Gobierno evalúa
Gas natural se presenta como opción más atractiva que el
carbón
Para el Director Ramón Méndez (MIEM) el gas natural
presenta ventajas frente al carbón. "Es más limpio, genera
menos dióxido de carbono y tiene menos impacto sobre el
cambio climático". Añadió que el gas natural puede
utilizarse a nivel residencial, industrial y,
eventualmente, en el transporte. Méndez precisó que de
optarse por el gas natural, el país también estaría en
condiciones de suministrar energía a la minera Aratirí.
Uruguay tiene como lineamiento estratégico para el año
2030 el diversificar su matriz energética y en 2015 llegar a un 50%
de energías renovables. Dentro de las energías no
renovables el país presenta la disyuntiva en el corto plazo
de optar por el gas natural o el carbón.
Es así que la construcción de una planta regasificadora
de forma conjunta con Argentina, es una de las opciones que
evalúa el Gobierno. Esta nueva técnica consiste en licuar
el gas en su lugar de origen, donde el volumen disminuye
600 veces, transportarlo en barcos metaneros, y cuando
llegue a destino regasificarlo, es decir, pasarlo de
líquido a gaseoso.
Para evaluar las ventajas y desventajas de la opción del
gas natural, la SCI mantuvo una entrevista con el Director
Nacional de Energía y Tecnología Nuclear, Ramón Méndez, que
presentamos a continuación.
- ¿Existen decisiones en el Gobierno en relación a la
construcción de la Planta Regasificadora?
- Una de las debilidades de nuestra matriz energética es
que en algunos momentos las dos terceras partes del consumo
provenía del petróleo. Al petróleo hay que complementarlo
con alguna otra cosa. Y allí no hay 48 opciones: o bien gas
natural, o bien carbón, o bien alguna forestación
energética, o bien importación de electricidad. Frente a la
opción de gas natural o carbón la opción que parece más
atractiva es el gas natural. Además el gas natural es más
limpio que el carbón y genera menos dióxido de carbono y
por lo tanto tiene menos impacto sobre el cambio climático.
Pero fundamentalmente frente al carbón tiene como ventaja
que no se usa únicamente para generar electricidad; también
se puede utilizar en la industria, a nivel residencial y en
medios de transporte, remplazando petróleo por gas natural.
Tradicionalmente dependía de los gasoductos y del gas que
exista en las cercanías del país. Argentina que era nuestro
suministrador por excelencia ha pasado a ser un importador
de gas natural. Y Bolivia, que podía ser otro proveedor, en
este momento sólo puede mandarnos gas a través de los
gasoductos argentinos.
- ¿En cuánto tiempo podría instalarse la regasificadora?
- Estaría en un plazo intermedio. Desde que esté pronta
y por ocho o diez años sería la opción, tiempo suficiente
para pagar la inversión. El gas natural licuado es
prácticamente un commodities y se puede comprar en 20
países del mundo que licuan gas y lo exportan. Y eso nos da
nuevamente mayor independencia energética, que de eso se
trata, tratar de no depender.
- ¿Cómo están las reservas mundiales de gas natural?
- Siguen subiendo. Se han consolidado nuevas
tecnologías, que extraen gas en pequeños yacimientos,
prácticamente metido en la propia roca.
- ¿La ventaja de la regasificadora consistiría en
disminuir los costos de generación de electricidad?
- El objetivo es múltiple. Por un lado, en función
disminuir los costos de generación de energía eléctrica,
pero también garantizar una cantidad de suministro de gas
que haga penetrar el gas en el resto de la matriz
energética: a nivel residencial, industrial y,
eventualmente, en el transporte.
- ¿Han existido avances en cuanto a la concreción de la
inversión?
