Tras las huellas de la historia
Agenda del Bicentenario promueve el encuentro de la
nación con las jóvenes generaciones
"Hagamos que la celebración del
Bicentenario, con más de 200 actividades en todo el país,
se convierta en un mensaje cargado de futuro y que los
jóvenes sean partícipes de un país que los convoca y les
abre las puertas", dijo el ministro Ehrlich. Enfatizó que
la integración de identidades y la construcción de la
república son los principales fundamentos de la tradición
del antigüismo que se sostienen hasta en nuestros días.
En el lanzamiento de las actividades por
los festejos del Bicentenario, el ministro de Educación y
Cultura, Ricardo Ehrlich, dijo que los hechos de 1811
determinaron a nivel nacional y regional la formación de
nuestro país y de otras repúblicas. Agregó que la nación se
nutrió de la diversidad de pueblos y culturas, en el marco
de instancias que fueron cerrando heridas y echando raíces.
El jerarca dijo que en tiempos del
centenario, Uruguay era un país que salía de dolorosos
episodios de guerra civil, con aumento y diversidad
poblacional. "El censo de 1908 refiere a una población
apenas mayor a un millón de habitantes", indicó.
Afirmó que esa sociedad diversa legó
normas fundacionales y grandes obras institucionales, así
como confianza en la capacidad como país. Manifestó que la
celebración del Bicentenario ocurre en un momento histórico
donde comienzan a converger "nuestras miradas", donde
también se construyen el país actual y el del futuro.
"El Bicentenario es un significativo y
fermental encuentro con los mayores momentos de la historia
que puede contribuir a fortalecernos como sociedad", dijo
el ministro.
Destacó que las actividades programadas
para este año fueron realizadas mediante una amplia
convocatoria, con la instalación de la Comisión del
Bicentenario. La convocatoria incluye a los uruguayos que
viven dentro y fuera de fronteras. En tal sentido, se
desarrollarán más de 200 actividades.
El ministro dijo que serán citas
principales los hechos que acompañaron los ideales
libertarios como el Grito de Asencio y la Batalla de las
Piedras, junto al Éxodo, hecho que marcó la senda del
futuro.
Entre la diversidad de actividades, el
secretario de Estado señaló el concurso nacional en
Educación Primaria y Secundaria para la emisión de sellos
conmemorativos por parte del Correo Nacional; la
georeferenciación de la ruta del Éxodo; el proyecto raíces
que convocará a plantar árboles; la publicación del diario
de historia natural de Dámaso Antonio Larrañaga; y la
publicación del diccionario del español hablado nacional,
trabajo de la Academia Nacional de Letras.
Palabras del Ministro de Educación y
Cultura, Ricardo Ehrlich, durante el lanzamiento de los
festejos por el Bicentenario del Proceso de Emancipación
Oriental
MINISTRO EHRLICH: Señor presidente de la
República, don José Mujica. Señora senadora y primera dama,
Lucia Topolansky. Señor vicepresidente de la República,
contador Danilo Astori. Señora presidenta de la Cámara de
Representantes, Ivonne Passada. Señores ex presidentes de
la República, doctores Luis Alberto Lacalle, Jorge Batlle,
Tabaré Vázquez. Señores ex vicepresidentes de la República
presentes. Señor presidente de la Suprema Corte de
Justicia. Señores ministros, señoras ministras, señoras
intendentas, señores intendentes, legisladores, autoridades
nacionales y departamentales, representantes del cuerpo
diplomático, autoridades partidarias. Señoras y señores
integrantes de la Comisión del Bicentenario de la
Revolución de la Independencia del Río de la Plata
2010-2015. Autoridades académicas, policiales, militares y
religiosas. Representantes de organizaciones sociales.
Compatriotas todos.
Cumpliendo con lo resuelto por el
Parlamento Nacional en la Ley 18.677 que declaró a 2011
como el año de celebración del Bicentenario del Proceso de
Emancipación Oriental, en el marco de la lucha de los
pueblos americanos por su autodeterminación e
independencia, reconociendo la participación central de la
figura de José Artigas en la misma. En ese marco, en el día
de hoy tengo el honor de presentar formalmente, en nombre
de la Comisión Nacional creada por dicha norma, el inicio
de las actividades de conmemoración de nuestro
Bicentenario.
Una conmemoración de esta naturaleza es
un momento singular en la vida de un país. Es ocasión de
destacar referentes centrales, compartidos por todos, de
invitar a renovar miradas y lecturas sobre hechos
fundacionales, a profundizar en significación de la acción
y el pensamiento de seres humanos excepcionales, así como
en el encuentro con la historia de hombres y mujeres
corrientes. Es una invitación a compartir un encuentro con
aquellos que en momentos históricos particulares, por sus
opciones, por sus ideas y por sus acciones, marcaron una
senda que sería recorrida por las generaciones siguientes.
