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15 de noviembre, 2010

Resultados medibles

Gobierno profundiza política antitabaco integrada a la promoción de hábitos saludables
La consistencia y la integralidad de la política antitabaco de este gobierno se basa en siete pilares estructurales entre los que se destaca la prohibición de publicidad así como de fumar en lugares públicos y la aplicación de una política fiscal que repercuta en el costo relativo de la adicción. El Ministro Olesker argumentó que la didáctica aplicada a la educación y la comunicación es clave en la lucha contra el consumo.

El Ministro de Salud Pública, Daniel Olesker, participó de la Cuarta Reunión de la Conferencia de las Partes en el Convenio Marco para el Control del Tabaco (OMS), donde se refirió a la continuidad de una política de control del tabaco iniciada en 2005. Reconoció la labor de la anterior administración y aseguró que fue viable gracias a la voluntad política de todos los partidos. Esto se vio reflejado en un consenso nacional basado en que los hábitos saludables sean el centro de las políticas de salud.

Esta iniciativa se enmarca en una reforma profunda del sistema de salud ya consolidada que cuenta con el apoyo de la opinión pública. “El 80% de los problemas de salud no se resuelven en el sistema sanitario sino mediante un cambio de los hábitos de vida, atacando el consumo, el sedentarismo y la falta de controles”, argumentó. En este sentido, la política antitabaco es una herramienta central, por sus implicancias en las principales causas de morbi-mortalidad que tiene nuestro país y el mundo todo.

Olesker recordó que Uruguay fue una de las primeras naciones que ratificó el convenio marco y se transformó en un país libre de humo de tabaco, el primero de las Américas.

En cuanto a la política, el Ministro destacó tres elementos fundamentales: consistencia, indicadores medibles y marco legal de largo plazo sustentable. Asimismo, explicó que se asienta en seis pilares estratégicos de las políticas de salud contenidos en la Ley: 1) Ambientes 100% libres de humo de tabaco; 2) procesos de fiscalización de la norma; 3) advertencias sanitarias; 4) prohibición amplia de publicidad; 5) incorporación del diagnóstico y tratamiento de la dependencia del tabaco en el primer nivel de atención; 6) prohibición de términos, marcas o signos que crean la falsa impresión de que determinados productos de tabaco son menos nocivos que otros.

Olesker definió como un séptimo punto lo que tiene que ver con la política fiscal (impuestos) que repercute en el precio y encarece el costo relativo de la adicción en términos de consumo familiar. Esta modalidad muy efectiva tiene sus riesgos cuando se enfrentan enemigos de talla y poder económico. “La política fiscal es un complemento indispensable, en cuya línea se continuará”, aclaró el Ministro. 

Una política de control de tabaco tiene aspectos de mercado donde hay que ingresar, así como aspectos de regulación y prohibiciones y de promoción y prevención de salud. Los resultados se verán en el tiempo, pero se cuenta con varios estudios como la Encuesta del Consumo de Tabaco que muestra una reducción de la prevalencia de un 25% en los últimos tres años; una baja del impacto sobre las enfermedades cardíacas (la prevalencia a infartos de miocardio se redujo 17%) y una disminución de más del 90% de la presencia de partículas menores de 2.5 micras en el aire.

El éxito de esta política está en los aspectos de educación y comunicación. La clave está en la didáctica para mostrar los efectos nocivos de esta adicción. 

Olesker recordó que hace un mes comparecieron ante el Parlamento donde comprometieron y recibieron el respaldo de todos los partidos con representación parlamentaria para enviar una nueva Ley de profundización de la lucha contra el tabaco. Se aspira a incorporar con rango de Ley medidas vinculadas al control; incorporar en la currícula de Primaria y Secundaria el tratamiento de los impactos negativos del consumo de sustancias adictivas legales e ilegales y promover un llamado a la responsabilidad social de los medios de comunicación para que den mensajes sobre hábitos saludables de vida e impactos negativos del consumo.

“El resultado de esta política se medirá en cuánta gente deje de fumar y en la reducción de enfermedades provocadas por el consumo, así como en el número de partículas en la atmósfera. Pero la medición fundamental, de mediano y largo plazo, es que cada vez menos jóvenes comiencen a fumar y llegue un tiempo generacional  en que ya no haya fumadores en el país”, argumentó Olesker.

   
 
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  Daniel Olesker