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Mensaje del Presidente Tabaré Vázquez a la ciudadanía al cumplirse 4 años de la gestión de Gobierno
18 de Julio y Paraguay
7 de marzo, 2009

Queridas uruguayas, queridos uruguayos. Se que se ha transformado en un lugar común, comenzar una vez más esta presentación ante ustedes con las mismas palabras y primero es lo primero; lo primero es agradecer la presencia de todos ustedes, de quienes están viendo del otro lado de la pantalla de televisión, escuchando por radio o por Internet este acto.

Ciudadanos de todos los partidos políticos. ¿Quién lo puede negar? Ciudadanos de todos los partidos políticos, decenas, centenas de miles, siguiendo por todos estos medios, sin duda, este acto de Gobierno. Que no le quepa a nadie la menor duda, este es un acto político, del Gobierno Nacional, del Presidente, de todos los uruguayos, para todos los uruguayos. Y que nadie se confunda, no es un acto partidario. Es un acto de todos los uruguayos. De todos los uruguayos, de cualquier condición socioeconómica, cultural, de cualquier pensamiento religioso, de cualquier creencia filosófica. Es un acto que intenta rescatar aún más ese camino de profundizar, de ahondar, de ensanchar la democracia en el Uruguay.

Y que a nadie se le ocurra preguntar cuánto cuesta, cuál es el costo de este acto. Este acto no tiene costo, no es un gasto, esto es una inversión y lo que se invierte en profundizar la democracia -desde mi muy modesto punto de vista- muy bien invertido está.

El 17 de febrero de este año remitimos, como corresponde, al Parlamento Nacional, el informe de la Rendición de Cuentas, del balance presupuestal del año 2008. Y al otro día esa información fue colgada en página web de Presidencia. Seguramente ahí muchos ciudadanos han tenido oportunidad de enterarse de lo que este Gobierno -el Gobierno de todos los uruguayos- ha hecho en el correr del año 2008. Pero seguramente muchos de ustedes no lo habrán podido hacer o no tuvieron tiempo para hacerlo. Lo que sí tienen, todos los ciudadanos, es el derecho a saber lo que el Gobierno ha hecho. Por eso estamos acá. Para cumplir con nuestra obligación. Para cumplir con nuestro deber de informar y de hacerlo así, cara a cara, a la población de lo que hemos hecho. Pero también, para rescatar nuestro derecho como gobernantes a informar y decir lo que hemos hecho a lo largo de estos cuatro años de gestión de este Gobierno Nacional.

Y cuando digo “lo que hemos hecho”, lo digo porque lo que se hizo no es sólo trabajo de una persona, o de dos personas, o de tres personas. Es trabajo de un equipo, de un equipo que comenzamos a formar al otro día de haber ganado las elecciones en octubre de 2004. Y fueron muchos ministros, subsecretarios, directores de secretaría de los distintos ministerios, asesores, presidentes de comisiones y miles y miles de ciudadanos que trabajaron fuerte para llevar adelante el Programa de Gobierno que había elegido la población, que habían elegido los uruguayos. Es imposible nombrar a todos y a cada uno de ellos. Pero quisiera sí, hoy, en las personas que voy a nombrar, explicitar mi reconocimiento a todos esos ciudadanos, tantos y tantos que han trabajado para lograr lo que se ha logrado en estos cuatro años. Y lo voy a hacer en las personas de quienes estuvieron ocupando cargos en los ministerios. Quienes ocuparon cargos y que hoy están realizando otras tareas, que prestaron una impresionante y valiosa colaboración para el desarrollo del programa de gobierno. Y me refiero al Senador Mariano Arana, me refiero al Senador Danilo Astori, me refiero a la hoy Presidenta del SODRE, Doctora Azucena Berruti, nombro al Ingeniero Jorge Brovetto, al Doctor José Díaz, al Senador Reinaldo Gargano, al Embajador Jorge Lepra, al Senador José Mujica; y quiero también reconocer a quienes me han acompañado desde el principio de esta gestión, me refiero a la Ministra Marina Arismendi, al Ministro Eduardo Bonomi, al Ministro Héctor Lescano, a la Ministra María Julia Muñoz, que está en la India recibiendo un premio internacional por el tema del tabaco y al Ministro Víctor Rossi.

A quienes hoy nos están acompañando, ocupando cargos en estos Ministerios. Al Ministro Ernesto Agazzi, al Ministro José Bayardi, al Ministro Carlos Colacce, al Ministro Álvaro García, al Ministro Daniel Martínez, a la Ministra María Simon, a la Ministra Daisy Tourné, a quien me acompañara desde el principio como Secretario de la Presidencia y hoy Canciller, Doctor Gonzalo Fernández, a quien ocupara la Dirección de la Oficina de Servicio Civil y hoy la Secretaría de Presidencia, el Doctor Miguel Toma, al Licenciado Prosecretario, Jorge Vázquez, que me acompañó desde el principio de la gestión, al ex Director de la OPP, Carlos Viera, y al actual Director, Profesor Enrique Rubio.

Y una mención muy especial a quien fuera mi compañero de todos los tiempos, cuando comenzamos, hace más de quince años las campañas electorales. A quien fue leal, a quien fue un compañero cabal, al que supo representar al país cuando lo tuvo que representar y al que cuando tuvimos que dejar el país para que él ocupara la Presidencia, lo hizo con hidalguía, lo hizo con entereza, lo hizo con capacidad, lo hizo con firmeza y con compromiso político: Rodolfo Nin Novoa.

Y acá estamos, uruguayas y uruguayos. Acá estamos. Acá estamos en términos de presencia de ciudadanía, de equipo de Gobierno, de Consejo de Ministros, de Presidente de la República. Acá estamos en términos de dar la cara, de asumir responsabilidades. Sin reproches, pero sin excusas.

Pero también acá estamos en términos de avance del cumplimiento de los compromisos de Gobierno y en términos de progreso como sociedad y como país, en el cumplimiento de los compromisos de Gobierno y en términos de progreso como sociedad y como país

Tuvieron suerte, les tocó gobernar en un contexto internacional económicamente favorable, han dicho, dicen y piensan algunos. Yo digo que pensar es buena costumbre, además es bien saludable. Y es verdad, hasta mediados del año 2008 hubo un contexto internacional económicamente favorable, tuvimos suerte, pero a la suerte hay que ayudarla. No fuimos, este Gobierno no fue, los únicos y primeros tocados por esa suerte, pero ustedes lo saben, aprovechamos el período de bonanza para reducir las brutales vulnerabilidades que presentaba el país al comenzar nuestra gestión. No perdimos el tiempo, ni perdimos las oportunidades. Y lo vemos en los siguientes capítulos. En lo financiero, la administración prolija y profesional de la deuda pública permitió recuperar la liquidez y la confianza avanzando en el cumplimiento de un conjunto de objetivos básicos entre los que mencionaré

Uno, reducción del peso de la deuda externa con relación al producto bruto interno, esa relación era extremadamente alta. Reducirla era una condición fundamental para la sustentabilidad de las cuentas públicas. La relación deuda pública neta, producto bruto interno, se redujo a menos de la mitad, pasando del 69% a fines de 2004, al 31% en el tercer trimestre de 2008, último dato disponible.

En segundo lugar, hubo en reperfilamiento de la estructura de los vencimientos de esa deuda, superando el ahogo financiero que heredamos, las necesidades de financiamiento del Gobierno central, que debimos enfrentar en los primeros meses de gestión, equivalían al 23% del producto, lo que resultaba absolutamente impagable.

Esta situación que heredamos contrasta con la que se observa en la actualidad y la que recibirá el próximo Gobierno Nacional. En este momento las necesidades de financiamiento para los años 2009 y 2010 se ubican en tan solo el 6% del Producto Bruto Interno y el año 2009 y gran parte del año 2010 ya están financiados.

Tercer elemento en el terreno financiero, disminución del peso de la deuda con condicionamiento. Esa deuda que teníamos con los organismos financieros internacionales y que nos condicionaban fuertemente y aumentamos, incrementamos la deuda soberana, sin condicionamiento, deuda que maneja nuestro país, que manejará este y el próximo Gobierno, sin condicionamiento más que lo que fijó el propio país. Terminamos con los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional y se redujeron sustancialmente las obligaciones con los otros organismos multilaterales de crédito, sustituyendo deuda condicionada que teníamos de corto plazo, por deuda soberana de largo plazo, reduciendo el costo del endeudamiento que era muy caro, por tratarse de una deuda que el Gobierno anterior adquirió de emergencia durante la crisis del año 2002.  

 

En cuarto lugar, hubo desdolarización de la economía tal cual lo planteábamos en la campaña electoral anterior. Incrementando el endeudamiento en moneda nacional, ese endeudamiento en moneda nacional era sólo del 10% en el año 2004. Hoy la deuda externa uruguaya, en plata uruguaya, es el 30%. En quinto lugar, trabajamos para mantener elevados niveles de liquidez internacional. Los activos de reserva que hoy tiene el país más que se duplicaron en nuestro período de gobierno, pasando de 2.500 millones de dólares a fines de 2004 a 6.300 millones de dólares a fines de 2008. Esto sin duda, sin duda, constituye en un reaseguro esencial para poder enfrentar en mejores condiciones la actual crisis internacional. Si eso pasó en materia financiera cómo trabajamos en materia fiscal. En esta materia, se avanzó notablemente en la recomposición del gasto público priorizando los gastos y las inversiones estratégicas y generando incentivos tributarios a la inversión, todo ello en un marco de responsabilidad fiscal. Por primera vez, se aprobó una Ley de Presupuesto Nacional consistente con un programa financiero responsable y con prioridades bien definidas. Primero definimos lo que queríamos hacer y luego elaboramos el Presupuesto. Y lo que queríamos hacer era, en primer lugar, atender la emergencia nacional y nadie pudo tocar que lleváramos adelante un Plan de Emergencia Nacional. Pero definimos como prioridades no el manejo correcto de los elementos integrantes de la macro-economía que había que manejarlos bien, no había otra posibilidad, había que manejarlos adecuadamente, ese era un objetivo, pero no el central. El objetivo central lo fijamos diciendo: para este gobierno son prioridades la educación, la salud, las políticas sociales, las obras de infraestructura, la seguridad pública y el sistema judicial. Esto es lo fundamental. Las otras son herramientas. A su vez, se garantizó que durante este período de gobierno se recuperaría la pérdida salarial que habían sufrido anteriormente los funcionarios públicos. Y en cumplimiento de los compromisos programáticos de Gobierno que a partir de octubre de 2004 pasó a ser un mandato de la soberanía al Gobierno, se realizaron reformas de la institucionalidad fiscal y presupuestal entre las que se destacan las siguientes: 1º Reforma de los organismos recaudadores, en particular de la Dirección General de Impositiva, Banco de Previsión Social y la Dirección Nacional de Aduanas, para hacerlas más eficientes, más eficaces, más transparentes.

