ya forman parte del
borrador.
Breccia subrayó que el escrito será
distribuido a los representantes de los trabajadores, a
todos los parlamentarios y a la opinión pública.
Explicó que consta de tres partes. La
primera, referida a tres ejes: el nuevo Estatuto del
Servidor Público, la simplificación de los vínculos
laborales con el Estado y la regulación de los cargos de
carácter político y de particular confianza.
La segunda refiere a una serie de
instrumentos de abordaje de la estrategia de
fortalecimiento institucional del Estado y, por último, se
presenta un cronograma estimativo de elaboración de los
instrumentos legales que se utilizarán para esta
reformulación.
Reiteró que se trata de un documento
abierto a la discusión, que se inscribe dentro de una
estrategia gubernamental encarada por el Presidente José
Mujica y el elenco ministerial. Agregó que el objetivo
final es la búsqueda del fortalecimiento institucional del
Estado como herramienta para la defensa de los intereses
soberanos de la Nación.
El Secretario de la Presidencia
destacó que se trata del inicio de un proceso del que
se pretende que resulte altamente participativo. En este
sentido, el Gobierno se mantendrá abierto a cualquier tipo
de sugerencia por parte de la ciudadanía.
Alocución del Presidente de la
República, José Mujica, en el marco de la conmemoración de
los 25 años de la reinstalación de la Oficina Nacional del
Servicio Civil, el 15 de julio de 2010
PRESIDENTE MUJICA: ¿Qué es lo que
está en juego, qué es nuestra época? ¿Cuáles son los rasgos
más severos del tiempo que nos toca vivir; en qué punto se
podría definir desde diversos ángulos?. Podríamos decir, un
poco de licencia poética amarga, que una familia es gente
que se reúne alrededor de un televisor y cuestiones por el
estilo. Pero la cosa más severa de nuestro tiempo es que
hay más de 500 grupos económicos en el mundo en el que
vivimos, que cada uno de ellos tiene eternamente más PBI
que el 80% de los Estados que hay arriba de la tierra. La
riqueza se está multiplicando en forma galopante, pero no
se distribuye en el mundo en forma galopante. Se concentra
más y más, ¿qué pueden hacer, qué es la soberanía dentro de
25 años?.
Ustedes se imaginan que el papel de un
gobierno cuando un monstruo que opera en todo el mundo se
presenta y pide condiciones para instalarse, o porque no le
gustan las condiciones se va, y de la noche a la mañana, te
deja una tragedia, porque te has hecho interdependiente.
Y te crees que tienes poder, porque te
votó la gente, que le importa a esos grupos económicos, o
el bocho de la gente. ¿Y cuál es la defensa? ¿Es que todo
el mundo va a trabajar con esas gigantescas compañías? No,
cada vez es menos gente, la que trabaja con ellas. El
grueso de la gente trabaja en una multitud de pequeñas
empresas, lo que en Uruguay, llamamos, Pequeñas y Medianas
Empresas, todo el Uruguay prácticamente, todo el Uruguay es
un conglomerado, de pequeñas, medianas, rudimentarias
empresas que viven y hacen lo que pueden. Y que son las que
dan la respuesta, que los ingresos materiales que permiten
que bien o mal, viva tanta gente.
¿Quién va a defender, quién va a amparar
a ese mundo si tenemos un Estado que no sirve?. Quién
puede, hasta cierto punto poner límite, encuadrar, tomar
decisiones que amparen a ese gigantesco mundo pequeño del
trabajo, que es el que multiplica los panes, por todas
partes, en estos cambios, es que es un nuevo terreno de la
soberanía; no interesan las conquistas territoriales, no
interesan los himnos.
Hay un gigantesco poder económico suelto
que no tiene frontera. El Estado nacional tiene hoy otro
papel, el Estado nacional tiene -en la época de Batlle se
le definía como el escudo de los pobres- su contenido por
la lucha social, por la equiparación, por la equidad. Bien
o mal, hizo lo que pudo el Estado y vaya que ha hecho
bastante, en las idas y venidas de la historia del Uruguay.
Pero hoy, sin dejar de tener esa función, tiene
mucho más es el único instrumento, la única herramienta que
tiene la libre iniciativa de los uruguayos para que le cree
y le ampare condiciones. De aquí que, lo que estamos
discutiendo, lo que estamos empezando a discutir es una
filosofía distinta de la cosa pública, porque vive sólo lo
que cambia, la vida es cambio. Y lo que no cambia está
condenado a perecer.
