Un debate necesario: modelos posibles de 
                     políticas publicas en drogas. 
                     Más preguntas que respuestas.
                     
                     Bien elegido el título para esta 
                     necesaria y formidable jornada: el arte de lo posible. 
                     A veces esta frase se enuncia como "realismo" conformista. 
                     Pero en un proceso-a veces lento- de reformas, de revisión 
                     de las políticas en drogas VER es de alguna manera 
                     modificar. Porque la mirada sobre las cosas modifica el 
                     objeto. Esto es una evidencia de las ciencias duras. El 
                     principio de indeterminación de Heisemberg debería 
                     alumbrar, también, este debate artístico de lo posible.
                     
                     Un debate necesario. A veces escamoteado
                     
                     Mi intención en este evento es 
                     contribuir a un debate necesario, imprescindible, que se da 
                     a nivel mundial pero también a nivel hemisférico y en cada 
                     una de nuestros países. Pero que muchas veces se elude, se 
                     niega, como si este tema fuera uno más de los 
                     fundamentalismos religiosos que dominan al mundo. Creo 
                     firmemente que una visión amplia, democrática y progresista 
                     del fenómeno y del problema de las drogas debe contemplar e 
                     incluir como uno se sus competentes fuertes, el debate 
                     político sobre los modelos que sustentan nuestras practicas 
                     de Estado, la experiencia social y comunitaria en este 
                     terreno, y donde la evidencia científica, las buenas 
                     practicas y la defensa de derechos y garantías sea la base 
                     de ello. 
                     Componente muy importante asumiendo que 
                     el fenómeno de las drogas parece responder al modelo de la 
                     complejidad. De los sistemas complejos abiertos. Un 
                     reduccionismo de corte economicista nos ha introducido a 
                     analizar oferta-demanda en un par que se corresponde 
                     automáticamente a represión-prevención y tratamiento. El 
                     debate político necesario es ¿Cuál es la definición de lo 
                     que llamamos "problema"? Es un debate político y socio 
                     cultural….y de lógica formal elemental: ¿estamos planteando 
                     bien el problema? Porque es imposible resolver ningún 
                     enigma humano si esta mal planteado. Problema humano que 
                     esta en el fondo de nuestro drama existencial, de la vida 
                     en común, de la salud (en sentido amplio) nuestra y la de 
                     los demás. De los desafíos y dramas mundiales que pautan la 
                     vida de nuestras naciones y que en ejercicio de nuestra 
                     soberanía no solo tenemos el derecho, sino el deber de 
                     discutirlos a fondo. La percepción es que el problema, 
                     lejos de estar contenido, todavía no esta suficientemente 
                     descripto en sus diversas complejidades.
                     Decíamos en el reciente 53° periodo de 
                     sesiones de la Comisión de Estupefacientes: 
                     
                     "Debate internacional, sin 
                     simplificaciones ni fundamentalismos. Hay que escuchar 
                     todas las voces. El sistema de NNUU en especial la 
                     ONUDD debe promover, impulsar, organizar y respetar las 
                     argumentaciones, opiniones y fundamentaciones que haga de 
                     este debate un dialogo tolerante, respetuoso, con 
                     evidencias y datos científicos.
                     En nuestro Hemisferio algunas 
                     personalidades y ex presidentes han emitido puntos de vista 
                     que merecen respeto y atención. Aún en el disenso. Tanto en 
                     el Prefacio como en el informe de JIFE se toma nota de 
                     estas voces, lo que es un buen paso. Lo que no parece 
                     adecuado es que se elijan arbitrariamente los argumentos a 
                     responder y el lector no tenga oportunidad de confrontar 
                     argumentos. Sería más útil un panel donde se discutan 
                     argumentos de una y otra parte.
                     Como dice el Director Ejecutivo Antonio 
                     María Costa: "las drogas no son dañinas porque se 
                     fiscalicen". Bien. Pero parece al menos insuficiente la 
                     afirmación posterior: "se fiscalizan porque son dañinas". 
                     Es un paralogismo de falsa oposición. 
                     El dilema válido es ¿cómo fiscalizamos? 
                     No hay un MODELO UNICO DE FISCALIZAR. Hay diversos modelos 
                     de fiscalización. Que pueden y deben ser discutidos, 
                     analizados, evaluados."
                     
