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7 de enero, 2011

Atención a la emergencia

Acceso a vivienda para 6.500 familias y procuran duplicar la cifra
El pasado año se declaró la emergencia habitacional para actuar en situaciones de pobreza y precariedad habitacional extrema. Se requieren 65 mil viviendas y actuaciones fuertes en asentamientos donde viven unas 200 mil personas y se estima que las 3/4 partes del stock de viviendas construidas necesitan mejoras. El Plan dispuesto por el gobierno procura impactar fuertemente, aún así, no se alcanzará el déficit cero al cierre del período.

La ministra de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Graciela Muslera, recordó que en 2005 cuando asumió el primer gobierno del Frente Amplio el sistema de vivienda estaba en crisis, no había capacidad de gestionar soluciones habitacionales porque el Banco Hipotecario (BHU) estaba fundido. Existía una división: el Ministerio construía para pobres y el BHU para los que podían pagar un crédito.

Lo primero que dispuso esta administración fue dejar de construir núcleos básicos, porque una familia, aunque pobre,  tiene las mismas necesidades que otra con más recursos. De esta manera, las líneas de producción del Ministerio se cerraron. Llevó dos años rehacer la capacidad de gestionar programas, ya que implicaba reestructurar el sistema.

Entre 2005 y 2010 se concretó la capacidad de producción de vivienda con créditos sociales, cooperativas y los PPT (aptos con crédito) y se siguió actuando en casos de pobreza y aquellos sectores que no tienen capacidad de responder a un crédito. Se trabajó en la profundización de la capacidad de respuesta.

El desafío de este período es estar cerca de la gente y apostar a sus capacidades físicas para participar en el proceso de construcción de su vivienda. La apuesta de 2011 es a accionar programas que den respuesta a esos sectores, apoyarlos en su capacidad de autoconstrucción, ya sea con el acceso a la canasta de materiales, acompañamiento técnico o con micro-créditos (créditos blandos). También se debe apoyar con tierras ya que muchos optan por la tierra informal porque no tienen acceso a la legal. Esto supone una revolución, que el Estado se haga cargo de un proceso que hasta ahora hacen los pobres solos y a los “ponchazos”, argumentó Muslera.

“Ese es el gran desafío. Estamos comprometidos hasta el cuello, pero téngannos paciencia, porque estas capacidades no se crean de la noche a la mañana. Nosotros somos responsables de que estos dineros públicos se usen bien”, dijo.

La jerarca recordó que en 2010 se declaró la emergencia habitacional que no se resuelve en un período. Si se habla de emergencia habitacional cruzado con ingresos o capacidad socioeconómica, se puede hablar de 15.000 indigentes y 400 mil pobres para atender, pero si se cruza ingresos y condiciones de la vivienda, se revela que las tres cuartas partes del stock de viviendas construidas necesita mejoras porque no están en condiciones óptimas de habitabilidad. Otra mirada es la del déficit en cantidad. Hoy puede haber viviendas que den reparo a algunas familias, pero una política seria implica la reposición no la refacción, aclaró.

Si bien no existe un censo actualizado, se estima la necesidad de 65 mil viviendas y actuaciones fuertes en asentamientos donde hay entre 170 y 200 mil personas. Declarar la emergencia implica decir que en este período se quiere actuar en las situaciones de pobreza y precariedad habitacional extrema para revertirlas, indicó. 

Se colocó sobre la mesa un Plan que procura impactar fuerte pero que no permitirá tener cero déficit al cierre del período. El Plan incluye 143.000 soluciones habitacionales (viviendas nuevas, acciones sobre el stock, soluciones en alquiler, regularización notarial), para ello se destinan 940 millones de dólares.

Asimismo, se presentó al Parlamento un proyecto de ley de exoneración total de impuestos a los capitales privados que intervengan en la producción de vivienda de interés social. Existen fuertes expectativas de que a través de estos incentivos se obtenga un número X de viviendas donde el Ministerio facilite a las familias que no pueden el acceso al crédito (subsidio a la cuota).

Por otra parte, el Plan Juntos pretende atender las situaciones más críticas que por fuera de estos montos destinados a vivienda actuarán con una mirada más integral, recordó. En definitiva, existe un abanico de opciones y se involucra a todos los actores posibles. Por primera vez se ponen todos los instrumentos para que se involucren los privados.

La Ley se vota en 2011, se realizan los llamados en ese mismo año. Se empezará a construir seguramente en el segundo semestre de 2012. Los frutos se verán al final del período, pero se van a generar las capacidades. Hay continuidad en el camino en la medida que se generan nuevos mecanismos de respuesta que se convierten en políticas de largo plazo.

Muslera aguarda que en 2011 se pueda concretar una discusión social del tema, un acuerdo político y social para ir laudando y generando consensos para que el gobierno que venga sea cual sea continúe utilizando estas líneas de salida.

Continuando con las cifras, la Ministra anunció que en 2010 se entregaron 1823 viviendas nuevas: Si se suman las garantías de alquiler, las operaciones de mejora, los programas de rehabilitación con las intendencias, se alcanzan unas 6500 intervenciones en el año. Se aspira a que en 2011 esto se multiplique por dos, contando solo lo que hace el Ministerio sin sumar estrategias de micro-créditos que se están madurando. Para 2012 y 2013 se aspira a continuar esa tendencia. En 2013 recién se estabilizaría la capacidad de producción como para mantenerla constante en 2014 y 2015, pero eso implica tensar al máximo todos los programas, añadió.

   
 
  Graciela Muslera