- Es un estudio tremendamente complejo. Primero son
tecnologías que están en permanente evolución. Segundo, el
estuario del Río de la Plata no es el lugar más sencillo
para instalar estos barcos, que en principio tienen calado
mucho mayor de lo que se puede ingresar aquí. Tercero, por
un problema de la estructura marítima del estuario, hay que
hacer obras marítimas importantes o alejar el barco de la
costa, lo cual también tiene otras dificultades en cuánto a
qué tipo de tecnologías son posibles y de cuántos días por
año puede operar el barco en relación a la altura de olas
existentes. Y después hay estudios complejos, en cuanto a
garantizar la compra de gas natural licuado, mediante
contratos firmes a muchos años. Pero los estudios están muy
avanzados y la idea es tomar definiciones muy rápidamente.
- ¿El carbón estaría descartado?
- No, no está descartado. En los próximos días vamos a
tomar una decisión si confirmamos que nuestra primera
opción comienza por la regasificadora, con lo cual el
carbón pasaría a una segunda opción. Pero no quiere decir
que está descartado de ninguna forma. La diversificación
pasa por tener todas las fuentes disponibles. El hecho de
tomar la opción por la regasificadora no implica que en
2017, 2018 o en 2019 podamos tener una planta de carbón.
Eso es otra discusión.
- ¿Aratirí utilizaría una fuente de energía distinta del
carbón?
- Estamos avanzando en las negociaciones y Aratirí está
totalmente plegada a lo que es el diseño de la política
energética. Aratirí ha manifestado su voluntad de ir por el
camino que le proponga el Gobierno, es decir que no hay una
dificultad en ese aspecto.
- ¿El país estaría en condiciones de suministrarle
energía?
- Absolutamente, si se plantea con tiempo suficiente el
país está en condiciones. Hoy no la tiene, naturalmente. Si
mañana estuviera funcionando Aratirí y nos exigiera 200
megavatios no estamos en condiciones de ofrecerlos, pero en
el momento que Aratirí empiece a funcionar tendremos todas
las condiciones para incorporar toda la capacidad de
generación que Aratirí y otro emprendimiento grande
requieran.
- ¿El acuerdo con Bolivia para la importación de gas
-vía Argentina- está concretado?
- El acuerdo con Bolivia está muy avanzado. La semana
pasada estuvo el Ministro de Hidrocarburos trabajando con
nosotros. El principio del acuerdo está, ahora nos resta
acordar con Argentina para poder cerrar todo el negocio.
- El volumen es bastante menor que el que podría generar
la regasificadora.
- Es menor. Además dependemos de que Argentina deje
pasar por sus ductos el gas. Entonces no es una solución
segura y de largo plazo. En el largo plazo la
regasificiadora es más ventajosa.
- ¿Bolivia tendría la capacidad de producción para
abastecernos vía gasoducto?
- Para comprar gas a Bolivia hay dos opciones: una de
corto plazo, que consiste en usar los gasoductos existentes
con Argentina. La otra es hacer un gasoducto dedicado
especialmente hacia Uruguay, con lo cual ya no se depende
de Argentina, sino que es nuestro caño. Lo estamos
estudiando como opción, pero se requiere entre 6 y 10 años.
- ¿Ya comenzó ese estudio?
- Sí. La pasada semana estuvimos reunidos con la
consultora que está haciendo el estudio y nos dijo que el
estudio estará pronto para el 10 de diciembre. Bolivia en
este momento tiene su volumen de producción acotado y,
justamente, precisa tener garantizados contratos de largo
plazo, para después hacer las inversiones necesarias para
la producción. En caso de que tuviéramos un gasoducto
vendría asociado con las inversiones del lado Boliviano
para poder acceder al gas. Incluso Bolivia nos ha ofrecido
poder hacer en conjunto el negocio de explotación del gas,
en propio territorio Boliviano. Ese gas puede, llegado a
Montevideo, industrializarse y no utilizarse solamente para
producir energía; también podría ser utilizado para la
industria petroquímica o alguna otra industria que dependa
de hidrocarburos.
- O sea que lo más seguro –en relación a la estructura
de la matriz- sería a construcción de un gasoducto con
Bolivia.
- Estructuralmente la única posibilidad es tener un
gasoducto entre Bolivia y Uruguay, pasando naturalmente por
Paraguay, por el Sur de Brasil y, eventualmente, Chile. Esa
es la única garantía a largo plazo para la opción del gas
boliviano. |