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6 de marzo, 2011

Un clásico contemporáneo

Ballet del SODRE inicia temporada con “Un tranvía llamado deseo”
Con la presentación del espectáculo “Un tranvía llamado deseo” se lanzó la temporada 2011 del Ballet del SODRE. Se trata de una versión libre del clásico estadounidense de Tennessee Williams. Se realizarán diez únicas funciones en el Auditorio Nacional Adela Reta, entre el 18 y el 29 de marzo, bajo la dirección artística de Julio Bocca, con coreografía de Mauricio Wainrot. Las localidades van desde los $90 a los $550.

En oportunidad de presentar la obra, el maestro Julio Bocca expresó su satisfacción por continuar al frente de la compañía del SODRE y confirmó que el cuerpo de baile ya cuenta con un calendario de presentaciones nacionales e internacionales hasta el año 2013.

El argentino Mauricio Wainrot, encargado de dirigir la coreografía del espectáculo  explicó que se trata de una compleja obra y que fue hace ocho años, la última vez que la trabajó.

Señaló que no se trata de una danza clásica sino de un repertorio neoclásico, donde lo que prima es la posibilidad de poder contar la historia de una obra paradigmática del teatro americano.

Explicó que su espectáculo comienza sobre el final de la obra de Williams, cuando Blanche DuBois se encuentra internada en un centro psiquiátrico. El hilo conductor está basado en flashbacks donde recuerda etapas de su vida pasada.

Por su parte, Bocca subrayó que se trata de una obra muy compleja y señaló que la compañía venía realizando clásicos, lo que se traduce en un primer desafío, sobre todo para el público, dijo. Explicitó que se trata de una obra de teatro interpretada por bailarines, lo que representa una oportunidad para los artistas en su crecimiento profesional.

Generalidades

Considerada como una de las obras más importantes de la literatura estadounidense, “Un tranvía llamado Deseo”, cuenta la historia de Blanche DuBois, una dama sureña con delirios de grandeza, refugiada en un mundo inventado, presumida, altanera y desequilibrada y Stanley Kowalski, su rudo cuñado miembro de la clase inmigrante proletaria, que en esos tiempos incrementaba su influencia y determinación en la sociedad norteamericana.

Se estrenó en Broadway el 3 de diciembre de 1947 y su última representación fue el 17 de diciembre de 1949 en el Teatro Ethel Barrymore. La producción de Broadway fue dirigida por Elia Kazan y protagonizada por Marlon Brando, Jessica Tandy, Kim Hunter y Karl Malden.

En 1951, la película Un tranvía llamado Deseo, basada en la obra y dirigida por Elia Kazan ganó varios premios, incluyendo un Oscar en la categoría Mejor Actriz, por la actuación de Vivien Leigh como Blanche.

Argumento de la obra de Mauricio Wainrot

En la escena final de Un tranvía llamado Deseo, de Tennessee Williams, Blanche Dubois, su protagonista, es llevada a un hospital para enfermos mentales. Es ese momento, precisamente, el punto de partida de esta versión coreográfica.

Los acontecimientos más importantes en la vida de Blanche son recreados a través de sucesivos flashbacks, cuando ya todo pasó y sólo quedan jirones deshilvanados de su memoria.

Es una historia hecha de retazos, como Blanche misma, presentada como una personalidad escindida, a través de la multiplicación en escena de varias Blanche que se mezclan y confunden.

La obra revive, en forma constante y obsesiva, los nudos desencadenantes de la progresiva crisis de Blanche: el suicidio de su marido, la imposible convivencia con su hermana y su cuñado Stanley Kowalski, la relación con Match –de quien recibe afecto y confianza- y sobre todo, el permanente enfrentamiento con Stanley.

Blanche y Stanley son dos personajes que se atraen y rechazan. No representan sólo dos mundos y dos culturas muy diferentes. Son, también, paradigmas de dos épocas que se enfrentan sin ninguna posibilidad de compresión.

   
 
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