2º Presupuesto diseñado para estimular la mejora en la gestión pública. Que  hay mucho por hacer todavía, uruguayas y uruguayos. Pero que mucho se ha hecho. Y optimizar entonces el uso de los recursos económicos y de los recursos humanos.

3º Creación de una oficina de administración de la deuda pública cuyos resultados trabajados profesionalmente y muy eficientemente ya comentamos.

4º Reforma Tributaria sobre criterios de justicia, eficiencia, y estímulo a la inversión productiva, lo que está permitiendo avanzar hacia objetivos de mayor equidad en la estructura impositiva, mayor eficiencia del esquema impositivo y contribución al Uruguay Productivo.

Tenemos que mejorar todavía la distribución de la riqueza, pero no somos magos. Somos humanos, tenemos limitaciones y hacemos lo que podemos hacer.

Hay mucho para hacer, mucho para hacer. Pero mucho es lo que se ha hecho.

Se comenzó a distribuir de otra manera la riqueza que el país ha generado. Que pague más quien tiene más y que pague menos quien tiene menos.

No era verso. No era verso, y el 1º de julio de 2007 comenzó a ser realidad. Y contrariamente, uruguayas y uruguayos, contrariamente a algunos pronósticos no necesariamente metereológicos, se hizo todo sin drama. Se equivocó la paloma cuando quiso dramatizar la reforma impositiva que este Gobierno llevó adelante.

Ochenta por ciento de los trabajadores y más del 90% de los jubilados y pensionistas dejaron de pagar el Impuesto a las Rentas Personales y no pagan, o pagan mucho menos, con el Impuesto a las Rentas de las Personas Físicas.

Como resultado de la prudencia y responsabilidad fiscal, el resultado de las cuentas públicas mejoró notoriamente.

El déficit fiscal durante nuestra Administración ha disminuido sustancialmente. El déficit promedio entre el año 2005 y este año 2008 fue de 0.8%, promedio, de esos cuatro años. Mientras que el de 1985 al 89 fue del 5%. El de 1990 al 94, fue de 1.2%. El de 1995 al 99 fue de 1.8%, y el del periodo 2000-2004 se ubicó en 3.4%. Las cifras hablan por sí solas.

Hoy, nuestro déficit fiscal es de 1.6% del PBI, debido a dos elementos fundamentales que nos movieron las cuentas. Uno, es el sobrecosto energético, las sequías, la necesidad de generar más energía eléctrica. Punto de partida de las reservas de agua se habían agotado, hubo que comprar más petróleo, el petróleo llegó a valer casi 150 dólares el barril, y las sequías que tuvimos en 2005 y 2006 y estas últimas, que hemos tenido que invertir dinero -y bien invertido está- para tratar de salir adelante, configuraron un sobregasto adicional de aproximadamente 500 millones de dólares, lo que explica que hoy nos hallamos desviado de lo que nos habíamos propuesto como déficit fiscal.

Estos son los números. Ahí están las realidades. Pero estos resultados financieros y fiscales, herramientas que hay que manejar muy bien, fueron los que sentaron las bases para las transformaciones profundas que se introdujeron y se están ejecutando en lo que más nos importa: en materia social y en materia productiva y de trabajo para los uruguayos.

En lo social, los resultados alcanzados implicaron una mejora aún insuficiente, es cierto. Lo habíamos dicho en la campaña electoral: quien piense que votándonos, si llegamos al Gobierno, en un día, en una semana, en un mes, en un año, en un periodo de Gobierno, cambiamos todo y arreglamos todo, que no nos vote porque no lo vamos a poder hacer. Lo vamos a tener que implementar gradualmente. Lo dijimos en todo el país, no engañamos a nadie. Lo dijimos.

Ustedes lo saben bien, todos los uruguayos lo saben bien. No recorrimos el país con promesas fáciles. No fuimos a cada lado a decir: “a ustedes les vamos a subir el sueldo, a ustedes les vamos a dar más y además vamos a bajar todos los impuestos, vamos a sacar el IVA, vamos a…”, no dijimos eso. Con responsabilidad dijimos: “va a costar mucho, pero lo vamos a hacer. Entre todos lo vamos a hacer y lo vamos a sacar adelante”.

Y hay que hacer más, claro que hay que hacer más. Hay que hacer mucho más. En tres años, uruguayas y uruguayos, la indigencia, la pobreza extrema, se redujo a menos de la mitad. De casi un 4%, al 1,7%. Y la pobreza, disminuyó en casi un tercio, pasó del 32% al 21%. A mediados del año pasado, en Uruguay había 260 mil pobres menos y 59 mil indigentes menos que en el año 2005.

Cuando comenzamos nuestro Gobierno, uno de cada tres uruguayos estaba en situación de pobreza. En la actualidad, uno de cada cinco padece esta situación y nos duele enormemente. No queremos que haya pobreza en el Uruguay y en esta dirección creo, tenemos que seguir trabajando porque ese es el objetivo fundamental de un Gobierno que quiera ser profundamente humano.

La mortalidad infantil que se situaba en 13,2 por mil al inicio de nuestra gestión, en el 2008 se situó en el 10,6 por mil y pretendemos llegar a un solo dígito en mortalidad infantil. Pero, en Las Láminas, ¿se acuerdan de Las Láminas? ¿Allá, en el norte del país? La mortalidad infantil era de un 53 por mil. Vergonzosa mortalidad infantil. Hoy está en un 13 por mil. Y no por milagro. Por el trabajo que se hicieron desde el Ministerio de Salud Pública, desde el MIDES, desde otros Ministerios, apoyando una serie de programas para proteger a la madre, a la mujer embarazada y al niño recién nacido.

Por otra parte, uruguayas y uruguayos, se verificó una marcada recuperación del empleo, creándose 170 mil nuevos puestos de trabajo, con tasas de empleo que se ubican en sus máximos históricos y tasas de desempleo en niveles mínimos: 6,6 % a finales de 2008.

Pero no solo se generaron nuevos empleos. Se generaron buenos empleos. Empleo de calidad. En efecto, hubo notables incrementos en términos de formalidad. Se formalizaron y hay 1.260.000 puestos cotizantes al Banco de Previsión Social, en el último cuatrimestre del 2008. Récord absoluto de afiliaciones en el Banco de Previsión Social.

El salario real creció un 19%. Mejoraron, sin duda, las relaciones laborales. Hay negociación colectiva, hay tripartita, el Estado no está ausente en estas negociaciones, está presente, como debe ser. Empresarios, trabajadores, Gobierno. En pasividades, se prestan 710.000 prestaciones que corresponden a 550.000 personas. Y un apunte sobre el empleo. A nivel de Estado hubo que regularizar, ordenar o naturalizar miles de situaciones heredadas, muchas de ellas de muy larga data. Años de becarios, años de pasantías, años de contratos. Esto es lo que regulamos. Hoy son funcionarios, están regularizados. No hay incremento, o si lo hay, es mínimo, y no el que se dice.

 

Sin perjuicio de ello, sí, hubo que crear nuevos cargos a nivel del Estado.

Hubo que crear nuevos cargos. Pero ninguno de esos cargos se llenó a dedo. Los nuevos ingresos al Estado fueron por concurso, por sorteo, abiertos a toda la población.

En el terreno del bienestar de la población hubo un fuerte incremento de la inversión social que permitió. No es un término técnicamente correcto el de “inversión social” el correcto sería gasto social, pero yo me rebelo a creer que una inversión en obras sociales sea un gasto, es una inversión. Y digo además, es una excelente inversión. Esta inversión social permitió fortalecer las redes de protección, aspecto que resulta de fundamental importancia en la actualidad para poder afrontar posibles impactos locales de la actual crisis financiera global. Estamos mejor preparados, sin duda, que la crisis anterior.

En 2008, por ejemplo, el BPS liquidó 542.000 beneficios activos. Subsidios por desempleo, subsidios por enfermedad, subsidios por maternidad, lentes gratis, prótesis gratis. Se pagaron 7.500.000 pasividades y pensiones y se pagaron 12.400.000 beneficios de cuota mutual; y de esto voy a hablar cuando hable de la Reforma de la Salud. Y, a propósito, debo decir que cabe resaltar el aumento de la inversión en salud, incluyendo el FONASA, el Ministerio de Salud Pública y ASSE, que más que se duplicó en términos reales, aumentando el entorno de un 130% la inversión de salud en nuestro período de Gobierno.

En 2004, uruguayas y uruguayos, los recursos destinados a la salud se ubicaban –en 2004- en 170 millones de dólares. En el 2008, alcanzaron los 600 millones de dólares a precios constantes. Y de esos 600 millones, 500 millones corresponden a ASSE y 100 al FONASA.

Para el presente año –el año ese que algunos agoreros dicen que se va a caer en pedazos el Uruguay- se prevé una inversión igual a la del año pasado. El conjunto de inversiones vinculadas con la protección social también aumentaron sustancialmente el presupuesto destinado al INAU, al MIDES, al INDA y a Asignaciones Familiares. Más que se duplicó, aumentando 120% en nuestro período de Gobierno. Al respecto, es pertinente resaltar que en función de lo dispuesto en la Ley 18.227 del Plan de Equidad, referida al nuevo sistema de Asignaciones Familiares, en febrero de 2008 comenzaron a cobrar este beneficio 230.155 niños y adolescentes anteriormente amparados sólo en el Plan de Emergencia; lo cual representa, uruguayas y uruguayos, el 99,4%, casi el 100% de esos niños amparados en el Plan de Emergencia, son beneficiarios hoy de esta Ley.

