José Mujica a Belela Herrera
“Tu solidaridad ha sido una vida militante tratando de
ayudar a los perseguidos”
“Gracias por tu compromiso, llenaste tu
vida con un cometido, tu solidaridad con los perseguidos”,
dijo el presidente José Mujica a María Bernabela Herrera
Sanguinetti, condecorada por la embajada argentina en
Montevideo con la Orden de Mayo al Mérito en grado de Gran
Cruz.
La distinción, decidida por la
presidente Cristina Fernández y entregada por el embajador
argentino en Montevideo Dante Dovena, le fue otorgada por
su “pelea ardiente a favor de los derechos humanos” de los
exiliados políticos de varios países latinoamericanos en
las décadas del 70 y el 80.
Mujica agradeció la dedicación de
“Belela” Herrera a esa causa, tanto como funcionaria del
Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados
(ACNUR), en décadas pasadas, como en su papel de
vicecanciller de la República, entre 2005 y 2009.
“La solidaridad, si no duele y cuesta,
puede ser tan solo una palabra”, expresó el presidente,
recordando cómo la homenajeada salvó las vidas de decenas
de personas aun a riesgo de poner en peligro la suya, en
particular cuando la instalación de la dictadura militar en
Chile, en 1973, y tres años más tarde en Argentina.
Herrera agradeció las palabras del
mandatario uruguayo y destacó el compromiso con la defensa
de los humanos manifestado por la presidenta argentina
Cristina Fernández y su predecesor y esposo Néstor Kirchner.
Rememoró su trayectoria en ACNUR, la
fundación de instituciones de derechos humanos en ambas
márgenes del Río de la Plata, y también la lucha por la
recuperación de los hijos de detenidos desaparecidos
apropiados por sus captores.
En la platea que la acompañó se
encontraba Macarena Gelman, hija de María Claudia García,
secuestrada en Buenos Aires en 1976 estando embarazada,
trasladada a Uruguay y desaparecida tras dar a luz.
Nacida en cautiverio, adoptada
ilegalmente y finalmente restituida a su familia biológica,
Macarena entabló un juicio al estado uruguayo ante la Corte
Interamericana de Justicia (CIDH).
La CIDH acaba de condenar a Uruguay,
conminándolo a investigar y hacer justicia en el “caso
Gelman”, a indemnizar a su familia y también a eliminar la
ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, a la
que considera nula por estar en contradicción con
principios elementales del derecho.
Eduardo Luis Duhalde, secretario de
Derechos Humanos de Argentina, recordó a su vez a Belela
Herrera al comando de su Fiat 600 color rojo, acompañada de
refugiados políticos y visitando diferentes embajadas para
brindar protección a los perseguidos por la naciente
dictadura argentina, en 1976.
María Bernabela Herrera Sanguinetti
nació en 1922, en Montevideo. Se licenció como socióloga en
Santiago de Chile, en 1973, y en ese año desempeñó
funciones en ACNUR. Poco después el general Augusto
Pinochet derrocó al gobierno constitucional presidido por
Salvador Allende y Belela Herrera se distinguió protegiendo
la vida de perseguidos políticos y sociales.
Su trabajo consistió en conseguir los
salvoconductos necesarios para que miles de residentes en
Chile pudieran escapar al exterior.
Los 17 años siguientes de su vida los
dedicó a la misma tarea en países como Argentina, Perú,
Brasil y varios de América Central y el Caribe. También se
desempeñó en Costa Rica y México y como observadora de
derechos humanos en Haití y Sudáfrica.
La próxima sede del Instituto
Interamericano de Derechos Humanos, que se inaugurará en
Montevideo, llevará su nombre. |