Bicentenario de emancipación oriental
Ningún conflicto es más importante que la afirmación de
nuestra nación y la unidad nacional
En el marco del lanzamiento de los
festejos por el Bicentenario del proceso de emancipación
oriental, desde el Palacio Legislativo el Presidente Mujica
dijo que "es mucho lo que nos queda por delante pero es
mucho más lo que han hecho nuestros antepasados. La gesta
emancipadora transformó las contradicciones armadas en
diálogo político y las confrontaciones en negociaciones,
con profundo sentimiento republicano".
El Presidente de la República, José
Mujica, presidió en el Salón de los Pasos Perdidos del
Palacio Legislativo el acto de lanzamiento de los festejos
por el Bicentenario del proceso de emancipación oriental.
El Mandatario dijo que la memoria humana
está compuesta por imágenes del pasado -más o menos
contemporáneas- rodeadas de pensamientos. De esta forma,
especificó que el recuerdo no existe de forma fidedigna,
sino que son aproximaciones que van cambiando.
En tal sentido, Mujica precisó que no
existe una visión histórica definitiva porque cambia la
perspectiva de las personas ya que se está sujeto al
devenir y al acontecer del tiempo. No obstante, dijo que
"las viejas sombras" son expresión necesaria que pueden
llevar a encontrar las claves para el presente y el
porvenir.
Afirmó que la emoción histórica une las
distintas partes "nunca terminadas de la nacionalidad".
Además, agregó que el "sacudón emancipador" recorrió todo
el continente y fue definido "como un algodón entre dos
cristales". El Mandatario dijo creer sinceramente que nunca
tan pocos fueron capaces de semejante hazaña: lograr la
independencia y mantenerla crudamente. "La marcha más
sublime de nuestra historia", indicó.
Mujica sostuvo que los participantes de
la gesta emancipadora lograron transformar "las
contradicciones armadas en diálogo político", así como "las
confrontaciones en negociaciones". Enfatizó que también
lograron el sentido de nación, de republica "donde nadie es
más que nadie". Asimismo enfatizó que somos el país de
América Latina más equitativo porque "hemos logrado
transformar nuestros dolores" de cara al futuro.
Dijo que los eventos del Bicentenario
contemplan una agenda rural y urbana, redoblante murgero y
desfiles militares, andares a caballo y a pie "porque la
Patria es de todos". El Presidente afirmó que hay gestas
"que parecen milagros" por la poca cantidad de gente que
vivía en ese momento en el territorio nacional.
Señaló que los logros más hondos de
nuestra cultura son el valor de la vida humana; un país
menos dogmático, más libertad en las calles, con el desafío
de "luchar por la libertad dentro de nuestras cabezas".
"Ningún conflicto es más importante que
la afirmación de nuestra nación y la unidad nacional", dijo
el Presidente al invitar a pensar en este Bicentenario.
También asistieron al evento los ex
Presidentes Tabaré Vázquez, Jorge Batlle y Luis Alberto
Lacalle, quienes conforman el Comité de Honor del
Bicentenario.
El próximo domingo 27, comienzan a
desarrollarse los festejos conmemorativos, con la
celebración del Grito de Asencio en la ciudad de Mercedes,
en el departamento de Soriano.
Palabras del Presidente de la República, José Mujica,
durante el lanzamiento de los festejos por el Bicentenario
del Proceso de Emancipación Oriental
PRESIDENTE JOSÉ MUJICA: Señores
ex presidentes, ministros, señores legisladores,
autoridades, simplemente compañeros de mi pueblo. Hoy
sabemos que la memoria humana ni por asomo es un banco de
datos, ni es una colección ordenada de fotos. Las imágenes
del pasado que nos formamos inevitablemente están rodeadas
de pensamiento y de imágenes más o menos contemporáneas. En
términos estrictos, el recuerdo no existe en forma
fidedigna, apenas aproximaciones que los hombres vamos
cambiando. No hay, por lo tanto, una visión histórica
definitiva, porque además cambia nuestra perspectiva.
Hombres sujetos del tiempo y el acontecer. Sin embargo,
esas viejas sombras que aletean en la memoria, rodeadas de
nuestra imaginación son, tal vez, la expresión necesaria e
inevitable para encontrar las claves para el hoy y, sobre
todo, la afirmación para el mañana.
La emoción histórica es algo así como la
larga masa que une las distintas partes, nunca terminadas,
de la nacionalidad. Definidos por ahí hijos de ese sacudón
emancipador que recorrió todo el continente, alguien nos
definió como un algodón entre dos cristales. Y creo,
sinceramente, que nunca tan pocos fueron capaces de
semejante hazaña. Lograron la independencia y, sobre todo,
mantenerla crudamente, tal vez, la marcha más sublime de
nuestra historia. Haber logrado incorporar en las
costumbres nacionales -luego de un doloroso y largo parto-
una constitución, un pacto constitucional, a nuestras
costumbres. Haber logrado transformar las contradicciones
armadas en diálogo político y haber logrado transformar las
confrontaciones en negociaciones. Haber logrado –a pesar de
todos los pesares- la afirmación creciente de un sentido de
Nación profundamente republicano, donde nadie es más que
nadie, donde caminamos con orgullo pero con humildad, donde
esencialmente hemos logrado desde hace muchas décadas
fraguar en esta injusta América Latina el país más
equitativo y hemos custodiado una cultura que es una
identidad, y hemos logrado transformar nuestros dolores,
nuestras angustias, reelaborarlas para poder andar hacia el
futuro. No es poca cosa.
Creo que debemos sentirnos orgullosos de
ser orientales y uruguayos en el contexto de nuestra
América y que vamos a celebrar un Bicentenario con un
montón de eventos. Seguramente va a haber eventos urbanos y
eventos rurales. Habrá desfiles militares y habrá
redoblantes murgueros. Habrá, precisamente, marchas a
caballo y andares a pie, porque la patria es toda y la
patria es de todos. Pero no habrá chovinismo porque,
sencillamente, nuestra afirmación es extender los brazos,
en primer término, para todos los pueblos de América
Latina.
Es mucho lo que nos queda por delante.
Porque es mucho más lo que han hecho nuestros antepasados
en estos doscientos años. Hay gestas que parecen milagros
para el puñado de iniciados que constituyen esta Nación.
Nuestro apego institucional, el valor que en Uruguay tiene
la vida humana.
Nuestra tolerancia proverbial, nuestra
capacidad de caminar codo con codo con inmensas
diferencias, precisamente, son los logros más hondos de
nuestra cultura y el capital que debemos reproducir y
transmitir hacia el porvenir. Cada día un país menos
dogmático, precisamente, con una gran libertad en las
calles. Tal vez a las generaciones que vienen les toca lo
más difícil, luchar por la libertad dentro de nuestras
cabezas, pero creo que ello es posible. Por eso estos
eventos van a ser humildes, porque humildes somos, porque
así somos y reflejamos el carácter de esta Nación, y van a
ser republicanos y van a ser de hecho un compromiso.
Que el futuro que anhelamos y por el
cual luchamos tras el sueño de crear una Nación que sea
mejores que nosotros, como corresponde, pero que nos demos
cuenta que la Nación es de todos y que el conflicto es
inevitable en la vida y que los hombres están para deshacer
entuertos, enfrentar los conflictos y resolverlos. Pero
ningún conflicto es más importante que la afirmación de
nuestra Nación y que nuestra unidad nacional. Por eso,
hagamos con fuerza todo lo posible por repensar hondamente
en este segundo centenario de esta nuestra querida Nación.
Gracias. |