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21 de septiembre, 2010

La Xirgu

"El Teatro antes que la vida"
El teatro universal tiene en Margarita Xirgu a una de sus actrices más imponentes. Federico García Lorca le dedicó su "Mariana Pineda" de 1927. Desde el arte peleó a favor de la República Española, hasta que una gira la separó de su Barcelona natal definitivamente. En Uruguay, fundó la Escuela Municipal de Arte Dramático de Montevideo. Una mujer pasional y disciplinada que adoptó al Uruguay como su segunda patria.

Una "hija predilecta de Barcelona" expulsada por el franquismo.

Margarita Xirgu nació en Molins de Rei, Cataluña, un 18 de julio de 1888. Se vinculó al teatro desde niña, a través de grupos artísticos de aficionados. Su vida profesional comenzó con la compañía de Josep Santpere. Con 22 años asumió la fundación de su propia compañía teatral, en 1910. Estaba acostumbrada a las responsabilidades, pues fue la jefa de su hogar desde 1907, luego de la muerte de su padre. Ya en 1914, la Xirgu contaba con prestigio entre sus pares catalanes, lo que permitió el viaje hacia Madrid, la capital española.

Allí conoció al poeta y dramaturgo Federico García Lorca (1898 – 1936). Su colaboración fue tan estrecha que el poeta granadino estrenó sus obras más importantes con la compañía de teatro de la Xirgu. Su pieza dramática "Mariana Pineda" está dedicada a la catalana: "A la gran actriz, Margarita Xirgu". La compañía teatral estrenó aquella obra con escenografía y vestuario del artista Salvador Dalí.

Este período en el cual la juventud y la audacia colocaron a la Xirgu en el sitial más destacado del teatro de su tiempo sirvió para reformular el teatro clásico español. También pasaron por sus manos las obras modernas de García Lorca, Valle Inclán y Buero Vallejo, los tres dramaturgos claves del Siglo XX español.

Se entera del triunfo franquista en América Latina, embarcada en su cuarta gira gracias a la cual la instaló como figura estelar de las tablas en el continente y a García Lorca, como el gran dramaturgo español que conocemos, en 1939. La dictadura española confisca sus bienes y la declara exiliada política, al año siguiente.

Uruguay, su segundo hogar

Luego de aquella decisión política, vive en Argentina, Chile y Uruguay durante los primeros años de la década del cuarenta. Una interpretación suya de "El malentendido" de Albert Camús provoca su expulsión de Argentina. Justino Zavala Muniz convenció a la Xirgu para que se instale en Montevideo. Bajo su dirección, trabajó durante ocho años en la Escuela Municipal de Arte Dramático, que hoy lleva su nombre. Ya en 1950, Margarita Xirgu dirige la Comedia Nacional en la puesta de "La Celestina".

Aquel trabajo constante con las primeras generaciones de actores de la EMAD y junto a la Comedia Nacional sirvió para repasar a los grandes clásicos del Siglo de Oro español y a los autores que con tanto cariño difundió la Xirgu, como las piezas de su amigo García Lorca. Por ejemplo, una gira por el interior del país la llevó al parque Solari de Salto. Ahí recitó unos versos de García Lorca al pié de su monumento, que se encuentra a orillas del río Uruguay. Lo hizo con tanto talento que, a la mañana siguiente, el lugar amaneció cubierto de flores, porque algunos transeúntes realmente creían que ella había enterrado un hijo.

En 1957 renunció a su cargo público, pero su vinculación con el teatro oficial prosiguió años más tarde. Adoptó al Uruguay como su tierra y se instaló en Punta Ballena, Maldonado. A pesar de las recomendaciones médicas, la Xirgu estrenó "Yerma" en los Estados Unidos, con 80 años de edad, pues fue siempre fiel a su lema "el Teatro antes que la vida" o "al ensayo hay que faltar sólo con el certificado de defunción". Su fama de mujer exigente, disciplinada, ética y apasionada la acompañó hasta el día de su muerte, un 25 de abril de 1969. La democracia española y en especial la catalana repatriaron sus restos en 1988, al cumplirse los cien años de su nacimiento. La crítica no duda en destacar su trabajo como uno de los más importante entre las actrices dramáticas de todos los tiempos.

   
 
  Margarita Xirgú lee poema llamado Antonio López Heredia (1933)