Ustedes recordarán como cuando se estaba desarrollando el Plan de Emergencia había quien decía –bueno, entre otras cosas, porque del Plan de Emergencia se dijo muchas cosas, pero voy a tomar una porque el tiempo corre y tengo que avanzar-, decían: “¿y qué va a pasar ahora cuando se salga del Plan de Emergencia?”, “ya van a ver a los pobres venir corriendo por todos lados para reclamar, para protestar, porque esta limosna que se les está dando los va a dejar mal”. Claro, esa es una mentalidad para pensar cómo se sale de un Plan de Emergencia. Nosotros teníamos otras propuestas: Rutas de Salida. Varias rutas de salida de las que hablaremos, entre ellas las asignaciones familiares, son las que nos permitieron salir sin ningún tipo de descalabro del Plan de Emergencia e instalarnos hoy en el Plan de Equidad. El total de importes pagados por esta prestación, asignaciones familiares, alcanzó en el mes de diciembre de 2008 a 10 millones de dólares a valores constantes y en 2007 había sido de 3 millones y medio. Quiere decir, que cada vez más, las redes de protección social se están desarrollando efectivamente en el país.

 

Sobre la educación. El presupuesto dedicado a la educación también registró un aumento significativo. En el 2004 se destinaban 420 millones de dólares para la educación. En valores constantes, en el 2008 se están destinando 1.350.000 dólares para la educación. Prometimos y cumplimos. Al final de nuestro período de Gobierno destinados a la educación representarán el 4,5 % del PBI nacional.

También en Seguridad Pública ha aumentado la inversión. Casi 50% más que en períodos anteriores, en equipamiento, en capacitación, en salario y protección social al funcionario policial y a sus familias. Claro que hay delitos, vaya noticia. Claro que los mismos provocan daños a menudo irreparables y además provocan inseguridad. Pero la serie histórica demuestra que no ha aumentado la cantidad de delitos sino que ha variado la tipología de los mismos. Hoy en los jóvenes hay más hurtos y rapiñas. Claro que tenemos que ser severos con quien delinque. Pero tenemos que ser más severos con las causas que llevan a esa producción de delincuencia. Esa una tarea pendiente, no es fácil, pero habrá que llevarla adelante. Lo que sí  ha aumentado y ha aumentado espectacularmente es la cantidad de crónicas policiales. No es una excusa, ni un reproche, es una realidad que podemos constatar día a día. Miren uruguayas y uruguayos, a manera de anécdota, dos. Una emisora radial del interior del país elaboró, hace pocos días, una ópera antigubernamental porque una señora que caminaba al costado de un camino se la llevó por delante una bordadora de cortar pasto,  que llevaba un motonetista en su moto, la rozó, la tiró, un accidente común y corriente, sin embargo fue base para que se hiciera una ópera anti gubernamental por ese accidente carretero.

Y hace pocos días escuchábamos, en una audición radial en Montevideo, en el informativo, que como no había ningún hecho policial así grande, trascendente, la noticia era que un señor que se había peleado con su suegra, entró a la casa, patió una puerta y rompió unos vidrios.

Bien, tenemos que trabajar para aumentar la seguridad pública, y lo vamos a hacer. Vamos a seguir haciéndolo.

En fin, uruguayas y uruguayos, la inversión social que significaba el 35% del presupuesto anual en el 2004, este año significa el 49% del presupuesto. Y a ello podríamos sumar las inversiones en infraestructura porque las carreteras y puentes o los servicios de luz, agua y saneamiento, también inciden en la calidad de vida de los uruguayos. En el año 2004 las inversiones del Ministerio de Transporte y Obras Públicas en infraestructura se situaban poco menos que en 100 millones de dólares, año 2004. En el año pasado, las inversiones de este Ministerio de Transporte y Obras y la Corporación Vial, ascendieron esas inversiones a tres veces más, 280 millones de dólares. Y a ese monto, reitero, podríamos sumar los 120 millones previstos para el saneamiento de la Ciudad de la Costa y Maldonado, a lo que nos habíamos comprometido y vamos a empezar a ejecutar, obras pendientes desde hace décadas. Los 65 millones de dólares destinados a mejorar la Planta de OSE de Aguas Corrientes, que abastece a Montevideo, la ampliación de la Planta de UTE en Punta del Tigre, o su primer parque eólico que comenzó a funcionar recientemente en la Sierra de los Caracoles.

Si esto es en lo social, en materia productiva, los resultados alcanzados por el Gobierno han sido excepcionales, registrándose una marcada expansión económica con un crecimiento económico de 8% promedio anual en este período, creciendo sistemáticamente por encima del promedio de América Latina, que también tenía el mismo contexto internacional favorable. En este último año, 2008, estimado en base a datos de noviembre de ese año, América Latina va a crecer o creció un 4,6% su Producto Bruto Interno. Y el Uruguay, nosotros, este pequeñito país, con un contexto internacional favorable como el que tuvo toda América Latina, vamos a crecer o crecimos un 10,6% del  Producto Bruto Interno. Y para el año en curso, seguimos manteniendo la expectativa de crecimiento económico que se ubica en el entorno del 3%. Haremos un seguimiento muy estricto, la crisis internacional está presente, vaya si hay países del mundo desarrollado que están en quiebra, se están cayendo en pedazos, están en una profunda recesión. Y se nos dice, “ah sí pero este año que viene vamos a caer porque vamos a crecer sólo un 3%”, pero si 3% era lo que crecíamos promedialmente antes en el Uruguay y era gran crecimiento. Claro, va a ser muy difícil que podamos crecer 2 dígitos en nuestro Producto Bruto Interno este año, pero vamos a crecer, tenemos confianza, tenemos fe, tenemos esperanza, tenemos fuerza, tenemos ganas y todos juntos lo vamos a poder hacer, todos los uruguayos juntos lo vamos a poder hacer. También cabe destacar la fuerte recuperación de la inversión tanto pública como privada, que creció un 16% promedio anual, lo cual constituye un factor fundamental para incrementar la tasa de crecimiento económico de largo plazo y por supuesto la creación de empleo, así como la mejora de la competitividad de la economía. La inversión pública, pasó de representar el 2,4 % del PBI en 2005, al 3,3% en 2008. Dentro de las inversiones públicas cabe destacar las realizadas en materia de puertos, de energía, de infraestructura vial, de agua y saneamiento, inversiones que contribuyen directamente al crecimiento económico, así como también, indirectamente, apalancando (esta palabra existe, la saqué del diccionario, apalancando existe, yo se que la van a ir a buscar algunos, existe en el Diccionario de la Real Academia Española); apalancando la inversiones privadas, sin puertos, sin carreteras, sin energía, no hay posibilidades de crecimiento económico, ni de creación de empleos. La inversión extranjera directa, por su parte, también ha presentado un notable dinamismo alcanzando cifras récord para la historia del Uruguay. En la década del 90, la inversión extranjera fue, en promedio de 135 millones de dólares anuales. Entre el 2001 y el 2004, subió al doble, 295 millones de dólares anuales.

En nuestro periodo de gobierno - y cuando digo nuestro periodo de gobierno los miro a todos ustedes, quienes están aquí, quienes están detrás de las cámaras, quienes están escuchando por radio o en el resto del mundo por Internet, porque esto lo hicimos entre todos los uruguayos -, en nuestro periodo de gobierno, dejando de lado a Botnia, esa cifra trepó a más de 1.000 millones de dólares anuales. Y si incluimos a Botnia supera los 1.200 millones de dólares anuales, y uruguayas y uruguayos, esto constituye una clara señal de los inversores en nuestro país, que aún continúa.

El lunes último, en el Consejo de Ministros, firmé 29 estímulos o promociones a las inversiones en el sector productivo y de servicios para el Uruguay. El lunes último, 29 resoluciones de promoción de inversiones para el Uruguay, fruto del aumento del empleo y de los salarios. Y así también de las pasividades reales, como también de los ingresos no salariales, el consumo privado presentó un marcado dinamismo en todo el periodo de Gobierno.

No vamos, por cierto, a hablar de ventas de autos cero kilómetro o de paquetes turísticos a Disney World, pero, según un informe fresquito del Instituto Nacional de Estadística del 3 de marzo de 2009, referido al Indice de los Precios del Consumo, el IPC descendió 0.27 en febrero de 2009. Descendió.

Los rubros de este Indice, de este IPC, no son suntuarios, sino que refieren a aspectos tan básicos como la alimentación, la vestimenta, la educación, la vivienda, el mobiliario, el transporte y el esparcimiento.

Esta deflación del 0.27% registrada en febrero ubica la inflación anual acumulada entre febrero de 2008 y febrero de 2009 en el 7.93%, y esperamos en el resto del año estar en el rango que nos habíamos fijado de entre un 3 y un 7% de inflación para el Uruguay.

Haremos algunas consideraciones sobre la temporada turística del verano 2009. Recuerdan ustedes que en octubre de 2008 decían por ahí “esta temporada turística va a ser un desastre”, “se cae a pedazos la temporada turística con esta crisis internacional”, “se termina la temporada turística en Uruguay, vayan cerrando los hoteles, las hosterías, que no van a alquilar nada”. 

Consideraciones preliminares, por supuesto, porque la temporada aún no ha terminado y no tenemos datos finales. Sabemos que los ingresos turísticos en enero de este año, en plena crisis, sobrepasaron los 270 millones de dólares, 40% más que en enero de 2008.

Cuando recibimos el Gobierno los ingresos de todo un año por turismo en el Uruguay eran de 400 millones de dólares. En enero de este año –sólo en enero, sólo en un mes- fueron de 270 millones de dólares.  La última temporada fue de más de 1.000 millones de dólares que ingresaron al país por turismo.

Y esos ingresos no provienen solamente de los turistas extranjeros. Ahí también hubo y hay consumo uruguayo. Hay trabajo uruguayo. ¿O no? ¿Es que no había ningún uruguayo en Punta del Diablo, en La Paloma, en Punta del Este, en Pirlápolis, en Atlántida, en Colonia, en el corredor Termal, en el corazón del Uruguay profundo? Vamos, no pongamos cara de “yo no fui”. Capaz que todos no fueron a hacer turismo, pero muchos sí pudieron hacer Turismo Social también, esta vez, aquí en el Uruguay.

Las exportaciones, por su parte, también registraron un importante crecimiento. Tanto la de bienes como la de servicios, avanzando al mismo tiempo en materia de diversificación geográfica de los mercados de destino. Hemos abierto muchos mercados en muchos países con los que no teníamos ningún tipo de intercambio comercial. Y veamos, no por analizar, por cierto, todos los rubros de exportación. Pero veamos un rubro paradigmático de nuestras exportaciones: la carne.

