Ministros en Congreso de la Carne
Acelerar vínculo entre innovación y producción es clave
para colocar al país en el mundo
El ministro de Ganadería Tabaré Aguerre
y el ministro de Industria Roberto Kreimerman,
expusieron la visión que las políticas públicas
sostienen sobre la cadena de la carne, en el marco del
Congreso de Producción, Industrialización y
Comercialización de la Carne “Del campo al plato”. Ambos
secretarios de Estado marcaron la necesidad de
institucionalizar los alcances de la innovación en la
matriz productiva.
Esta tarde cerró el 6º
Congreso de Producción, Industrialización y
Comercialización de la Carne en el stand Los Robles del
LATU. Los representantes de la cadena cárnica debatieron
durante dos días sobre los desafíos y las posibilidades
del sector. Con ellos, Tabaré Aguerre y Roberto
Kreimerman desplegaron la visión del rubro cárnico en el
esquema de las políticas públicas, con una serie de
puntualizaciones importantes para posicionar a Uruguay
en los mercados internacionales.
La posición del
país en materia exportadora nos coloca en el lugar seis
dentro del ranking de países vendedores de productos
bovinos, sexto en materia de arroz, séptimo en soja y
octavo en bovinos. Posteriormente, el ministro de
Ganadería concluyó que Uruguay es una economía de base
agrícola, pues se incrementó el porcentaje de
exportaciones basadas en recursos naturales: en 1985 fue
del 55% y en 2007 del 77%.
Aguerre comparó el
proceso productivo de la ganadería con relación a otros
sectores y apuntó que la producción del año 2009 se mide
en los 2.136.000 animales faenados, 159 mil animales
exportados en pié y 108 mil toneladas de ración
promedio; sobre una productividad superior a los 90
kilogramos de carne por hectárea. Estos altos guarismos
transitan en un tiempo donde la tierra dedicada a la
carne bajó y los granos están en su máximo histórico
tanto en producción como en hectáreas cultivadas,
agregó.
Lo que llamó como
“año meta” incluye la faena de 2.675.000 animales, 150
mil animales exportados en pié y 324 mil toneladas de
ración. Para alcanzar esta cifra, Aguerre consideró que
el factor clave es agregar valor e inteligencia a todos
los eslabones de la cadena, con la incorporación de
tecnología y nuevas formas de pensar y gestionar los
procesos.
Luego se detuvo en
la construcción de capacidades colectivas, como la
trazabilidad; en la diferenciación de los productos
exportados; en la vigilancia de la sanidad animal y en
una institucionalidad ampliada y coordinada. Pero
fundamentalmente, enfatizó que un país sin integración
social ni políticas enfocadas a la capacitación
permanente no podrá ser un país orientado a la
producción.
Por su parte, el
ministro de Industria, Energía y Minería, Roberto
Kreimerman, analizó los aspectos que tienen que ver con
la segmentación de los mercados y las cadenas de valor,
dos conceptos que subrayó porque las considera como
oportunidades importantes para nuestro país.
Kreimerman dijo que
en el mundo se discute hoy el modo en el cual las
cadenas de valor se piensan a sí mismas en cuanto a
sustentabilidad y equidad a lo largo de las mismas. La
planificación a largo plazo es capaz de determinar qué
sectores crecerán y aumentarán su valor con éxito,
consideró.
Compartió la
posición de Aguerre y dijo que la institucionalización
es necesaria para coordinar a los distintos actores de
la ciencia y los negocios. El objetivo de esta propuesta
es que el desarrollo científico se transforme en
ventajas comerciales, explicó.
Para el sector de
la carne, propuso la formulación de un modelo
público-privado ágil que busque la información de las
tendencias del mercado y que lo transforme en un valor
para toda la cadena. La capacidad de coordinación ágil
es la clave para disminuir el tiempo en que se
implementa la innovación en la producción, que siempre
está en constante cambio, apuntó.
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