTE y ANCAP
tuvieron varias propuestas de explotación de minerales
metálicos. Luego, en la década de los 80 surgió el proyecto
del Inventario Minero Nacional, el proyecto de exploración
de esquistos bituminosos en Cerro Largo y Tacuarembó y el
proyecto de prospección de uranio. El país tuvo iniciativas
para poner en funcionamiento al sector minero, pero todas
ellas iniciaron y terminaron en el proceso. De los 90 en
adelante, la minería comenzó a ser una actividad que el
Estado delegó al sector privado, el cual provee al mercado
interno -salvo la exportación de cemento- y reconoció que
si el Estado no promueve otras actividades de mayor
envergadura, el sector continuará siendo pequeño. Del mismo
modo, señaló que al sector minero le hace falta
información. Esto deriva de la falta de interés que el
propio país le dio a la minería, sin inversiones
sistemáticas en estudios sobre la situación de los suelos.
En ese
sentido, Aratirí es un hito en la minería nacional, a
partir del cual se verá un desarrollo del sector. La
importancia de la puesta en funcionamiento de esta empresa
constituye el arranque para un re-posicionamiento del
Gobierno frente al sector, y de la Dirección Nacional de
Minería frente a una actividad que no es la minería
tradicional que se desarrollaba a pequeña escala. Asimismo,
Rossi destacó que no hay en el país un manejo empresarial a
nivel de metálicos de esta categoría. Es un ejemplo de una
empresa con objetivos muy claros sobre áreas concretas en
las que invertir.
Actualmente,
la empresa se encuentra en la etapa de exploración y
perforó 62.000 metros en pocos meses, lo cual es un hito,
así como también lo será la etapa de extracción, con un
trabajo de 24 horas, en tres turnos de ocho horas, en las
que la maquinaria no se detiene. Esta dinámica en materia
de exploración también es inédita en Uruguay. En términos
de dinámica de trabajo, inversión y los volúmenes de
producción que se espera generar (10 millones de toneladas
por año), este proyecto es un hito. Los desafíos de la
infraestructura para extraer el mineral para exportarlos.
Agregó que
el país pone en funcionamiento una serie de recursos que
actualmente no están generando utilidad, ni beneficios a la
sociedad. El Estado no es capaz de explotar este
yacimiento. La oportunidad que se presenta con empresas
extranjeras es que ponen en funcionamiento un recurso que,
de otra forma, el país no lo puede explotar. Aclaró que en
materia de impacto ambiental, este tipo de empresas no
revisten peligro, salvo por el control que se deberá hacer
en torno a la perforación realizada. La actividad no maneja
procesos químicos para la separación de los minerales, sino
que se realiza todo mediante procesos físicos (magnetometría
y por trituración).
A su vez, al
país le es rentable el movimiento económico que se produce
con la instalación de una empresa como estas, generando
beneficios para la sociedad, a través de los puestos de
trabajo que se crean. En la etapa de exploración, se
crearon 80 puestos de empleo directos y más de 180
indirectos. Una vez que comience a funcionar el proyecto,
se espera una ocupación de 1.000 puestos de trabajo
directos. Al ser Valentines un área ganadera extensiva y
poco poblada se puede estimar que la mano de obra joven que
se encuentre disponible, podrá ser absorbida por la
empresa. Además, desde 2007 UTU lleva adelante cursos de
capacitación para obreros y mandos medios mineros, antes
inexistente en el país. Este proyecto brinda una
oportunidad única para que UTU tenga una proyección
inmediata en la formación de recursos humanos.
En este
marco, Pier Rossi indicó que el rol de la DINAMIGE será
reestructurar y poner en funcionamiento controles para
emprendimientos de esta envergadura. El MIEM a través de
esta Dirección se propuso revalorizar el marco legal,
adaptándolo a las condiciones de estructuras empresariales
como esta. Esto no implica cambiar el Código de Minería
porque éste se aplica al más del 99% de las empresas.
Generar un marco más adecuado y flexible para el manejo
territorial de grandes emprendimientos es un objetivo que
se maneja desde el gabinete ministerial.
El otro
desafío es acompasar la estructura de la DINAMIGE y la
realización de trámites a esta nueva etapa de desarrollo
minero nacional. La reestructura del trámite se viene
instrumentando desde junio de 2009, donde hubo un proyecto
que buscaba actualizar el soporte informático de los
expedientes y se espera dotar con criterios de gestión más
sólidos para hacerlos más ágiles.