En el año 2004 se exportaba carne de diferente tipo a 77 mercados, a 77 países. En el año 2008 llegamos a exportar carne a más de 100 países y para el presente año tenemos firmes expectativas de ingresar con carne ovina a Corea del Sur, y con carne ovina deshuesada  a los Estados Unidos de Norteamérica. La calidad de nuestra carne permitió que la misma alcanzara récords históricos en materia de precios. Se llegó a pagar 4 mil dólares la tonelada de carne con hueso. Y el restaurante uruguayo, con carne uruguaya y asadores uruguayos, fue el más exitoso en la Expo Zaragoza 2008. ¿Vieron que se puede?

Pero las cosas no suceden porque sí. Requieren poner una cierta cuota de inteligencia, mucho trabajo, mucha perseverancia y mucha confianza. Resulta claro que sin un manejo prudente y ordenado del gasto público no hubiera sido posible cumplir con los lineamientos programáticos de Gobierno, en particular con el compromiso del 4,5% del PBI para la Educación y con el financiamiento necesario, al mismo tiempo, para implementar la Reforma de la Salud, los planes sociales, las obras públicas y los estímulos a la inversión.

Por otra parte, uruguayas y uruguayos, ésta prudencia y responsabilidad, además, fiscal, junto al adecuado manejo de la deuda, es lo que hoy nos permite, en la actualidad, no ser pro-cíclicos ante la crisis financiera global desatada a mediados del año pasado, evitando tener que recurrir a los tradicionales ajustes fiscales implementados por los gobiernos anteriores. En este período de Gobierno no va a haber ajuste fiscal. No serán los salarios un punto del ajuste.

No sólo no se han adoptado medidas de ajuste, sino que se han realizado enormes esfuerzos por atender y contemplar la problemática de los sectores productivos más afectados por la crisis internacional y la sequía, adoptando un conjunto de medidas de apoyo, en particular, al sector lácteo, que quiero recordar en la tarde de hoy.

Son 34 medidas. Yo sé que puede ser un poco cansador. Sólo las voy a anunciar. A partir del lunes próximo estarán explicitadas en profundidad en la página de Presidencia web de la República. Pero voy a hablar de las 34 medidas que hemos tomado.

Primero: apoyo financiero a la construcción de obras de riego; Plan Sequía I, desde el principio del Gobierno, esto es cierto, con 833 beneficiarios en los departamentos al norte del Río Negro, donde hay hoy aguadas, agua reservada, no sufrió el norte del Río Negro la intensidad de la crisis.

Dos: financiación de instalaciones para aprovisionamiento de riego, se beneficiaron 593 productores, casi la mitad de ellos en Canelones.

Tres: se establecieron microcréditos a pequeñas unidades productivas.

 

Cuatro: se instaló el Plan Sequía 2, para la construcción de soluciones de agua sobre todo al sur del Río Negro. Con las intendencias de los departamentos al sur del Río Negro. Claro, uruguayas y uruguayos, algunos intendentes cuando les planteamos llevar adelante este Plan de Sequía para hacer aguadas, para hacer retención de aguas, dijeron no, no, nosotros vamos a invertir en otra cosa, vamos a hacer cordón cuneta, está bien, es la elección de ellos, pero después que no se quejen. Quienes hicieron aguadas tuvieron más agua que quienes no la hicieron.

Cinco: eliminación de los suelos accesorios como de prioridad forestal.

Seis: estímulos tributarios varios, no tengo tiempo para nombrarlos.

Siete: creación del Fondo de Catástrofes Climáticas Granjeras, la Ley de Rendición de Cuentas 2006. Hoy los granjeros saben que hay un fondo que si hay alguna situación climática adversa tienen un fondo al que recurrir.

Ocho: creación del Fondo Agropecuario de Emergencias, Ley de Rendición de Cuentas 2007 que nos permitió atender la emergencia agropecuaria que tenemos en este momento.

Nueve: creación del Sistema de Información Ciudadana disponible en el suelo por seccional policial.

Diez: autorización de pastoreo en calle, decreto 346 del 25 de septiembre de 2006.

Once: registro de seis nuevos productos activos para el control de la langosta vigente desde el 15 de enero de 2009.

Doce: subsidio para compra de raciones vigente desde noviembre de 2008 que ha beneficiado a 200 productores.

Trece: financiamiento y distribución de forraje para ganaderos desde el 19 de enero de este año se han entregado 5.000 toneladas a 800.400 productores, algunos de ellos las devolverán cuando puedan. No los estamos acogotando para que las paguen inmediatamente.

Catorce: refinanciamiento de micro-créditos para productores afectados por sequía.

Quince: nuevos micro-créditos a productores atendidos por el proyecto Uruguay Rural, con intereses y plazos muy favorables.

Dieciséis: prórroga del pago de arrendamiento con vencimiento a octubre de 2008.

Diecisiete: préstamos retornables a colonos para siembra de verdeos.

Dieciocho: créditos del Banco de la República Oriental del Uruguay a productores lecheros bancarizados vigente desde el 1º de diciembre de 2008. Diecinueve: financiamiento para productores lecheros no bancarizados operativo desde el 15 de diciembre de 2008.

Veinte: suspensión de aportes patronales hasta mayo de 2009. Ley del 27 de enero de 2009.

Veintiuno: financiamiento a productores afectados por la sequía mediante fondos rotatorios cuya recuperación la seguirá utilizando la institución beneficiaria.

Veintidós: financiamiento para pequeños productores familiares.

Veintitrés: financiamiento parcialmente recuperable, apenas un 10 o un 20% van a tener que reembolsar productores lecheros, remitentes de hasta 1.500 litros diarios y queseros artesanales de hasta 1.000 litros diarios.

Veinticuatro: financiamiento reembolsable a productores lecheros de más de 1.500 litros diarios y queseros artesanales de más de 1.000 litros diarios.

Veinticinco: autorizaciones rápidas referidas al abastecimiento de semillas forrajeras para la próxima siembra.

Veintiséis: licitación para compra de 3.000 toneladas de semillas forrajeras, ya están para llegar avena, redgrass de Estados Unidos, avena, trigo de larga duración en su producción.

Veintisiete: exoneración impositiva para importación extra-Mercosur de insumos para alimentación animal.

Veintiocho: flexibilización en la autorización del envío de ganado a ferias ganaderas.

Veintinueve: habilitación de venta de carne congelada bajo ciertas condiciones y precios acordados, decreto aprobado y en proceso de implementación.

Treinta: financiamiento para compra individual o colectiva de equipos para soluciones de almacenamiento de agua.

Treinta y uno: Admisión temporaria de maquinaria para obras de riego.

Treinta y dos: subsidio, no pagan los primeros 500 kilowatts consumidos por el universo de productores lecheros.

Treinta y Tres: financiamiento del consumo de energía eléctrica a productores citrícolas. Está en implementación.

Treinta y Cuatro: reparto de ración a productores avícolas, también en implementación.

Treinta y cuatro medidas. Por ahí capaz que alguien sale a decir “es insuficiente”. Treinta y cuatro medidas. Yo pregunto –te pregunto a ti, Ernesto- les pregunto a todos ustedes después de haber enumerado estas treinta y cuatro medidas, ¿no les parece un tanto exagerado que algunos actores reclamen la renuncia del Ministro de Ganadería y Agricultura a causa de la sequía? ¿No les parece que tal reclamo es consecuencia de cierta exaltación?

Yo diría, porque los uruguayos somos todos muy futboleros: comencemos a poner la pelota en el piso, levantemos la cabecita, comencemos a mirar hacia adelante con racionalidad, porque así tenemos que trabajar, con lealtad institucional, con seriedad, con responsabilidad, con compromiso republicano.

Y pedimos esto porque cuando en la crisis de 2002 –que nosotros éramos oposición- hubo que actuar con lealtad institucional, con seriedad, con responsabilidad y con compromiso republicano, no dudamos un solo instante de hacerlo y de llevarlo adelante. Un solo instante.

Pero, además de estas medidas hacia el sector productivo, hubo otras que se tomaron en otros ámbitos, por ejemplo, los Ministerios de Salud e Interior, OSE, UTE, porque la sequía no afecta solamente al ganado y a los productores agropecuarios.

Continuando con la política de extensión en el suministro de agua potable en las zonas más remotas del Uruguay profundo, del interior del país, ahí donde pocas veces se llega. Se está ejecutando un programa de OSE para equipar con agua potable garantida a las más de 300 escuelas rurales y a más de un centenar de localidades pequeñas del interior. En este emprendimiento es un orgullo para nuestro país contar con el apoyo de un fondo establecido por el Reino de España para toda Iberoamérica y es un orgullo, además, que la primera adjudicación -por un monto de 12.200.000 dólares- haya sido para Uruguay.

Pero hubo, además, personal municipal que trabajó denodadamente con el tema de la sequía y de los incendios. Personal policial, personal militar, el Ejército, la Fuerza Aérea. Todos lo vimos por televisión, que trabajaron denodadamente. Personal sanitario. Hubo bomberos realizando una tarea formidable y sacrificada y hubo un Sistema Nacional de Emergencia que funcionó adecuadamente. Hubo, además, responsabilidad y solidaridad de muchísimos uruguayos. Hubo uruguayos que, anónimamente, aportaron dinero para ayudar a otros uruguayos. A todos ellos nuestro reconocimiento.

Pero volviendo a los aspectos económicos e intentando sintetizarlos en un concepto, digo, defraudamos a los agoreros de la catástrofe. Demostramos que un gobierno progresista sabe manejar la economía y que, incluso, lo hace mejor que gobiernos de otros siglos.

 

 

 

Pero si a la semana, a la semana de haber asumido el Gobierno tuvimos que resolver la crisis de COFAC. Tuvimos que resolver la crisis de COFAC y lo hicimos sin pérdidas para los depositantes, sin pérdida de puestos de trabajo y sin asistencia del Estado. Por primera vez en muchísimos años, si no en la historia del país, la crisis de una institución financiera no terminó con su liquidación, ni ocasionó otros efectos negativos.

Parecería, en el tiempo, que esto es historia antigua, incluso para nosotros. Pero sucedió ayer, ahí nomás, hace apenas cuatro años. Pero no obstante todo esto que he dicho, uruguayas y uruguayos, no debemos perder de vista que en estos momentos nos enfrentamos a una situación financiera internacional compleja. Y más adelante me referiré específicamente a esta situación.

Uruguayas y uruguayos, nosotros, cuando prometemos nos comprometemos. Prometimos cambios y estamos haciendo cambios. Cambios graduales, sí, pero estructurales también. Lo dijimos durante la campaña electoral, lo dijimos hoy aquí: quien crea que apoyándonos, las cosas o sus cosas van a cambiar de la noche a la mañana, que no nos apoye. En la construcción de los países, como en la construcción de una casa, en la construcción de un edificio, no hay milagros ni atajos. Pretender milagros o aprender atajos es irresponsable, cuando no, una excusa para que nada cambie.