                     
                     Uruguay ha reclamado en Viena y en todo 
                     foro internacional una debida y adecuada integración de la 
                     política de fiscalización de drogas con los instrumentos de 
                     derechos humanos. No es un precisismo de la ilustración o 
                     de la academia. Iniciar una guerra conculcando derechos, es 
                     perderla de antemano. Es no asumir que esto no es una 
                     guerra, no se puede plantear como tal, porque no son las 
                     leyes de la guerra con las cuales se pueda abordar este 
                     fenómeno social complejo. Hoy en día se ha banalizado mucho 
                     a un autor (que las buenas fuentes dicen que en realidad 
                     son varios). El entrenamiento en Management insiste en 
                     citar a Sun-Tzu. En realidad, ha sido el mayor Lidell Hart 
                     el que lo descubrió y formuló su "Estrategia de 
                     aproximación indirecta". En todo caso la filosofía de Sun 
                     Tzu propone que el arte supremo de la guerra es doblegar al 
                     enemigo sin librar una sola batalla. Es más: conoce bien al 
                     enemigo y conócete a ti mismo es su mayor recomendación.
                     Lo que hemos tenido hasta ahora es una 
                     guerra de enfrentamiento directo y global sin 
                     discriminación y sin saber cual es el enemigo (¿Son las 
                     sustancias -algunas milenarias- los enemigos? ¿Los 
                     productores, los traficantes, los lavadores, las mulas lo 
                     son? ¿Son los usos abusivos, las adicciones? Tampoco nos 
                     hemos dedicado a conocernos nosotros mismos.
                     Eludimos los debates y no nos damos 
                     cuenta que la mirada, modifica. Que VER es desde ya 
                     transformar. En un tema donde vemos o no queremos ver, 
                     donde los grises se duplican y el maniqueísmo del blanco y 
                     negro, del Bien y el Mal no nos ayuda en un desafío ético, 
                     poético y cultural que tenemos.
                     
                     Preguntas más que respuestas.
                     Tengo la intención de dejar planteadas 
                     algunas preguntas. Quizás porque lo más interesante en el 
                     problema de las drogas es hacernos muchas, muchas preguntas 
                     en vez de hacer tantas afirmaciones ampulosas que 
                     desgraciadamente muestras nuestras falencias y el acta de 
                     fracaso de algunos modelos todavía vigentes.
                     Lo primero que tendríamos que 
                     preguntarnos es si necesariamente tienen que existir 
                     políticas especificas, focalizadas, desagregadas, en un 
                     tema que cuando lo analizamos atraviesa tantas políticas 
                     distintas que el hecho de agruparlas en "la droga" puede 
                     correr el riesgo de un reduccionismo simplificador que nos 
                     amputa sobre las posibilidades de intervención efectiva.
                     
                     La pretensión punitiva de algunos 
                     guerreros de las drogas, amen de su acta de fracaso 
                     ¿ejercen realmente y con sentido practico la violencia 
                     represiva del Estado? El uso indiscriminado de la 
                     penalización y por tanto de la discrecionalidad policial y 
                     militar ¿no es la mejor forma de ineficacia e ineficiencia 
                     del uso de la fuerza? ¿No significa recargar la tarea 
                     policial en temas que no son de la policía? Cuando se 
                     involucra a las FFAA, en razón que los mecanismos normales 
                     fueron rebasados ¿no será hora de pensar que las políticas 
                     sociales han llegado tarde pero son más útiles? El 
                     Presidente Felipe Calderón hacia este mismo razonamiento 
                     hace 15 días al llegar a Ciudad Juárez.
                     ¿Es necesario, pertinente, útil, ayuda a 
                     solucionar un problema social que tiene la humanidad 
                     desplegar políticas específicamente tituladas bajo el 
                     nombre de "políticas en drogas"? ¿Desagregarlas 
                     focalizándolas e intensificar su valor con un centramiento 
                     que no respeta la multidimensionalidad del problema? ¿No 
                     será mejor tener un descentramiento positivo, que nos 
                     permite a la vez atender a la emergencia y a su vez 
                     desplegar la mirada más allá de las sustancias y su 
                     toxicología?
                     
