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15 de junio, 2010

Rehabilitación en cárceles

Para Bonomi, el camino está en el estudio, el trabajo y el deporte
Al presentar la publicación "La educación en cárceles del Uruguay", el Ministro Bonomi destacó la educación y la descongestión carcelarias como base de la rehabilitación, en tanto el Ministro Ehrlich elogió el abordaje conjunto del tema. En 2009, 110 profesores dictaron clases en 12 establecimientos, en tanto se imparten talleres y cursos de panadería, carpintería, electricidad, sanitaria, albañilería y mecánica, entre otros.

El Ministro del Interior, Eduardo Bonomi, y el Ministro de Educación y Cultura, Ricardo Ehrlich, participaron de la presentación de la publicación "La educación en cárceles del Uruguay". Acompañaron a ambos secretarios de Estado el Presidente de la Comisión de Apoyo a la Educación en Cárceles (CAEC), Felipe Machín, la Consejera de la Administración Nacional de Enseñanza Pública (ANEP), Teresita Capurro y el Comisionado Parlamentario por el Sistema Penitenciario, Álvaro Garcé.

Durante 2009, participaron de algún tipo de actividad educativa un total de 2.300 reclusos, informó Felipe Machín.

El Ministro del Interior, Eduardo Bonomi, indicó que de 9.000 reclusos, un promedio de 60 a 70% son reincidentes. "La solución está en la rehabilitación mediante el estudio, el trabajo y el deporte", agregó.

A su vez, para impartir educación es necesario descongestionar los centros penitenciarios. En ese sentido, Bonomi estimó que en un plazo de un año puede resolverse ese tema.

"Es decir que la descongestión y la educación son los pilares para lograr la rehabilitación, para lo cual nuestro país cuenta con el apoyo de la Unión Europea", expresó más adelante Bonomi.

El Ministro del Interior citó el caso de la experiencia de España, que cuenta con cárceles con todos los medios. En ese país la reincidencia es del 40%, en su mayor parte por delitos vinculados a la violencia doméstica.

El Ministro de Educación y Cultura, Ricardo Ehrlich, adelantó que el libro "La educación en cárceles del Uruguay" refleja los desafios que tiene la educación. Asimismo, Ehrlich enfatizó que la educación es factor de inclusión social, cohesión y proyecto de vida.

El Ministro admitió que el contexto de nuestro país es complejo pero aun así es optimista. Agregó que existe una confluencia de actores sociales que asumen el tema con responsabilidad y que se trata de una labor a ser abordado en forma conjunta. Finalmente, manifestó su firme apoyo a las acciones emprendidas.

La Consejera de la ANEP, Teresita Capurro, en representación de su presidente, José Seoane, y demás autoridades, destacó la importancia de llegar al recluso.

La educación es el punto de partida de la transformación cultural de la sociedad, afirmó Capurro. En ese sentido, desde 2005 la ANEP puso énfasis en la inclusión y el aporte interinstitucional que ha sumado esfuerzos en pos de mejores resultados.

El delegado parlamentario Álvaro Garcé, sostuvo que la publicación resume las acciones realizadas fundamentalmente a partir de 2007. Ese año la CAEC realizó un relevamiento que muestra que el 71% de los reclusos no superó los seis años de escolaridad. Además, ese año se alcanzó una cobertura total, llegando a contar por lo menos con un maestro para cada centro penitenciario.

En 2008 se aplicó el Programa de Alfabetización en el COMCAR, aumentando la cantidad de maestros de 9 a 51, señaló Garcé. En 2009, 110 profesores de secundaria impartieron clases en 12 establecimientos. Además, se dictan talleres y cursos en diversas áreas.

En cuanto a las perspectivas, se parte de la base de que la educación es un derecho fundamental y un proceso que se prolonga durante toda la vida. Además, Garcé diferenció educación de alfabetización y reivindicó la complementación de la educación formal y la no formal.

"Lo que se pretende es impartir educación de calidad. Es decir que sea accesible y cuente con los medios necesarios, que sea asequible, brindando una oferta adecuada, que sea adaptable a las personas y su entorno y que sea aceptable, esto es considerada como un derecho humano y que refuerce la autoestima", aseguró Garcé.

Partiendo de la base de la alta proporción de reclusos que tiene nuestro país, Garcé planteó dos escenarios posibles de aquí a 2015.

Uno de ellos sería continuar con la misma política, lo que aumentaría el número de reclusos a 12.000. El otro escenario apuntaría a aplicar medidas alternativas, con el correspondiente respaldo técnico, como por ejemplo la prisión preventiva.

Además, Garcé propuso cambiar el paradigma de seguridad en las cárceles, equilibrando ese factor con el de inclusión social. En ese sentido, puso como ejemplo el proceso que se extendió entre 2005 y 2009, por el cual la cantidad de presos en chacras aumentó de 210 a casi 400, sin comprometer la seguridad.

Finalmente, Garcé propuso modificar la forma en que se trata la privación de la libertad, "para que haya más y mejor seguridad".

   
 
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