Astori, en nombre del gobierno
La cifra del 5.4% de desocupación: el mejor balance del
primer año de gestión
El vicepresidente Danilo Astori habló
en representación del gobierno y afirmó que el compromiso
de esta administración es con los uruguayos que trabajan,
producen y crean. El rumbo definido por el gobierno
persigue al crecimiento a través de bases sólidas,
educación pública con más calidad y de mayor seguridad.
Sostuvo que el 5,4% de desocupación es el mejor resultado
obtenido hasta hoy, junto al 8% de crecimiento que alcanzó
la economía uruguaya.
El balance anual del primer año de
gestión que realizó el gobierno señala como puntos más
altos: el 8% de crecimiento, el incremento en la atención
de la educación, la vivienda, la infraestructura y la
seguridad, reflejado en el presupuesto. Asimismo, y según
enumeró Astori, la participación de la oposición en el
Estado, la imagen internacional del país y el intenso año
en relaciones internacionales.
El mensaje del vicepresidente de la
República, como vocero del gobierno nacional en la
transmisión simultánea de radio y televisión, sirvió para
subrayar las políticas prioritarias a futuro. Entre ellas,
destacó la necesidad de darle base sólida al crecimiento “a
través de políticas integrales”, una educación pública de
calidad y de avance constante, y más seguridad, porque este
último punto “es lo que nos reclama la gente”, señaló
Astori.
“La prioridad principal es la gente”
subrayó el vicepresidente, al tiempo que reiteró el
compromiso con los que trabajan, producen y crean, con los
que invierten y arriesgan, con los que innovan, con los que
educan y curan, con los que trabajaron y aportaron al
desarrollo nacional, con una atención especial para los que
estudian y se preparan para trabajar, pero también para ser
buenos ciudadanos y para hacer de la cultura la gran
palanca del cambio y del ascenso social.
A su vez, comprometió nuevamente la
labor del gobierno “con los que no tienen voz, con los más
débiles, con los niños y los más humildes”. También
reconoció que los cambios en materia educativa son lentos y
reconoció la responsabilidad gubernamental. Pero
resignificó su posición en el interés de la actual
administración al considerar que la educación pública y de
calidad forma parte del “alma” de este gobierno.
Como conclusión, Astori señaló que “el
progreso, la justicia social y en la distribución de las
riquezas, la libertad y la democracia, la convivencia y la
seguridad, dependen cada día más de nosotros mismos y las
uruguayas y uruguayos nos sentimos confiados y exigentes”.
Palabras del vicepresidente de la
República, Danilo Astori, en la transmisión simultánea de
radio y televisión realizada el 1º de marzo de 2011:
Uruguayas y uruguayos
Hoy se cumple el primer aniversario del
gobierno nacional y el Presidente de la República, José
Mujica decidió que fuera yo, en representación de todo el
gobierno quien les dirija este mensaje. Es un alto honor.
Rendir cuentas de lo que hemos hecho en
estos 12 meses exige antes que nada definir cuáles son
nuestras referencias las de nuestro gobierno. No se trata
de un acto protocolar.
Hoy es un buen día para que los
uruguayos en sus casas, en sus trabajos, en sus lugares de
estudio o de creación, hagan su propio balance. No todo
depende de la política, cada uno de nosotros tiene su
propia vida, la de sus familias, sus sueños, sus planes,
sus realizaciones y sus frustraciones. La mirada desde el
gobierno debe responder -a mi entender- a una pregunta
fundamental ¿Cómo hemos contribuido a mejorar la vida de
todas las uruguayas y uruguayos? Ese es el objetivo de un
gobierno, administrar los recursos y las políticas para
lograr la felicidad pública y contribuir a la realización
personal y familiar y al progreso del país.
Este es un año particular, la nación
cumple doscientos años de existencia independiente y aunque
todos sabemos que nuestros inicios fueron tormentosos y
complejos, hoy somos una identidad, una comunidad con sus
raíces y su futuro.
Los uruguayos hoy nos sentimos más
seguros, más confiados en nuestro país, en sus
posibilidades de seguir creciendo y mejorando y hemos
alcanzado algunos logros muy importantes.
En 2010, mientras el mundo -y lo
decimos con dolor y preocupación- sigue bajo los efectos de
la crisis, nosotros crecimos más de un 8%, es decir nuestro
país es más rico y ese es el resultado del esfuerzo de
todos, eso se logra con políticas apropiadas y con el
trabajo, el esfuerzo, la inversión, la innovación de
amplios sectores de la sociedad, de la ciudad y del campo.