Y lo vinimos diciendo desde que asumimos el Gobierno: la tarea que la ciudadanía nos encomendó y que emprendimos es, metafóricamente, reconstruir la casa con la gente adentro. Este país, si lo asimilamos a un edificio, estaba partido desde el techo hasta las paredes y hasta los cimientos, ¿o miento, uruguayas y uruguayos?

Había muchos requerimientos, muchas necesidades, muchas reivindicaciones valederas y auténticas de los ciudadanos. Había muchas urgencias, muchas esperanzas, muchas necesidades. En ese clima, comenzamos a reconstruir el país. Claro, hubiera sido muy lindo y muy bonito, para aquietar esas inquietudes y esas necesidades, que hubiéramos tapado las rajaduras de las paredes con un poco de hormigón, un poco de mezcla, enduido, pulimos, pintamos y en poquito tiempo hubiera estado hermosísimo.

Y muchos hubieran aplaudido, hubieran dicho: “vieron, qué rápido arreglamos la cosa”. Pero hubiera venido cualquier vientito, cualquier temporal, y hubiera vuelto la rajadura a peligrar la vida de quienes vivían adentro.

Y optamos por el otro camino. Que iba a llevar más tiempo para ver sus resultados. Fuimos a trabajar en los cimientos, allá, en lo más profundo, donde se ve poco cuando se hace mucho. Donde se requiere mucho tiempo y mucho dinero para recimentar un edificio. Y esa solidez, es la que nos permite hoy decir que podemos encarar la crisis financiera, económica, comercial y quizás hasta social, internacional, que tiene el mundo, mejor preparados que lo que estábamos preparados en el año 2002.

Reconstruir una casa no es un lavadito de cara que se hace en una semana para que dure cinco años. Reconstruir una casa, es recimentarla, levantar pisos, picar paredes, hacer nuevas vigas, cambiar instalaciones eléctricas y sanitarias, en fin, uruguayas y uruguayos. Reconstruir una casa lleva tiempo y lleva dinero. Ojalá lo hubiéramos podido hacer más rápido y más pronto. Pero no fue una tarea fácil.

Y reconstruir una casa con la gente adentro, requiere cierto acuerdo de trabajo y convivencia para que algunas incomodidades que genera la obra no deriven en una bataola entre los albañiles y los dueños de la casa. Y en eso estamos. Estamos haciendo cambios. Los uruguayos estamos cambiando. El Uruguay está cambiando. ¿Es que el Uruguay de hoy es igual al Uruguay del 2004?

Podríamos citar muchos ejemplos  de ello, y en múltiples aspectos, pero nos centraremos en los dos siguientes: uno de ellos, cómo está cambiando la vida –uruguayas y uruguayos-, cómo está cambiando la vida de los sectores históricamente más desprotegidos de la sociedad, que era lo que más nos preocupaba. ¡Vaya si para nosotros fue un mandato que los más necesitados fueran los más privilegiados! ¡Vaya si fue un mandato!

Y dos, cómo nos ven desde afuera, porque a veces desde afuera tienen otras perspectivas, y quizás nos ven mejor de cómo nosotros nos vemos desde aquí adentro.

Amigas y amigos, quien más valora la libertad es quien no la tiene. Quien vive en ella, la respira casi sin darse cuenta.

Quienes más valoran los programas de salud bucal y ocular, los programas de educación física obligatoria en las escuelas públicas de todo el país, quienes más valoran la universalización y el aumento de la asignación familiar, una prestación mensual entre 700 y 1.000 pesos, según la escala de equivalencia establecida, que beneficia a unos 330.000 niños y adolescentes.

Quienes más valoran que cada uno de los aproximadamente 300.000 alumnos y 13.000 maestros del sistema escolar público tengan su computadora.

Quienes más valoran las 36.011 soluciones habitacionales concretadas en este período de Gobierno, quienes más valoran los consejos de salarios o la nueva legislación laboral para trabajadores rurales y domésticos, o el nuevo régimen de jubilaciones y pensiones.

Quienes más valoran el Programa de Aulas y Maestros Comunitarios o el Programa de Realfabetización de Adultos, quienes más valoran la reducción de las tarifas del transporte colectivo de pasajeros suburbano en un 15% e interdepartamental en un 7% y el boleto gratuito para los estudiantes.

Quienes más valoran las 18.815 oportunidades de inserción laboral y social comprendidas en los programas Trabajo por Uruguay, Plan de Emergencia y Uruguay Trabaja, Plan de Equidad.

En fin, quienes más valoran esos beneficios, que en realidad son derechos básicos, son los cientos de miles –más de un millón de uruguayos- que no los tenían. ¡No los tenían!

Son los que históricamente no han tenido voz y muchos de ellos no votan porque no tienen edad para hacerlo, pero tienen derechos que hemos tratado de respetar y cumplir con ellos.

Y además, además, no creo –absolutamente, no creo - que los uruguayos no estén informados de lo que se hizo y se está haciendo. Aunque probablemente no conocen todo lo que se hizo o se está haciendo, probablemente no conocen todo. Esto que estoy diciendo es apenas una parte de lo que se hizo.

Seguramente todos los uruguayos no conocen todo lo que se hizo. Pero no tengo dudas, no tengo dudas, hay muchos, cientos de miles, de uruguayos que saben lo que se hizo y lo que se está haciendo, porque lo sienten todos los días en sus propias vidas.

Ellos no necesitan campañas publicitarias ni alambicados ni costosos informes técnicos para saberlo. Pero también es cierto, también es comprensible que haya uruguayos que tengan dificultades para dimensionar adecuadamente esos cambios.

Quien ha estado bien alimentado desde el vientre materno, quien ha vivido desde la cuna el derecho a la alimentación, a la salud, a la vivienda, a la educación o a la recreación, puede tener dificultades para dimensionar lo que es vivir en carne propia el hambre, el frío, el querer estudiar, o trabajar y el no poder, el ser sospechoso de haragán, de bruto, de desprolijo o autor de cuanto delito se comete. Es comprensible que no lo entienda.

Pero lo que es inadmisible, lo que es penoso, es que hayan quienes aún creen que los derechos son privilegios de algunos, más bien pocos y entre esos pocos, ellos, o que nieguen o se molesten porque se legisló la actividad laboral de los trabajadores rurales: ocho horas y convenio colectivo para los trabajadores rurales.

Y para las empleadas domésticas. Es que ellos, los trabajadores rurales y las empleadas domésticas, ¿no lo saben?

Se presta asistencia alimentaria a 171.396 personas en situación de riesgo social y 36.822 en situación de déficit nutricional, ¿ellos no lo saben?

Hay 1.369.150 afiliados al FONASA, entre ellos los niños y adolescentes que antes no tenían cobertura, ¿ellos o sus familiares no lo saben?

Trece mil compatriotas están recibiendo atención gratuita en el Hospital de Ojos y aquí mi agradecimiento público al Gobierno de Cuba y al pueblo cubano por el apoyo que nos han dado en implementar estas medidas. Cinco mil de ellos han sido operados gratuitamente en la Operación Milagro y ahora acá, en el Uruguay, y alguno a los 70 años de edad descubrió con emoción que el mar es azul. ¿Ellos no lo saben?

Sí que lo saben, uruguayas y uruguayos, lo saben. Lo saben porque lo viven.

Es penoso, por no decir miserable, negar, molestarse o alarmarse porque 151.918 escolares y maestros han recibido gratuitamente su computadora portátil y a fines de 2009 la totalidad de los alumnos y maestros del sistema escolar público estarán integrados activamente a un Plan CEIBAL que acaba de ganar el primer premio. Se lo ganó Uruguay, lo ganaron ustedes, a la excelencia del Gobierno Electrónico. Lo acaba de ganar Uruguay. Estos alumnos, la totalidad de estos alumnos y maestros estarán integrados activamente a un Plan CEIBAL  que significa una profunda innovación educativa y una vigorosa democratización en las posibilidades de la sociedad uruguaya para acceder a la información, el conocimiento, la comunicación y la recreación.

Seiscientos seis mil cuatrocientos veintinueve alumnos de escuelas públicas de todo el país. Mil quinientos noventa y siete de ellos pertenecientes a escuelas rurales tienen cobertura odontológica gratuita en el programa de salud bucal escolar. ¿Y quién no tuvo un dolor de muelas? Y quienes saben lo que es sufrir un dolor de muelas, quizá decir dolor de muelas no es lo adecuado técnicamente, pero qué va a hacer. Dolor de muelas. Y quién no, en su momento, tuvo la atención adecuada que sufrir un dolor de muelas.

Estos niños, muchos de ellos, habían sufrido múltiples episodios de celulitis, flemones, caries, dolores y no tenían con quién atenderse. Hoy tienen, gratuitamente. ¡Vaya si los niños, sus padres y sus maestros saben lo que ello significa!

281.000 escolares participan en actividades enmarcadas en la Ley Nº 18.213 que establece la obligatoriedad de la enseñanza de la Educación Física en todas las escuelas públicas incluidas las rurales. Vaya si la comunidad educativa valora esta iniciativa y también los profesores de educación física, reconocidos hoy como profesionales universitarios y con pleno empleo. Vaya si ellos lo saben.

51 Centros MEC están funcionando en todo el país, en el marco de una estrategia de descentralización, democratización y accesibilidad a contenidos educativos y culturales. Y otros tantos centros del BPS, de la DGI, de UTE, de ANTEL, funcionan en pequeñas localidades del Uruguay profundo. Ya no es necesario, para esos habitantes de esas localidades, trasladarse a la capital departamental para hacer determinadas gestiones. Esos ciudadanos, ¿es que no saben lo que ha hecho este Gobierno?

El INAU, donde estamos haciendo las investigaciones correspondientes por las denuncias que hubo. Pero, atención, ya desde antes, cuando hubo que hacer investigaciones administrativas, aplicar sanciones, llevar adelante sumarios, se hicieron. Y las vamos a seguir haciendo todas las veces que sea necesario. Es un problema duro que tenemos entre manos. Sí señor. No hemos encontrado la solución definitiva. Sí señor. ¿Es fácil? No, no es fácil. Pero no nació ayer el INAU. Estos problemas no comenzaron ahora, estos son problemas crónicos. Por eso, llamamos a la lealtad institucional y a la responsabilidad y seriedad para tratar este tema. Y yo se que hay actores políticos de todos los partidos políticos del país que están dispuestos a trabajar. Bienvenidos sean. Les abrimos las puertas y queremos trabajar juntos para solucionar este problema de la niñez y la adolescencia.

