Cadena láctea
Mejora en escala de producción permitirá ampliar
participación en diversos mercados
La cadena láctea es generadora de valor
y puestos de trabajo, brindando además la posibilidad de
afincar a las familias. Produce mano de obra en forma
directa para unas 20.000 personas, y por su dinamismo
natural, también en otras áreas que prestan sus servicios.
En ese marco, el Instituto Nacional de la Leche se fijó el
objetivo de duplicar la productividad en un plazo de 10
años, afirmó su Presidente, Manuel Marrero.
El Presidente del Instituto Nacional de
la Leche (INALE), Manuel Marrero, abordó diversos aspectos
vinculados a la situación de la cadena láctea. Los
productores constituyen la fase inicial, el 60% de los
cuales remite el 30% de la leche, mientras algo menos del
30% remite entre el 60 y 65%. La fase industrial está
integrada predominantemente por el sistema cooperativo y 27
plantas industriales habilitadas, a las que se suma un
conjunto de plantas menores en proceso de habilitación.
Estas plantas elaboran la leche que se vende en bolsas
hasta productos con mayor valor agregado, destinados al
mercado interno.
En cuanto a la comercialización o
tercera fase de la cadena, aproximadamente el 40% de la
leche que recibe la industria se procesa y vende en el
mercado interno, mientras que el 60% se exporta en forma de
comodities, cuyo mayor volumen consiste en leche en polvo y
luego quesos y manteca.
La mitad del valor bruto generado por
esta cadena corresponde a las ventas en el mercado interno
y la otra mitad proviene de la exportación, que tiene como
destino entre 60 a 65 países. El 60% de lo exportado está
concentrado, con leves variaciones, en Brasil, Venezuela,
Cuba y México, en tanto se ha registrado un incremento de
las exportaciones a países del sudeste asiático y Rusia.
La formalización y desarrollo de los
productores artesanales permite afirmar que existen unos
1.200 productores, concentrados en los departamentos de
Colonia, San José, Soriano y Flores.
La cadena láctea ha desarrollado una
fuerte organización en cuanto a la institucionalidad
mediante organizaciones que son el motor del desarrollo de
la producción lechera y apoyan el desarrollo de los
productores familiares. Además, la industria nuclea a los
trabajadores de ese sector en la Cámara de Industrias
Lácteas del Uruguay.
El INALE nuclea a los queseros
artesanales, los productores remitentes a la industria y la
gremial industrial. Es una institución pública de derecho
privado integrada también por representantes de los
Ministerios de Ganadería, Economía, Industria y Relaciones
Exteriores, y su presidente designado por el Poder
Ejecutivo.
El sector lechero cuenta con fortalezas
dadas por la competitividad genuina de la industria, basada
en el bajo costo de producción de la materia prima,
derivado de un sistema productivo básicamente pastoril y al
aire libre. A ello se suma el desarrollo de la tecnología
de producción, de la genética y de los procesos de
producción.
Por otra parte, existen otros elementos
transversales a las distintas cadenas agroindustriales, que
es el estatus sanitario, la trazabilidad, la inocuidad de
nuestros productos, así como el cuidado del medio ambiente
y bienestar animal.
En cuanto a los aspectos a mejorar, es
necesario apuntar a la competitividad. Nuestro país produce
1.500 millones de litros de leche por año, Nueva Zelandia
10 veces más, argentina 10 mil millones y Brasil 27 mil
millones. Por tanto, para mejorar nuestra competitividad es
esencial mejorar nuestra propia escala de producción para
estar presente en los diversos mercados con los diversos
productos que están siendo demandados.
Aumentar la escala de producción es un
desafío importante y existe la meta de duplicar esta cifra
en diez años. Para ello, el crecimiento acumulativo anual
de 4% debería llegar al 6.5%.
Ello requiere generar políticas activas
referidas a la producción primaria, orientadas a mecanismos
de financiamiento y manejo del riesgo. También, la
capacitación a todos los niveles, la generación de
conocimiento para superar los niveles de productividad, la
difusión de conocimiento y la investigación.
Finalmente, en cuanto a la inserción
internacional de nuestro país, es necesario generar una
definición de estrategia comercial para ganar en
competitividad. Se trata de una cadena generadora de valor
y de puestos de trabajo, que puede insertar a las familias
en el territorio nacional, que por su dinamismo beneficia a
numerosos sectores.
La mano de obra ocupada en forma directa
se estima en el entorno de las 20.000 personas, que
trabajan en tambos, fábricas, queserías artesanales. Pero
el dinamismo natural de esta cadena genera trabajo en otras
áreas de la economía que prestan sus servicios a estos
actores.
El INALE tiene la misión de apoyar el
desarrollo sustentable, inclusivo e innovador de la cadena
láctea en su conjunto, mediante el asesoramiento en el
diseño de políticas y la articulación con todos los agentes
e instituciones de relevancia para la cadena.
Más información sobre el mismo en
www.inale.org