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22 de junio, 2010

Estrategia nacional de protección

Humedales del Santa Lucía aguarda su incorporación al Sistema Nacional de Áreas Protegidas
Hay siete áreas incorporadas: Quebrada de los Cuervos, Cabo Polonio, Laguna de Rocha, Chamangá, Esteros de Farrapos, Valle del Lunarejo y San Miguel. Humedales del Santa Lucía, sería la próxima, antes de Cerro Verde (Rocha) y Montes del Queguay (Paysandú). El titular de la DINAMA, Jorge Rucks, valoró positivamente la incorporación al Sistema de estas áreas representativas de la biodiversidad en el territorio uruguayo.

El director nacional de Medio Ambiente (DINAMA), Jorge Rucks, adelantó que se iniciaron las gestiones para la incorporación de Cerro Verde (Rocha) y  Montes del Queguay (Paysandú), en los próximos meses,  al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP). “Ya terminamos la incorporación de otras áreas donde se hicieron las Audiencias Públicas, como el caso de los Humedales del Santa Lucía, que comparten San José, Canelones y Montevideo”, y que sería la próxima en ingresar al Sistema,  indicó el jerarca.

En el SNAP ya se encuentran integradas siete áreas que son: Quebrada de los Cuervos (Treinta y Tres), Cabo Polonio, Laguna de Rocha y San Miguel (Rocha) Chamangá (Flores), Esteros de Farrapos (Río Negro) Valle del Lunarejo (Rivera).

El titular de la DINAMA manifestó que esa repartición cuenta con una programación de incorporación de áreas que se va a mantener en los próximos dos años. “A partir de la nueva Administración tenemos que fortalecer lo que es la capacidad de gestión que tiene el MVOTMA, trabajando en acuerdo con los distintos interesados”, apuntó.

Rucks precisó que en las áreas incorporadas, y las que lo harán próximamente, “no se cortan los procesos productivos sino que éstos se protegen, en acuerdo con los propios productores, buscando mecanismos y formas de trabajo que sean sostenibles en el tiempo. Esto implica un proceso de consulta, trabajo en acuerdo con los actores locales, tanto los productores como los vecinos del área”.

Agregó que éste “es un proceso que queremos institucionalizar y seguir desarrollando”, al tiempo que señaló que todos estos aspectos están contemplados en una “estrategia nacional de protección, no solamente de los ecosistemas, sino también de los recursos naturales en general”.

A la hora de referirse a una evaluación del funcionamiento del SNAP hasta la fecha, Rucks expresó que todos los proyectos tienen mecanismos previstos de monitoreo y evaluación. Las áreas incorporadas al Sistema lo hicieron a través de procesos de consulta y existe conformidad con haber incorporado mecanismos de protección. “Puedo decir que hay satisfacción de que los motivos por los cuales se crearon las áreas se están cumpliendo”, aseveró.

El entrevistado recordó que la concepción inicial que se tenía cuando se hablaba de áreas protegidas era, que se trataba de áreas en las que no se podía intervenir y producir. Que había que dejar todo de acuerdo a la dinámica de la Naturaleza, sin la presencia humana. Acto seguido, puntualizó que “ese no fue el modelo que tomó Uruguay. Por el contrario, el que se adoptó fue el que permitía la compatibilidad con ciertas formas de producción acordadas con los locales a fin de proteger sus valores específicos “.

Rucks opinó que las actuales autoridades del SNAP tienen una visión positiva de lo que se ha logrado con las áreas incorporadas y que lo fueron por tratarse de áreas representativas y porque había un fuerte interés en protegerlas. Por la calidad paisajística o por sus valores biológicos.

De aquí en más, “lo que queda por hacer es ver como esas áreas van a ser administradas en el transcurso del tiempo en forma sostenible. Aquí hay que ser creativos en buscar mecanismos de incorporación de los intereses privados, de quienes son los actores fundamentales que están en las zonas y las intendencias municipales, que están interesados en la protección y búsqueda de los mecanismos de sostenimiento de la gestión de esas áreas en términos viables con participación y esfuerzo de los distintos artistas involucrados”.

Para que ello sea posible, Rucks entiende que “hay que dar algunos incentivos para que se desarrollen actividades de tipo productivo. Es muy importante incorporar el turismo social. Vincular la educación ambiental con el turismo social y con el uso de las áreas protegidas que le den una utilidad en los temas que hacen a la formación de conciencia a nivel de país y con los pobladores locales y nacionales”.

   
 
  Jorge Rucks