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19 de junio, 2010

José Artigas

En la memoria de los uruguayos como un referente incontrovertible de su identidad
El conocimiento histórico fue develando en Artigas tanto al estadista como al conductor revolucionario. La gesta heroica contra el despotismo y su personalidad como gobernante republicano, como “jefe de los orientales”, “protector de los pueblos libres” o “simple ciudadano”, como gustaba llamarse, se incorporaron a la memoria histórica de los uruguayos como un referente incontrovertible de su identidad, dijo Ariadna Islas.

La Directora del Museo Histórico Nacional, Ariadna Islas, rescató los nuevos enfoques del proceso revolucionario de 1811, que encabezó el General José Artigas. “El relato histórico ha sufrido una importante renovación en las últimas décadas; la conmemoración de la Revolución Oriental es una gran oportunidad para generar una nueva memoria histórica para el país, más inclusiva, más democrática y más republicana”.

La historiadora Islas, subrayó algunos aspectos destacados de la gesta artiguista, cuando se conmemora el 246º aniversario del natalicio de José Artigas. Además del liderazgo político y militar que tuvo el Prócer dentro de la Revolución Oriental, destacó asimismo, el nuevo enfoque que la ciencia histórica tiene ante el proceso emancipador.

Indicó que se integran ahora también las perspectivas de los colectivos vulnerables, como los indígenas, los afro descendientes y los peones rurales del siglo XIX. Destacó la organización confederada que los pueblos pretendían para administrar la cosa pública, en el marco de las provincias del Río de la Plata.

Señaló que Artigas lideró esa corriente de pensamiento que se caracterizó por una idea republicana, es decir, un gobierno sobre la base de la soberanía popular, la igualdad, la libertad, la autonomía provincial , llamada en su tiempo la “soberanía particular de los pueblos”.

“Los antigüistas”, explicó Islas, fueron el grupo político más radical de la región en los tiempos de la Revolución del Río de la Plata, -el proceso iniciado en 1810 y culminado con la formación de los estados nacionales- un proceso que finalizó ya avanzadas dos décadas en el siglo XX. Una Revolución radical y en línea con la Hispanoamérica del siglo XIX Si bien el proceso artiguista tiene características propias, los principales rasgos la unen al contexto de revoluciones hispanoamericanas. En el conjunto de esos procesos, según expuso la Directora del Museo Histórico Nacional , el artiguismo es una corriente que plantea un modo diverso de organización para los antiguos “dominios de España”. Entre corrientes monárquicas y republicanas, -algunas enfocadas en soberanías nacionales únicas-, el artiguismo planteó la organización estatal desde los pueblos.

El movimiento artiguista, además, convocó a una multitud de sectores a lo largo de la Banda Oriental, tal como señaló Islas. Desde negros libres, criollos pobres, “naturales”, como se denominaba a los indígenas, todos ellos participaron de la Revolución, sosteniendo el proceso político de la confederación y la autonomía provincial. Estos grupos tenían, para sí mismos, el ideal de la libertad y la igualdad. “Al aprobarse el ‘Reglamento para el fomento de la campaña y seguridad de los hacendados’ (el Reglamento de Tierras del 10 de setiembre de 1815), el artículo que ordenaba a los agraciados con tierras por el régimen, otorgaba la prioridad a los negros libres, zambos, criollos pobres e indios. Islas subrayó que este aspecto del Reglamento “generó un miedo social muy grande, así como también su participación en la guerra”. “Ese miedo social se produjo en la Provincia Oriental, pero también en Corrientes o en Santa Fe. Entonces, la participación de esos colectivos en la Revolución, radicalizó la propuesta artiguista, como en otras zonas de América. Comerciantes y hacendados esperaban que la Revolución construyera un nuevo orden social que, sin embargo, conservara ciertos límites a la participación popular”.

En ese marco, la historiadora consideró que también se puede hablar de la relación entre Artigas y las fuerzas vivas de Montevideo: “Artigas reclamó a Montevideo, en varias ocasiones, que no se estaban tomando las medidas necesarias para la reestructuración de la Provincia, premiando a aquellos sectores que habían participado de la Revolución”. Esos sectores fueron quienes permanecieron junto al artiguismo hasta su derrota, en 1820. “El Bicentenario de la Revolución Oriental es una gran oportunidad para generar un nuevo enfoque histórico, más integrador y democrático”, apuntó.

Sostuvo que los últimos años fueron testigo de una renovación muy interesante en materia de los estudios coloniales. Se ha procurado rescatar al sujeto social y, en ese sentido, comenzó la búsqueda de los orígenes culturales indígenas en el país, sus características y su modo de vida, previo a la llegada del europeo.

Asimismo, la renovación de los estudios de la independencia, incorporando la participación de los criollos más pobres y procurando una nueva visión en la participación de afro descendientes e indígenas en los proyectos políticos, dentro de la Revolución. Los historiadores que trabajan en conjunto a lo largo de la región, según planteó Islas, pretenden una observación en conjunto, con un criterio más amplio, que no acepta los recortes tradicionales del Estado-Nación, “que son el producto de esta historia y que no precedieron a esta misma historia”, como dijo Islas. Esta visión enriqueció nuestra percepción del pasado, de nuestros procesos políticos, incorporó la participación política de una importante gama de sectores sociales o incluso, figuras femeninas que actuaron en ese proceso. En el marco del Bicentenario de la Revolución Oriental, “sería muy interesante que toda la labor resultara en una reformulación de nuestra propia memoria histórica del país, trascendiendo los límites de una historia patria que fue funcional a otra época y que no pudo atender, por esa razón, a los intereses que tienen los pueblos en este momento.

La Directora expresó su consideración en cuanto a que hoy se presenta “una gran oportunidad para comunicarse y para dar una nueva memoria histórica, más inclusiva, más democrática y más republicana”. Finalmente, Ariadna Islas explicó que “José Artigas (1764-1850) encabezó un movimiento político que se constituyó como la corriente de los “orientales” en la Revolución rioplatense. Partidarios de la igualdad, de la libertad, de la soberanía particular de los pueblos y de la organización confederal, los artiguistas fueron protagonistas del proyecto republicano más radical en la región en ese entonces. La participación de indios, negros libres y criollos pobres en la lucha política, así como la aprobación y aplicación del “Reglamento para el fomento de la campaña y seguridad de los hacendados” en 1815, amenazó las propiedades y posiciones de muchos españoles europeos y de americanos, comprometidos o no con la independencia, generando un gran temor social. Al mismo tiempo, la aplicación de este reglamento permitió el acceso libre a la tierra de los pobres que habían acompañado la Revolución bajo la consigna de que “los más infelices serán los más privilegiados”. Entonces, al decir de alguno de sus contemporáneos, “nuestros paisanos lo siguieron con amor” mientras que muchos de sus enemigos políticos lo caracterizaban como el “jefe de unos bandidos de la especie menos confiable, pues usaban la política como máscara”. “El conocimiento histórico fue develando en José Artigas tanto al estadista como al conductor revolucionario. La gesta heroica del artiguismo en la lucha contra el despotismo y la personalidad de Artigas como gobernante republicano, como “jefe de los orientales”, “protector de los pueblos libres” o “simple ciudadano” como él mismo gustaba llamarse, se incorporaron a la memoria histórica de los uruguayos como un referente incontrovertible de su identidad.”

   
 
  Ariadna Isla