Pero el INAU atiende mediante diversos programas a 67.600 niños y adolescentes. Bueno es retener este dato: 67.660 niños y adolescentes, porque parecería que los únicos gurises del INAU son los alrededor de 200 que están, pobrecitos, privados de la libertad por disposición de la Justicia. Con ellos tenemos que trabajar mucho.

Pero en el INAU también hay adolescentes y niños que han ganado Olimpíadas Estudiantiles, Olimpíadas en el deporte, en matemáticas, en ciencias sociales, olimpiadas regionales e internacionales. Tengamos cuidado cuando hablamos de los niños y de los adolescentes del INAU. No estigmaticemos, por favor. Cuando esos niños y adolescentes sean mayores, que no tengan vergüenza de decir que tuvieron que estar en el INAU. No los estigmaticemos, tengamos cuidado cuando hablamos y cuando decimos las cosas.

Esto que acabo de decir de estos niños que han ganado estas olimpiadas, esto sí que generalmente no se sabe. No es noticia en un mundo en el cual parece que el dolor de unos es un espectáculo que consumen otros. Ésta es la realidad. Es penosa esta actitud. Es triste que se diga “vamos así o asá” o “que no se sabe a dónde vamos”. Vamos como venimos y seguiremos como vamos y si podemos ir un poco más rápido, iremos más rápido. Y si mañana alguien quiere usar esta afirmación para criticarnos o amedrentarnos, y vaya que en algunas oportunidades pretendieron hacerlo y se equivocaron, pues que lo hagan. Lo dije hace un rato y lo repito ahora por si no fui suficientemente claro: este Gobierno no es arbitrario. No lo es. Pero no es neutral. No es neutral ante la pobreza y ante la indigencia que aún castiga a muchos uruguayos, y que nos duele. En nuestro Gobierno hay indigentes y pobres. No hemos podido solucionar todo el problema, y lo reconocemos, y seguiremos trabajando denodadamente para superarlo.

No es neutral respecto a la igualdad de oportunidades para todos, y estamos trabajando en esa dirección. No es neutral ante el desempleo ni ante la calidad del trabajo. No es neutral respecto a convivencia ciudadana y la seguridad pública. No es neutral ante la violencia doméstica. No es neutral en el combate a la droga y al narcotráfico. No somos neutrales ni somos ciegos.

No todo es color de rosa en este periodo de Gobierno. Queda mucho por hacer. Siempre habrá muchas cosas por hacer, aúnen países desarrollados. Lo grave es no asumirlo o evocar soluciones demagógicas. Lo correcto es trabajar fuerte para irlas superando.

Pero reitero, tampoco somos arbitrarios. Y eso, que no es un mérito, sino un deber de todo Gobierno, se reconoce dentro del país y se percibe, también en el ámbito internacional.

¿Cómo se ve al Uruguay desde afuera? Esto que voy ahora a leer no lo decimos nosotros Gobierno. Lo dicen desde afuera. Fíjense ustedes.

Uno, un estudio de la Fundación Bertelsmann, Alemania, marzo de 2008, entre 125 países en vías de desarrollo Uruguay ocupa el primer puesto en lo referente a democracia.

El estudio destaca como dimensiones, o variables presentes en la democracia uruguaya –y esto no es mérito de este Gobierno, es mérito de todos los uruguayos y de gobiernos democráticos anteriores también, hay que reconocerlo-, destaca el consenso de normas democráticas, la estabilidad de las instituciones, la separación de poderes, la existencia de elecciones libres y justas, la integración política y social, el derecho de asociación y la libertad de expresión, la defensa de los derechos humanos y las investigaciones y procesos judiciales en curso sobre la violación a los mismos durante el periodo autoritario.

Dos, un reciente Informe de CEPAL, enero de 2009, sostiene que Uruguay muestra a fines de 2008 “un cumplimiento adecuado de las metas del milenio fijadas internacionalmente” y califica de originales algunos de los componentes de los planes de emergencia y equidad que estamos implementando.

Tres, en su Informe Mundial correspondiente al año 2007 la publicación británica “The Economist” ubica a Uruguay en el lugar 27 en el ranking mundial, según ordenamiento y funcionamiento democrático.

Esa lista en la que ocupamos el lugar 27 es encabezada por los países escandinavos y en la misma España ocupa el lugar 16, Estados Unidos el 18, Portugal el 19, Gran Bretaña, el 23, Francia el 24, Costa Rica el 25, Uruguay el 27, Chile el 30, Brasil el 42 y Argentina el 54.

Según este mismo Informe, Uruguay es el único país sudamericano con democracia plena. Así lo dicen ellos.

Cuatro, otro informe de “The Economist”. Este de diciembre de 2008 –diciembre de 2008, plena crisis económica financiera internacional- destaca que Uruguay, lo dicen ellos, no nosotros, podrá navegar por la tormentosa crisis mundial con menos turbulencias que otros países y que para el incierto 2009 podría alcanzar un crecimiento del 3%.

Tres por ciento. Por cierto que no es el casi 11% del 2008 pero no es el desastre que algunos pronostican, o lo que es peor, parecen desear. Y si acá viene la crisis le va a ir mal a todos, aún hasta los que desean que venga una crisis.

Cinco y leo textual: “Un oasis en el desierto. Uruguay resiste el temporal económico internacional con un crecimiento económico superior a dos dígitos.” Una nota publicada el 22 de setiembre de 2008 en El País de Madrid, en la cual se resalta que por sexto año consecutivo la economía uruguaya se ha expandido.

Seis, así nos ven de afuera: el índice del clima económico en América Latina, elaborado trimestralmente por el Instituto Alemán IFO y la Fundación Getulio Vargas de Brasil, ubicó durante 2008 a Uruguay en el primer lugar de clima económico en América Latina, seguido por Perú y Brasil.

Siete, un informe del Banco J. P. Morgan, del cual da cuenta una nota publicada por El País de aquí, de Uruguay, el 9 de febrero pasado, sostiene textual “que las fuertes políticas llevadas adelante por el Gobierno de Uruguay están aptas para minimizar los riesgos de la crisis económica global y que en 2009 Uruguay seguirá creciendo pese a la recesión de la región”.

Ocho, Uruguay miembro titular del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, creado en el año 2006. A ese Congreso no se ingresa por orden alfabético o de antigüedad, se ingresa por méritos propios y reconocimiento de los demás.

Nueve, Uruguay primer país de América Latina y el caribe en el cumplimiento de las metas fijadas por la OEA y otros organismos especializados en materia de Gobierno Electrónico. Esto no es un adornito, sino que hace a la eficiencia y transparencia de una gestión de los gobiernos y el progreso socio económico de los países.

Diez (y ustedes van a ver con qué satisfacción voy a leer esta parte), Uruguay primer país de América y séptimo del mundo libre de humo de tabaco. En estos días, la Organización Mundial de la Salud, le va a entregar a la Ministra María Julia Muñoz la distinción mundial por el trabajo que se ha llevado adelante en el Uruguay, en este tema. Esto no es un lujito en un país con índices muy preocupante de cánceres vinculados al consumo de trabajo.

Once, Uruguay preside el Grupo de Expertos de OEA en materia de lucha contra el narcotráfico y el lavado de dinero e integra la Comisión de las Naciones Unidas especializada en Estupefacientes. A esos cargos, que no son del funcionario de turno sino que son del país, no se accede así nomás.

Doce, Uruguay primer país del mundo con sistema de identificación individual obligatoria del ganado bovino, trazabilidad, lo que permite acceder a los mercados cárnicos más exigentes.

Y trece, Uruguay logra la calificación más alta entre 60 países productores de alimento, en una auditoria realizada por la Organización Mundial de Sanidad Animal. Así nos están viendo desde afuera.

Uruguayas y uruguayos, acá estamos, pero ello no debe entenderse como “hasta aquí llegamos”.

Aún restan doce meses al actual período de gobierno. Tiempo más que suficiente para hacer muchas cosas y vaya si hay muchas cosas por hacer. Vaya si es posible profundizar los cambios en curso, encarar otros desafíos o abordar nuevos emprendimientos. Hay que seguir y vamos a seguir gobernando hasta el último día como corresponde del mandato que ustedes nos dieron. A) Seguiremos con una política económica pautada por nuestro compromiso programático de compatibilizar la responsabilidad fiscal con la imprescindible transformación productiva y social que requiere nuestro país. B) Seguiremos mejorando la infraestructura y servicio del país. Profundización del canal de acceso al Puerto de Montevideo, ampliación del mismo con un nuevo muelle, inauguración de la nueva terminal del Aeropuerto Internacional de Carrasco, saneamiento en la Ciudad de la Costa, conexión costera sobre el Arroyo Garzón, interconexión eléctrica con Brasil, asunto que trataré el próximo martes con el Presidente Lula. No nos vamos a retraer en los trabajos que tenemos. Vamos a salir de esta crisis adelante trabajando, enfrentándola, comprometiéndonos, mirándola con optimismo, con fuerza, vamos uruguayos que podemos, los uruguayos podemos, claro que podemos. Dentro de pocas semanas vamos a inaugurar la Torre Ejecutiva, el ex Palacio de Justicia, nunca terminado durante décadas, dentro de semanas estará liberado al uso público. Dentro de algunos meses, en este período de Gobierno se van a abrir las puertas de la nueva sala del Sodre, la vamos a abrir después de varios años, décadas que no se hacía. El Edificio Libertad se transformará en un centro hospitalario para atender toda la patología traumática. Y con alegría anuncio que en el correr de este año inauguraremos el Instituto Nacional del Cáncer para que los enfermos más pobres del país y que venían a internarse, y yo lo sé, lo digo porque lo viví, en galpones tirados, en colchones orinados y sucios van a tener un local adecuado, sano, como debe ser, para tratar dignamente a estos enfermos. Y esto se lo quiero agradecer públicamente, porque lo hicimos con la donación y la colaboración del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y con el pueblo venezolano que donaron U$S 3:000.000 para hacer esta obra. Y esto no son versos ni promesas electorales, estas son acciones del gobierno que se han llevado adelante entre todos los uruguayos. C) Continuaremos gestionando el acceso de nuestros productos a nuevos mercados y, como factor clave para ello, consolidaremos el status sanitario del país ubicado ya entre los mejores del mundo. Seguiremos apostando a la innovación, a la ciencia, y a la investigación. Por todo esto, porque como decía bien don Alexis de Tocqueville:  “a medida que la economía de una sociedad mejora, las desigualdades se hacen más insoportables”. Esto nos obliga a trabajar cada vez más. Cuanto más mejoramos nuestra economía, más tenemos que trabajar para enfrentar y derrotar las desigualdades. Por eso, porque es necesario y posible crecer y distribuir a la vez mejor de lo que hemos hecho hasta ahora, continuaremos el proceso de transformación democrática al Estado porque los países se enriquecen de la mano del mercado, pero distribuyen la riqueza de manos del Estado mediante políticas públicas  fuertes, eficaces y eficientes. Seguiremos con el Plan de Equidad porque la igualdad no se espera, se construye y porque los países avanzan cuando nadie se queda atrás, cuando todos somos iguales ante la ley pero todos, sobre todo, somos iguales ante la vida. Queremos equidad, equidad territorial, equidad.

