Rehabilitación en cárceles
Para Bonomi, el camino está en el
estudio, el trabajo y el deporte
Al presentar la publicación "La
educación en cárceles del Uruguay", el Ministro Bonomi
destacó la educación y la descongestión carcelarias como
base de la rehabilitación, en tanto el Ministro Ehrlich
elogió el abordaje conjunto del tema. En 2009, 110
profesores dictaron clases en 12 establecimientos, en tanto
se imparten talleres y cursos de panadería, carpintería,
electricidad, sanitaria, albañilería y mecánica, entre
otros.
El Ministro del Interior, Eduardo Bonomi,
y el Ministro de Educación y Cultura, Ricardo Ehrlich,
participaron de la presentación de la publicación "La
educación en cárceles del Uruguay". Acompañaron a ambos
secretarios de Estado el Presidente de la Comisión de Apoyo
a la Educación en Cárceles (CAEC), Felipe Machín, la
Consejera de la Administración Nacional de Enseñanza
Pública (ANEP), Teresita Capurro y el Comisionado
Parlamentario por el Sistema Penitenciario, Álvaro Garcé.
Durante 2009, participaron de algún tipo
de actividad educativa un total de 2.300 reclusos, informó
Felipe Machín.
El Ministro del Interior, Eduardo Bonomi,
indicó que de 9.000 reclusos, un promedio de 60 a 70% son
reincidentes. "La solución está en la rehabilitación
mediante el estudio, el trabajo y el deporte", agregó.
A su vez, para impartir educación es
necesario descongestionar los centros penitenciarios. En
ese sentido, Bonomi estimó que en un plazo de un año puede
resolverse ese tema.
"Es decir que la descongestión y la
educación son los pilares para lograr la rehabilitación,
para lo cual nuestro país cuenta con el apoyo de la Unión
Europea", expresó más adelante Bonomi.
El Ministro del Interior citó el caso de
la experiencia de España, que cuenta con cárceles con todos
los medios. En ese país la reincidencia es del 40%, en su
mayor parte por delitos vinculados a la violencia
doméstica.
El Ministro de Educación y Cultura,
Ricardo Ehrlich, adelantó que el libro "La educación en
cárceles del Uruguay" refleja los desafios que tiene la
educación. Asimismo, Ehrlich enfatizó que la educación es
factor de inclusión social, cohesión y proyecto de vida.
El Ministro admitió que el contexto de
nuestro país es complejo pero aun así es optimista. Agregó
que existe una confluencia de actores sociales que asumen
el tema con responsabilidad y que se trata de una labor a
ser abordado en forma conjunta. Finalmente, manifestó su
firme apoyo a las acciones emprendidas.
La Consejera de la ANEP, Teresita
Capurro, en representación de su presidente, José Seoane, y
demás autoridades, destacó la importancia de llegar al
recluso.
La educación es el punto de partida de
la transformación cultural de la sociedad, afirmó Capurro.
En ese sentido, desde 2005 la ANEP puso énfasis en la
inclusión y el aporte interinstitucional que ha sumado
esfuerzos en pos de mejores resultados.
El delegado parlamentario Álvaro Garcé,
sostuvo que la publicación resume las acciones realizadas
fundamentalmente a partir de 2007. Ese año la CAEC realizó
un relevamiento que muestra que el 71% de los reclusos no
superó los seis años de escolaridad. Además, ese año se
alcanzó una cobertura total, llegando a contar por lo menos
con un maestro para cada centro penitenciario.
En 2008 se aplicó el Programa de
Alfabetización en el COMCAR, aumentando la cantidad de
maestros de 9 a 51, señaló Garcé. En 2009, 110 profesores
de secundaria impartieron clases en 12 establecimientos.
Además, se dictan talleres y cursos en diversas áreas.
En cuanto a las perspectivas, se parte
de la base de que la educación es un derecho fundamental y
un proceso que se prolonga durante toda la vida. Además,
Garcé diferenció educación de alfabetización y reivindicó
la complementación de la educación formal y la no formal.
"Lo que se pretende es impartir
educación de calidad. Es decir que sea accesible y cuente
con los medios necesarios, que sea asequible, brindando una
oferta adecuada, que sea adaptable a las personas y su
entorno y que sea aceptable, esto es considerada como un
derecho humano y que refuerce la autoestima", aseguró Garcé.
Partiendo de la base de la alta
proporción de reclusos que tiene nuestro país, Garcé
planteó dos escenarios posibles de aquí a 2015.
Uno de ellos sería continuar con la
misma política, lo que aumentaría el número de reclusos a
12.000. El otro escenario apuntaría a aplicar medidas
alternativas, con el correspondiente respaldo técnico, como
por ejemplo la prisión preventiva.
Además, Garcé propuso cambiar el
paradigma de seguridad en las cárceles, equilibrando ese
factor con el de inclusión social. En ese sentido, puso
como ejemplo el proceso que se extendió entre 2005 y 2009,
por el cual la cantidad de presos en chacras aumentó de 210
a casi 400, sin comprometer la seguridad.
Finalmente, Garcé propuso modificar la
forma en que se trata la privación de la libertad, "para
que haya más y mejor seguridad". |