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20 de octubre, 2010

Compromiso, confianza y diálogo

José Bonilla asumió en austera ceremonia al frente del Estado Mayor de la Defensa
El general Bonilla apuntó a la concreción de un futuro que llevará al instituto militar hacia un desarrollo signado por la eficiencia, el profesionalismo y el servicio a los objetivos políticos de todos los orientales, según dijo, en un marco de unión nacional. El ministro Rosadilla aseveró que antes del 1o. de noviembre de 2011 se presentará a la sociedad uruguaya un proyecto que propondrá qué Fuerzas Armadas se quiere tener.

El Presidente de la República, José Mujica, asistió al acto de imposición del Jefe de Estado Mayor de la Defensa (ESMADE),  Gral. José Bonilla, que se realizó ante una nutrida concurrencia en el Ministerio de Defensa Nacional. También asistieron el titular de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Chediak; los ministros de Defensa Nacional, Luis Rosadilla; de Industria, Energía y Minería, Ernesto Kreimerman; de Turismo y Deporte, Héctor Lescano; legisladores e integrantes de las comisiones de Defensa de ambas cámaras parlamentarias y los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, entre otros.    

Al inicio de su discurso, el ministro Rosadilla reconoció que “coincidimos con el general Bonilla en que ésta debía ser una ceremonia austera. Si será austera –ejemplificó- que al día de hoy no tenemos despacho para el jefe de la ESMADE. Estamos buscando un lugar donde pueda ir tomando sus primeras decisiones”.

El jerarca sostuvo que la imposición en el cargo, “es solo un escalón en un camino que vamos a recorrerlo todos los uruguayos. Mejorar nuestra capacidad de defensa y hacer muchos más eficientes nuestros gastos en la materia. Unir más profundamente a todos los actores de la Defensa, es decir, a todos los uruguayos que, como bien dice la Ley, es un derecho y una obligación de todos los habitantes del país”.

En otro tramo de su alocución, el ministro Rosadilla se comprometió a que “no más allá  del 1o. de noviembre de 2011, con el trabajo que se lleve adelante en el ESMADE, podamos entregarle a la sociedad uruguaya a través del sistema político, un proyecto que habrá que discutir, articular y mejorar o rechazar si no convence. Una propuesta que nos diga a los uruguayos qué Fuerzas Armadas queremos tener. Cuál debe ser su formación, organización, armamento, doctrina, empleo, tareas y despliegue”.

Más adelante, se refirió a un tema que ya ha sido abordado por las autoridades ministeriales: la reducción de las Fuerzas Armadas. “En mi opinión, seguramente vamos a ir hacia alguna reducción”, indicó. Y añadió que “no me apuren en decirles cuándo, porque primero nuestro país tiene que decir qué espera de ellas, qué tareas quiere que cumpla, para qué las quiere emplear y qué capacidades deben tener. A partir de entender claramente esa demanda,   -razonó- de comprender qué está esperando la sociedad de sus Fuerzas Armadas es que podremos responder qué Fuerzas Armadas necesitamos para cumplir con esta demanda”.      

Adaptación a las transformaciones

Acto seguido, el general Bonilla expresó que “el liderazgo político, su legítimo conductor y representante del pueblo uruguayo (en alusión al presidente Mujica)  inspirado en la idea de profundizar las relaciones político-militares ha decidido dar los pasos necesarios para reformular la organización del Ministerio de Defensa Nacional dotándolo de una organización moderna para el asesoramiento militar, formulación doctrinaria y mando de operaciones conjuntas y combinadas”.

El ex comandante de la Fuerza Aérea añadió que “no debemos ni deseamos visualizar esta etapa como un final en sí mismo. Al contrario, vemos este hecho como el comienzo de un futuro que llevará el instrumento militar de la República hacia un desarrollo signado por la eficiencia, el profesionalismo y el servicio a los objetivos políticos de todos los orientales en un marco de unión nacional. Ante la nueva tarea, el compromiso es aprender y esforzarnos en hacer, convencidos de que el fruto que dejaremos no será cosechado por nosotros y deberá ser el mejor, el más honesto. Que siga la visión política-estratégica del señor presidente de la República ejerciendo el mando superior, respondiendo así a la confianza de depositar en nuestras manos la responsabilidad de dirigir este equipo de trabajo”.

Durante su oratoria, el alto jerarca militar confió en que asumía su responsabilidad con compromiso, confianza y abierto al diálogo. “Comienzo esta etapa con el convencimiento del éxito depositado en el recurso más preciado que contamos: nuestra gente. Partiendo del concepto de que las Fuerzas Armadas deben satisfacer las necesidades y expectativas de la sociedad que las sustenta, debe considerarse un cambio organizacional. Este se define como la capacidad de adaptación a las diferentes transformaciones que ha sufrido el ambiente estratégico en el que se desempeña. Deben experimentar, por tanto, el conjunto de variaciones de orden estructural que se traducirán en un nuevo comportamiento institucional que nuestro pueblo y sus legítimos representantes exige, quiere y espera”.   

   
 
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