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11 de septiembre, 2010

El despertar de la vocación

Jóvenes con pasión por la aeronáutica vivieron desde dentro la experiencia militar
Son muchos los muchachos y muchachas que aún no definieron su vocación profesional y necesitan conocer de cerca lo que puede convertirse en su dedicación futura. Es por ello que la Escuela Militar de Aeronáutica convocó a interesados en la especialidad a experimentar dos jornadas en el centro de estudios, incluyendo clases, deportes, recreación, comidas, vuelos militares y disciplina. Los jóvenes nos contaron su experiencia.

La Escuela Militar de Aeronáutica ubicada en Pando (Ruta 101 Km 31.500) invitó a 10 jóvenes a participar de una experiencia de dos días en las instalaciones de este centro de estudios. El objetivo es que aquellos muchachos cuya pasión es la aeronáutica o se encuentren en la difícil búsqueda de su vocación, conozcan la propuesta de esta Escuela.

La convocatoria

"Sé cadete de la Fuerza Aérea por un día" es una iniciativa que se realiza desde hace tres años. Para ello se convocó a participar a jóvenes uruguayos de todo el país (hombres y mujeres) de entre 17 y 22 años, que estén cursando o hayan egresado de 3er. año de Bachillerato Diversificado.

Se presentaron 120 personas, pero se utilizó la modalidad de sorteo para seleccionar a los diez beneficiados. Los ganadores fueron siete varones y tres damas (cinco de la capital y cinco del interior).

Las actividades se realizaron los días 6 y 7 de setiembre e incluían todas las tareas habituales de un cadete: vuelo en avión militar, deportes, instrucción militar, clases curriculares, comidas, actividades de recreación, una visita guiada a todas las instalaciones del Instituto y pernocte.

Los muchachos y muchachas fueron recibidos por el Director de la Escuela, Hugo Marenco, y demás autoridades para realizar las consultas que desearan y comentar las experiencias vividas.

A lo largo de las jornadas también estuvieron presentes el Jefe de Relaciones Públicas de la Fuerza Aérea, Mariano Rodrigo, y el Jefe de Estudios, Leonardo Blengini, entre otros.

Una carrera diferente

El Jefe de Estudios, Leonardo Blengini, dijo que se apuesta a acercar a la juventud a una profesión diferente, con poca difusión.

Se procura que convivan con los cadetes, conozcan su día a día, las rutinas y sacarle el mito instalado sobre la carrera, considerada como inaccesible.

La Escuela supone cuatro años de estudio cursado y actualmente cuenta con 84 cadetes divididos en los cuatro años.

Existe un egreso promedio de unos 20 Alféreces que es el grado inicial de la carrera de Oficial. Año a año se postulan entre 100 y 120 para obtener entre 30 o 35 cupos y que les permita acceder al título de Oficial de la Fuerza Aérea Uruguaya.

Quienes egresan lo hacen en el Escalafón A (Aviadores y Navegantes).

Las funciones son varias, teniendo en cuenta que como piloto aviador o como navegante se tienen que desempeñar en los escuadrones de vuelo o en aquellas actividades que pueden ser radares, seguridad aérea u otras tareas que la Fuerza estipule.

En la academia se utiliza para dar instrucción la aeronave Aeromacchi T260, donde se desarrollan todas las fases que el alumno debe cumplir para egresar como un piloto completo, esto va desde el conocimiento básico del avión hasta instrumentos.

Deslumbrados con la experiencia

Entre las actividades, la que más impactó a los jóvenes fue el vuelo en una aeronave del Escuadrón Aéreo Nº 7, un Cessna 206. El mismo consistió en un reconocimiento de los sectores de vuelo de la Escuela. Pudieron apreciar desde el aire lo que muchas veces sólo se ve desde la carretera, ya que volaron hasta el balneario de Atlántida. Esto incluye ver la zona general de vuelo, dar una vuelta de pista y conocer las instalaciones desde arriba.

Conversando con los muchachos y muchachas se podía ver lo impactados que estaban con la experiencia y las ganas que les surgían de inscribirse para una próxima apertura de cursos.

Wendy Rodríguez (18 años); Mathías Ottón (18 años) y Pablo Ciocca (18 años) fueron algunos de los beneficiados con esta iniciativa de la Fuerza Aérea.

Pablo dijo que lo que procura es cumplir un sueño, dado que desde pequeño le apasionan los aviones.

Wendy reconoció que siempre quiso realizar la carrera militar.

Mathías relató lo que fueron sus dos días en la Escuela, donde participaron del protocolo, las instalaciones, las clases prácticas y teóricas y el tan ansiado vuelo.

Los jóvenes creían que sería más dura la experiencia, pero percibieron un agradable ambiente familiar.

De todas formas coincidieron en que la exigencia física es alta, pese a que ellos sólo fueron observadores.

"El que quiera entrar que no se sienta menos, que no crea que no podrá lograrlo, es una experiencia muy linda, muy disfrutable", dijo uno de los muchachos.

Mathías, quien vive a un kilómetro de la Escuela, reconoció que residir cerca fue motivante y lo ayudó a tomar la decisión, teniendo en cuenta además que tiene a su familia cerca.

En los tres casos, ya sea mediante la noticia en un informativo o a través de la web de la Fuerza, se enteraron de la oportunidad y no dudaron en inscribirse.

Tampoco dudan en que esta es su vocación, solo confían en poder superar las pruebas exigidas al ingreso.

Una segunda oportunidad

Las autoridades de la Escuela decidieron que aquellos jóvenes que se inscribieron pero no tuvieron la posibilidad de vivir esta experiencia, podrán participar de una jornada de iguales características pero sin pernoctar en el centro de estudios.

Es por ello que los recibirán durante los meses de setiembre y octubre en grupos de 20 y 30 personas.

   
 
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