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13 de agosto, 2010

Más bancarización, más equidad

Gobierno analiza medidas para facilitar acceso al crédito de familias de bajos ingresos
Algunos sectores de la sociedad presentan dificultades de acceso a los servicios financieros, por lo cual muchas veces recurren a alternativas costosas, con intereses comparativamente elevados, señaló Martín Vallcorba, representante del MEF en la Comisión de Bancarización. Añadió que cuando se incrementa la bancarización mejoran las inversiones, el empleo, los ingresos y, en consecuencia, el bienestar de todos los ciudadanos.

Martín Vallcorba  es integrante de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y participa  también  -en representación del Ministerio de Economía-  en la Comisión de Bancarización, ámbito que cuenta además con la participación del Banco Central del Uruguay (BCU), las instituciones financieras y los trabajadores.

Consultado por SCI acerca de  los lineamientos que plantea el Gobierno para profundizar la bancarización de la economía, Vallcorba expresó sus consideraciones en un contexto que incluye bancarización y desarrollo.  

Punto de partida: baja bancarización y situaciones de inequidad 

Según detalló el integrante de la Asesoría Macroeconómica (MEF), existen distintos estudios académicos que dan cuenta de un círculo virtuoso entre bancarización y desarrollo. “Uno podría pensar que el sistema financiero equivale al aparato circulatorio de la economía”, señaló.  

De esta manera, según estimó Vallcorba, cuando mejora el sistema financiero mejora el conjunto de la economía: mejoran las inversiones, el empleo, los ingresos y, en consecuencia, el bienestar de todos los ciudadanos. 

En referencia a la situación del país en la materia, afirmó que  “está muy rezagado. Aseguró que no sólo respecto a los países desarrollados –de los cuales estamos muy lejos-, sino que en la materia el país está también rezagado en relación con la región”.  

Por otra parte, el Jerarca sostuvo que existe una gran inequidad.  Señaló que algunos sectores de la sociedad presentan dificultades de acceso a los servicios financieros: en particular apuntó a las PYMES y las familias con menores ingresos. Ello deriva en que muchas veces tengan que recurrir a alternativas muchos más costosas, con intereses comparativamente elevados. 

Inclusión financiera, mejoras en el sistema de pagos y formalización de la economía 

El objetivo no es promover el consumo, sino poner en plano de igualdad a todas las familias, expresó Vallcorba. Se procura que una familia de ingresos bajos pueda acceder a créditos en condiciones similares a una familia de ingresos altos, subrayó. 

Por otra parte, se busca mejorar el sistema de pagos, de forma de abaratar las transacciones. Es así que intentará avanzar en la sustitución  del dinero físico por el dinero electrónico.  A modo de ejemplo, Vallcorba señaló que las personas podrían realizar, sin ir al banco –por internet, cajero o incluso teléfono móvil- más transacciones económicas, tales como girar dinero de Montevideo a Artigas. 

Agregó que también se promoverá el ahorro. “En la medida que las personas se vayan familiarizando y vinculando con el sistema financiero también se empiezan a generar posibilidades de estimular el ahorro”, puntualizó.

 “Apostamos a que toda la población pueda tener su cuenta bancaria sin costos, asociada al pago de sueldos o jubilaciones”.

Finalmente, Vallcorba subrayó que se apunta a generar a una mayor formalización de la economía. Dijo que en el Gobierno anterior se avanzó en la formalización de los trabajadores ante el BPS, en tanto que ahora resta lograr una mayor equidad tributaria en otros ámbitos de la sociedad. “El objetivo no es aumentar la recaudación”. La idea es que una mayor formalización se transforme en una reducción de los impuestos para toda la población, enfatizó.  

Sobre el término “bancarización” 

El término bancarización refiere a múltiples aspectos: profundidad financiera, cobertura financiera y uso de los instrumentos financieros, explicó Vallcorba 

La profundidad financiera mide la relación créditos sobre el Producto Interno Bruto (PIB) o depósitos sobre el PIB. La cobertura de servicios financieros -en general- se mide mediante la disponibilidad de sucursales bancarias por habitante, de cajeros automáticos y de redes de post. Para medir el uso de los instrumentos financieros,  se puede recurrir a la cantidad de transferencias entre cuentas bancarias y transacciones realizadas mediante tarjetas de créditos o débitos, explicó Vallcorba.

Otro indicador utilizado es el grado de bancarización, que mide el número de clientes que tienen cuentas en los bancos cada 1.000 habitantes. En el caso de Uruguay, hay 418 clientes con cuentas bancarias, por tanto,  menos de la mitad de los que deberían existir, según consideró. 

   
 
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  Martin Vallcorba