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3 de marzo, 2011

Harald Edelstam

Premio internacional llevará el nombre de un apasionado defensor de los Derechos Humanos
Al cabo de una vida comprometida con la acción humanitaria la acción del extinto diplomático sueco fue crucial para salvarle la vida y proteger a más de 1.500 personas víctimas de la represión. Entre éstas, la de 58 uruguayos que durante la dictadura de Augusto Pinochet permanecían detenidos en el Estadio Nacional de Santiago. Montevideo recuerda en su nomenclátor a Edelstam y un premio internacional rescata su espíritu.

En la rambla Harald Edelstam, ubicada en el barrio montevideano de Capurro, se recordó hoy al diplomático sueco en un acto que contó con la presencia, entre otros, de la nieta del homenajeado, del embajador sueco Jan Axel Nordlander y su homólogo uruguayo Julio Baráibar; de la intendenta de Montevideo, Ana Olivera; del director de Derechos Humanos, Javier Miranda; de la ex subsecretaria de Relaciones Exteriores, Belela Herrera e integrantes de la fundación Harald Edelstam.

Edelstam (1913-1989) fue un diplomático sueco de destacada gestión en la defensa de los Derechos Humanos durante la Segunda Guerra Mundial cuando estuvo al frente de la representación diplomática de su país en Noruega, que había sido ocupado por las fuerzas nazis. Su labor continuó en Guatemala y coincidió con la caída del gobierno democrático de Jacobo Árbenz Guzmán en 1954. Tiempo después, su destino fue Chile, en momentos en que la dictadura Augusto Pinochet derrocó el gobierno de Salvador Allende. Fue en este período turbulento en que su accionar fue crucial para salvar la vida de 58 uruguayos que permanecían detenidos, y según trascendió, con los días contados, en el Estadio Nacional de Santiago.

Ese fue uno de los episodios más heroicos de la vida de Edelstam, lo que le valió ser declarado persona no grata y debió abandonar el país trasandino en 1973, relató su nieta. A lo largo de su gestión diplomática y en su afán por defender a las víctimas de la represión que buscaban protección logró salvar la vida de más de 1.500 personas.

Uno de esos compatriotas fue el embajador Baráibar quien, luego de rememorar la comprometida labor del diplomático escandinavo afirmó que los latinoamericanos tenemos mucho que agradecer la pasión y convicción de este luchador en la defensa de los Derechos Humanos.

Premio al coraje

Herrera, por entonces embajadora uruguaya en Chile, recordó la figura de Edelstam, visiblemente emocionada por recuerdos que no desvanece el paso del tiempo. La ex jerarca de Cancillería, en el período anterior, destacó que se debe considerar que el derecho de asilo, que es una institución arraigada en Latinoamérica, no existía en Europa. Es por esto que varios diplomáticos de ese continente y que por entonces cumplían funciones en Chile no intervinieron en la contienda. En Edelstam prevaleció su acción humanitaria y coraje, sostuvo Herrera- por eso actuó, sin el apoyo decidido del gobierno sueco, tan cerca de aquéllos que salvó de una muerte segura.

Procurando honrar la memoria de Haral Edelstam, su nieta Caroline y el embajador Axel Nordlander, promueven la creación del Premio Internacional Edelstam que reconocerá la labor de aquéllas personas que se destaquen en la defensa de los Derechos Humanos.

Se trata de un galardón que será entregado por primera vez en 2012 y premiará regularmente los esfuerzos extraordinarios en la defensa de los Derechos Humanos y donde el coraje constituirá un factor clave en la elección. En abril del presente año comienza el período de nominación de candidatos que serán evaluados por un comité integrado por prominentes figuras, entre los que mencionó al magistado español Baltasar Garzón y a la jurista canadiense Louise Arbour.

Al cierre del evento, la intendenta Olivera celebró la instauración del Premio Edelstam y dijo que un espacio de Montevideo lleve el nombre del diplomático sueco ayuda a no perder la memoria y recuerda a quien fuera un ejemplo de la acción humanitaria.

   
 
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  Julio Baráibar