Mejorar la herramienta pública
Mujica expresó que “los cambios en el Estado no son
contra nadie”
El Presidente reiteró su interés en que
la nación experimente una serie de cambios que mejoren,
flexibilicen y capaciten la herramienta pública,
definida ésta, a través del Estado, como uno de los
recursos que el país tiene por delante. Reconoció las
naturales reivindicaciones que surgen de la sociedad y
señaló que, detrás de los desvelos inherentes a cada
persona, está el desvelo por el tiempo histórico que le
toca vivir.
A
través de su audición en radio M-24, el Presidente de la
República, José Mujica expresó que no se debe obviar la
responsabilidad en la toma de decisiones por parte del
Gobierno, porque de lo contrario, se cometerá el riesgo
de vivir “a contrapelo” del tiempo que nos toca.
Reiteró
que la explosión de la ciencia y la tecnología y su
consiguiente incremento de la productividad promedio del
trabajo, es por un lado altamente beneficioso, en tanto
que por otro, crea riqueza que tiende a desocupar
personal.
Afirmó
que existen enormes diferencias entre sectores y sus
avances, que coexiste una confluencia interdisciplinaria
de adelantos científicos y técnicos que propician
avances en otros frentes, porque ofician de soportes.
Citó como ejemplo la informática aplicada a las ciencias
biológicas, que redunda en un cúmulo de conocimientos,
de bondades, pero también de incertidumbres. Añadió que
hoy la ciencia permite la curación de patologías que
antaño resultaban letales pero contrapuso a esto, los
costos que ello implica y que ejercen un peso sobre la
totalidad de la sociedad.
La
ciencia como el conocimiento son decisivos, afirmó, y
existe una creciente interdependencia planetaria,
extremo que acota todas las decisiones nacionales.
Explicó que las reglas de comercio internacional se
imponen a todos los Estados, aunque todos sean
diferentes en el concierto mundial. En este sentido,
afirmó que unos pocos, son más iguales y dentro de éstos
pocos, destacó la influencia de “gigantescas
corporaciones”.
Subrayó
el creciente papel de la ciencia y la cultura y agregó
que se presentan como los medios ineludibles para
cualquier intento de desarrollo de las sociedades.
El
Presidente mencionó a las empresas supranacionales que
se desplazan por el mundo en busca de réditos y
utilidades y –según agregó- no necesitan de una Patria.
Reflexionó que estamos inmersos en una sociedad
consumista que determina a cada individuo y se impone
como Norte de vida. Dijo que en la actualidad, el
consumismo cumple el rol de las religiones y que ese
consumismo –guste o no- orienta la vida actual.
Reiteró
con preocupación la concentración excesiva de la riqueza
y que el incremento constante de la productividad tiene
sus frutos en un mundo cada vez más rico. Empero, como
contraparte de ello, señaló que quedan núcleos humanos a
la vera de la vida, que no se pueden incorporar al
progreso global. Expresó que estas evidencias ratifican
el peso de la “cosa pública” y añadió que las sociedades
humanas cuentan con el instrumento de la política,
definida como la preocupación de las relaciones de la
vida de cada Estado o Nación. La política está
desvirtuada, porque no puede dar respuesta a un tiempo
de incertidumbres y su gran papel es, según dijo,
sostener la perseverancia activa que construye paciencia
y firmeza.
Indicó
que el gran cometido de la política es y será generar
esperanza, a base de la conciencia de que es posible la
construcción de un mundo mejor al que conocemos.
Entendió que es totalmente posible la creación de un
medio más justo para la vida. No obstante, indicó que
toda construcción es obra del esfuerzo humano metódico y
disciplinado y advirtió que es precisamente ésa la
mayor contradicción: que nuestro tiempo, no tiene
tiempo. Lamentó que la impaciencia sea lo que impere en
la actualidad.
Mujica
afirmó que el pueblo uruguayo necesita creer en sí mismo
y agregó que los uruguayos sufren de una honda crisis de
autoestima y credibilidad. Expresó que es aquí, donde la
credibilidad pública adquiere una enorme importancia.
Esto va de la mano de valores elementales y constatables,
dijo al tiempo que admitió que nadie está exento de
errores o equivocaciones, pero lo que debe prevalecer
es la buena fe. Dijo que la credibilidad se sostiene con
la conducta. En este sentido, valoró que la ciudadanía
puede llegar a entender y perdonar errores, “pero lo
que no perdona es la falacia deliberada”.
Para el
Mandatario, la credibilidad es la piedra angular del
Gobierno y señaló que se pueden cometer errores, pero
subrayó la intención de la política en la que no se
puede permitir equivocaciones. Admitió que se puede
cometer errores en los caminos a tomar, pero que no se
puede traicionar la credibilidad de las personas.
Dijo
que cuando la política no ocupa el lugar que debe, como
elemento esencial que da confianza a una sociedad, es
porque lo que está en crisis es la credibilidad, y dijo
que ésta tiene un único instrumento que es la buena fe.
Mujica
concluyó que el camino que se intenta -de dotar de una
visión distinta del Estado- “no es contra nadie, y
persigue un fin a largo plazo”.
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