 

Equidad territorial, equidad intergeneracional y equidad de género. Esto lo dije al final, no por considerarlo menos importante, sino porque estamos en la víspera del Día Internacional de la Mujer. Desde aquí nuestro saludo a todas las mujeres uruguayas. Nuestro reconocimiento a su confianza y a su esfuerzo y nuestro compromiso en la lucha contra la violencia de género, contra el tráfico y la explotación sexual, contra la discriminación explícita o solapada que aún existe en todos los niveles de la sociedad.

Vamos a seguir con el Sistema Nacional Integrado de Salud. ¿Cómo no continuar con una política que ya ha hecho realidad la cobertura médica integral de más de 700.000 uruguayos que no la tenían? No la tenían y hoy esos 700.000 uruguayos la tienen. Entre ellos, 435.000 menores de 18 años y 20.000 mayores de 65 años. ¿Cómo no profundizar, uruguayas y uruguayos, un sistema que ya ofrece gratuitamente, gratis, controles preventivos a bebés menores de nueve meses, a madres embarazadas y a enfermos diabéticos, así como mamografías y papanicolao gratis?

Sería bueno, me parece a mi muy humildemente, que sería bueno, que quienes ahora preguntan “¿por qué una tecnología sofisticada como el PET Ciclotrón debe estar antes en el sistema público que en el privado?” se preguntaran, por un instante, solamente, se preguntaran: “¿por qué estas prestaciones que ahora se ofrecen gratuitamente a la población no se ofrecieron antes?” No son tan caras ni tan complejas.

Sería bueno que quienes pronosticar urbi et orbi el derrumbe del sistema nacional de salud ante la estampida que iba a provocar la apertura del corralito mutual, ahora dijeran algo. 20.000 personas decidieron en todo su derecho cambiar de mutualista o irse de ASSE hacia las mutualistas. ¿Y qué? ¿Hubo algún tumulto? ¿Alguna mutualista colapsó por esta medida? También hubo agoreros que pronosticaron que el sistema se caía en pedazos. Y ahí está, vivito y coleando.

Uruguayas y uruguayos, una cosa es tomarse la vida en serio pero otra, no muy saludable, por cierto, es andar como dice mi querido compañero y amigo Mario Delgado Aparaín: “andar tragedeando la vida”.

Cuatro: seguiremos aportando soluciones habitacionales para alcanzar 45.253 en febrero de 2010 y se habrán construido, también, 978 viviendas para pasivos. Seguiremos con el Plan CEIBAL. El Plan CEIBAL es mucho más que una maquinita. Es una revolución profunda de esas que hacen temblar hasta las raíces de los árboles y cuya mención, en su momento, tanto escándalo provocó. Claro, no entendieron. Algunos no entendieron lo que queríamos decir cuando decíamos que iban a temblar hasta las raíces de los árboles. Capaz que andan por ahí, en algún parque público haciendo un pozo al lado de un árbol, para ver cómo tiemblan las raíces. Con estas cosas, como el Plan CEIBAL, es que en una sociedad tiemblan hasta las raíces de los árboles.

Ya se han entregado 180.000 equipos y van a tener todos los niños escolares del interior del país, de Montevideo, de Canelones y sus maestros las computadoras. Y dentro de pocas semanas, en abril, comenzaremos a distribuir máquinas especialmente diseñadas para escolares con discapacidad visual. Los niños que no ven también tendrán su computadora.

En el Uruguay, hoy todos tenemos derecho. Vamos a seguir promoviendo derechos. Porque los derechos son instrumento para dignificar la vida de la gente. Los derechos son la ética de la democracia. Y como la democracia no se construye sobre el olvido ni sobre la impunidad, seguiremos trabajando por verdad y justicia en lo que refiere a las violaciones a los derechos humanos, acaecidos durante el último período dictatorial que padeció nuestro país.

Y voy a dar una primicia. Bien fresquita, de ahora, de hace unas pocas horas. Podemos anunciar que gracias al trabajo paciente de la Cancillería y de nuestro Embajador en Italia, Doctor Alberto Breccia, el Ministerio de Justicia Italiano ha dictado una resolución por la cual dispone que se proceda penalmente contra el señor Jorge Néstor Tróccoli Fernández, que se proceda por los hechos contenidos en la solicitud formulada por nuestro Juzgado Letrado de Primera Instancia en lo Penal de 19º Turno.

Cuando dije último período dictatorial, no sólo lo dije por reciente, sino también por Nunca Más. Nunca Más, pero con memoria, con verdad, con justicia y reparación. Tal es nuestra convicción y nuestro compromiso.

Uruguayas y uruguayos, esto yo sé que se ha hecho largo. Pero es muy difícil resumir cuatro años de gestión en unos pocos minutos. Es muy difícil. Podríamos seguir enunciando continuidades y profundizaciones de los cambios en curso, pero quiero referirme a algunas novedades que en rigor no son tales, pero a las cuales asignaremos especial atención en los meses venideros.

Una de ellas es, obviamente, la crisis financiera global, una crisis sin precedentes y cuyas consecuencias y duración aún es arriesgado predecir.

Ante esta crisis unos dicen que el capitalismo se enloqueció y no sabe a quien culpar por su locura. Mientras que otros han propuesto que los economistas de la Escuela de Chicago, debieran devolver el Premio Nóbel que en su momento recibió Milton Friedman. No vamos a entrar en esa polémica, pero algo está claro: colapsó el paradigma neoliberal. Se acabó el tiempo en que la economía familiar se comportaba como una empresa, las empresas como bancos y los bancos como fondos de riesgo. Se terminó.

Y se terminó como lo estamos viendo, lamentablemente. La salida a esta crisis no será ni inmediata ni fácil y Uruguay no es ajeno a esta situación. Uruguay no está en la luna, está acá en la tierra. Si es una crisis global, sistémica, la vamos a vivir todos.

Pero el Uruguay está muy bien preparado. La vamos a vivir, nunca lo negamos, nunca, eh. La vamos a vivir y ya hemos tomado medidas. La veníamos piloteando esta crisis, desde junio del año pasado y tomamos medidas desde mucho antes para fortalecer al país. Disminuimos muchas vulnerabilidades, esto nos permite encarar mucho mejor la crisis que está llegando. La salida no va a ser inmediata ni fácil y Uruguay no está ajeno a esta situación.

Hay que tenerlo en cuenta. Hay que ser muy cuidadosos. Pero no hay que ser miedosos, ni quedar paralizados, ni caer en el dramatismo, ni sembrar dramatismo. No somos indiferentes a la crisis financiera global, pero no estamos indefensos ante la misma. Resulta imprescindible tomar conciencia del cambio de escenario mundial y de las restricciones que ello nos impone, lo que inevitablemente nos exige ser más prudentes aún con el gasto, exigiendo ahorros a los Ministerios y las empresas públicas, cuidando lo logrado y protegiendo los gastos prioritarios ya comprometidos con los que vamos a cumplir.

Resulta imprescindible, también, proteger el trabajo y los ingresos de los uruguayos. Ello supone también combatir el peor impuesto que existe. Ese impuesto, no se llama Impuesto a las Rentas de las Personas Físicas, se llama inflación.

Ya hemos tomado algunas medidas al respecto: medidas monetarias, fiscales, comerciales, acuerdo voluntario de precios, monitoreo de los mismos, información a los consumidores, etc. Los resultados están a la vista, la deflación registrada en febrero que mencionamos anteriormente es uno de esos resultados y, además, tranquilizante, por cierto. Pero no dudaremos, ni un instante, en tomar todas aquellas medidas necesarias para combatir este impuesto que afecta principalmente a la población de menores recursos. No serán esta vez los asalariados quienes paguen el costo de una crisis financiera internacional; no serán los trabajadores.

Un apunte respecto a los efectos inexorables, pero amortiguados, que estimamos tendrá la crisis financiera global en Uruguay. En materia fiscal, uruguayas y uruguayos, no estamos en condiciones de adoptar más medidas económicas contra cíclicas, pero fruto de lo realizado hasta el momento, estamos en condiciones y podemos asegurar que vamos a evitar caer en políticas pro cíclicas del pasado que terminaban en un ajuste fiscal que ahogaba a los que menos tenían.

Otra problemática que requiere especial atención es la abarcada en la expresión cambio climático. El cambio climático no es un fenómeno inédito y tampoco es un problema por venir o ajeno a nuestro país. Ha habido muchos, en los más de cuatro mil millones de años que se estima tiene nuestro planeta y varios de ellos fueron tremendos. El cambio climático que está ocurriendo se manifiesta en Uruguay en un gradual pero constante aumento de la temperatura, del nivel del mar y de las lluvias respecto a comienzos del siglo XX, así como en una mayor frecuencia e intensidad de ciertas emergencias climáticas: sequías, inundaciones, tornados, granizadas, etc.

Tales manifestaciones repercuten, a su vez, en el hábitat y la salud de las personas, en la infraestructura, en el sistema productivo, en la actividad económica del país y, en definitiva, en sus posibilidades de desarrollo. De nada sirve negar o minimizar el cambio climático, ni acordarse de Santa Bárbara cuando truena.

Pero tampoco sirven las visiones apocalípticas de este fenómeno. Al fin y al cabo, es el resultado directo e indirecto de la actividad humana. Es necesario sí, diseñar e instrumentar una estrategia de adaptación y mitigación, esto último ya lo estamos haciendo, para responder a los cambios que ya se han constatado y a los que sabemos que vendrán.

