Periodista brasileño publicó una nota sobre la
Selección Celeste con despliegue de elogios
“Una historia de verdaderos patriotas
que aman a su país” fue una de las tantas formas en que un
periodista deportivo brasileño definió a la Selección
Uruguaya de Fútbol, a cuyos jugadores les llamó “guerreros
con ojos abiertos en su talento”. Una nota que recorre la
Internet, cargada de emoción, admiración y respeto escrita
por un hermano brasileño en épocas de gloria para nuestro
país.
“Ellos fueron
los Rocky Balboa de esta Copa Mundial, los desvalidos, los
desamparados, los humildes por los que nadie daba nada.
Es el cuento
de hadas más bello; el de una Selección sin igual que
encarna el alma y el carácter de un pueblo. Un cuento de
hadas épico, por supuesto, porque los uruguayos eran
príncipes y caballeros de la pelota (¿alguien vio a un
luchador celeste hacer algún gesto feo?).
Como
guerreros que nunca se rindieron. Pocas veces en la
historia del deporte es tan cierto la expresión "se
equivocó" y por la semifinal perdida contra los Países
Bajos.
¿Cómo sería
posible hacer frente a la naranja, frío, despiadado y ágil
equipo sin su gran líder y capitán, Lugano, y sin su
atacante más peligroso, Suárez?
Sería casi
imposible, pero la poderosa Celeste tiene un juego parejo
que hubiera podido dar lugar a una prórroga si el juez
hubiera anulado el segundo gol holandés, en el que Van
Persie participó en el gol de Robben.
Sí, Holanda
jugó más tiempo, tiene jugadores más técnicos, y sabe cómo
pasar el balón de un pie a otro para encontrar el tiempo
para el ataque mortal. Pero frente al mejor fútbol de la
naranja, los uruguayos ofrecieron su entrega, su monumental
garra y sí, algo poco común en los jugadores que juegan
bien y defienden a clubes europeos: el uruguayo dejó en
claro no sólo su amor por el fútbol, no sólo por su batalla
sino por su camiseta celeste de su país, que esos hombres
rescatan un campeón con toda la mística casi olvidada del
ya dos veces campeón olímpico y del mundo.
Esto
trasciende aún más en el amor casi increíble de lucha hasta
el final de los uruguayos. Cuando todo estaba perdido,
cuando el juego ya había agotado su tiempo regular y
Holanda estaba seguro del 3-1, los uruguayos al borde del
nocaut, desafiando a sus propias fuerzas y sin que nadie
supiera de dónde, hace el segundo gol y aún soñaba con el
objetivo de la final y el nuevo milagro después del partido
épico contra Ghana.
Sí, lo
sabemos: la fuerza llamó a los heridos, las cuerdas que se
las arregla para defenderse tiene un nombre. Se llama
Uruguay. Se llama, más de corazón, el alma de un pueblo.
Para los escépticos y los idiotas que no respetan el valor
y la importancia del fútbol, la saga celeste genial de este
Mundial lo hará, resucitó a una nación.
Los uruguayos
demostraron su valía una vez más, como lo han hecho en
muchos otros ámbitos, no sólo en fútbol, tales como la
literatura que nos ha dado a los monstruos sagrados de las
palabras, el valor y la humanidad como Eduardo Galeano y
Mario Benedetti.
Me imagino el
orgullo de Galeano para que pueda agregar a sus fantásticas
historias tan reales como lo que estos jugadores memorables
de su país hicieron en esta Copa del Mundo.
Como escribió
el periodista Marcelo Barreto en su blog, como humanos, la
historia más hermosa en esta Copa Mundial de África es la
de Uruguay. Una historia de hombres y héroes. Una historia
de verdaderos patriotas que aman a su país.
Gracias,
hermanos uruguayos. Gracias por hacernos ver y recordar lo
que son guerreros con los ojos abiertos en su talento (sí,
Forlán es el verdadero as de la Copa), en los goles
maravillosos (¿hubo alguna jugada más hermosa que la de
Suárez contra los coreanos?) y Crazy (Loco Abreu!). En su
educación, la dignidad y la competencia (Oscar Tabárez, el
técnico, el conductor; que era agradable saber que los
periodistas uruguayos le brindaron una ovación de pie en la
conferencia de prensa de ayer) que son -parodiando a
Galeano- venas, corazón, carácter y el alma abierta de
América Latina.
Gracias,
Uruguay”. |