Es una invitación a la lectura de la historia, desde el
mundo de hoy, que mira al futuro desde un cambio
civilizatorio y busca claves y referentes en sus raíces.
Pero también es una invitación a recorrer el largo camino
de hombres, mujeres y comunidades que a lo largo de estos
doscientos años fueron creando nuestra nación. A iluminar
momentos de nuestra Historia en que la sociedad, en su
diversidad, se encontró con su tiempo, confluyó y se
encontró consigo misma adquiriendo fuerza transformadora,
fuerza constructora de futuro.
Aparecen seres humanos excepcionales, en
todos los tiempos que marcan el futuro y que a través de la
historia mantienen su vigencia como guías y referentes. Su
pensamiento y su acción, su sensibilidad y compromiso ético
impregna la propia tierra que irá recibiendo generosa a
través del tiempo pueblos y comunidades de orígenes
diversos que confluyeron en este territorio por razones muy
distintas y que cuando echaron sus raíces se encontraron
con esos referentes que hicieron suyos, y suya fue también
la sangre derramada, y suyos también los sueños de los que
abrieron el camino.
Pueblo diverso que se irá encontrando a
través de la historia consigo misma. El territorio y su
historia será espacio de encuentro y de unión, así como la
cultura diversa que se irá acuñando, compartiendo y
construyendo referentes sobre aquellos propios de ésta,
nuestra tierra. Y nuestra nación, nuestra propia identidad
se nutrió y se nutre de la diversidad de pueblos,
comunidades y culturas que se han ido encontrando en esta
tierra en la que se fueron cerrando heridas, echando
raíces, dando frutos. Comunidades y culturas desplazados,
voluntaria o involuntariamente, frecuentemente arrancados
de su tierra. Comunidades y culturas que fueron dejando
atrás diversos dolores y que han llegado en busca de nuevos
horizontes, en busca de una tierra de asilo, de un espacio
de promesas de futuro y libertad.
Claro ejemplo de la fuerza
transformadora de una sociedad que se encuentra con su
tiempo, consigo misma y con su futuro, lo vemos claramente
cien años atrás, en tiempos del Centenario en aquel país
que salía de un doloroso episodio de guerra civil, que
aumentó significativamente su población por una importante
y diversa inmigración. Les recuerdo que el censo de 1908
refiere a una población apenas mayor al millón de
habitantes. Esa sociedad diversa genera una capacidad
constructora que nos lega normas fundacionales, grandes
obras e instituciones, una mirada optimista y una confianza
en nuestras capacidades que se propagará por décadas.
Y la celebración de nuestro Bicentenario
ocurre en un momento en el que comienzan lentamente a
encontrarse, a converger nuestras miradas, que desde
nuestra diversidad van confluyendo la construcción del país
de hoy y del país del futuro. Entendemos que ello
constituye un significativo y fermental encuentro con los
mayores momentos de nuestra historia, que puede contribuir
a fortalecernos como sociedad para los desafíos que
asumimos.
Las actividades programadas para este
año están inspiradas en ese sentimiento. Así hemos hecho
una amplia convocatoria, siguiendo las indicaciones que el
Presidente de la República efectuara en momentos de la
instalación de la Comisión del Bicentenario. Una
convocatoria que nos incluye a todos los uruguayos y
uruguayas, de adentro y de afuera del país. La respuesta ha
sido formidable y hoy podemos presentar una primera agenda
que contiene más de doscientas actividades de instituciones
públicas, privadas y de actores de todo el territorio
nacional y del exterior. Esta agenda se irá enriqueciendo a
lo largo del año. Serán momentos principales dos
ineludibles citas a la hora de aquella admirable alarma que
recorrió el territorio y propagó los ideales libertarios y
las opciones de vida con que serían acompañados: Asencio y
Las Piedras.
Pero nos convocamos también a conmemorar
un momento central de nuestra historia, que entendemos que
representa el largo camino de construcción de nuestra
nación, cuyos surcos parecen permanecer aún en nuestra
tierra marcando las sendas del futuro: el Éxodo. Luego del
retiro del primer sitio de Montevideo, de la asamblea en la
Quinta de la Paraguaya, donde Artigas es designado Jefe de
los Orientales. Luego de ese momento se iniciará esa larga
marcha en octubre de 1811 que los paisanos llamaban "la
redota", es el pueblo que en medio de una derrota sigue al
Jefe de los Orientales en busca de su destino. Hombres,
mujeres, niños, ancianos, negros esclavos con sus amos,
negros libres, indios, gente de la ciudad, gente pobre del
campo. Es, tal vez, uno de los momentos de mayor fuerza y
de singular vigencia como símbolo y ejemplo de la
construcción de una nación. Una y otra vez nos conmueve,
dan fuerza aquellas palabras que decían: "cada día miro con
admiración sus rasgos singulares de heroicidad y
constancia. Unos quemando sus casas y los muebles que no
podían conducir, otros caminando leguas a pie por faltas de
auxilios o por haber consumido sus cabalgaduras en el
servicio. Mujeres ancianas, viejos decrépitos, párvulos
inocentes acompañan esta marcha, manifestando todos la
mayor energía y resignación en medio de todas las
privaciones. Yo llegaré muy en breve a mi destino con este
pueblo de héroes".
