Imprimir 

1 de marzo, 2011

Política de extensión rural

Participación ciudadana y ordenamiento territorial para un desarrollo sustentable
El 9% de la población vive en zonas rurales. La situación tiene implicancias sobre la ocupación del territorio y la soberanía alimentaria, dijo el director de Desarrollo Rural del MGAP, José Olascuaga. La extensión rural dirigirá asistencia técnica a los productores familiares, inclusión más equitativa en las cadenas de valor agregado, en forma combinada y eficiente, con la aplicación de políticas diferenciales estatales.

En las jornadas “Participación ciudadana en programas de Asistencia Técnica y Extensión Rural”, el Director General de Desarrollo Rural del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP), José Olascuaga, destacó la importancia de la intervención activa de los actores en el territorio y contemplar las múltiples dimensiones que el concepto de desarrollo implica.  

En ese sentido, se realizará un ciclo de cuatro talleres regionales en "Las Brujas"; Trinidad; Tacuarembó; y Treinta y Tres, con la participación de técnicos de ámbitos públicos y privados, como forma de ubicar la extensión rural en el debate de la agenda académica, política y en las organizaciones sociales.  

En el marco de la conmemoración del Bicentenario de la Revolución antigüista, Olascuaga, afirmó que las primeras políticas diferenciadas se escribieron en el año 1815, bajo la forma de "Reglamento Provisorio para el Fomento de la Campaña". No obstante, "en la actualidad seguimos pensando que los más infelices tienen que ser los más privilegiados", dijo. Agregó que por ello tiene que producirse un ordenamiento territorial y de las actividades económicas para lograr el desarrollo rural.  

Dijo que desde la administración pasada de Gobierno se continúa con la línea de trabajo de definir a un público objetivo para las políticas diferenciales, el cual  contempla a la producción familiar y a los trabajadores rurales. Se estima que los productores familiares que viven en el territorio nacional son aproximadamente 30.000.  

Los problemas de la producción familiar no son exclusivamente tecnológicos, afirmó el jerarca, porque lo más importante pasa por lo social y las variantes económicas del sector agropecuario, junto a las consecuencias del cambio climático.  

Explicó que la extensión rural es un proceso educativo no formal, concepto que es más amplio que la simple transferencia de tecnología porque se pretende que la población objetivo tenga una participación activa. Esto conducirá a un cambio en las capacidades, valores y actitudes, precisó.  

El desafío para esta etapa de Gobierno, es que la ejecución de las políticas de desarrollo se efectúe en forma unificada desde la dirección de desarrollo y las soluciones que se propongan atiendan las diferentes dimensiones y a los actores en el territorio.  

También destacó la participación de la población en las Mesas Institucionales rurales presentes en el territorio nacional, acciones que apuntan al desarrollo económico, la sustentabilidad social y ambiental.

   
 
  Ver fotografías
 
  José Olascuaga