En la
órbita del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento
Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA), se creó la
Comisión de Calidad y Tecnologías Innovadoras en la que
participan la Facultad de Arquitectura de la UDELAR, el
Instituto de Enseñanza de la Construcción de la UTU, el
Departamento de Proyectos Forestales del LATU y
representantes de la Agencia Nacional de Vivienda.
El
cuerpo tiene el objetivo de elaborar documentos que
permitan, cuando la cartera organiza llamados para la
construcción de viviendas, evaluar sistemas
constructivos no tradicionales o alternativos. “En esta
instancia nos hemos focalizado en sistemas que utilicen
la madera y productos derivados”, apuntó la coordinadora
de la Comisión, Laura Moya. “Tenemos fijado en el corto
plazo, elaborar un protocolo provisorio para permitir
que esos sistemas puedan ser considerados cuando se
realicen los llamados del MVOTMA”, agregó la asesora de
la ministra Graciela Muslera, en tecnologías
alternativas para la construcción de viviendas.
Moya
expresó que el Ministerio está particularmente
interesado en estimular los sistemas constructivos no
tradicionales, esto es sistemas que utilicen en forma
intensiva materiales que hasta el momento fueron
parcialmente empleados en arquitectura y construcción
nacional. En ese marco la utilización sistemática e
intensiva de la madera con fines estructurales
constituye una tecnología innovadora para nuestro medio.
La
arquitecta recordó que la secretaría de Estado tiene
entre sus cometidos, facilitar el acceso y la
permanencia de toda la población a la vivienda. También
definió que era prioritaria la incorporación de
tecnologías alternativas en la producción de viviendas
y, en particular, las que empleen madera.
No
obstante, Moya advirtió que “hasta el momento el MVOTMA
no tiene forma de evaluar este tipo de sistemas. En los
programas referidos a la vivienda, por ejemplo en el de
cooperativas, los sistemas que avala en la actualidad
son los tradicionales, es decir aquéllos que utilizan
mampostería y hormigón armado, y desestima los sistemas
alternativos. Al tratarse de sistemas constructivos
nuevos para nuestro país, se carece de un protocolo de
evaluación, lo que se procura revertir.
La
entrevistada manifestó además, que el Gabinete
Productivo ha definido como prioritario el desarrollo de
la cadena productiva de la madera, esto es, desde la
fase forestal hasta la producción de viviendas.
Siglos de vida útil
En
Uruguay, en 1987 se aprobó la Ley Forestal Nº 15.939 que
impulsó las plantaciones de los géneros de eucaliptos
(Eucalyptus) y pinos (Pinus). En el primer
caso se priorizaron las especies E. glóbulus para
producción de pulpa de celulosa y E. grandis para
pulpa y madera estructural, y en el segundo, las
especies P. elliottii y P. taeda para obtener
madera estructural.
“Veintitrés años después contamos con madera
proveniente de bosques implantados, producida localmente
y de calidad apta para uso estructural. Tenemos un
recurso maderero renovable que está siendo
desaprovechado a nivel local”, observó.
Al
referirse a la madera y los productos de ingeniería de
madera como materiales de construcción, citó el caso de
los paneles contrachapados de los cuales hay dos
empresas instaladas en Tacuarembó. Un alto porcentaje de
la producción de estas empresas se destina a la
exportación. La demanda en el mercado interno es baja
debido, entre otras razones, a que en nuestro país no
existe cultura de construcción con madera. La
construcción tradicional de los principales aludes
inmigratorios priorizaba la utilización de mampostería y
hormigón, lo que continúa hasta el día de hoy. Además,
existen prejuicios que impiden la adopción de la madera
como material estructural. “Hay prejuicios a todos los
niveles: no sólo el usuario prefiere una ‘casa de
material’, .y asocia la vivienda de madera como vivienda
transitoria, precaria, de mala calidad. También los
profesionales y técnicos del ramo son renuentes al uso
intensivo de ese recurso en arquitectura y construcción
debido al desconocimiento del material.
En ese
sentido, consideró que aún “hay un largo camino por
recorrer en cuanto a investigación, desarrollo de
tecnologías y productos de madera, capacitación y
formación de recursos humanos”. La entrevistada afirmó
que a nivel mundial la madera y los productos de
ingeniería de madera constituyen los principales
materiales de la construcción de viviendas. En Estados
Unidos y Canadá el 90% de las construcciones con destino
residencial se realiza con madera.
Además
de los aspectos estéticos y de confort visual, Moya
destacó que la madera es un excelente aislante térmico,
y acústico. La durabilidad es uno de los principales
factores cuestionadores de la viabilidad del uso de la
madera en construcción. Éste es un material que puede
ser atacado por hongos, insectos xilófagos, etc.
Aunque, “si se toman medidas preventivas desde la etapa
del diseño arquitectónico, tales como protegerla de los
insectos destructores e impedir su contacto con la
humedad, una construcción de madera puede tener una vida
útil de siglos, tal como se puede apreciar en ejemplos
que existen en Europa, China, Japón y Estados Unidos”,
aseguró.
Moya
adelantó que en la Comisión de Calidad y Tecnologías
Innovadoras “estamos estudiando también los costos de
producción de viviendas y su posible reducción con la
incorporación de nuevas tecnologías, sin que ello
implique una disminución de los estándares de calidad de
la vivienda actual. En general, los sistemas
constructivos no tradicionales (incluyendo aquellos que
emplean madera) están asociados a altos procesos de
prefabricación e industrialización. Si pensamos en el
plazo que insume la construcción de una vivienda de 50 a
60 metros cuadrados con un sistema tradicional es, en
general, de varios meses, y que ese plazo se reduce a
semanas cuando se emplea un sistema de construcción
alternativo que emplee madera, incide, a su vez, en el
costo final de la vivienda".
A modo
de síntesis, Moya manifestó que desde su punto de vista
“estamos pasando por un momento de grandes desafíos pero
también de grandes oportunidades, en especial si tenemos
en cuenta el contexto internacional. Los países
tradicionalmente consumidores de madera y productos de
ingeniería de madera, redujeron en forma significativa
su demanda debido a la crisis económica internacional
que afectó la industria de la construcción. En este
contexto, las empresas productoras de madera y derivados
radicadas en nuestro país, se están interesando cada vez
más en el mercado interno. Entonces, tenemos el recurso,
parte de la tecnología, y además el Gobierno Nacional
está tomando medidas para promover el uso intensivo de
la madera en arquitectura y construcción”.