Centenario del Banco de Seguros
Prosperidad, renovación institucional y nuevo Almanaque
con pintoresco editorial de Mujica
El Banco de Seguros del Estado (BSE) se
encuentra en uno de los momentos más prósperos de su
historia e iniciando un proceso de renovación
institucional, dijo hoy su presidente, Mario Castro, al
lanzar las actividades de celebración del centenario de la
institución. En la ceremonia fue presentada una edición
especial del tradicional Almanaque del BSE, que incluye un
editorial del presidente José Mujica.
El BSE registra actualmente un nivel de
ganancias como pocas veces conoció desde que fuera fundado,
el 27 de diciembre de 1911, señaló Castro en su discurso,
pronunciado en el salón de actos de la Torre Ejecutiva.
A lo largo de estos cien años, el banco
nunca tuvo que ser asistido por el Estado y “brindó al país
grandes aportes en la construcción de infraestructuras” a
través de su participación en el financiamiento de represas
hidroeléctricas, calles y avenidas, edificios públicos,
bienes culturales y deportivos.
El gran desafío que se plantea hoy la
institución es la renovación tecnológica y generacional,
emprendida en el marco de la reforma del Estado.
En los últimos tiempos, las coberturas
realizadas por el banco que más crecieron fueron los
seguros de automóviles, que pasaron de 270 mil en 2009 a
más de 500 mil en 2010.
Entre las actividades conmemorativas del
centenario anunciadas hoy figuran el acompañamiento de
todos los festejos que se lleven a cabo en el país por el
bicentenario de la gesta artiguista.
El BSE tiene previsto además una serie
de jornadas artísticas y académicas, así como eventos
deportivos y diversos homenajes repartidos a lo largo del
año, y hacia mediados del mismo la inauguración de las
obras de remodelación de su sede en el centro de
Montevideo.
En la ceremonia de este martes 15 fue
presentada la edición especial del tradicional Almanaque
del BSE, que recoge una selección de artículos publicados
desde 1911 y comprende un editorial del presidente Mujica.
En su nota (ver documento adjunto), el
mandatario recuerda la importancia de esta publicación (más
que un almanaque un “objeto de biblioteca”, escribe) sobre
todo para las familias del Uruguay rural. No en vano,
recuerda, en un primer momento se llamaba “Almanaque del
labrador” y luego “Almanaque del labrador y el ganadero”.
“En muchos lugares (…) los sucesivos
ejemplares se atesoraban para volver una y otra vez a ellos
en busca de información para manejar las más diversa
alternativas de la vida. ¿Hay que preparar ceba para matar
langostas? ¿Hay que prevenir el tifus? ¿Hay que armar un
apiario? ¿Hay que afinar la guitarra? ¿Hay que cocinar
conejo? ¿Hay que leerles un cuento a los niños? Todo estaba
ahí, a menudo en un solo ejemplar”, subraya el presidente. |