Para ser justo y poder medir el porvenir
-no se puede ser justo si no se mide- para medir hay que
medir objetivamente, no con el olfato de un jerarca o con
la simpatía, sino con parámetros objetivos que puedan ser
constatables. Hacer ciencia es medir y hacer medible lo que
resiste a ser medible. De ahí que una Oficina como ésta y
un trabajo como éste tiene gigantescos desafíos por delante
y todos estamos expuestos a este dilema; o somos capaces en
los próximos 15 o 20 años de transformar al Estado Uruguayo
y hacerlo una herramienta musculosa que sea el verdadero
paragolpe de defensa de la nacionalidad y de nuestra
soberanía en tiempos de globalización, definida la
soberanía no como una cuestión de ejército o de espacio
territorial, que eso ya no se disputa, sino ante el
desborde multinacional de riqueza que a veces puede
favorecerte y a veces puede hundirte.
Todo depende de decisiones nacionales. Y
creo que estamos ante ese desafío ¿lo lograremos?. Yo
declaro enfáticamente, que no es tarea sólo para un
gobierno, es tarea para un tiempo histórico, porque supone
un cambio en nosotros mismos y ningún cambio es más difícil
que el cambio cultural. Por lo tanto no existe magia pero
naturalmente que un organismo como éste tiene una enorme
responsabilidad.
Apenas una definición: el funcionario
público es funcionario de la nación, por encima de
cualquier otra consideración, no es de tal inciso, no es de
tal lugar; esto en Uruguay equivale a una revolución. Es
una revolución cultural que resiste nuestra tradición,
nuestra cultura: "porque yo entré a trabajar en tal lado…"
no, no. Estamos expuestos a no ser comprendidos y
seguramente no vamos a ser comprendidos, porque todo cambio
genera angustia, genera incertidumbre pero un gobierno no
puede dedicarse a adular a la gente, un gobierno no puede
caer en el "seguidismo". Miren. Era gurí y subí en un
ómnibus que no existe más, que se llamaba 132 y me senté,
me acompañaba mi madre, subió una señora que estaba encinta
avanzada y yo miraba para otro lado. Mi madre me pegó un
"bife" delante de la gente que me curó para toda la vida.
Era una madre antigua, no se andaba con chiquitas.
Bueno, no pienso que un gobierno tenga
que ser así, pero no tiene que alcahuetear ni adular a la
gente; porque el deber de un gobierno es pensar 20 años
para adelante, preparar o tratar de ayudar a que la
realidad se prepare para lo que inevitablemente se le viene
encima. Lo lograremos o no lo lograremos, pero el mundo
rico está (…) sus recursos, 70% de los muchachos de Corea
del Sur van a la universidad, o tiene formación terciaria.
El poder está en la masificación del
conocimiento y de la cultura en gran medida, pero una cosa
y la otra son hijas del trabajo humano y yo creo que los
uruguayos mil veces han demostrado que tienen una enorme
capacidad, pero no tienen confianza en la capacidad que
tienen, están acostumbrados a eludir a los desafíos, tal
vez todos estamos acostumbrados a eso y los cambios que
tenemos por delante son verdaderos desafíos, pero creo que
son hermosos, porque sirven para darle contenido a nuestra
existencia y a nuestra peripecia.
Los funcionarios públicos del Uruguay
tienen una historia, son hijos del Uruguay el que más el
que menos, tienen parientes. Mi padre, que falleció hace
muchísimos años, era funcionario público. Se había
enfermado de cáncer pulmonar, y yo recuerdo -estoy hablando
de la década del 40- que a veces venía un médico de Salud
Pública a ver si mi padre estaba con licencia, obvio,
estaba peleando con la muerte y estaba en la casa o no
estaba. Prefiero utilizar cosas que viví, no que leí.
Hay mucha cosa que está atrás, hay mucha
cosa que hay que retomarla para proyectarla hacia el
futuro, es ese concepto en que el funcionario público se
sentía francamente orgulloso de servir a la nación, era una
categoría de ciudadano que se sentía francamente orgulloso
por tener el privilegio de servir a la nación.
Ahora, vamos a hacer todo lo posible
porque ese tiempo retome, con nuevos métodos con nuevas
herramientas, esa cultura y los trabajadores del Estado
sean la verdadera vanguardia que ampare este país. Gracias.