                     ¿No será que tanto problema, en términos 
                     estrictamente lógicos, lo tenemos mal planteado? Mas allá 
                     de los modelos explicativos que vienen siempre después de 
                     tener bien descripto y planteado. No hay problema son 
                     solución posible si esta mal planteado.
                     El reduccionismo y la simplificación son 
                     de los peores tóxicos que alteran nuestra mente y modifican 
                     nuestro comportamiento. La formulación de políticas 
                     publicas a partir de la simplificación cuando no el 
                     desconocimiento de muchas variables es iatrogénico. 
                     Realimentan el circuito toxico y no solo, como dicen 
                     algunos, se cometen "daños colaterales". 
                     La dimensión pública de las políticas en 
                     este terreno parece importante señalarlas, porque después 
                     del huracán de la desregulación, del imperio del mercado y 
                     la fetichizacion de las mercancías, de la invitación y 
                     promoción del retiro del Estado-padre y tutor, fijador de 
                     límites y orientador de los planes colectivos es central en 
                     las reformas actuales. Lo público integra a lo privado. 
                     Tanto en el límite de nuestras vidas, como en la empresa 
                     publico-privada a la que convoca este tema. 
                     Los mitos y leyendas, las reacciones 
                     sociales ante la emergencia que generalmente acompañan al 
                     surgimiento de patrones de consumo de mucho impacto, la 
                     realización de políticas al influjo de la alarma social, 
                     parecen ser un eterno retorno nietzscheano de este 
                     fenómeno. Esto es un tema que hay que incorporarlo y que 
                     tiene tanta fuerza como el daño toxico, el crimen 
                     organizado, la violencia social como un componente 
                     indivisible del problema. No hay un problema de consumo y 
                     de tráfico y por otro lado la respuesta social y política. 
                     Es un continuo que en la cultura moderna y liquida tiene un 
                     gran potenciador que son los medios masivos de difusión. 
                     Las drogas tienen efecto más allá de su ingesta individual. 
                     Es un problema esencialmente vincular. Los vínculos no solo 
                     entre hombres y mujeres viviendo en comunidad. Sino en 
                     relación a su pasado presente y futuro. En las decisiones 
                     colectivas. También en la forma en que se construyen los 
                     controles sociales. O son cogestionados, autoconstruidas. O 
                     son impuestos por una política criminal o un control 
                     policial (cuando no militar) que es exterior a la 
                     comunidad.
                     El problema de la marginación y 
                     exclusión social. La violencia social de nuestra 
                     cotidianeidad, de las entrañas mismas de nuestra 
                     convivencia, en todas las capas de la sociedad, el quiebre 
                     de la ética y los valores de la responsabilidad social, la 
                     inequidad ¿son solo factores de riesgo o son variables 
                     interpretativas de las causas y consecuencias potenciadas 
                     del problema drogas? Existe siempre una explicación 
                     simplista: hay delito por culpa de la droga. Lo contrario 
                     también es cierto. Y la coexistencia también. En realidad: 
                     vamos a encarar el tema de la violencia, del delito, como 
                     un problema nuestro, de la sociedad o vamos a buscar un 
                     factor externo que cual fenómeno natural "hay que 
                     combatir".
                     El debate democrático y ciudadano, cuya 
                     resistencia a nivel mundial y nacional es también un 
                     analizador del tema, es una necesidad creciente para ver, 
                     rever, develar, profundizar, decir simplemente "en esto no 
                     sabemos", investigar, evaluar, discernir…..entre todos, o 
                     entre la mayor gente posible, la mejor forma de afrontar 
                     estos desafíos de la humanidad.
                     Evidencia científica, evaluación de 
                     buenas prácticas, construcción de ciudadanía con la 
                     comunidad y enfoque de derechos. En ese marco: muchas 
                     preguntas. Porque las respuestas todavía son insuficientes 
                     y las que se han ensayado han sido ineficaces e 
                     ineficientes. Además han contribuido a sumar daños antes 
                     que reducirlos y se han encerrado en un dogmatismo 
                     fundamentalista de corte autoritario.
                     
                     Orientales. Levemente ondulados.
                     
