20 años de transformaciones
Uruguay atraviesa nueva etapa en la
conformación de hogares
Los hogares unipersonales y
monoparentales aumentaron en Uruguay en los últimos 20
años, mientras disminuyó el número de integrantes de las
familias, por la baja tasa de fecundidad actual. Estos
datos pertenecen al Estudio de las Trayectorias Familiares
y Laborales desde una Perspectiva de Género y Generaciones
presentado por el INE, con el cual se busca analizar la
conformación general de los hogares uruguayos.
El Instituto Nacional de Estadística
(INE) presentó el Estudio de las Trayectorias Familiares y
Laborales desde una Perspectiva de Género y Generaciones,
que busca identificar los cambios ocurridos en los últimos
20 años en la conformación de los hogares y en la inserción
de hombres y mujeres en el mercado laboral.
Este estudio fue elaborado por las
economistas Soledad Salvador y Gabriela Pradera en calidad
de consultoras, y se realizó en el marco del Proyecto G:
Políticas Públicas para la Reducción de las inequidades de
género y generaciones, el programa piloto Unidos en la
Acción y una iniciativa conjunta del gobierno uruguayo y el
sistema de Naciones Unidas, UMFPA y UNIFEM.
La Directora Técnica del INE, Laura
Nalbarte, destacó la participación del Instituto en este
trabajo y la utilidad que el mismo brinda a la hora de
crear políticas públicas. Con respecto a los resultados del
estudio, resaltó a grandes rasgos los cambios producidos en
los últimos años en la composición de los hogares uruguayos
(existen más unipersonales) y su tamaño (disminuyó su
número de integrantes). Asimismo, destacó el aumento de la
participación femenina en el mercado laboral y su mayor
nivel educativo en comparación a los hombres.
Por su parte, la socióloga Carla Sacchi
en representación de Inmujeres, también destacó el proyecto
G como dinamizador del trabajo conjunto entre los diversos
organismos del Estado.
El representante de UNFPA, Alfonso
Farnos, agradeció la invitación a esta presentación porque
se relaciona con su trabajo en Cuba, país del cual es
nativo.
Posteriormente, Soledad Salvador
procedió a la presentación del Estudio, del cual destacó
varios puntos.
Al igual que los países más avanzados,
Uruguay estaría convergiendo hacia una segunda transición
demográfica, producto del aumento en la esperanza de vida
de la población y la caída en la tasa de nacimientos. Esta
situación, junto a otros cambios culturales y el aumento de
la participación femenina en el mercado laboral, ha hecho
variar la conformación de los hogares en los últimos veinte
años. Según el estudio, aumentaron los hogares de tipo
unipersonal y con parejas solas; se incrementó la
disolución de uniones, lo cual lleva a la sustitución de
hogares biparentales por monoparentales y unipersonales,
así como a un aumento de los hogares biparentales
reconstituidos (nuevos matrimonios o uniones libres).
Por otra parte, la caída en la
fecundidad se asocia al aumento en la disponibilidad y uso
de procedimientos anticonceptivos como a la mayor actividad
laboral de las mujeres, que encuentra limitantes en el
momento de conciliar familia y trabajo. La expansión de la
tasa de actividad femenina en los años noventa se explica,
en gran medida, por el aumento de la participación de las
mujeres cónyuges y en edad reproductiva. Ello demuestra un
cambio en los proyectos de vida de esas mujeres, a lo cual
se suma el interés por elevar sus niveles educativos que
explican luego el retraso en la maternidad y la caída en el
número de hijos.
El análisis que se realiza es de tipo
longitudinal de las variables consideradas relevantes
mediante la técnica de pseudopaneles y la conformación de
cohortes de generaciones. Se utilizan los microdatos de las
Encuestas Continua de Hogares para el período 19 86 a 2007.
Los temas analizados fueron: la
composición de los hogares según la relación de parentesco
de sus integrantes; la evolución de la situación conyugal;
la estructura de los hogares según las etapas del ciclo de
vida familiar; la evolución del tamaño medio del hogar y el
número de hijos que habitan en el hogar; la actividad
laboral de los miembros del hogar según tipos de hogar; la
distribución de roles entre los sexos, en los hogares con
parejas, según su dedicación al trabajo remunerado (ocupado
o no ocupado, y extensión de la jornada laboral); el nivel
educativo según sexo; horas de trabajo en la semana.
Se concluye que el análisis de estas
variables permitió encontrar interesantes cambios en los
arreglos familiares, así como en el comportamiento de
hombres y mujeres respecto a su educación, su incorporación
en el mercado laboral, y la dedicación horaria al trabajo
remunerado.
De este estudio surgen nuevas
interrogantes vinculadas con la diferenciación de estos
comportamientos intergeneracionales según estratos
sociales.
El aumento en el nivel educativo de las
mujeres, las horas dedicadas al trabajo remunerado y el
cambio del "modelo de proveedor tradicional" al "modelo de
doble carrera" o "de proveedor modificado" puede ser
distinto según estratos de ingreso.
El trabajo deja constancia de que es
imprescindible estudiar los cambios intergeneracionales que
se estén dando en el acceso diferencial a los recursos
económicos según sexo (tanto a través de sus ingresos
monetarios como de las prestaciones de la seguridad social)
y en las brechas de ingresos y de salarios, así como los
cambios en la contribución de las mujeres a los ingresos
del hogar.
Finalmente, se planteó el interés
explorar más profundamente los problemas de empleo y
desempleo que viven hombres y mujeres y sus cambios
intergeneracionales, como incorporar información de las
Encuestas de Gastos e Ingresos para evidenciar diferencias
y cambios en el acceso de los hogares y los distintos tipos
de familias a los servicios de cuidado.
El análisis en conjunto de estos temas
podría estar avizorando nuevas pistas sobre las
interrelaciones que se establecen entre la inserción
laboral de hombres y mujeres, sus características
socioeconómicas, el desarrollo de oportunidades y sus
resultados en términos económicos, sociales y demográficos. |