Trinidad Ladrón de Guevara: “la irremplazable”
La historia de la mujer que brilló sobre las tablas en
su juventud, protagonizó amores escandalosos y murió en el
olvido
La actriz uruguaya Trinidad Guevara fue
la primera figura que encandiló con luz propia en la
historia del teatro del Río de la Plata. Su talento provocó
versos encendidos: "Miel, ardor y muerte tu labio derrama.
Quien te oye y no te ama, corazón no ha...". Fue amante de
Manuel Oribe, el padre de su primer hijo. Madre soltera,
seductora y díscola, su potente carisma llega hasta hoy
gracias a los múltiples narradores encendidos por su
capacidad.
El 11 de mayo de 1798 nace Trinidad Guevara, en la
primera edificación de la villa más antigua del Uruguay: la
Casa de los Marfetán en Santo Domingo de Soriano. Allí se
vinculará con los actores de su villa natal, pero es a
partir de su traslado a Montevideo que desarrolló el
comienzo de una carrera que la colocaría en un lugar
fundacional en el arte escénico rioplatense.
A los 13 años comienza sus labores como actriz
secundaria en la Casa de Comedias de Montevideo, bajo la
dirección de Bartolomé Hidalgo. A los 17 años obtiene su
primer papel protagónico. Según los relatos de época,
recogidos por Ariel Mastandrea, su talento descollaba en
géneros tan diversos como el drama, el sainete o la danza.
El brillo para destacarse sobre las tablas va de la mano
con su temple, pues en aquella sociedad montevideana, de
valores encorsetados, Guevara decide vivir en soledad, en
la casa confiscada por el gobierno revolucionario que
pertenecía a Vicente Cal y que será la sede del primer
escándalo de su vida.
El Coronel Manuel Oribe era un militar criollo, de
familia patricia y con fuertes valores hispánicos. Fue su
pareja y su romance no pasó desapercibido. La alta sociedad
montevideana observó con escándalo el nacimiento de
Carolina Martina, el 21 de febrero de 1816, fruto del
amorío que nunca consumó en matrimonio. El padrino de la
niña fue Gabriel Antonio Pereira, quien apenas tenía cuatro
años más que la madre (ese 17 de marzo cumpliría 20 años).
Era el Ayudante Mayor del General Artigas y más tarde sería
firmante de la Declaratoria de la Independencia y
posteriormente, entre 1856 y 1860, Presidente de la
República.
Buenos Aires y el Teatro Coliseo
"Miel, ardor y muerte tu labio derrama. Quien te oye y
no te ama, corazón no ha...". Estos versos pertenecen a
Juan Cruz Varela y son del año 1821. Forman parte de la
fervorosa adhesión que el público en Buenos Aires le
tributó, pues trabajó en el Teatro Coliseo desde su
llegada, el 7 de octubre de 1817. Si bien ella viajó con su
pareja y padre de su niña, Manuel Oribe, la relación se
quebró al poco tiempo. Por lo tanto, ella permaneció sola
en la capital del Virreinato, con una hija, a los 19 años
de edad.
Su permanencia no pasó desapercibida en el mundo del
espectáculo de aquella capital virreinal. Sufrió una
campaña de injurias provocada por un sector del público
escandalizado por su vida y su revolucionaria forma de ver
el teatro.
Desde las páginas de "El Despertador Teofilantrópico
Místicopolítico", su editor, el padre Castañeda, desplegaba
todo tipo de adjetivos negativos para la labor de Guevara.
Su disputa con una actriz de mejor reputación pero de
aptitudes toscas casi la deja fuera de las tablas, gracias
a la encendida defensa del recato y las buenas costumbres
que lideró El Despertador. Sin embargo, el público no dejó
de ovacionarla y triunfó su trabajo teatral, lo que despejó
las dudas sobre quién era la primera figura del teatro del
Río de la Plata.
El trabajo en las Provincias Unidas era escaso debido a
las guerras intestinas. Esto llevó a la Guevara hacia
nuevos rumbos. A su paso caían los aplausos del público de
Montevideo, Córdoba, Mendoza, y todo Chile. Asombra el
valor de una compañía de teatro que, al pié de la
cordillera de los Andes, cruzaba esa cadena montañosa para
encontrar no solo un aplauso cálido, sino también por un
espacio para trabajar y ganarse el sustento, entre el
fragor de aquella tierra purpúrea, tal como lo afirma Ángel
Curotto. Trinidad Guevara lo hizo, como líder de aquella
compañía teatral y en procura de los ingresos necesarios
para mantener a sus tres hijos. En total, la Guevara fue
madre de siete hijos.
Luego de los cañones de la Guerra Grande, el olvido
Trinidad Guevara visitó la Casa de Comedias de
Montevideo en tres ocasiones, mientras los muros colorados
de Montevideo resistían el embate blanco de la Guerra
Grande. Lo hizo en 1842, 1844 y 1848. En la Capital de
aquel Estado Oriental del Uruguay, se encontraba la mujer
más importante de la cultura rioplatense. Del otro lado, el
Presidente Manuel Oribe, su ex amante, atacaba los muros
con encono, comandando las tropas de las provincias con
mano firme. Un dato curioso: durante la última visita,
entre marzo y julio de 1848, se constataron los mayores
bombardeos en los 13 años de conflicto.
La edad hizo mella en su añosa carrera. Luego de 46 años
sobre las tablas, Trinidad Guevara muere en casa de su hija
Laurentina, un 24 de junio de 1874. Ella, que protagonizó
escandalosas pasiones, que mantuvo en vilo a una sociedad
joven y revolucionaria, la diva del Buenos Aires de la
Revolución de Mayo, murió sin menciones en los diarios.
Basado en el trabajo del investigador Ariel Mastandea,
publicado en:
http://www.portaluruguaycultural.gub.uy/2009/12/trinidad-ladron-de-guevara/ |