San Salvador: lugar de interés regional
Relevamiento arqueológico de enclave geopolítico
español del siglo XVI
Arqueólogos de la Comisión del
Patrimonio Cultural de la Nación trabajan en un área en
la que Gaboto emplazó el fuerte San Salvador en 1529 y
Ortiz de Zárate la ciudad Zaratina en 1574, a dos
kilómetros y medio de la desembocadura en el río
Uruguay. Allí, fueron identificados sitios arqueológicos
donde se hallaron artefactos navales de época y del
siglo XVIII, además de enterramientos prehispánicos que
configuran la riqueza histórica del lugar.
En el
marco del proyecto “Paisaje Cultural Proyecto San
Salvador” de la Intendencia de Soriano, se realizó una
presentación oficial a la prensa de las tareas
arqueológicas que un equipo de la Comisión del
Patrimonio Cultural de la Nación viene desarrollando en
área ubicada sobre el río San Salvador, a dos
kilómetros y medio de su desembocadura en el río
Uruguay.
Los
periodistas de medios locales, nacionales e
internacionales se trasladaron por el San Salvador,
desde la ciudad de Dolores hacia el área, en un trayecto
que insumió poco más de veinte minutos. El espeso monte
de galería de sus márgenes y la variedad de aves que en
él encuentran refugio, quizás fuera semejante al
contemplado por los integrantes de la expedición de
Sebastián Gaboto que surcaron esas aguas para
establecer, en 1527, el que presumiblemente sería un
primer asentamiento español en el Río de la Plata.
En
enero pasado, los buzos deportivos locales José Luis
Gómez y Alfonso Quian encontraron, a una profundidad de
seis metros, estructuras náuticas correspondientes a un
montículo de lastre y debajo del cual yacen vestigios de
un barco de la primera parte del siglo XVI. Aunque
trascendió además, que en otros sectores del río también
los hay de embarcaciones pertenecientes al siglo XVIII.
Entre
los artefactos hallados se encuentran cerámica, piezas
de artillería, cabos y calabrotes de cáñamo, clavos de
hierro y herramientas que servían para trabajar la
superficie de las embarcaciones de la época. Estos,
lucen en muy buen estado de conservación, lo que se
explica por los bajos niveles de cloro del río San
Salvador.
El
arqueólogo Alejo Cordero, de la Comisión del Patrimonio,
afirmó que la cerámica identificada dentro del barco
permitirá un fechado absoluto. Esto sería posible a
través de una técnica denominada termoluminiscencia (TLD),
que se realizaría por primera vez en nuestro país, con
la cual se obtendrá una fecha más precisa utilizando la
pasta cerámica.
El
experto explicó que en la desembocadura del río Uruguay
se produce una gran playa donde confluyen los ríos San
Salvador, Negro y la falsa boca de este último, que en
antiguos documentos recoge la denominación indígena de “Hum”.
Se trata de un espacio de maniobra marítima que no
existe desde Colonia, aguas arriba por el Uruguay. La
relevancia de este punto estratégico es que se encuentra
frente a la vía de penetración continental por el delta
del Paraná, que fue surcado en el siglo XVI en busca de
una vía de acceso a los metales preciosos del
altiplano.
Reutilización del territorio
En
tierra, se identificó también la existencia de un sitio
arqueológico prehispánico, altamente denso en
materiales, que presenta una serie de ocupaciones
indígenas. Un sitio ceramista correspondiente al lapso
comprendido entre los años 1.000 y el 1.400 de nuestra
era, con tres fases culturales diferenciadas.
La
primera corresponde a una serie de cerámicas
tecnológicamente no muy elaboradas. Otra, a diferencia
de la anterior, tecnológicamente muy trabajada, con
decoraciones geométricas, tratamiento de la superficie y
con representaciones zoomorfas.
Además, se recuperaron vestigios de cerámica polícroma
(colores blanco y rojo) pertenecientes a una tercera
fase que coincide con la penetración guaraní en el 1.400
de nuestra era. Aquí los enterramientos primarios se
realizaron en urnas en donde se depositaron los
esqueletos dispuestos en el terreno en forma de panal,
en agrupamientos de quince a veinte individuos.
También fue identificado un segundo sitio arqueológico
que muestra la evidencia del contacto entre las
tradiciones indígenas en cuanto a la construcción de la
pasta cerámica, aunque con la utilización del torno, de
tecnología europea.
Durante
el recorrido, los arqueólogos se detuvieron ante dos
enterramientos visibles y de características diferentes.
Uno a modo de paquete, en donde la disposición del
esqueleto aparecía desarmada de forma que los huesos
largos estaban agrupados junto al cráneo.
El
otro, yacía de cúbito dorsal, arrodillado, e incluía un
ajar funerario constituido por cuentas de cerámica y una
boleadora. Esto nos estaría indicando que el grupo
social que sepultó a ese individuo, según se informó, no
contaba con una organización social igualitaria. Algo lo
hacía diferente al resto de sus congéneres y requería un
tratamiento especial. Ambos esqueletos serán enviados
próximamente al Museo de Dolores para su investigación
en laboratorio. Al mismo tiempo, los expertos coinciden
en que es muy posible que en el área pueda haber decenas
de enterramientos.
Cordero, de la Comisión del Patrimonio, reflexionó que
el punto fue elegido por los primeros exploradores
quienes tomaron el territorio que utilizaron como un
enclave geopolítico. “Tenemos un sitio constituido por
un puerto natural, un naufragio del siglo XVI, que lo
estamos prospectando, y encontramos otro del siglo XVIII.
Es un lugar donde hubo una reutilización del territorio
desde los tiempos prehispánicos. Es el topográficamente
más alto de la zona y desde donde era posible divisar si
un barco navegaba por los ríos Uruguay, San Salvador y
Río Negro”.
Gaboto,
quien fue el tercer piloto en importancia de Castilla,
después de Américo Vespucio y Juan Díaz de Solís, se
estableció aquí entre 1527 y 1529 y su opinión fue
influyente para que los reyes de España, además del
Caribe, también dirigieran la mirada al sur de América.
Su
asentamiento en la zona se registró ocho años antes de
la primera fundación de Buenos Aires y nueve años antes
de la de Asunción, ambas por parte de Pedro de Mendoza.
Inclusive, se presume que fue anterior al
establecimiento del Fuerte Sancti Spiritus, en Santa Fe
(Argentina), también erigido por Gaboto el mismo año.
En 1574
el adelantado Juan Ortiz de Zárate fundó a orillas del
río homónimo la ciudad Zaratina de San Salvador. La
urbanización retomó la antigua estructura del fuerte de
Gaboto, se incorporaron murallas y artillería y se
generó una cintura de chacras y rodeo, según surge de
documentos históricos.
En un
helicóptero de la Aviación Naval de la Armada Nacional
fue posible cotejar desde las alturas la relevancia
topográfica del área que aparece arrinconada contra el
río por extensos campos cultivados de soja y arroz. Hoy,
constituye un espacio muy rico en términos arqueológicos
y de extremada relevancia histórica. En el siglo XVI
conformó una zona de influencia española junto a
Colonia, Buenos Aires y Asunción. |