Encuentro de operadores penitenciarios
Abordan situación y reinserción social de mujeres
privadas de libertad
El sistema penitenciario nacional
registró al 31 de julio del año en curso 8.790 personas, de
las cuales 681 son mujeres privadas de libertad y 435 están
alojadas en la zona metropolitana. Según el ministro Bonomi,
el problema locativo de esta población mejorará con la
ampliación del Centro Nacional de Rehabilitación (CNR). Se
coincide en la necesidad de contemplar a niños y
adolescentes como víctimas secundarias del delito.
El Encuentro Nacional de Operadores
Penitenciarios que trabajan con Mujeres Privadas de
Libertad contó con la presencia del ministro del Interior,
Eduardo Bonomi, del Secretario General de la Junta Nacional
de Drogas, Milton Romani y del Director de la Dirección
Nacional de Asistencia y Seguridad Social Policial, Insp.
Mayor Horacio Zaugg.
Los destinatarios del evento, que se
desarrolla durante la presente jornada en dependencias de
la Secretaría de Estado, fueron los directores y asesores
de centros penitenciarios de todo el país, jefes de
reclusión de pabellones femeninos, asesores penitenciarios,
representantes del Departamento Ocupacional de la referida
Dirección, e integrantes de la Mesa Interinstitucional de
Mujeres Privadas de Libertad.
La asesora del ministro Bonomi en
Asuntos Penitenciarios, Gabriela Fulco, mencionó que al 31
de julio de 2010, el sistema penitenciario nacional
registraba 681 mujeres privadas de libertad en el universo
de 8.790 personas. De las 681 mujeres, 435 se encontraban
alojadas en la zona metropolitana. La capacidad del sistema
en la referida fecha era de 6.716 plazas.
Según el ministro Bonomi es poco lo que
se debe hacer en materia locativa debido a que la
ampliación prevista en el Centro Nacional de Rehabilitación
abarcará a la población carcelaria femenina de San José,
Canelones y Montevideo. Esto resolvería, en buena medida,
los problemas de hacinamiento de mujeres privadas de
libertad del área metropolitana. "Quedan 16 departamentos
donde las mujeres detenidas son muy pocas. Lo que se tiene
que hacer (en éstos) es muy poco desde el punto de vista
edilicio", aclaró.
Intervención social y psicológica
Fulco indicó que "el sistema
penitenciario ha sido construido históricamente a partir de
una lógica concebida desde las problemáticas y necesidades
de las personas de sexo masculino en correlación con una
delincuencia donde la participación de la mujer era
excepcional".
Se refirió a un relevamiento realizado
en 2009 "sobre la situación de los niños, no los que se
encuentran dentro de la cárcel, sino los que quedaron
afuera por la reclusión de sus madres. Esta población
infantil forma parte de las categorías de víctimas
secundarias del delito cuya situación nunca fue
contemplada. Se trata de niños, niñas y adolescentes
ignorados y olvidados carentes de toda forma de protección
social por parte del Estado y de la sociedad. Y de familias
que se desmembraron con el ingreso de la figura materna a
reclusión". Agregó que "en las primeras 24 horas de
reclusión de la madre observamos que, en algunos casos, se
otorgan tenencias provisorias o de hecho a familiares que,
hasta esa fecha, no habían tenido ningún tipo de contacto
con esos niños".
Para advertir la gravedad de la
situación, Fulco puso un ejemplo. "Se entrega una niña de
ocho años a su padre biológico que hace tres que no ve y
que nunca se interesó por ella. El padre biológico, además,
registra antecedentes de violencia familiar y alcoholismo.
A partir de ese momento no se sabe más nada de la situación
de esa niña que, además, fue separada de sus hermanos. El
repartido de los hermanos provoca un agregado de violencia
al cortarse el vínculo entre ellos".
La funcionaria se lamentó que "hasta la
fecha no hubo ninguna medida de intervención social y
psicológica para sostener la ruptura del duelo por el
alejamiento de la madre y la acomodación a la nueva
situación familiar".
"Algunos niños no verán más a la madre
durante el tiempo de reclusión", sentenció. Dijo que ello
se debe a razones económicas, por la imposibilidad de
quienes los albergan de disponer de tiempo para la visita
por razones laborales o de traslados; razones de conflicto
familiar, donde se busca castigar a la recluida, privándola
del contacto con sus hijos. También se producen situaciones
de burocratización y descoordinación entre servicios e
instituciones que hacen imposible sostener ese contacto.
Abusos antes de la prisión
Serrana Mesa es la coordinadora de la
Mesa de Trabajo sobre las Mujeres Privadas de Libertad, una
institución creada en 2006 a instancias del Ministerio del
Interior que favorece el diálogo entre las organizaciones
de la sociedad civil, del Estado y la Academia, para
defender los derechos de las mujeres privadas de libertad.
En un pasaje de su presentación, la
funcionaria manifestó que la cárcel puede aumentar las
desigualdades que preexisten entre hombres y mujeres. Citó
una publicación de la Oficina de Naciones Unidas contra la
Droga y el Delito, de 2008, llamada "Mujer y Prisión",
dirigida a personal que trabaja con mujeres privadas de
libertad y para quienes elaboran políticas en la materia.
Según Mesa, la publicación identifica un importante
porcentaje de mujeres víctimas de violencia doméstica,
abuso sexual y psicológico antes de la entrada a la
prisión, una alta necesidad de tratamiento
psiquiatra-psicológico, como así también de medicación
psiquiátrica. Las conclusiones advierten además, una mayor
probabilidad de que las mujeres privadas de libertad sean
responsables de sus hijos y familiares y otras personas
dependientes, necesidades de salud específicas, diferentes
a la de los hombres, y una estigmatización, victimización y
abandono de parte de sus familias.
El programa a desarrolla en el día de
hoy prevé el abordaje de: La administración penitenciaria
en el contexto de los Derechos Humanos, los procesos para
la reinserción social de las mujeres privadas de libertad y
la situación de estas mujeres, embarazadas o madres de
niños menores de edad, y de los niños en los
establecimientos penitenciarios. |