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20 de julio, 2010

Mejorar la herramienta pública

Mujica expresó que “los cambios en el Estado no son contra nadie”
El Presidente reiteró su interés en que la nación experimente una serie de cambios que mejoren, flexibilicen y capaciten la herramienta pública, definida ésta, a través del Estado, como uno de los recursos que el país tiene por delante. Reconoció las naturales reivindicaciones que surgen de la sociedad y señaló que, detrás de los desvelos inherentes a cada persona, está el desvelo por el tiempo histórico que le toca vivir.

A través de su audición en radio M-24, el Presidente de la República,  José Mujica expresó que no se debe obviar la responsabilidad en la toma de decisiones por parte del Gobierno, porque de lo contrario, se cometerá el riesgo de vivir “a contrapelo” del tiempo que nos toca.

Reiteró que la explosión de la ciencia y la tecnología y su consiguiente incremento de la productividad promedio del trabajo,  es por un lado altamente beneficioso, en tanto que por otro, crea riqueza que tiende a desocupar personal.

Afirmó que existen enormes diferencias entre sectores y sus avances, que coexiste una confluencia interdisciplinaria de adelantos científicos y técnicos que propician avances en otros frentes, porque ofician de soportes. Citó como ejemplo la informática aplicada a las ciencias biológicas, que redunda en un cúmulo de conocimientos, de bondades, pero también de incertidumbres. Añadió que hoy la ciencia permite la curación de patologías que antaño resultaban letales pero contrapuso a esto, los costos que ello implica y que ejercen un peso sobre la totalidad de la sociedad.

La ciencia como el conocimiento son decisivos, afirmó, y existe una creciente interdependencia planetaria, extremo que acota todas las decisiones nacionales. Explicó que las reglas de comercio internacional se imponen a todos los Estados, aunque todos sean diferentes en el concierto mundial. En este sentido, afirmó que unos pocos, son más iguales y dentro de éstos pocos, destacó la influencia de “gigantescas corporaciones”.

Subrayó el creciente papel de la ciencia y la cultura y agregó que se presentan como los medios ineludibles para cualquier intento de desarrollo de las sociedades.

El Presidente mencionó a las empresas supranacionales que se desplazan por el mundo en busca de réditos y utilidades y –según agregó- no necesitan de una Patria.

Reflexionó que estamos inmersos en una sociedad consumista que determina a cada individuo y se impone como Norte de vida. Dijo que en la actualidad, el consumismo cumple el rol de las religiones y que ese consumismo –guste o no- orienta la vida actual.

Reiteró con preocupación la concentración excesiva de la riqueza y que el incremento constante de la productividad tiene sus frutos en un mundo cada vez más rico. Empero, como contraparte de ello, señaló que quedan núcleos humanos a la vera de la vida, que no se pueden incorporar al progreso global. Expresó que estas evidencias ratifican el peso de la “cosa pública” y añadió que las sociedades humanas cuentan con el instrumento de la política, definida como la preocupación de las relaciones de la vida de cada Estado o Nación. La política está desvirtuada,  porque no puede dar respuesta a un tiempo de incertidumbres y su gran papel es, según dijo, sostener la perseverancia activa que construye paciencia y firmeza.

Indicó que el gran cometido de la política es y será generar esperanza,  a base de la conciencia de que es posible la construcción de un mundo mejor al que conocemos. Entendió que es totalmente posible la creación de un medio más justo para la vida. No obstante, indicó que toda construcción es obra del esfuerzo humano metódico y disciplinado y  advirtió que es precisamente ésa la mayor contradicción: que nuestro tiempo, no tiene tiempo. Lamentó que la impaciencia sea lo que impere en la actualidad.

Mujica afirmó que el pueblo uruguayo necesita creer en sí mismo y agregó que los uruguayos sufren de una honda crisis de autoestima y credibilidad. Expresó que es aquí, donde la credibilidad pública adquiere una enorme importancia. Esto va de la mano de valores elementales y constatables, dijo al tiempo que  admitió que nadie está exento de errores o equivocaciones,  pero lo que debe prevalecer es la buena fe. Dijo que la credibilidad se sostiene con la conducta. En este sentido, valoró que la ciudadanía puede llegar a entender y perdonar errores,  “pero lo que no perdona es la falacia deliberada”.

Para el Mandatario, la credibilidad es la piedra angular del Gobierno y señaló que se pueden cometer errores, pero subrayó la intención de la política en la que no se puede permitir equivocaciones. Admitió que se puede cometer errores en los caminos a tomar, pero que no se puede traicionar la credibilidad de las personas.

Dijo que cuando la política no ocupa el lugar que debe, como elemento esencial que da confianza a una sociedad, es porque lo que está en crisis es la credibilidad,  y dijo que ésta tiene un único instrumento que es la buena fe.

 Mujica concluyó que el camino que se intenta -de dotar de una visión distinta del Estado-  “no es contra nadie, y persigue un fin a largo plazo”. 

   
 
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