Aprobamos un presupuesto cuyo objetivo
principal es incrementar el gasto social y la inversión del
Estado en sus objetivos principales, la educación, la
seguridad, la vivienda para los sectores más humildes y
para la infraestructura que necesitamos como el pan, para
seguir creciendo.
Hemos avanzado en los aspectos sociales,
en seguir reduciendo la pobreza y la indigencia, pero con
la conciencia clara de que todavía queda mucho por hacer, y
por ello reforzaremos todas las políticas sociales.
Ha sido un año intenso en las relaciones
políticas, el Presidente de la República le dedicó
particular atención al protagonismo de todos los partidos
en los grandes temas nacionales para construir una
participación más amplia y representativa en diversas
instituciones del Estado. Y ese es un rasgo de madurez
democrática, de solidez institucional y de profundo
espíritu nacional.
La política -desde el gobierno- también
se integra con el esfuerzo de convocar a los sectores más
amplios y representativos, y hacer de las diferencias y de
los debates un proceso natural y que fortalece nuestra
democracia y nuestro sentido de la libertad. También en eso
hemos avanzado.
La república sigue reforzando su imagen
regional e internacional, a nivel del comercio, de las
inversiones, de las empresas conjuntas y de las relaciones
diplomáticas porque tenemos una confianza creciente en
nuestra identidad y nuestra soberanía, y hemos trazado un
rumbo cierto y claro en nuestras relaciones exteriores, con
nuestros hermanos de América Latina, del MERCOSUR y de
todo el mundo.
La imagen que proyectamos al mundo es la
de un país confiable, serio, respetuoso de las leyes y los
acuerdos, que construye paso a paso su destino de mayor
justicia y de más libertad.
No todo son flores y hemos asumido en el
conjunto del gobierno nuestra responsabilidad, nuestras
lentitudes y nuestros errores para darle un fuerte y
renovado impulso a la educación pública, la más profunda
política social, el instrumento más poderoso para brindarle
igualdad de oportunidades a nuestra gente. Junto al
progreso científico y tecnológico y al desarrollo cultural,
constituyen el alma de nuestro proyecto nacional.
Gobernar es elegir las prioridades y en
reiteradas oportunidades el presidente ha definido ese
rumbo: la necesidad a través de políticas integrales para
darle base sólida al crecimiento, una educación pública de
calidad y de avance constante, y más seguridad, que es lo
que nos reclama la gente. Pueden estar seguros que todas
las energías de este gobierno están dedicadas a asegurar el
avance nacional.
Las prioridades no refieren sólo a
problemas que debemos afrontar. Hay una prioridad
fundamental, que es la gente y por eso reiteramos nuestro
compromiso con los que trabajan, producen y crean, con los
que invierten y arriesgan, con los que innovan, con los que
educan y curan, con los que trabajaron y aportaron al
desarrollo nacional, con una atención especial para los que
estudian y se preparan para trabajar, pero también para ser
buenos ciudadanos y para hacer de la cultura la gran
palanca del cambio y del ascenso social. Y, por supuesto,
nuestro compromiso más profundo, con los que no tienen voz,
con los más débiles, con los niños y los más humildes.
También hoy tenemos que dedicar especial atención a los
compatriotas que quieren retornar a su patria, los
necesitamos. Es por esto que le damos tanta importancia, y
es nuestra prioridad absoluta el trabajo, a crear más
empleo, a mejorar su calidad y a elevar los salarios. Por
eso la cifra del 5.4% de desocupación es el mejor balance
que podemos hacer de este primer año de gobierno, de
cambios y de continuidad.
Cuando hay períodos donde los números
son tan claros y favorables existe la tentación para los
gobernantes de conformase con ellos, y hacer un balance de
cifras y de porcentajes. Yo quiero terminar este mensaje
recordando en este bicentenario que algunas grandes
palabras que formaron parte de lo mejor de la identidad
nacional, del artiguismo, están hoy un poco más cerca, son
hoy un poco más concretas y posibles.
El progreso, la justicia social y en la
distribución de las riquezas, la libertad y la democracia,
la convivencia y la seguridad, dependen cada día más de
nosotros mismos y las uruguayas y uruguayos nos sentimos
confiados y exigentes.
El gobierno quiere convocar nuevamente a
todas las uruguayas y todos los uruguayos, a todas las
generaciones a participar de este esfuerzo optimista por el
progreso nacional. Vale la pena y está a nuestro alcance.
Muchas gracias. |