Estrategia nacional de
protección
Humedales del Santa Lucía
aguarda su incorporación al Sistema Nacional de Áreas
Protegidas
Hay siete áreas incorporadas: Quebrada
de los Cuervos, Cabo Polonio, Laguna de Rocha, Chamangá,
Esteros de Farrapos, Valle del Lunarejo y San Miguel.
Humedales del Santa Lucía, sería la próxima, antes de Cerro
Verde (Rocha) y Montes del Queguay (Paysandú). El titular
de la DINAMA, Jorge Rucks, valoró positivamente la
incorporación al Sistema de estas áreas representativas de
la biodiversidad en el territorio uruguayo.
El director nacional de Medio Ambiente (DINAMA), Jorge
Rucks, adelantó que se iniciaron las gestiones para la
incorporación de Cerro Verde (Rocha) y Montes del Queguay
(Paysandú), en los próximos meses, al Sistema Nacional de
Áreas Protegidas (SNAP). “Ya terminamos la incorporación de
otras áreas donde se hicieron las Audiencias Públicas, como
el caso de los Humedales del Santa Lucía, que comparten San
José, Canelones y Montevideo”, y que sería la próxima en
ingresar al Sistema, indicó el jerarca.
En el SNAP ya se encuentran integradas siete áreas que
son: Quebrada de los Cuervos (Treinta y Tres), Cabo
Polonio, Laguna de Rocha y San Miguel (Rocha) Chamangá
(Flores), Esteros de Farrapos (Río Negro) Valle del
Lunarejo (Rivera).
El titular de la DINAMA manifestó que esa repartición
cuenta con una programación de incorporación de áreas que
se va a mantener en los próximos dos años. “A partir de la
nueva Administración tenemos que fortalecer lo que es la
capacidad de gestión que tiene el MVOTMA, trabajando en
acuerdo con los distintos interesados”, apuntó.
Rucks precisó que en las áreas incorporadas, y las que
lo harán próximamente, “no se cortan los procesos
productivos sino que éstos se protegen, en acuerdo con los
propios productores, buscando mecanismos y formas de
trabajo que sean sostenibles en el tiempo. Esto implica un
proceso de consulta, trabajo en acuerdo con los actores
locales, tanto los productores como los vecinos del área”.
Agregó que éste “es un proceso que queremos
institucionalizar y seguir desarrollando”, al tiempo que
señaló que todos estos aspectos están contemplados en una
“estrategia nacional de protección, no solamente de los
ecosistemas, sino también de los recursos naturales en
general”.
A la hora de referirse a una evaluación del
funcionamiento del SNAP hasta la fecha, Rucks expresó que
todos los proyectos tienen mecanismos previstos de
monitoreo y evaluación. Las áreas incorporadas al Sistema
lo hicieron a través de procesos de consulta y existe
conformidad con haber incorporado mecanismos de protección.
“Puedo decir que hay satisfacción de que los motivos por
los cuales se crearon las áreas se están cumpliendo”,
aseveró.
El entrevistado recordó que la concepción inicial que se
tenía cuando se hablaba de áreas protegidas era, que se
trataba de áreas en las que no se podía intervenir y
producir. Que había que dejar todo de acuerdo a la dinámica
de la Naturaleza, sin la presencia humana. Acto seguido,
puntualizó que “ese no fue el modelo que tomó Uruguay. Por
el contrario, el que se adoptó fue el que permitía la
compatibilidad con ciertas formas de producción acordadas
con los locales a fin de proteger sus valores específicos
“.
Rucks opinó que las actuales autoridades del SNAP tienen
una visión positiva de lo que se ha logrado con las áreas
incorporadas y que lo fueron por tratarse de áreas
representativas y porque había un fuerte interés en
protegerlas. Por la calidad paisajística o por sus valores
biológicos.
De aquí en más, “lo que queda por hacer es ver como esas
áreas van a ser administradas en el transcurso del tiempo
en forma sostenible. Aquí hay que ser creativos en buscar
mecanismos de incorporación de los intereses privados, de
quienes son los actores fundamentales que están en las
zonas y las intendencias municipales, que están interesados
en la protección y búsqueda de los mecanismos de
sostenimiento de la gestión de esas áreas en términos
viables con participación y esfuerzo de los distintos
artistas involucrados”.
Para que ello sea posible, Rucks entiende que “hay que
dar algunos incentivos para que se desarrollen actividades
de tipo productivo. Es muy importante incorporar el turismo
social. Vincular la educación ambiental con el turismo
social y con el uso de las áreas protegidas que le den una
utilidad en los temas que hacen a la formación de
conciencia a nivel de país y con los pobladores locales y
nacionales”.