Imprimir 

11 de mayo, 2010

Presidente José Mujica

Atender la vida de los hombres de ciencia, es una opción redituable para la sociedad
En el encuentro del Gabinete Ministerial de la Innovación, la Comisión Honoraria del SNI y el Directorio de la ANII, el Mandatario aseguró que ningún trabajador aporta más que aquellos que utilizan la ciencia como un instrumento de investigación. Indicó que el verdadero desarrollo no se copia porque es una recreación que requiere un enorme esfuerzo intelectual, siendo imprescindible tener libertad para realizar esas acciones.

El Presidente participó en el Centro de Reuniones del Parque de Exposiciones del Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), en el encuentro del Gabinete Ministerial de la Innovación, la Comisión Honoraria del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y el Directorio de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII).

Mujica afirmó que el conocimiento es una forma de invertir transgeneracionalmente y es un proceso de largo incubación, expuesto a fracasos por los cuales es necesario transitar.

Agregó que para que ese proceso se desarrolle es necesario contar con un formidable escudo político que ampare esa situación y también actué frente a las urgencias sociales. Afirmó que es imprescindible tener libertad para buscar nuevos conocimientos, además de capacidad creativa y recreativa, sin la cual el destino del país es estar sometidos.

Destacó que en la actualidad, la propiedad más importante es la del conocimiento, con conciencia política. El Presidente agradeció a los investigadores por permanecer realizando actividades en nuestro país y no irse a otras naciones donde pagan mejores salarios.

Palabras del Presidente de la República, José Mujica, en la incorporación de investigadores al Sistema Nacional de Investigadores, realizado en la sede del Laboratorio Tecnológico del Uruguay, 11 de mayo de 2010

PRESIDENTE MUJICA: En estas circunstancias, queridos amigos, mis muy queridos compatriotas, a los señores presidentes les suelen preparar un discurso para que lo digan, pero yo no tuve tiempo. Y pienso que esto es una larga marcha contra el colonialismo, una larguísima marcha.

Me fui poniendo viejo sintiendo que en el Uruguay -porque éramos un país pequeño-, no tenía sentido la investigación en ciencias básicas porque en definitiva eso estaba vedado a las áreas centrales del mundo.

Y no sé si mi memoria no funciona. En alta política creo que fue Bismark, históricamente, que en la cabeza de Estado, de un Estado emergente, la vieja Prusia, se dio cuenta del papel que cumplía en la economía, el cuidar a los hombres de ciencia, el preocuparse por su suerte, por su vida y el masificar la enseñanza. Así, fueron decisiones tomadas antes, aún antes de la tardía unidad alemana. Después vino con la madurez, el fruto de la aplicación masiva de esas políticas.

El naciente capitalismo, allí alrededor del canal de la Mancha se dedicaba a explotar a los hombres de ciencia, como explotaba al resto, le costó darse cuenta que era muy redituable para la sociedad atender las vidas de los hombres de ciencia.

Este descubrimiento, de cuidar el uso del cerebro, de apostar al desarrollo de la inteligencia, no desinteresadamente o con un sentido poético, le costó mucho tiempo la moneda. El mundo antiguo que tuvo sabios y que tuvo hombres de ciencia no pudo descubrir este fenómeno que en última instancia, con un sentido de paciencia y de largo plazo ningún trabajador aporta más que aquellos que cultivan la ciencia y con ella como instrumento, irrumpen en el campo de la pesquisa, de la investigación.

Pero cuánto nos falta, queridos compatriotas, esto es una verdad a puños, si quisiéramos equipararnos con un pequeño país como Nueva Zelanda o como Finlandia -por buscar países de nuestra estatura-, tendríamos que tener 16, 17 mil investigadores en proporción a los que somos. Esto es lo que nos falta, esto es lo que nos falta verdaderamente para ser del primer mundo, del verdadero primer mundo que no se regala sino que se gana.

Pero me siento agradecido y me siento conciente. Andaba boqueando en un hospital hace algunos años, y soy responsable de haberlo metido en una aventura y uno de los argumentos que le dije: hay que poner los cañones de la ciencia en el techo porque hay que bombardear mucho a nuestra sociedad. Nuestra sociedad no va a salir del subdesarrollo, porque el verdadero desarrollo no se copia. Es una recreación pero que requiere un enorme esfuerzo intelectual.

El mundo rico, que tiene muy claro estas cosas, tiene la gran tentación de los recursos materiales. Y es toda una desventaja del área del mundo a la cual pertenecemos, por eso, queridos investigadores, les tengo que agradecer muchísimo en nombre de los tantos que ni se dan cuenta de la importancia que tiene esto, tiene su suerte determinada, en gran medida, por lo que pueda pasar, en el mediano y el largo plazo, con lo que ustedes puedan lograr. Por eso tengo que agradecer en este período, al Gobierno que nos antecedió. Porque fue posible discutir estos temas y fue posible establecer algo, unas cuerdas de sensibilidad, ante este problema, tratando de inventar recursos. Y va a ser siempre una lucha, porque es una lucha contra la escasez. Es privarnos de consumir hoy para que, pasado mañana, quienes nos sucedan, tengan posibilidades de vivir mejor.

Es una forma de invertir transgeneracionalmente, en el fondo. Porque el conocimiento no es una plantita rápida, no tiene logros espectaculares, en general, de un día para el otro. Es un proceso largo de incubación, expuesto a muchos fracasos, por los cuales hay que transcurrir. Y por lo tanto, necesita un formidable escudo político que esté amparando permanentemente, frente a las otras urgencias que tiene la sociedad.

Hay una enorme batalla de carácter político no partidario, para defender el hogar y la libertad imprescindible, en la búsqueda del conocimiento. Y de la recreación y de la creación.

Estamos comprometidos en eso, pero esto hay que transmitírselo a las generaciones que vienen. No alcanza con saber algo. Nuestra vida es corta, hay que predicarlo atrás de la formación de las generaciones que vienen. Siempre los recursos van a ser escasos, siempre vamos a estar limitados y siempre vamos a estar jaqueados por necesidades importantes.

Sin embargo, si no le damos alas a este frente de batalla, nos cercenamos las verdaderas alas de la libertad posible, en el marco de éste planeta. Mucho más para una pequeña Nación que se podrá ganar el derecho a vivir en la internación de lo que significan los desafíos contemporáneos, siempre y cuando tengan una importante capacidad creativa y recreativa.

De lo contrario, nuestro destino es estar sometidos. En el sentido más profundo del término. No hay peores cadenas que las invisibles, cuando significa que nuestra existencia depende del talento que no podemos manejar, y frente al cual apenas, ni siquiera podemos influir.

Hemos aprendido con dolor que la verdadera libertad es el conocimiento y que la propiedad más importante, en última instancia en los tiempos que hemos llegado, es la propiedad del conocimiento. Pero para que ella sea posible, hay que tener conciencia política del valor que encierra esa libertad. Y que ella constituye una de las formas no medibles del capital colectivo que tiene una sociedad y un país.

Gracias, gracias por su poético compromiso, por no tomársela de este país, por no disparar, cuando hay tanta oferta en un mundo más rico. Y por comprometerse con el destino de nuestra pequeña nación.

 
   
 
  Ver fotografías
 
  José Mujica
 
  Ver  Video