                     La Republica Oriental del Uruguay, 
                     verdadero nombre de mi país, es el rincón del cono sur de 
                     esta America Latina multietnica, poetica, heroica, rica en 
                     matices, llena de color y de historia. Quizá el país con 
                     mas pretensión europea que hizo gala de su estilo 
                     democrático, de un estado de bienestar con mecanismos de 
                     amortiguación políticos y sociales. Que estableció ya en 
                     1917 el voto universal, habilitando el voto femenino, 
                     conquisto las 8 horas de la jornada laboral, separó la 
                     Iglesia del Estado, sanciono el divorcio y avanzó en su 
                     economía a partir de la estatización de sus grandes 
                     empresas. El perfil de Uruguay fue diferente al resto de 
                     America. Sin conflictos étnicos o raciales, con el 
                     desarrollo de un movimiento sindical fuerte y activo, con 
                     un cooperativismo y organizaciones sociales fuertes. 
                     Estado y sociedad "levemente ondulada" 
                     como se dice en los textos escolares de nuestra geografía. 
                     Chiquito a la medida de la mano humana, culto, 
                     alfabetizado, sin rigores geográficos o amenazas ecológicas 
                     de importancia.
                     A pesar de nuestra vocación y tradición 
                     democrática fuertemente arraigada en lo institucional y en 
                     el movimiento obrero y popular, el relieve levemente 
                     ondulado se vio sacudido en los 70 por un régimen cívico 
                     militar que se inspiró en el terrorismo de Estado y la 
                     doctrina de la seguridad nacional. Que asoló a nuestros 
                     países con su dosis de de desapariciones, cárcel y exilio. 
                     Uruguay se latinoamericanizó. Las grietas que irrumpieron 
                     en la ondulación se vieron sacudidas nuevamente por el 
                     temporal neoliberal que reventó muy mal en la gran crisis 
                     del 2001-2002 que tuvo consecuencias que todavía hoy 
                     intentamos remontar. 
                     El problema de las drogas fue conocido, 
                     también "levemente ondulado" hasta el 2000... Uruguay 
                     adhirió a la estrategia mundial y hemisférica desde el año 
                     1988 a pesar que en su realidad, ni era un país productor 
                     de drogas, ni se había detectado vías de transito y sus 
                     consumos estaban dentro de los parámetros controlables.
                     Hace 10 años apenas que el Uruguay 
                     comenzara a plantearse la política de drogas a partir de 
                     algunas iniciativas gubernamentales y de algunas practicas 
                     de organizaciones no gubernamentales y comunitarias. Su 
                     tradición liberal y libertaria produjo una legislación 
                     avanzada que optó por no penalizar la tenencia personal 
                     para el consumo. Las comunidades terapéuticas, así como las 
                     intervenciones inspiradas en la reduccion del daño han sido 
                     buenas prácticas de aquella época. La crisis del 2002 
                     desnudó a Uruguay en todas sus vulnerabilidades: país que a 
                     partir de la legislación y la política de flexibilidad 
                     financiera se convirtió en una gran lavandería, y de la 
                     mano de ello país de transito acelerado. De la mano de esa 
                     crisis que duplico la cantidad de gente por debajo de la 
                     línea de la pobreza y de la indigencia, de esa "caída", y 
                     de una nueva territorializacion de la producción de cocaína 
                     en la región, surgió un patrón de consumo de gran impacto: 
                     la pasta base de cocaína.
                     La política de la Junta Nacional de 
                     Drogas inaugurada por el Dr. Tabaré Vázquez y ratificada 
                     por el actual Presidente Jose Mujica, manteniendo el mismo 
                     equipo desplegó una estrategia integral, equilibrada, 
                     fuertemente clivada en las policías sociales y 
                     comunitarias, con un enfoque de derechos y garantías y 
                     desde la óptica de responsabilidad y coparticipación de la 
                     sociedad. Hemos avanzado en la red de asistencia y 
                     tratamiento, en prevención en el sistema educativo, en el 
                     ámbito laboral. Fieles a un enfoque de proporcionalidad de 
                     la política criminal hemos dado cumplimiento a la lucha 
                     contra el crimen organizado y fundamentalmente a los 
                     esquemas del lavado de dinero. Hemos avanzado mucho, 
                     colocando el tema en la agenda pública y en la 
                     responsabilidad del Estado pero reclamando el compromiso y 
                     la participación social a todos los niveles. Tanto de tipo 
                     comunitario, como de los agentes privados involucrados en 
                     la salud o en la empresa privada y su salud laboral.
                     Sin embargo, queda mucho por hacer. Y 
                     por sobre todo queremos ser muy humildes y sensatos. 
                     Estamos muy lejos de reducir los daños y consecuencias 
                     sociales en forma significativa. Falta mucho. Seguimos 
                     empecinados en transformar esta política empoderando a la 
                     sociedad. El drama de la pobreza vincular, de horizontes de 
                     futuro y de inclusión social es la piedra angular que nos 
                     sigue desafiando. El modelo cultural duradero: la 
                     autoconstrucción de los controles sociales por la propia 
                     comunidad, sin eludir las responsabilidades del Estado. 
                     Fortalecer la lucha represiva contra el crimen organizado, 
                     la financiación del trafico y fundamentalmente el lavado de 
                     dinero. Esto ha levantado mucha polvareda. Cooperando en el 
                     tema de seguridad ciudadana desde una óptica firme pero 
                     abarcando la reinserción social en una crisis del sistema 
                     penitenciario grave. En la creación de espacios públicos de 
                     convivencia ciudadana donde se gestione la seguridad entre 
                     los propios vecinos
                     En Uruguay es también la hora del 
                     debate. Recién ahora, surge el debate, la polémica y los 
                     planteos diversos. Algunos basados en la alarma y la 
                     urgencia. Buscamos nuevas prácticas y experiencias que nos 
                     permita ampliar los mecanismos socios sanitarios, los 
                     emprendimientos comunitarios que atiendan a cubrir no solo 
                     el consumo sino la inclusión social. Buscamos innovar 
                     experiencias que no solo traten al adicto, sino que 
                     apuesten a su reintegración social. Jóvenes pobres sin 
                     empleo y sin perspectiva. Hijos de cuatro generaciones de 
                     exclusión y marginación social. Algunos, quizás muchos, 
                     delinquen. Otros que simplemente vagan por las calles. 
                     Uruguay en el 2002 duplicó en un año los índices de pobreza 
                     e indigencia. En estos cinco años de gobierno progresista 
                     hemos podido llevarlo al 18% y al 1,5. Sin embargo estos 
                     números todavía nos ofenden con los muchachos y muchachas 
                     que todavía están en situación de calle. Con pobreza de 
                     expectativas. Recordemos que en America Latina seguimos 
                     exhibiendo el 34% de pobreza y el 13,5 de indigencia. Pero 
                     además es el continente cuyo índice de desigualdad es el 
                     mas alto del mundo entero. 
                     
