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30 de octubre, 2010

Pioneros en Sudamérica

Centro Tiburcio Cachón brinda clases de esgrima a no videntes como forma de rehabilitación
El Centro Tiburcio Cachón lleva adelante un proyecto piloto que consiste en la práctica de esgrima como parte del proceso de rehabilitación de personas con ceguera total y de baja visión. Este proyecto es único a nivel de América del Sur y se basa en la experiencia que obtuvo la instructora en orientación y movilidad de este centro, María Goldstein, en el Carroll Center for the Blind, de Massachusetts, Estados Unidos.

El Centro de Rehabilitación para personas ciegas y de baja visión Tiburcio Cachón  depende actualmente del MIDES, pero trabaja hace 48 años en Uruguay, desarrollando actividades gratuitas para personas con discapacidad visual que incluyen rehabilitación en orientación y movilidad, capacitación en braille, inglés, apoyo a estudiantes, entre otras acciones. Dentro del programa de orientación y movilidad, se realizan clases de esgrima en un proyecto que hoy tiene carácter piloto pero que se espera consolidar y formalizar como un apoyo más hacia la rehabilitación. En este marco, se realizó una presentación de este proyecto piloto, la cual contó con la presencia de la Ministra de Desarrollo Social, Ana Vignoli.

La instructora en orientación y  movilidad del Centro Tiburcio Cachón, María Goldstein, se capacitó durante ocho años en el Carroll Center for the Blind, en Newton, Massachusetts, donde conoció la técnica de rehabilitación a través del esgrima ya que este deporte tiene muchas conexiones con el uso del bastón.

Las clases de esgrima las imparte Franco De Caria, quien en forma honoraria se sumó a esta propuesta y que significó un desafío hasta para él mismo, puesto que nunca había enseñado esta disciplina a personas ciegas. En el centro practican este deporte unas ocho personas –de 30 a 50 años de edad- y se espera continuar ampliando a nuevos grupos ya que la esgrima ofrece ventajas para la rehabilitación y es un deporte para practicar a cualquier edad.

De Caria explicó que a través de la práctica de la esgrima las personas adquieren más seguridad, independencia y sobre la base del conocimiento y la práctica, aumentan la confianza en el resto de las actividades de la vida cotidiana. Este deporte se caracteriza por desarrollar el autocontrol en las personas y la toma rápida de decisiones. Al mismo tiempo, trabaja sobre el equilibrio y la coordinación del cuerpo, tanto para las personas videntes como las no videntes.

Una práctica para tener más libertad y confianza

Marisol es una joven con ceguera total que practica esgrima en el Centro Tiburcio Cachón. Reconoció que al principio le llamó la atención el hecho de que este deporte se practicara con espadas y que fue la curiosidad lo que la convenció de incorporarse al grupo. Define a la esgrima como un deporte que requiere de mucha concentración, estrategia, astucia y que brinda libertad. Este deporte le ayuda a tener más confianza en sí misma, mayor soltura y movilidad.

El primer día de práctica se caracterizó por el temor natural a lo desconocido, a lastimar a la otra persona, explica Marisol. “Cuando nos pusimos las máscaras nos dimos cuenta que si le pegábamos no iba a pasar nada”, señaló y aclaró que las personas ciegas suelen sentirse mal cuando, sin querer, se tropiezan con algo o alguien en la calle. En esgrima la idea es, precisamente, tener que enfrentarse al otro, como algo natural y el desafío es poder disfrutarlo como un juego.

   
 
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