La convocatoria de la Comisión se ha
efectuado en torno a una historia para reflexionar, un
presente para vivir, un futuro para proyectar. Esta
convocatoria señalaba lo siguiente: "Con motivo de la
celebración del Bicentenario del Proceso de Emancipación
Oriental, enmarcamos los festejos en un espacio de
libertad, igualdad, justicia y solidaridad, que convoque a
los uruguayos más allá de toda frontera a recordar juntos
un momento de su historia y a proyectar su futuro". Estos
valores fundamentales nos permitirán repensar nuestras
identidades en la ocasión de rememorar aquellos hechos que
durante el año de 1811 formaron parte de los procesos
regionales que determinaron -a través de distintos ensayos
de organización política- la formación de nuestro país y de
otras repúblicas de la región. Estos años de conmemoración
nos permitirán afirmar nuestro sentido de pertenencia como
sociedad uruguaya y asegurar la integración de las diversas
identidades que nos caracterizan.
Todo ello se suma a la idea de
construcción de la República como uno de los principales
fundamentos de la tradición del Artiguismo que queremos
sostener aún en nuestros días. Por tratarse de valores que
surgen de nuestro pasado histórico, están presentes en la
actualidad y nos inspiran para la construcción de un futuro
más integrador, próspero y de avanzada. Esta convocatoria
ha tenido una respuesta formidable. La programación y su
diversidad, nos invita a encontrarnos en muy distintos
escenarios y propuestas. Incluye -más allá de las
actividades oficiales- actividades académicas, debates,
conferencias, publicaciones de libros, actividades
artísticas y culturales y esos momentos de encuentro tan
especiales, tan necesarios, de festejo y celebración, de
fiesta popular, donde se expresan como se hace año a año
por iniciativa de la gente, de nuestra gente, y con su
esfuerzo, a lo largo y ancho del país, con actividades que
fortalecen nuestro sentido de pertenencia y son, además,
fundamentalmente, ocasión de alegría y disfrute. Estas más
de 200 actividades se encuentran disponibles en la página
web del Bicentenario. Están siendo enviadas a todos los
medios de comunicación y comenzarán en estos días a ser
distribuidas a nivel nacional bajo la forma de un
desplegable, que será acompañado de otros materiales en los
días a venir. Permítanme citar algunos ejemplos entre la
diversidad de actividades y más allá de las numerosas obras
que portarán el sello del Bicentenario y de los festejos
que tendrán lugar en todos los departamentos, así como las
recreaciones del Éxodo, podemos mencionar el concurso
nacional en enseñanza Primaria y Secundaria para la emisión
de sellos conmemorativos, en asociación con el Correo
Nacional. La feria nacional e internacional de logros y
desafíos del Bicentenario en el LATU, la georeferenciación
de la ruta del Éxodo, el proyecto que llamamos Raíces, que
nos convocará a plantar árboles, tanto a uruguayos en el
exterior como en el territorio nacional, todos en el mismo
día. La publicación del Diario de Historia Natural de
Dámaso Antonio Larrañaga, en una iniciativa conjunta del
Parlamento Nacional, el Archivo Histórico Nacional y el
Museo Histórico Nacional, así como la publicación del
diccionario del español hablado en Uruguay, trabajo de
muchos años de la Academia Nacional de Letras. El lenguaje
forma parte del núcleo duro de la identidad profunda de un
pueblo y porta las huellas de su historia. Este diccionario
será como un espejo de nuestra sociedad a través de estos
doscientos años.
Pero lo más importante es que todas las
actividades que vamos a realizar contribuyan a encontrarnos
como nación, a mirar juntos el mañana común a construir y
fundamentalmente a compartir un mensaje con las nuevas
generaciones, con nuestros jóvenes que deben encontrar en
el presente un país que los convoca, que les abre las
puertas.
De todos nosotros depende que este
mensaje suene fuerte y claro. Que juntos, mirándonos las
caras, mano con mano, codo con codo, hagamos que esta
celebración del Bicentenario se convierta en un mensaje
cargado de futuro. Muchas gracias. |