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24 de noviembre, 2010

Ministros en Congreso de la Carne

Acelerar vínculo entre innovación y producción es clave para colocar al país en el mundo 
El ministro de Ganadería Tabaré Aguerre y el ministro de Industria Roberto Kreimerman, expusieron la visión que las políticas públicas sostienen sobre la cadena de la carne, en el marco del Congreso de Producción, Industrialización y Comercialización de la Carne “Del campo al plato”. Ambos secretarios de Estado marcaron la necesidad de institucionalizar los alcances de la innovación en la matriz productiva.

Esta tarde cerró el 6º Congreso de Producción, Industrialización y Comercialización de la Carne en el stand Los Robles del LATU. Los representantes de la cadena cárnica debatieron durante dos días sobre los desafíos y las posibilidades del sector. Con ellos, Tabaré Aguerre y Roberto Kreimerman desplegaron la visión del rubro cárnico en el esquema de las políticas públicas, con una serie de puntualizaciones importantes para posicionar a Uruguay en los mercados internacionales.

La posición del país en materia exportadora nos coloca en el lugar seis dentro del ranking de países vendedores de productos bovinos, sexto en materia de arroz, séptimo en soja y octavo en bovinos. Posteriormente, el ministro de Ganadería concluyó que Uruguay es una economía de base agrícola, pues se incrementó el porcentaje de exportaciones basadas en recursos naturales: en 1985 fue del 55% y en 2007 del 77%.

Aguerre comparó el proceso productivo de la ganadería con relación a otros sectores y apuntó que la producción del año 2009 se mide en los 2.136.000 animales faenados, 159 mil animales exportados en pié y 108 mil toneladas de ración promedio; sobre una productividad superior a los 90 kilogramos de carne por hectárea. Estos altos guarismos transitan en un tiempo donde la tierra dedicada a la carne bajó y los granos están en su máximo histórico tanto en producción como en hectáreas cultivadas, agregó.

Lo que llamó como “año meta” incluye la faena de 2.675.000 animales, 150 mil animales exportados en pié y 324 mil toneladas de ración. Para alcanzar esta cifra, Aguerre consideró que el factor clave es agregar valor e inteligencia a todos los eslabones de la cadena, con la incorporación de tecnología y nuevas formas de pensar y gestionar los procesos.

Luego se detuvo en la construcción de capacidades colectivas, como la trazabilidad; en la diferenciación de los productos exportados; en la vigilancia de la sanidad animal y en una institucionalidad ampliada y coordinada. Pero fundamentalmente, enfatizó que un país sin integración social ni políticas enfocadas a la capacitación permanente no podrá ser un país orientado a la producción.

Por su parte, el ministro de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman, analizó los aspectos que tienen que ver con la segmentación de los mercados y las cadenas de valor, dos conceptos que subrayó porque las considera como oportunidades importantes para nuestro país.

Kreimerman dijo que en el mundo se discute hoy el modo en el cual las cadenas de valor se piensan a sí mismas en cuanto a sustentabilidad y equidad a lo largo de las mismas. La planificación a largo plazo es capaz de determinar qué sectores crecerán y aumentarán su valor con éxito, consideró.

Compartió la posición de Aguerre y dijo que la institucionalización es necesaria para coordinar a los distintos actores de la ciencia y los negocios. El objetivo de esta propuesta es que el desarrollo científico se transforme en ventajas comerciales, explicó.

Para el sector de la carne, propuso la formulación de un modelo público-privado ágil que busque la información de las tendencias del mercado y que lo transforme en un valor para toda la cadena. La capacidad de coordinación ágil es la clave para disminuir el tiempo en que se implementa la innovación en la producción, que siempre está en constante cambio, apuntó.

 

   
 
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