Arte-cultura en cárceles
Las personas privadas de libertad no lo
están en sus derechos culturales
Un coloquio sobre “Cárceles, Arte y
Cultura”, organizado por el Área Ciudadanía Cultural del
MEC con el fin de garantizar los derechos culturales de las
personas privadas de libertad, se realizó en Torre
Ejecutiva. El teatro, el canto, la escritura y la plástica
son elementos que aportan a la rehabilitación de presos y
presas, aportan conocimiento y desarrollan oficios
artesanales para una mejor reinserción en la sociedad.
El director nacional
de Cultura, Hugo Achúgar, reflexionó, durante la apertura
del evento, acerca de la ciudadanía cultural y su
asociación con los derechos culturales. Las personas al
estar recluidas en establecimientos carcelarios pierden sus
derechos como ciudadanos pero no el resto de sus derechos,
entre los que se encuentran la libertad para acceder a la
cultura y el arte.
La Dirección de
Cultura realiza ya actividades en distintos
establecimientos, como el Comcar, Penal de Libertad, la
cárcel de Cabildo, Centro Nacional de Rehabilitación (CNR)
y la cárcel de Punta de Rieles, donde se desarrollan
talleres de teatro, canto, escritura, plástica y
fotografía. Asimismo, existe un club de ciencias en la
cárcel Cabildo el cual fue premiado en la Feria Nacional de
Clubes de Ciencias en 2009, por su técnica de semi-hidroponia
en una huerta instalada en la azotea del establecimiento
carcelario. Además, la próxima semana se inaugurará una
Usina Cultural en el Comcar y en la cárcel de Paysandú y se
abrirá una Fábrica de Cultura en el CNR donde los presos y
presas podrán aprender oficios tradicionales.
Por su parte, el
ministro del Interior, Eduardo Bonomi, señaló que los
proyectos que se realizan a nivel del sistema carcelario
requieren de raíces sólidas para enfrentarse a este
contexto y evitar su fracaso. “La realidad carcelaria
uruguaya es muy dura”, sostuvo el ministro en referencia a
las condiciones de hacinamiento, mezcla de presos con
diferentes perfiles en espacios comunes, pocas
posibilidades de trabajo y de educación. Son éstos,
factores que inciden en el acostumbramiento de un tipo de
vida sedentaria en la que es difícil incorporar nuevas
actividades y proyectos. Sin embargo, es importante que
este tipo de proyectos formen parte del proceso de
rehabilitación de los reclusos, brindando no sólo un
espacio de expresión sino posibilidades de trabajo futuro
para su reinserción en la comunidad.
Presente también la
coordinadora residente de Naciones Unidas en Uruguay, Susan
McDade y la embajadora de España, Aurora Díaz-Rato,
explicaron la importancia del apoyo internacional en los
proyectos de defensa de los derechos humanos. En Uruguay se
lleva adelante el proyecto Viví Cultura, programa conjunto
del Estado uruguayo y el Sistema de Naciones Unidas,
financiado por la agencia de cooperación española AECID, en
el marco del proyecto de Reforma de Naciones Unidas “Unidos
en la acción”. Viví Cultura tiene como objetivo la
promoción y desarrollo de las industrias culturales y
mejora del acceso a bienes y servicios culturales por parte
de los sectores más excluidos de la población,
especialmente jóvenes y mujeres. En este marco, Naciones
Unidas cuenta con un proyecto específico para apoyar a las
personas privadas de libertad, en el proceso de reinserción
en la sociedad a través del trabajo.
La subsecretaria de
Educación y Cultura, María Simon, resaltó que la cultura es
un elemento de pertenencia de una sociedad y los presos no
viven fuera de las comunidades, solamente se encuentran
recluidos. Sostuvo que no se puede pensar en una
rehabilitación sin tener en cuenta los aspectos básicos de
la vida en sociedad, donde el acceso a la cultura es un
elemento relevante. La cultura, como herramienta de
integración y propuesta laboral es un aspecto que deberá
contemplarse para que las personas privadas de libertad no
estén privadas del conocimiento, la libre expresión y el
arte.
El coloquio promoverá
la realización de actividades culturales que se pueden
desarrollan en centros de reclusión y que sirvan, a su vez,
como parte de la rehabilitación de los reclusos para su
posterior reinserción en la sociedad. Al cierre, se
presentó un espectáculo artístico a cargo de alumnos y
docentes de los talleres de teatro del Penal de Libertad y
la murga del Centro Nacional de Rehabilitación (CNR).
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