Pilar de transformación del Estado
Oficina Nacional de Servicio Civil cumplió 25 años
desde su reinstalación
La ONSC celebró su 25º aniversario de
reinstalación con el retorno de la democracia. En el evento
se marcó el papel que juega esta repartición en lo
inherente a la Administración Pública y se recordó que
durante la Dictadura fue suprimida. Para el Presidente
Mujica el desafío es transformar al Estado uruguayo en una
herramienta que oficie de paragolpe de defensa de la
nacionalidad y de la soberanía en tiempos de globalización.
En la oportunidad se señaló que esta
repartición estatal fue creada por Ley Nº 13.640 del 26 de
diciembre de 1967 e inició sus funciones en el mes de marzo
de 1969, en la calle Sarandí 500.
Fue sucesivamente intervenida y
clausurada por la dictadura comprendida entre los años
1973-1985. De hecho, el Decreto Ley Nº 14.754 del 5 de
enero de 1978 suprimió esta Oficina.
Retornó a sus funciones con la vuelta de
la democracia y por medio de la Ley Nº 15.757 del 15 de
julio de 1985 retomó sus funciones en el ámbito de sus
competencias. Es en homenaje a esta fecha que el día del
funcionario de la ONSC se celebra cada 15 de julio.
En el festejo se presentó un matasello
conmemorativo de la Institución y un afiche ganador del
Concurso: XXV Aniversario de la Reinstitucionalización de
la Oficina. También se presentó el nuevo sitio web y se
explicó que se trata de un diseño más amigable y de fácil
navegación.
La Subdirectora de la ONSC, Ana María
Ferraris, hizo mención a una misiva escrita por José
Artigas desde el campamento de Purificación, el día 12 de
agosto de 1815, que estaba dirigida al Cabildo de
Montevideo, a pocos meses de asumir el control de la
Provincia Oriental. Mediante este documento, el Jefe de los
Orientales, solicitaba que no se multiplicaran las
autoridades, los administradores, ni otros puestos que
gravaren los fondos de "esta indigente provincia". Artigas
añadía que pocos, bien dotados y conmovidos por la
responsabilidad serán suficientes para servir al país.
Ferraris destacó que el año 1815 fue
fértil en realizaciones del período artiguista tales como
el Reglamento de Tierras y el de Aduanas, se fundó la
Primera Biblioteca Pública y resaltó que fue en esa misma
época que Artigas se propuso generar una nueva
Administración Pública, aún cuando la incipiente burocracia
no estaba comprometida con su Proyecto.
Por su parte, la Directora de la ONSC,
Elena Tejera, valoró de forma altamente positiva los
avances tecnológicos que posibilitaron –a partir de fines
de la década de 1980 e inicios de los ‘90- que permitían el
trasiego de documentos desde cualquier oficina pública del
país en tiempo real. Realzó el uso del expediente
electrónico, el correo electrónico, Internet y el sitio web
como herramienta de comunicación de cada repartición
estatal.
Tejera le dedicó un capítulo a la
capacitación y formación de funcionarios. En este marco,
señaló que existen nuevas titulaciones profesionales y
técnicas, a las que se suman las post graduaciones y
maestrías. Mencionó la Maestría en Gestión de Políticas
Públicas que desarrolla la Escuela Nacional de
Administración Pública en convenio con la UDELAR.
Además, recordó que se potenciaron los
cursos a distancia con el objetivo de que los funcionarios
del interior del país posean las mismas oportunidades de
capacitación que los capitalinos.
La jerarca dijo que no hay duda de que
las generaciones venideras deberán enfrentar nuevos
desafíos y que cooperarán en la transformación del Estado,
para mutarlo en fuerte y capacitado para responder de
manera ágil, efectiva y con calidad, a los requerimientos
de la ciudadanía.
En el acto, el Presidente José Mujica
afirmó que el rasgo más severo de estos tiempos, es que
existen cerca de 500 grupos económicos en todo el mundo y
cada uno de ellos posee más Producto Bruto Interno que el
80% de los Estados existentes. Añadió que la riqueza se
multiplica potencialmente pero, no se distribuye de la
misma manera sino que cada vez se concentra más.
Mujica se preguntó qué es la soberanía
de una nación y cuál es el papel del Estado ante grupos
económicos que operan en todo el mundo y exigen condiciones
para su instalación o se van sin previo aviso, dejando al
país sumido en una tragedia. Agregó que a estos grupos
económicos no les importa el poder que la ciudadanía
confiere a los mandatarios por medio del voto popular.
Remarcó que esas compañías cada vez más,dan trabajo a una
menor cantidad de personas. Explicó que el grueso de los
trabajadores lo hacen en una multitud de pequeñas y
medianas empresas, a la vez que destacó que –prácticamente-
todo el Uruguay es un conglomerado de pequeñas y
rudimentarias empresas que hacen lo que está a su alcance y
responden con ingresos materiales que posibilitan la vida
de tantos uruguayos.
Asimismo, habló sobre un nuevo concepto
de la soberanía donde las conquistas territoriales o los
himnos no tienen valor y subrayó que existe un "gigantesco"
poder económico que no conoce fronteras.
Para Mujica el Estado actual tiene una
nueva connotación, además de poseer sus funciones
históricas, es el único instrumento que cuenta con la libre
iniciativa de los uruguayos, para que cree las condiciones
y los ampare.
El Mandatario dijo que por eso, desde el
Ejecutivo se discute acerca de una filosofía de la "cosa
pública" porque la vida implica cambios y no tendría razón
de ser sin ellos. Añadió que lo que no cambia y acompaña a
los tiempos, está condenado a perecer.
Sostuvo a su vez que el desafío es
transformar –en los próximos quince o veinte años- al
Estado uruguayo en una herramienta que oficie de paragolpe
de defensa de la nacionalidad y de nuestra soberanía en
tiempos de globalización. No obstante, definió a la
soberanía, no como una cuestión de ejército o espacio
territorial, sino ante el desborde multinacional de riqueza
que puede favorecer o hundir a una nación.
Para Mujica, este desafío no es una
tarea privativa de un gobierno sino de un tiempo histórico,
porque supone un cambio en cada individuo. Añadió que no
existe cambio más difícil que el cultural aunque remarcó
que a una repartición como la ONSC le cabe una enorme
responsabilidad.
En esa dirección, Mujica afirmó que un
funcionario público en Uruguay, es un funcionario de la
Nación por encima de cualquier consideración y no pertenece
a determinado inciso u oficina. Dijo que esto, en Uruguay,
equivale a una revolución cultural que resiste a la
tradición y la cultura nacional.
Asimismo, el Mandatario dijo que se debe
apelar al retorno de los tiempos en los que pertenecer a la
plantilla de empleados públicos y poder servir al país
representaba un orgullo, y apostó a que los funcionarios de
hoy sean la vanguardia que ampare al país.