Presos apuestan a la rehabilitación
Integración social y trabajo:
sustanciales para transitar camino hacia la libertad
Una cuadrilla de 14 trabajadores
-privados de libertad- realizan tareas de
desmalezamiento y limpieza de padrones en beneficio de
la ciudad de Maldonado. La experiencia es calificada
como “un aprendizaje muy positivo” y un aporte
sustancial para la integración social, que ayuda a
cumplir la meta de rehabilitación para el regreso a la
sociedad, ya en situación de libertad.
El
Ministerio del Interior, la Intendencia de Maldonado, el
Sistema Nacional de Emergencias y el Patronato Nacional
de Encarcelados y Liberados realizaron el lanzamiento
oficial del trabajo de cuadrillas de personas privadas
de libertad en el departamento esteño.
Nelson
Dos Santos es uno de los integrantes de cuadrilla que
trabaja desde hace dos semanas en tareas de
desmalezamiento y limpieza en la zona del Club de Golf.
Es parte del grupo de 14 trabajadores que integran
hombres y mujeres, en el marco de las actividades de
limpieza y cortado de árboles, como forma de prevención
de incendios.
“Me
eligieron por la buena conducta durante la permanencia
en el centro carcelario del departamento”, dijo.
También trabaja en comisión en el Taller de Artesanos y
asiste a quinto año, opción Humanística en el liceo de
la ciudad.
La
jornada laboral comienza a las 8:00 a.m. y culmina a las
12:30 horas. Desde la zona de trabajo parten en un
ómnibus de Jefatura de Policía hacia un comedor de la
Intendencia.
Nelson
informó que para participar de las jornadas laborales,
los presos firmaron un contrato laboral por tres meses,
renovable a siete meses. El sueldo que reciben por mes
es de $ 3.700, de los cuales queda líquido unos $ 3.000
descontados los aportes sociales.
Luego de
que recibieran la propuesta de trabajo, fueron muchos
los presos que se anotaron con la esperanza de lograr
“salir a la calle”, recuerda Nelson Dos Santos.
Enfatizó
que es una oportunidad para salir y también para tener
un trabajo en la Intendencia Municipal, “los
antecedentes no nos ayudan para tener un trabajo, pero
el haber participado en este proyecto si nos habilita,
es una ayuda”, señala.
Para
Nelson, esto representa un beneficio realmente
importante porque “por cada dos jornadas laborales, se
nos descuenta una tras las rejas”. Asegura que la
situación es fundamental para su familia, porque
“ellos están muy contentos”.
“Todavía
no cobré el primer sueldo, pero cuando lo haga todo será
para mi hijo Tobías de siete años”, indica.
“A mí me
sirve, porque es una oportunidad de salir de la cárcel,
integrarme y rehabilitarme dentro de la sociedad”.
Agrega que la acción “es hacer un bien por tanto mal que
hemos hecho”.
En su
caso, Gladys Bracesco de 52 años dice que es la primera
vez que está privada de libertad y trabaja en el
desmalezamiento utilizando motosierras, situación que
visualiza como una “experiencia” positiva y distinta.
Según
dice, le gustaría que la juventud viera que se puede
trabajar y “que no es toda la vida estar preso y tener
cama y comida asegurados”. Reafirmó que es necesario
trabajar “para sentirse útil”.
Asimismo, Gladys recuerda que tiene unos hermosos
nietos e hijos afuera de la cárcel y que quiere salir
pronto para estar con ellos. “Este es el camino a la
libertad”, señala convencida. |