                     El malestar de la cultura.
                     
                     En esto somos categóricos: el consumo 
                     problemático de drogas, de circulación licita que causan 
                     graves daños como el alcohol y el tabaco, como de estatus 
                     ilícito, es expresión de un gran malestar y dolor social. 
                     El tráfico de pequeño porte es un problema social que hay 
                     que atender y fundamentalmente poder y saber plantearlo 
                     correctamente. Ningún problema se puede resolver sino esta 
                     bien planteado. La proporcionalidad de la política criminal 
                     sin impunidad y con equidad es una guía fundamental para la 
                     economía de la fuerza del Estado. Reprimir sin ton ni son, 
                     genera daños irreparables y gasta mucho y mal. 
                     El tema del crimen organizado, 
                     respuestas de los instrumentos internacionales de 
                     interdicción, investigación y prevención son muy 
                     necesarios. La cooperación internacional necesita de una 
                     responsabilidad común y compartida. Pero también 
                     equitativa. Los costos de este tema no son siempre iguales. 
                     No es de recibo las certificaciones unilaterales de países 
                     como EEUU que tienen vulnerabilidades como las nuestras. 
                     Esto nos introduce en otro terreno: vemos que los intereses 
                     geopolíticos prevalecen por sobre el interés de combatir el 
                     crimen. Es así. El multilateralismo sigue siendo una 
                     necesidad democrática para evaluar. Los mecanismos que 
                     instrumenta la JIFE son sus formularios anuales y bianuales 
                     no nos parecen una herramienta seria. Hoy se están 
                     revisando porque son varios los países miembros que los han 
                     cuestionado.
                     Vemos que muchos temas se presentan como 
                     alarmas y amenazas que aparecen como fenómenos que no tiene 
                     historia. Que están nuevamente al servicio de un gran 
                     centro ordenador: la seguridad nacional de los países 
                     centrales. Si vamos a cooperar, admitamos que la 
                     vulnerabilidad también es un problema compartido. En una 
                     presentación del Observatorio Interamericano de Drogas de 
                     la CICAD se afirma "del total de consumidores de cocaína en 
                     el mundo entero, un 50% se encuentra en nuestro 
                     hemisferio". Pero se agrega: n 24% en Sudamérica y menos 
                     del % en America Central y el Caribe"
                     