La complejidad del desafío planteado y la necesidad de resolverlo adecuadamente implican miradas diversas y compromisos de largo plazo Políticas de estado que, en tanto tales, trascienden las competencias del Gobierno y los límites temporales de su mandato, que requieren la participación y el apoyo del sistema institucional y político, de la comunidad científica y educativa, de los agentes económicos, del mundo de la producción y el trabajo, de las organizaciones gremiales, de movimientos sociales, en fin, de todos los uruguayos.

No partimos de cero. Uruguay ya ha trabajado en este tema. Uruguay aprobó en el 92 y ratificó en el 94 la convención marco de las Naciones Unidas sobre Climático, Es parte del protocolo del Kyoto de 1997 y de otros acuerdos internacionales.

Ha realizado avances normativos de significación en este último tiempo. Entre ellos, las leyes de protección del medio ambiente y de ordenamiento y desarrollo territorial sostenible, los decretos referidos a gestión de residuos de envases, el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, etcétera.

Pero es necesario hacer más, en todos los ámbitos y entre todos. Por eso, el próximo 17 de marzo yo mismo concurriré a una sesión del Congreso Nacional de Intendentes que se realizará en el marco de la Expoactiva 2009, para presentar lo que tal vez podría ser una propuesta preliminar de Agenda Nacional para el Cambio Climático y para el estudio de nuevos procedimientos, producción que estamos elaborando a nivel del Poder Ejecutivo.

Ese material no es un tratado científico. No tiene carácter fundacional ni ecuménico, ni es finalista. Es, si se quiere, un modesto pero inexcusable aporte inicial del Gobierno a una tarea que, reitero, involucra a toda la sociedad.

Por eso lo presentaremos ante el Congreso Nacional de Intendentes en el marco de una exposición directamente vinculada a la producción y a la innovación, en el departamento de Soriano.

En estrecha relación con lo anterior, uruguayas y uruguayos, podríamos hablar de una tercera novedad: el Plan Estratégico de Desarrollo Energético, aspecto clave en cualquier estrategia de desarrollo sustentable. A partir de un estudio prospectivo detallado sobre oferta y demanda energética del Uruguay hasta el año 2030, encararemos un plan que asegure, diversifique la matriz energética, asegure el suministro y la eficiencia energética, priorice las nuevas tecnologías y los recursos renovables y preserve el medio ambiente.

Sin energía no hay desarrollo posible, pero la disponibilidad de energía por sí sola no asegura el desarrollo. Hay que trabajar en esto, y lo estamos haciendo y lo seguiremos haciendo con responsabilidad de país y sentido progresista.

Ya hay una comisión multipartidaria de técnicos que está estudiando si es viable o no utilizar la energía nuclear para generar energía eléctrica en el Uruguay. Sí o no, lo veremos entre todos los uruguayos.

Y también se ha lanzado a nivel internacional, licitaciones para interesados que quieran explotar, ver, hacer la prospección del mar territorial uruguayo porque posiblemente, casi seguramente el mar territorial uruguayo, dentro del territorio soberano del Uruguay existan grandes reservas de gas natural y quizás también de petróleo. Y esta también es una muy buena noticia para los uruguayos y para el Uruguay del futuro.

Una cuarta novedad a la que quiero referirme es el denominado Plan CARDALES. La sigla, inspirada en el nombre de la localidad pionera del Plan Ceibal, significa Convergencia para el Acceso a la Recreación y al Desarrollo de Alternativas Laborales y Emprendimientos Sustentables.

Pero más allá de ese titulo interminable, el Plan CARDALES consiste en implementar un sistema que permite poner a disposición de todos los hogares uruguayos servicios de Internet, televisión para abonados y telefonía a un precio inferior al de la suma de cada uno por separado.

Dado que hay un importante número de hogares uruguayos que no accede a varios o a ninguno de estos servicios, el Plan pretende constituirse en el vehículo a través del cual se asegure la conectividad y se brinde un servicio convergente básico de calidad a todos los hogares uruguayos.

Este tipo de experiencia no es nuevo a nivel mundial, pero el Plan CARDALES se propone convertir al Uruguay en el primer país totalmente conectado y convergente.

Para dar cumplimiento a tal objetivo, el Plan prevé la coordinación de acciones entre agentes públicos y privados, porque naturalmente, un emprendimiento de este tipo requiere inversiones y financiamiento. El Estado sólo no lo puede hacer y si lo hacen los privados, lo van a hacer para sólo un sector de la sociedad: el que puede pagar. Nosotros queremos llegar, con un procedimiento mixto, a toda la sociedad. Igualdad de oportunidades para todos.

Podrá decirse que esto es un lujo, pero no. También se dijo, allá por la década del ‘30 o el ‘40, cuando ingresó la radio al Uruguay, que ese era un lujo para unos pocos. Pero fue una necesidad para todos los uruguayos y la tuvieron todos los uruguayos, cuando se desarrolló en el tiempo. También se dijo que la televisión, allá por la década del ‘50 del siglo pasado, ingresó al Uruguay, que era un lujo para unos pocos. Felizmente hoy está extendida a gran parte de la sociedad. Esto tampoco es un lujo.

En el mundo actual la conectividad de los hogares, el acceso al mundo de las tecnologías y de la información y del conocimiento, no es un adorno del desarrollo, sino que constituye el núcleo del desarrollo.

Queridas uruguayas y queridos uruguayos, aquí estamos y así seguimos. Haremos más, porque creemos en el futuro, creemos en la sociedad y creemos en la posibilidad de un futuro compartido. Eso al fin y al cabo, son las Naciones, un proyecto de futuro compartido. Y como el presente es futuro que ya llegó, acá estamos. Y hay que seguir.

Seguiremos incluso en un año en el cual los uruguayos tendremos que dedicar tiempo y atención para tomar algunas decisiones muy importantes. Porque elegir al próximo Presidente de la República, al próximo Vicepresidente de la República, a los integrantes del próximo Parlamento Nacional, no es un detalle menor si se tiene en cuenta que los candidatos, más allá de su importante significación como individuos, expresan las propuestas programáticas, los compromisos de gobierno y las estrategias de país de sus respectivas colectividades. Por razones obvias, no incursionaré en el terreno político electoral, pero como Presidente de la República, en el marco de las competencias del cargo que ejerzo y por una razón de elemental respeto a la confianza y al mandato que ustedes han depositado en mí, quiero decirles lo que ustedes ya saben.

Porque lo dije el 1º de marzo de 2005, al declarar fidelidad constitucional ante la Asamblea General del Poder Legislativo: que trabajaré al extremo máximo de mis aptitudes, potestades y posibilidades, para garantizar a todos y cada uno de los uruguayos, el pleno ejercicio de sus derechos ciudadanos. El derecho al libre pensamiento, a la libre información, a la libre expresión, al respeto y a la tolerancia y no vamos a tolerar a nadie que quiera pisotear éstos derechos.

Seremos implacables a quienes no quieran respetar el derecho de todos los ciudadanos a expresarse libremente, con respeto y con tolerancia. Así lo he hecho, desde aquel lejano 1º de marzo de 2005 y así lo haré hasta el último día del mandato con el que ustedes me han honrado.

Queridos compatriotas, probablemente ésta sea la última vez que me dirijo a ustedes como el Presidente de la República en el actual período de Gobierno.  Aquí estoy terminando mi comparecencia pública. Aquí mismo, en este mismo lugar, la empecé cuando participé por primera vez en un acto público de masas, hace veinte años. Permítanme, entonces, confesarles algo: si algún orgullo he sentido en estos cuatro años, es el orgullo de ser el Presidente de todos los uruguayos, de los blancos, de los colorados, de los frenteamplistas, de los independientes, de todos, de los que no tienen partido político. Pero como el orgullo por sí solo no sirve para mucho, también he sentido el agradecimiento, el compromiso y la responsabilidad de ser el Presidente de todos los uruguayos. Y hoy poder decirles que les agradezco, porque aquel 1º de marzo de 2005, en las escalinatas del Palacio Legislativo, les pedí “no nos dejen solos” y nunca nos han dejado solos. Muchas gracias, muchas gracias.

Por eso, sin renunciar a mis señas de identidad y sin ignorar los buenos deseos o legítimos intereses de cada uruguayo, mis decisiones y acciones apuntan a lo que nuestro país necesita y a lo que podemos hacer entre todos. Y ¡vaya, si hemos hecho cosas entre todos! ¡Vaya, si estamos avanzando juntos!

Estos avances nos han traído hasta aquí, pero hay que seguir adelante y vamos a hacerlo como hasta ahora, con ese aire sencillo tan propio de los uruguayos. Tenemos un hermoso país, uruguayas y uruguayos. Hagámoslo mejor aún. Tenemos un país de escala humana, consolidémoslo como país de desarrollo y bienestar humano. Tenemos un país con historia, pero tenemos derecho a un país con futuro. Ello implica una responsabilidad colectiva, porque la construcción del futuro nos involucra a todos, pero especialmente a los jóvenes. Tenemos una juventud preciosa. Tenemos científicos jóvenes de primer nivel. Tenemos jóvenes de cultura, tenemos jóvenes músicos y cineastas jóvenes reconocidos mundialmente. Hasta tenemos una campeona mundial de boxeo juvenil.

Y tenemos, uruguayas y uruguayos, ese formidable semillero que son, lo voy a decir por primera vez, los ceibalitos. Ese semillero está germinando y con él crece el Uruguay del futuro “desde el pie”, como cantaba Alfredo Zitarrosa. Tenemos muchas razones por las cuales podemos sentir orgullo, compromiso pero también hoy podemos sentir confianza y tener esperanza.

Permítanme resumirlas en una sola y única razón que también está acá: una razón que tiene cuatro franjas azules sobre un fondo blanco y un sol radiante en el ángulo superior izquierdo. Es esa bandera uruguaya que nos cobija a todos, que cobija a este hermoso país, que es hermoso.

Piensen por un momento, uruguayos, recuerden aquella canción que dice: “en el Uruguay, cuando empieza a amanecer y aclararse el horizonte y se empieza a dibujar el negro perfil del monte”. Recuerden, uruguayas y uruguayos, lo hermoso que es nuestro país. Arriba el Uruguay. Arriba esa razón. Arriba esas banderas uruguayas. ¡Vamos uruguayos! Levanten esas banderas que desde lejos las quiero ver. Levanten esas banderas, uruguayos. Hasta siempre. ¡Viva el Uruguay!