                      
                     En Bolivia, como en Colombia, el 
                     problema de las drogas y el narcotráfico no empezó ahora, 
                     ni la fragilidad deviene solo y exclusivamente de las 
                     hectáreas cultivadas y de los carteles. Deviene de las 
                     narcodictaduras que en Bolivia comenzaron el negocio. 
                     Comenzó en la America Latina cuando los términos de 
                     intercambio dejaron a poblaciones campesinas enteras 
                     inermes. Cuando la violencia se desató, el Estado 
                     desapareció y en la sociedad se impulsaron valores no 
                     solidarios, competitivos, ultraindividulistas que ahora 
                     devienen en narcocultura. La narcocultura es la contracara 
                     no querida de los valores del consumismo y de la injusticia 
                     social: lo que no se obtiene por la carrera neodarwinista 
                     del éxito, se obtiene por el empresarismo ilícito. De todas 
                     maneras con el lavado del dinero se vuelven a juntar, a ser 
                     amigos ambos. Hipocresía económica y financiera que también 
                     sobrevuela esto.
                     
                     "Al analizar la génesis de las 
                     actividades del narcotráfico en Colombia tenemos que 
                     aceptar la existencia de un factor de carácter interno y 
                     externo permanente en la historia lejana, pasada y presente 
                     de nuestro país: "la corrupción", actividad, actitud, 
                     cultura y tendencia, cuyo significado antiético identifica 
                     la presencia del narcotráfico en diferentes niveles de la 
                     delincuencia organizada, la cual se nutre y cuenta con la 
                     corrupción como mecanismo preponderante de la 
                     permisibilidad (…) El respeto y el reconocimiento de la 
                     comunidad internacional no se gana entregando informes de 
                     hectáreas de país arrasado con relación a la aspersión de 
                     cultivos ilícitos, la destrucción del laboratorios de 
                     procesamiento, el número de detenidos y procesados que, por 
                     supuesto no deja de ser importante; sino cuando, paralelo a 
                     ello se adquiera la capacidad de actuar con la claridad que 
                     permite la no intervención de la corrupción, la actitud 
                     recia frente a la corresponsabilidad internacional en 
                     cuanto al consumo de la droga y el trafico de insumos 
                     químicos, y el conocimiento preciso de lo que se tiene y lo 
                     que se pierde en términos de vidas humanas, cultura , 
                     patrimonio, calidad de vida y medio ambiente." (Maria Olga 
                     Nieto Garcia. Narcotráfico, actividad primaria del crimen 
                     organizado en Colombia como amenaza para la seguridad 
                     nacional. Cuadernillos Avances Universidad Santo Tomas)
                     
                     Este fenómeno social y cultural es un 
                     emisario, un portavoz de un malestar multifacético, que 
                     expresa a veces la exclusión de grandes poblaciones de su 
                     derecho a un desarrollo social justo. Justo quiere decir 
                     que los vínculos entre los hombres y mujeres que viven en 
                     sociedad tengan un futuro, un horizonte compartidos en 
                     términos de equidad. A veces el vacío del no sentido de 
                     nuestra sociedad. Se puede ser pobre, tener poca plata y 
                     vivir a su vez con dignidad, con proyectos de futuro para 
                     sus hijos. Sin tener que estar asomados a la vidriera del 
                     lujo, de las marcas imbatibles que prometen la 
                     "exclusividad", de los objetos maravillosos que nos 
                     "resuelven" el vacío de la vida y al mismo tiempo, al mismo 
                     tiempo se le niegan a millones de hombres y mujeres. Hay un 
                     vacío existencial y un vacío ético. Señalamos injustamente 
                     hacia los jóvenes, los miramos con desconfianza, no somos 
                     capaces los adultos de educar para la vida. Los adultos 
                     oscilamos entre la estigmatización, la prescindencia o la 
                     demagogia. Marcelo Viñar, psicoanalista uruguayo, amigo y 
                     compañero: 
                     
                     "Cuando el adolescente llega al mundo 
                     del tercer milenio 
                     (del rock y la informática) ya no hay meta relatos o 
                     discursos de utopía encarnados en la autoridad sólida 
                     de las figuras patriarcales, sino los patrones fluidos y
                     
                     cambiantes de la modernidad líquida: ya no hay 
                     un establishment social al que aherir u oponerse, 
                     sino una sociedad fragmentada donde hay que 
                     inventar o construir un intersticio para introducirse 
                     y lograr un itinerario que de consistencia y 
                     sentido a la propia existencia" 
                     Mundos adolescentes y vértigos civilizatorio. Ed. 
                     Trilce
                     Bernardo Kliksberg en "